Argentina sanciona la ley de regulación de papel para periódicos
El Senado aprueba también una ley antiterrorista que, según el Gobierno, podrá usarse contra los medios de comunicación que provoquen “golpes de mercado”
Alejandro Rebossio Buenos Aires 22 DIC 2011 - 23:38 CET119
El Senado de Argentina ha convertido este jueves en ley el proyecto de regulación de la fabricación, distribución e importación de papel para periódicos. La norma recibió el apoyo de los senadores del peronismo kirchnerista y otros grupos aliados, pero no consiguió el respaldo de la oposición, ni siquiera de los progresistas que estaban a favor de una regulación del sector, pero en términos distintos de los que impulsó el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El vicepresidente del Ejecutivo y presidente del Senado, Amado Boudou, opinó que la nueva legislación "mejorará la calidad de información y la pluralidad de opiniones” al asegurar el acceso al insumo al mismo precio para todos los periódicos. Los opositores consideraron que, en lugar de declarar el papel de periódicos como de “interés público”, la ley lo convertía en “interés del Gobierno”.
La nueva legislación establece que la única fabricante argentina de papel para periódicos, Papel Prensa (49% del Grupo Clarín, 27% del Estado y 22% del diario La Nación), deberá vender el insumo al mismo precio a todos los medios de Argentina. También tendrá que garantizar a todos el acceso al papel. En la actualidad se importa sin aranceles ni regulaciones el 22% del insumo consumido por las publicaciones argentinas.
La ley dispone que Papel Prensa deberá presentar cada tres años un plan de inversiones para aumentar el abastecimiento del mercado. En el caso de que los accionistas privados no inviertan, lo hará el Estado y así elevará su participación en la empresa. Los derechos políticos que surjan de esas nuevas acciones del Estado serán ejercidos por un consejo federal del que formarán parte todos los periódicos del país, con excepción de los que sean accionistas de Papel Prensa. Ese consejo velará por el cumplimiento de la nueva regulación.
Dos asociaciones de periódicos de Argentina han manifestado su oposición a la ley porque consideran que, en lugar de beneficiarlos, los perjudica. Reclamaron que el Gobierno garantizara el pluralismo informativo y la continuidad de todas las empresas periodísticas. En cambio, algunos periódicos han apoyado la iniciativa de Fernández porque consideran que con ella se acabará lo que ellos consideran el “monopolio” del papel para periódicos. Papel Prensa abastece al 78% del mercado argentino.
“Lamentablemente Clarín y La Nación están haciendo un ataque feroz desde sus líneas editoriales en contra de la libertad de acceso al papel que necesitan todos los medios y, en definitiva, en contra de la democracia”, declaró Boudou. Clarín, dueña del principal grupo de medios de comunicación, que incluye el periódico más vendido, y el grupo La Nación, que también cuenta con revistas, atribuyeron el proyecto del Gobierno a una ofensiva más amplia contra los medios de comunicación que son esquivos al kirchnerismo.
La pelea de Fernández se libra sobre todo contra Clarín, grupo al que acusa de monopolio tanto en el mercado de papel para periódicos como en las emisoras de radio y televisión y en la operadora de TV por cable.
Pero La Nación informó el jueves que un juez había inhibido bienes de ese periódico por un valor de 28,8 millones de euros por una presunta deuda que mantiene con Hacienda. La Nación acusó a las autoridades tributarias de esconder al juez un fallo de la Corte Suprema de 2009 en el que se disponía que se frenara la ejecución de ese pasivo hasta tanto no se expidiera sobre su legalidad. Los medios de comunicación se habían beneficiado de una rebaja tributaria a partir de la crisis argentina de 2001, pero el Gobierno de Néstor Kirchner la derogó en 2003 con la presunta promesa por escrito de crear una nueva, según La Nación. A partir de eso, este periódico y otros 23 medios más siguieron computando en sus balances esa rebaja impositiva. Hacienda no ha aceptado ese criterio y ha recurrido a la justicia.
El Senado también aprobó el míercoles una ley antiterrorista que, según el Gobierno, podrá usarse contra los medios de comunicación que provoquen “golpes de mercado”. "La ley antiterrorista no es para perseguir. Es para que no vuelva a pasar un golpe de mercado", dijo José Sbatella, jefe de la Unidad de Información Financiera, que se dedica al combate del lavado de dinero. “Lo que está previniéndose es la posibilidad de que un grupo de personas con un gran poder económico pueda concertar una política que vacíe las reservas (del Banco Central) o aterrorice a la población de tal manera que la induce a llevarse los depósitos, que es lo que ha pasado históricamente en los golpes de mercado. Los que generan eso son un núcleo muy reducido de operadores que luego difunden la situación con los medios”, declaró Sbatella a Radio La Red, en alusión a lo sucedido, por ejemplo, en la crisis que desembocó en el corralito de 2001.
