Conflicto entre Mercosur y Reino Unido por las islas Malvinas
La unión sudamericana acuerda la prohibición de la entrada en sus puertos de barcos con bandera de las Malvinas
Alejandro Rebossio Buenos Aires 21 DIC 2011 - 18:58 CET51
Reino Unido no solo tiene problemas con sus 26 socios de la Unión Europea sino también con Mercosur. La unión aduanera sudamericana integrada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay acordó ayer en la cumbre de Montevideo la prohibición de la entrada en sus puertos de barcos con bandera de las islas Malvinas, que ocupa Londres pese a la reclamación de soberanía que formula Buenos Aires. El Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha respondido hoy a esa decisión de los presidentes de los países de Mercosur con un comunicado en el que manifestó su “preocupación”.
El ministro de Exteriores británico, Jeremy Browne, recordó que durante 150 años las embarcaciones de las Falkland (el nombre con el que los británicos llaman a las islas Malvinas) amarraron en los puertos sudamericanos. “Es inaceptable poner a las Falkland bajo un bloqueo económico. Mercosur debería tomar una decisión responsable. No puede haber justificación legal, moral o política a los esfuerzos por intimidar al pueblo de las islas Falkland”, añadió Browne.
En las Malvinas viven 3.140 personas (61,3% nativas de allí, 29% de Gran Bretaña, 6,5% chilenos y 2,6% españoles) que se dedican fundamentalmente a la pesca. Reino Unido arrebató las Malvinas a Argentina en 1833. En 1982, la última dictadura militar argentina intentó recuperarlas con una guerra que duró dos meses, se cobró 1.000 vidas y acabó en victoria de la entonces primera ministra británica, la conservadora Margaret Thatcher.
El actual Gobierno del conservador David Cameron instruyó a sus embajadores para que plantearan ante las autoridades de cada país la urgencia por clarificar el sentido exacto del acuerdo que se logró en Mercosur. A partir de eso, dará a conocer los nuevos pasos de su estrategia.
La decisión del bloque sudamericano se produjo en solidaridad con Argentina, pero también con Uruguay, cuyo presidente, José Mujica, había decidido por su cuenta la semana pasada que dejaría de recibir embarcaciones de las Malvinas. En su momento, el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, había justificado la decisión de su país: “La medida se toma simplemente por un hecho de coherencia política. Verdaderamente Uruguay ha tenido una posición anticolonialista y de descolonización”.
También en los últimos días se registró un incidente con un pesquero español con licencia de pesca de Malvinas que había partido de Montevideo, entró en aguas argentinas del río de la Plata y fue perseguido por la Prefectura Naval de Argentina hasta que volvió a jurisdicción uruguaya.
Al cerrarse los puertos de Uruguay para los barcos malvinenses, Brasil se transformaba en la otra opción para recalar en el Atlántico sur. La decisión de ayer de Mercosur anula también esa posibilidad. Los presidentes Cristina Fernández de Kirchner, de Argentina, Dilma Rousseff, de Brasil, Fernando Lugo, de Paraguay, y Mujica fueron los firmantes del convenio.
En noviembre pasado también había adoptado una medida similar la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), integrada por los cuatro países de Mercosur, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Guyana y Surinam. Argentina no solo reclama la soberanía de Malvinas sino también se opone a que Reino Unido conceda licencias de pesca y explotación petrolera en la isla. De momento, las exploraciones en busca de hidrocarburos han dado resultados tanto positivos como negativos. Aún no ha comenzado la etapa de explotación del crudo hallado.
El ministro de Exteriores británico, Jeremy Browne, recordó que durante 150 años las embarcaciones de las Falkland (el nombre con el que los británicos llaman a las islas Malvinas) amarraron en los puertos sudamericanos. “Es inaceptable poner a las Falkland bajo un bloqueo económico. Mercosur debería tomar una decisión responsable. No puede haber justificación legal, moral o política a los esfuerzos por intimidar al pueblo de las islas Falkland”, añadió Browne.
En las Malvinas viven 3.140 personas (61,3% nativas de allí, 29% de Gran Bretaña, 6,5% chilenos y 2,6% españoles) que se dedican fundamentalmente a la pesca. Reino Unido arrebató las Malvinas a Argentina en 1833. En 1982, la última dictadura militar argentina intentó recuperarlas con una guerra que duró dos meses, se cobró 1.000 vidas y acabó en victoria de la entonces primera ministra británica, la conservadora Margaret Thatcher.
El ministro de Exteriores británico, Jeremy Browne, recordó que durante 150 años las embarcaciones de las Falkland amarraron en los puertos sudamericanos
El actual Gobierno del conservador David Cameron instruyó a sus embajadores para que plantearan ante las autoridades de cada país la urgencia por clarificar el sentido exacto del acuerdo que se logró en Mercosur. A partir de eso, dará a conocer los nuevos pasos de su estrategia.
La decisión del bloque sudamericano se produjo en solidaridad con Argentina, pero también con Uruguay, cuyo presidente, José Mujica, había decidido por su cuenta la semana pasada que dejaría de recibir embarcaciones de las Malvinas. En su momento, el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Luis Almagro, había justificado la decisión de su país: “La medida se toma simplemente por un hecho de coherencia política. Verdaderamente Uruguay ha tenido una posición anticolonialista y de descolonización”.
También en los últimos días se registró un incidente con un pesquero español con licencia de pesca de Malvinas que había partido de Montevideo, entró en aguas argentinas del río de la Plata y fue perseguido por la Prefectura Naval de Argentina hasta que volvió a jurisdicción uruguaya.
