miércoles, 21 de diciembre de 2011

EL IMPERIO DE LAS IGNORANCIAS || Latinoamérica, la discriminación continúa >> Mujeres >> Blogs EL PAÍS

Latinoamérica, la discriminación continúa

Por: | 21 de diciembre de 2011

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha publicado esta semana un informe –con la asistencia financiera del Gobierno de España- que si bien es una buena radiografía sobre la situación de las mujeres en América Latina, no aporta grandes novedades: la discriminación y la desigualdad continúan y en algunos países, incluso, han empeorado, como el caso de algunos centroamericanos, entre ellos Guatemala y El Salvador.

El informe de 129 páginas, que se puede leer completo aquí, es una confirmación más de que la deuda moral que tiene América Latina con sus mujeres, lejos de disminuir, va en aumento y sin esperanzas de que esa tendencia vaya a cambiar en el futuro. Los hallazgos del estudio, titulado “El trabajo, la educación y los recursos de las mujeres: la ruta hacia la igualdad en la garantía de los derechos económicos, sociales y culturales”, son demoledores:

“En muchas partes de la región, las mujeres tienen menores posibilidades que los hombres de satisfacer necesidades básicas, tales como la alimentación, el acceso a vivienda, y a servicios de salud especializados, siguen particularmente expuestas a formas de violencia física y sexual, y tienen opciones limitadas de obtener un trabajo decente y de incidir en la agenda pública de sus países”.

Boliviana
Una niña boliviana lleva un pequeño a cuestas. Worldvision

La CIDH culpa a la pobreza como uno de los obstáculos principales para que las mujeres latinoamericanas puedan acceder a una mejor calidad de vida. La mayoría de los 570 millones de personas que viven hoy día en América Latina son mujeres y jóvenes menores de 30 años, en especial mujeres de sectores rurales, indígenas y afrodescendientes, según el Fondo de Población de Naciones Unidas.  La violencia de género y el embarazo en las adolescentes -sobre todo en Bolivia- también son problemas cotidianos a los que se enfrentan las mujeres latinoamericanas.

La pobreza lleva a la discriminación y a la desigualdad. La CIDH, que forma parte del sistema de la Organización de Estados Americanos (OEA), asegura que la discriminación contra las mujeres en la región se sigue reflejando “en el mercado de trabajo, su acceso limitado a la seguridad social, las altas tasas de analfabetismo de mujeres y niñas en comparación con los hombres, la grave situación de pobreza y exclusión social que las afecta, y las reducidas oportunidades de participación existentes para mujeres indígenas y afrodescendientes”.

Entonces, el círculo vicioso de pobreza-discriminación-desigualdad se retroalimenta en una región que ha escapado en los últimos años de la crisis económica que afecta, e incluso ha hecho tambalear, a otras zonas del planeta.

La CIDH reconoce que ha habido avances: hay más mujeres que se titulan en las universidades. La mala noticia es que ese éxito no se traduce en mejores empleos y salarios comparados con los hombres. Ya lo había advertido la ONU: el desempleo femenino y la proporción de mujeres ocupadas en sectores de baja productividad siguen siendo sistemáticamente superiores a los de los hombres e incluso en algunos países se han incrementado.

El trabajo de la CIDH se ha realizado a lo largo de tres años, recopilando información a través de encuestas, entrevistas con miembros de la sociedad civil y representantes de los Gobiernos latinoamericanos. La batalla luce cuesta arriba, pero sus recomendaciones son sencillas: proponen la realización de campañas para sensibilizar a la población contra los patrones discriminatorios y para que las mujeres conozcan sus derechos y opciones laborales. En el pasado se han realizado campañas como estas, con pocos resultados, por lo que se evidencia en este informe.

También recomiendan intervenciones y medidas estatales “destinadas a garantizar el ejercicio de las mujeres de su derecho al trabajo, a la educación y a su acceso y control de recursos económicos en condiciones de igualdad y libre de toda forma de discriminación”. ¿Es que los Gobiernos latinoamericanos no son capaces de ver lo que tienen ante sus propias narices? Y mientras, la deuda moral sigue creciendo.
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el dispreciau dice: además de estados ausentes y descuidadamente discriminantes, hay funcionarios a los que el alma les atrasa... hace pocos días se escuchó a un futbolista de la nueva generación (no juegan, juegan poco y mal, pero cobran fortunas por no hacer nada al mejor estilo de los realities que inundan horas trágicas de la televisión mundana) decir que: "la mujer nace para servir al hombre", para inmediatamente aseverar que dicho precepto está en la biblia. Más allá de las falacias neuronales y las otras pobrezas mentales, lo expresado por este jóven, revela el pensamiento social de clases que parten de la ignorancia inducida por aquellos estados ausentes y sus funcionarios especialmente huecos. Ello se traduce en violencias inadmisibles que la justicia no resuelve porque convive con todas las formas habidas y por haber de injusticias fabricadas por esos mismos estados ausentes. América Latina es un ejemplo, nefasto, no el único... antes bien el drama comienza en las sociedades "más civilizadas" (¿avanzadas?) donde estos mismos hechos se ocultan prolijamente tras maquillajes. Estados Unidos, por caso, es el país que mayor violencia expresa en sus cuadros sociales, seguido por el mundo árabe, y singularmente por el atraso impuesto desde los estamentos políticos de la China, India, y más... luego los diarios con su periodismo amarillo, mostrarán los dramas de las mujeres del África, nada distinto al que penan las damas del primero y segundo mundos. Este juego de arrasar el alma ajena está conduciendo a la raza humana a un nuevo quiebre, el de sus géneros, del que nada bueno saldrá, porque nada bueno puede salir de la intolerancia como mecanismo de gestión pública, de justicia, o de lo que se quiera. El acoso y la violación son moneda corriente y el mundo lo acepta... porque no hay nadie que escuche ni tampoco que atienda, y lo único que se construye es una burla social monumental que insulta permanentemente a la inteligencia pública de los géneros. Hoy no se respeta niño ni niña... y ello es un síntoma de lo mal que le funcionan las neuronas a la sociedad, atrapada por redes de trata y tráfico de personas, protegidas desde las funciones públicas de la corrupción que reina en el planeta humano. De allí en más, la mujer adulta pasa a ser una esclava más, consciente o inconscientemente, de un sistema que la coloca en estado de competencia permanente consigo misma... necesita "producirse" para salir a la calle, como si ello fuera condición de superación de las inteligencias. Para el hombre, la mujer aparece como un verdadero peligro, sencillamente porque ella lo aventaja en inteligencia, y además esa es la versión comprada desde que Dios apareció castigando a sus nacidos. Se denigra al género... sin apreciar que sin "género" no habría humanidad. Cuanto más se cultivan las ignorancias peor es el resultado social, y estos (resultados) están a la vista... mujeres quemadas, degolladas, apuñaladas, violadas, vejadas, empujadas, despreciadas... que a su vez difunden sus dramas a una sociedad morbosa que luego repite las conductas indiscriminadamente, hacia arriba y hacia abajo. Ello no es cuestión de pobrezas, antes bien lo es de "ignorancias"... y por estas horas, ignorantes son los que sobran, donde Usted mire allé están... manejando la vida de los otros. Diciembre 21, 2011.-

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