La nueva legislación establece que la única fabricante argentina de papel para periódicos, Papel Prensa (49% del Grupo Clarín, 27% del Estado y 22% del diario La Nación), deberá vender el insumo al mismo precio a todos los medios de Argentina. También tendrá que garantizar a todos el acceso al papel. En la actualidad se importa sin aranceles ni regulaciones el 22% del insumo consumido por las publicaciones argentinas.
Dos asociaciones de periódicos de Argentina han manifestado su oposición a la ley porque consideran que, en lugar de beneficiarlos, los perjudica
La ley dispone que Papel Prensa deberá presentar cada tres años un plan de inversiones para aumentar el abastecimiento del mercado. En el caso de que los accionistas privados no inviertan, lo hará el Estado y así elevará su participación en la empresa. Los derechos políticos que surjan de esas nuevas acciones del Estado serán ejercidos por un consejo federal del que formarán parte todos los periódicos del país, con excepción de los que sean accionistas de Papel Prensa. Ese consejo velará por el cumplimiento de la nueva regulación.
Dos asociaciones de periódicos de Argentina han manifestado su oposición a la ley porque consideran que, en lugar de beneficiarlos, los perjudica. Reclamaron que el Gobierno garantizara el pluralismo informativo y la continuidad de todas las empresas periodísticas. En cambio, algunos periódicos han apoyado la iniciativa de Fernández porque consideran que con ella se acabará lo que ellos consideran el “monopolio” del papel para periódicos. Papel Prensa abastece al 78% del mercado argentino.
“Lamentablemente Clarín y La Nación están haciendo un ataque feroz desde sus líneas editoriales en contra de la libertad de acceso al papel que necesitan todos los medios y, en definitiva, en contra de la democracia”, declaró Boudou. Clarín, dueña del principal grupo de medios de comunicación, que incluye el periódico más vendido, y el grupo La Nación, que también cuenta con revistas, atribuyeron el proyecto del Gobierno a una ofensiva más amplia contra los medios de comunicación que son esquivos al kirchnerismo.
La pelea de Fernández se libra sobre todo contra Clarín, grupo al que acusa de monopolio tanto en el mercado de papel para periódicos como en las emisoras de radio y televisión y en la operadora de TV por cable.
Algunos periódicos han apoyado la iniciativa de Fernández porque consideran que con ella se acabará lo que ellos consideran el “monopolio”
Pero La Nación informó el jueves que un juez había inhibido bienes de ese periódico por un valor de 28,8 millones de euros por una presunta deuda que mantiene con Hacienda. La Nación acusó a las autoridades tributarias de esconder al juez un fallo de la Corte Suprema de 2009 en el que se disponía que se frenara la ejecución de ese pasivo hasta tanto no se expidiera sobre su legalidad. Los medios de comunicación se habían beneficiado de una rebaja tributaria a partir de la crisis argentina de 2001, pero el Gobierno de Néstor Kirchner la derogó en 2003 con la presunta promesa por escrito de crear una nueva, según La Nación. A partir de eso, este periódico y otros 23 medios más siguieron computando en sus balances esa rebaja impositiva. Hacienda no ha aceptado ese criterio y ha recurrido a la justicia.
El Senado también aprobó el míercoles una ley antiterrorista que, según el Gobierno, podrá usarse contra los medios de comunicación que provoquen “golpes de mercado”. "La ley antiterrorista no es para perseguir. Es para que no vuelva a pasar un golpe de mercado", dijo José Sbatella, jefe de la Unidad de Información Financiera, que se dedica al combate del lavado de dinero. “Lo que está previniéndose es la posibilidad de que un grupo de personas con un gran poder económico pueda concertar una política que vacíe las reservas (del Banco Central) o aterrorice a la población de tal manera que la induce a llevarse los depósitos, que es lo que ha pasado históricamente en los golpes de mercado. Los que generan eso son un núcleo muy reducido de operadores que luego difunden la situación con los medios”, declaró Sbatella a Radio La Red, en alusión a lo sucedido, por ejemplo, en la crisis que desembocó en el corralito de 2001.