Al cerrarse los puertos de Uruguay para los barcos malvinenses, Brasil se transformaba en la otra opción para recalar en el Atlántico sur. La decisión de ayer de Mercosur anula también esa posibilidad. Los presidentes Cristina Fernández de Kirchner, de Argentina, Dilma Rousseff, de Brasil, Fernando Lugo, de Paraguay, y Mujica fueron los firmantes del convenio.
En noviembre pasado también había adoptado una medida similar la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), integrada por los cuatro países de Mercosur, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Guyana y Surinam. Argentina no solo reclama la soberanía de Malvinas sino también se opone a que Reino Unido conceda licencias de pesca y explotación petrolera en la isla. De momento, las exploraciones en busca de hidrocarburos han dado resultados tanto positivos como negativos. Aún no ha comenzado la etapa de explotación del crudo hallado.
el dispreciau dice: en un mundo atropellado por las incapacidades y las inconsciencias en el uso y "abuso" (más que abuso) del poder, las sociedades asisten atónitas (superadas en sus capacidades de sorpresa) a cómo los reinos, los virreinos, los principados y otros modelos propios de escudos y blasones robados por raras "herencias", se burlan de las realidades que imponen los tiempos que corren. Realidades que han dejado en evidencia que todo aquello que parecía estar "bien", en verdad está muy mal, comenzando por la Europa medieval y detrás de ella, siguiendo por las mentidas democracias que se sustentan en el atropello del prójimo, en su exclusión, para luego ausentar a los estados de sus responsabilidades públicas, insultando a las respectivas conciencias ciudadanas y denigrando a la condición humana... dicho esto, aparecen cuestiones propias de imperios caídos en desuso, esas que imponen falsos colonialismos de conveniencias, los que una vez más disponen sobre la vida de los súbditos al mejor estilo del medievo. Tanto es así que la "indignación" ya forma parte de los paisajes del planeta humano en su totalidad, desde China hasta Estados Unidos de Norteamérica (hoy sigue siendo Estados pero no tan "unidos" como antes), desde España hasta la Rusia esteparia y más. Léase, la gente está harta de gobernantes de pacotilla, que se acercan más al "cómic" que a la realidad que dicen conducir y hasta gobernar. Todo es falso, todo es mentiroso, y apenas si logra esconder los intereses que están hundiendo al planeta humano en un brutal desconcierto que se mueve al modo de una gelatina, entre el cambio climático y el arrasamiento de los recursos cada vez más escasos, para que las corporaciones sigan robándoles las casas a las gentes empobrecidas, quitándoles sus trabajos, desmereciendo la condición humana al quitárseles los derechos a la salud y a la educación, todo ello en nombre a los ajustes de monedas inciertas y de economías falsas... beneficios de pocos... drama de muchos. En este desconcierto concertante aparece una vez más el desatino imperial de Malvinas, con sus razones y sus más que sinrazones... islas que sirven para burlar a las personas, más allá de sus propios estados, todos ausentes. El problema de Malvinas ya ni siquiera pasa por lo que piensan y sienten sus habitantes, incluso se ha colocado más allá de los ignorados ex-combatientes de una guerra estúpida... sucede que la voluntad de las gentes es atropellada y hasta manipulada por los antojos de falsos reyes y de incapaces ministros, devenidos en dueños de un mundo que no les pertenece pero del que hacen (una vez más) uso y abuso por aquellas extrañas herencias que suelen atropellar a los prójimos en nombre de la historia. Todo indica que Malvinas (al igual que otros casos) forma parte de un empecinamiento personal en el que las partes no logran coincidir porque las antípodas no suelen acercar a los espíritus, muchos menos a las conveniencias y sus pobrezas. Gran Bretaña no podrá sacar petróleo de las aguas malvinenses, y de hacerlo hasta quizás produzca una catástrofe ecológica como la del Golfo del México, imposible de ser resuelta, con una altísima y trágica capacidad de daño, algo que luego justificará en nuevas desidias y muchas más ignorancias... más allá, toda la evidencia conduce a descubrir que los imperios "atrasan" más que sus reyes, así como los estados están ausentes de las consideraciones públicas... si hubiese un poco de dignidad de partes, el Reino Unido debería sentarse a conversar para establecer un "puente" genuino... al tiempo que Argentina y Mercosur deberían sentarse a conversar para establecer una convergencia auténtica. No obstante ello, la tozudez de las partes hace que ello sea imposible, inviable, ya que en mucha menor escala la propia América Latina se desintegra cuando Bolivia se queda sin su salida al mar, cuando la Amazonia arrasada se justifica en los disimulos del estado brasileño, cuando los estados ausentes del Mercosur disimulan el trabajo esclavo creciente, cuando esos mismos estados ausentes del Mercosur niegan realidades de la pobreza que están a la vista de todos, menos de los que dicen conducir a los pueblos, y muchos más etcéteras. Este mundo ya no tiene lugar para reinos como tampoco lo tiene para los mesianismos políticos tan comunes a profetas sin sabiduría alguna... el divorcio que hay entre los estados y sus sociedades ya es per se demasiado dramático y promete profundizarse a manos de empecinamientos y de indignaciones... pero como siempre, cuando los extremos alcanzan las distancias suficientes, la historia suele quebrarse con un simple chasquido y luego de ello, nada es igual, los empecinamientos no sirven y las indignaciones se tornan dignas. Raras visiones del mundo humano, donde los estados son "infames" y las gentes, apenas "pobres". Diciembre 22, 2011.-
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