Las lecciones de Europa
Folha de São Paulo
Europa está aterrada por el fantasma del agotamiento histórico.
Tras cinco siglos de haberse atribuido la misión de enseñar al mundo, parece tener poco que enseñar y, lo que aún es más trágico, parece no ser capaz de aprender de la experiencia del mundo.
A pesar de ser cada vez más pequeño en el contexto mundial, el rincón europeo no consigue comprender el mundo si no es a través de conceptos generales y principios universales y ni si quiera se da cuenta de que su fidelidad a éstos hoy es un espejismo. Partiendo de la idea de que la comprensión del mundo excede en mucho la comprensión europea del mundo, las dificultades por las que pasa Europa pueden ser un fértil campo de aprendizaje para todo el mundo.
He aquí las principales lecciones.
Primera lección: la idea de que las crisis constituyen oportunidades es una verdad ambigua porque las oportunidades van en direcciones opuestas y son aprovechadas por quienes se preparan mejor antes de la crisis.
La derecha ha usado la crisis para implementar la “doctrina del choque”, que implica las privatizaciones y la destrucción del Estado de bienestar (privatización de la educación y la salud). No había logrado hacerlo por la vía democrática, pero fue preparando a la opinión pública para asumir la idea de que no hay alternativa al sentido común neoliberal.
Por el contrario, la izquierda se ha dejado desarmar por este sentido común, razón por la que no ha podido aprovechar la crisis para mostrar el fracaso del neoliberalismo (tanto por el estancamiento como por la injusticia) y proponer una alternativa posneoliberal.
El movimiento ecologista, antes fuerte, ha quedado paralizado por la consigna del crecimiento, aun sabiendo que este crecimiento es insostenible y que así pierde la oportunidad brindada por la cumbre Río+20 [1] del año que viene.
Segunda lección: la liberalización del comercio es una ilusión productiva para los países más desarrollados. Para ser justo, el comercio debe basarse en amplios acuerdos regionales que incluyan políticas industriales conjuntas y la búsqueda de equilibrios comerciales dentro de la región.
¿No debería Alemania, que tanto exporta al resto de Europa, importar más del resto de Europa?
Para que esto sea posible, es necesaria una política aduanera y de preferencias comerciales regionales, así como una refundación de la Organización Mundial del Comercio, hoy un cadáver aplazado [2], en el sentido de empezar a construir del modelo de cooperación internacional del futuro: acuerdos globales y regionales que, cada vez más y siempre en la medida de lo posible, hagan que los lugares de consumo coincidan con los lugares de producción.
Tercera lección: los mercados financieros, dominados como están por la especulación, nunca recompensarán a los países por los sacrificios hechos, pues la insuficiencia de estos sacrificios es lo que alimenta los beneficios de la inversión especulativa. Sin el control de las dinámicas especulativas, el desastre social se producirá de todos modos, tanto por la vía de la obediencia como de la desobediencia a los mercados.
Cuarta lección: la democracia puede desaparecer gradualmente y sin necesidad de un golpe de Estado.
Varios países de Europa viven una situación de suspensión constitucional, un nuevo tipo de Estado de excepción que no tiene en el punto de mira a peligrosos terroristas, sino a los ciudadanos comunes, sus salarios y sus pensiones.
La sustitución de Berlusconi (para la que había buenas razones democráticas) fue decidida por el Banco Central Europeo.
El estatuto de los bancos centrales, creado para hacerlos independientes de la política, ha hecho que la política dependa de ellos.
Una vez conquistada parcialmente, la democracia puede ser destripada por la corrupción, la mediocridad y pusilanimidad de los dirigentes, así como por la tecnocracia en representación del capital financiero al que siempre ha servido.
Notas
[1] Se refiere a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible de junio de 2012 (N. T.)
[2] Alusión al verso del poema “Don Sebastián, rey de Portugal”, de Fernando Pessoa, que dice: “¿Sin locura qué es el hombre más que una bestia sana, cadáver aplazado que procrea?” (N. T.)
Fuente:
Boaventura de Sousa Santos es sociólogo y profesor catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad de Coimbra (Portugal).
el dispreciau dice: El mundo conocido está sucumbiendo delante de nuestros propios ojos. Europa se está ahogando en la desidia de sus reinos empobrecidos, de sus vireinos corruptos, de sus principados robados, pero peor aún, de sus mentidas democracias... Estados Unidos de Norteamérica está asistiendo, simultáneamente, al fin de su modelo corporativo y empresario depredador, asaltante de masas e inductor de pobrezas... China e India, saturadas de desprecios y burlas sociales, están asistiendo por distintos motivos a su desintegración, sin atenuantes. No es lo único, la civilización humana tal como se ha expresado en los últimos cinco mil años, repentinamente ha dejado de guardar sentido para enfrentarse a un abismo de necedades que es imposible de remontar. La evidencia es que Europa no aprendió las lecciones de la historia, quizás sí lo hicieron sus gentes, los anónimos, no así el oportunismo de sus políticos, empresarios y banqueros que han pretendido traer al siglo XXI las barbaries cursadas por los imperios conceptuales que han convertido al mundo humano en una colonia de antojos y de caprichos... Estados Unidos de Norteamérica tampoco aprendió sus lecciones y recurre siempre a los mismos errores para expresar ideas políticas que desmerecen y hasta denigran las calidades de sus gentes, tan simples y sencillas como cualquiera de las otras que pueblan este enfermo planeta de vanidades. China e India expresan lo peor del colonialismo británico, la consecuente negación de los valores subyacentes en gentes burladas hasta el hartazgo, desde y por sus propias guías políticas. El mundo ya no encuentra espacio para una derecha que no ha logrado agregar valor genuino a nada de lo que se le ha cruzado como potencialmente posible... El mundo ya no encuentra espacio para una izquierda que, con otro color, ha hecho lo propio con sus tiempos. El mundo humano no suma, resta y divide sin encontrar resultado alguno, lo cual queda en evidencia cuando se observa que dos tercios de la humanidad deambulan por sus destinos excluídos de cualquier sociedad. Europa se ha quedado sin pizarrón, peor aún, se ha quedado sin tizas... y su fin se vislumbra cercano, a la vuelta de la esquina, porque las incapacidades manfiestas son muchas más, superadoras de cualquier iniciativa integradora... Europa está quebrada y enseña el camino que le espera al mundo humano inmediato. No serán los bancos ni tampoco sus economistas los que salven al mundo... curiosamente, tampoco lo serán las corporaciones vacías de contenidos ciertos. El mundo humano necesita ser repensado ya mismo, porque el tiempo se ha terminado sin que la clase política se haya dado cuenta del daño que ha hecho... de allí que insista siempre en activar las mismas recetas, la de la exclusión del otro. Diciembre 10, 2011.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario