CONSERVACIÓN
Los ‘parques de papel’ proliferan en los océanos
Países como España crean contrarreloj reservas marinas virtuales, sin protección real, para cumplir el objetivo internacional de blindar el 10% de los mares en 2020
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Los llaman paper parks, parques de papel, porque nacieron como una línea trazada en un mapa por una autoridad y poco más ocurrió después. Existen en tierra, como demuestran las 19 joyas de la naturaleza mundial en peligro crítico, y empiezan a multiplicarse en los océanos, donde gobiernos de todo el mundo han empezado una carrera para proteger sus aguas sobre el papel y aparentar cumplir los objetivos internacionales.
El 15,4% de la tierra de este planeta consta como áreas protegidas, muy cerca del objetivo internacional de lograr un 17% para 2020. Sin embargo, en los océanos, la meta, un 10%, está todavía muy lejos. Solo el 3,4% está protegido, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente presentado en el Congreso Mundial de Parques, que se celebra en Sidney (Australia).
“Proteger el 10% de los océanos en 2020 es casi imposible”, resume François Simard, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la entidad que organiza el congreso y ha pagado el viaje de este periódico a Sidney. “Hay un gran problema. El objetivo era proteger el 10% de los océanos, no el 10% de las aguas territoriales de los países, y esto último es lo que se está haciendo”, explica. Aunque los países consiguieran blindar el 10% de sus aguas, esto solo supondría el 5% de los océanos, según los cálculos de Simard.
Países como España se están apresurando para acorazar sobre el papel ese 10% de sus aguas nacionales. En un vídeo mostrado en un acto del congreso, la directora de la Fundación Biodiversidad, Sonia Castañeda, ha afirmado que España pasará de proteger el 0,5% de sus aguas al 8% al final de 2014. Elproyecto, cofinanciado por la UE, ha implicado a 200 científicos y ha significado la delimitación de medio centenar de áreas protegidas en aguas españolas, como la montaña submarina de 4.400 metros Banco de Galicia —cercana al lugar del hundimiento del petroleroPrestige— o los Volcanes de fango del Golfo de Cádiz. “Ya estamos muy cerquita del 10%”, ha presumido Castañeda, cuya fundación depende del Ministerio de Medio Ambiente.
“El desafío es no limitarse a poner líneas en un mapa. El reto de España es poner medios para gestionar estos hábitats”, lanza la bióloga española Purificació Canals, presidenta de MedPAN, la red de gestores de áreas marinas protegidas del Mediterráneo. Canals recuerda los recortes llevados a cabo por el Gobierno de Mariano Rajoy en el presupuesto dedicado a conservación. Solo en 2012, se recortó un 41% el presupuesto para los parques nacionales. “La reducción de los presupuestos hace que las áreas marinas protegidas sean paper parks”, opina la bióloga.
El caso no es exclusivo de España, sino generalizado en todo el mundo. En el Mediterráneo, el 4,5% de las aguas tiene algún tipo de protección sobre el papel, pero eso, apunta Canals, es teniendo en cuenta el inmenso santuario Pelagos para mamíferos marinos, establecido en 2002 entre Francia, Italia y Mónaco para proteger a rorcuales, cachalotes y delfines, pero no a otras especies. Quitando esta reserva, solo el 1,08% del Mediterráneo está blindado.
“Sólo el 44% de las 179 áreas protegidas del Mediterráneo tiene un plan de gestión”, incide Canals, señalando por lo tanto a casi un centenar de paper parks. “En España, y en general, no hay un presupuesto dedicado a gestionar las zonas clasificadas como Red Natura 2000 [un blindaje europeo para asegurar la supervivencia de los hábitats más amenazados de la UE]”, lamenta. “Tenemos buenos técnicos en los ministerios, pero no buenos políticos”. En estos parques virtuales continúa el turismo descontrolado, la pesca ilegal, el paso de grandes buques de transporte e, incluso, los dragados, que implican la extracción de materiales del fondo marino para facilitar el paso de barcos de gran calado.
Sólo el 44% de las 179 áreas protegidas del Mediterráneo tiene un plan de gestión
“Todo el mundo está hablando de lograr el 10% de áreas marinas protegidas en 2020, ¿pero qué pasa si llegamos al 10% y son solo paper parks?”, coincide el biólogo marino Daniel Mateos. Este investigador español participa en el proyecto europeo de Monitorización de Áreas Marinas Protegidas en el Mediterráneo. Allí ha visto que todo sigue igual en lugares teóricamente blindados, como la reserva marina del cabo de Palos, en aguas de Murcia, afectada por la pesca ilegal.
Mateos también critica que las áreas marinas protegidas se establezcan “de arriba a abajo” o, lo que es lo mismo, en los despachos sin contar con la población local. Es lo que ha ocurrido en la isla canaria de El Hierro, donde el Ministerio de Medio Ambiente proyecta declarar el primer parque nacional marino de España, ante la oposición de pescadores y buceadores, que no fueron previamente informados. “Las primeras veces nos recibieron a patadas”, resume un miembro de la delegación del Ministerio que fue a explicar el proyecto a la población local. El nuevo parque nacional protegería las aguas más tropicales de Europa, en las que viven 16 especies de cetáceos.
Simard, que es director adjunto del Programa Marino Global de la UICN, subraya que el jueves, en el congreso de Sidney, se lanzó una hoja de ruta para acelerar la creación de auténticas reservas marinas en aguas internacionales, donde solo el 0,25% está protegido. “Ahora hay un proceso abierto en Naciones Unidas para llegar a acuerdos que nos permitan crear áreas protegidas en aguas internacionales. Nos costó tres años llegar a la decisión de que se abrieran las negociaciones y los expertos calculan que estas se prolongarán otros 10 años”, explica Simard. Pocas veces fue tan cierto el viejo lema ecologista: sin dinero sobre la mesa, la conservación es solo conversación.
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