el dispreciau dice: Argentina como nación ha padecido su historia, siempre expuesta a extraños vaivenes de conveniencias foráneas prolijamente atendidas por pseudo-gobernantes devenidos en mesías... los ejemplos son muchos, demasiados, y los argentinos hemos pagado una y otra vez por los mismos errores. Partiendo de la base cierta que supo imponer una "historia" oficial escrita a la medida de los intereses de familias patricias con "bienes" robados a otros... una "historia" oficial que sirvió para educar a numerosas generaciones de argentinos confundidos intencionalmente por aquellas conveniencias políticas de partidos esencialmente pobres tales como los radicales y los conservadores, mentidos y mentirosos por excelencia... Consumidos por dicha confusión, la sociedad suele dar por bueno aquello que no lo es, que está mal, y así reitera el error tropezando hasta diez veces con la misma piedra... tal vez, el peor de todos los ejemplos ha sido lo cursado en los atropellos intelectuales de la década de los setenta donde ideas e ideologías consumieron a una generación entera... dicha circunstancia fue prolijamente aprovechada por las conveniencias de incipientes corporaciones que cargan en su historia el peso de la manipulación de la opinión pública, aún cuando lo nieguen... ya no vale revisar lo sucedido ya que las víctimas siguen siendo tales a pesar de los mecanismos de las justicias, y nada les devuelve los destinos incumplidos, ni a ellos, ni a sus circunstancias, mucho menos al país como víctima mayor de las peores intolerancias y discriminaciones habidas y por haber... Sin embargo, no satisfechos con el desmadre de los setenta (que venía desde los sesenta y antes desde los cincuenta), los mecanismos del terror político supieron imponer una década más que "infame" (la de los noventa) donde el estado político (ausente y dedicado a las frivolidades del poder de ilustres impresentables) se apropió de los bienes de los trabajadores, quedándose con sus voluntades y sus esfuerzos, para a su vez, convertirlos en pobres, marginados, indigentes, todo en nombre de la "democracia", avalados por imperios, corporaciones, miopes, ciegos, sordos y mudos del mundo que veían con buenos ojos cómo el poder asaltaba a la sociedad argentina, cercada por aquellos impresentables que más tarde se convertirían en fantasmas. Esos mismos fantasmas que nos regalaron atentados como los de la Embajada de Israel y la AMIA, o que supieron obsequiarnos el suculento negocio del narcotráfico y sus lavados, que aún ocupan abundante espacio a costillas de la sociedad, una sociedad que sigue en la condición de víctima. Mucho después, este mismo modelo político a cargo de la Señora Presidente Cristina Fernández supo tener un dramático desencuentro con el "campo" (ente de intereses heterogéneos si los hay, donde la propia Sociedad Rural supo asaltar y esclavizar a los propios conciudadanos en nombre de aquellos otros radicales y conservadores que nunca supieron ver aquello que no les convenía)... dicho desencuentro fue mal comunicado por el propio gobierno y mucho más manipulado por los medios periodísticos dueños de una corporación a la que le sigue conviniendo un país estúpido... las consecuencias de aquel conflicto las pagamos todos, en mayor o menor medida, menos los manipuladores que supieron sacar sus ventajas (como han hecho siempre). Los argentinos zafamos como se pudo... una vez más... acarreando una Ley de Medios propiciada por el concierto de los atropellos de los setenta, asesinatos dirigidos a que los manipuladores se quedaran con el poder de aquellos mecanismos que no se ven, pero están y se usan y abusan en contra de la misma ciudadanía, en nombre de una falsa y falaz libertad de prensa que contrata a periodistas obsecuentes e idiotizados por la mediocridad que suele caracterizar sus mensajes. Hoy molesta el tema del papel y seguramente mañana será otra cosa. Más allá de las razones de los unos y los otros, queda claro que el papel no puede estar en manos de la corporación que manipula las desgracias sociales de todos los argentinos... luego se demostrará cuánta equidad había en la decisión política, pero el papel en manos de un grupo de conveniencias no aparece como algo apropiado a un mundo donde las caretas se caen como barro seco. Argentina supo pagar demasiados precios por las falaces recetas del FMI, del Club de París, de Davos, de delincuentes de guante blanco con cara de "yo no fui" representando intereses mineros (depredadores si los hay), de sojeros que han arrasado miles de hectáreas de bosques, de más delincuentes que aún sostienen la producción de drogas y el lavado de dineros negros, los que son asistidos por jueces que no ven, por cárceles que tienen más poder que el propio gobierno y que son curiosamente funcionales a las corporaciones de medios, el agregado del tráfico de personas que desparecen por arte de magia y que esos mismos medios se ocupan en desvirtuar para luego borrar y confundir las huellas que conduzcan a solución alguna... Argentina se ha acostumbrado a ser atropellada y robada, dando por bueno aquello que no lo es. Algo es bien cierto... aquí el periodismo puede expresar lo que se le antoja, siempre y cuando sus "jefes" se lo permitan... y en ello el gobierno no participa, sin embargo es evidente que la opinión obsecuente de esos periodistas está adecuadamente acondicionada a un "interés" subyacente... Algo más es bien cierto... el papel no puede estar en manos de corporación alguna, más allá de lo que el estado haga o deje de hacer con él, ya que las corporaciones de medios han demostrado carecer de equidad ante los ojos de las gentes con dignidad. Algo más es también cierto, Argentina necesita regresar a aquellas fuentes que los setenta supieron consumir... sólo para construir país de cara a un futuro que reconocerá un mundo de reinos, virreinos y principados arrasados por impericia y negligencia política de soberbias y desprecios, todos impresentables. Junto con ellos, se observa una democracia medieval europea que se está derruyendo en sus corrupciones de siglos... y ello nos enseña que una nueva Revolución Francesa está en ciernes, muy cerca, lo suficiente como para permanecer en el camino que señaló un Kichner con sus luces y sus sombras... aún cuando se cometan nuevos errores, los de afuera son tanto peores y sus resultados están a la vista del mundo, siendo padecidos por miles de millones de excluídos fabricados por corrupciones medievales que poco saben de ciudadanías y democracias. Diciembre 23, 2011.-
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