Una Europa sin europeístas
El nuevo impulso a la UE coincide con una drástica caída de apoyo social | Muchos europeos ya ven a sus instituciones como algo tan 'pérfido' como el FMI
Internacional | 11/12/2011 - 01:51h
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En las manifestaciones que estos últimos meses han recorrido las capitales europeas en protesta por los recortes y el paro, de Atenas a Lisboa pasando por Bruselas, cada vez despuntan más pancartas en contra de Europa. Para muchos, las instituciones europeas son tan pérfidas como el Fondo Monetario
Internacional, por ejemplo, blanco clásico de las iras en este tipo de protestas.
Ese ambiente crítico se refleja también en las últimas encuestas elaboradas en Bruselas sobre el apoyo de los europeos a las instituciones comunitarias. En los diez años que el euro lleva en los bolsillos de los ciudadanos europeos, su confianza en la UE se ha desplomado en la mayoría de los países europeos.
En España, sólo un 24% de la población desconfiaba de la UE en el 2001, según reflejó entonces el Eurobarómetro de la Comisión Europea; en diez años ese porcentaje se ha duplicado y refleja ya el sentir del 49% de los ciudadanos españoles. A peor situación económica, peor opinión de Europa (en Grecia, un 67% de la población desconfía de la UE).
El 55% de los alemanes y el 50% de los franceses no se fía de Europa, frente a un 37% y un 34%, respectivamente, que lo hacía hace 10 años. La tendencia es incuestionable incluso en los países fundadores y en los que menos problemas económicos atraviesan. Sólo los países nórdicos han hecho el viaje en la dirección contraria: sus profundos recelos hacia Europa se han trocado en una mayor confianza a lo largo de la última década, en especial en Suecia.
Los referéndums constitucionales en Francia y Holanda en el 2005 fueron el primer toque de atención a los gobernantes europeos sobre la nueva actitud de los ciudadanos hacia Europa. Para muchos, la ampliación al Este y las aspiraciones constitucionales de las élites era más de lo que podían aceptar. Los dirigentes europeos rectificaron, redujeron sus aspiraciones y a lo largo del último lustro han dejado en suspenso el lanzamiento de nuevos proyectos de integración continental.
La crisis financiera y económica lo ha cambiado todo. Ha obligado a tomar decisiones drásticas e históricas, como dejar atrás al Reino Unido. El clima social será adverso, pero los gobernantes europeos se han convencido de que no hay más opción que apostar por más Europa y tener que asumir nuevas cesiones de soberanía.
Europa no puede sola. "Es urgente. El mundo no esperará a Europa", apremió el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al resto de los dirigentes europeos la semana pasada, en un discurso en Toulon. "Si Europa no cambia rápidamente, la historia se escribirá sin ella. Es la convicción de Francia y Alemania", enfatizó el líder francés.
El principio fundacional de esa nueva Europa es una mayor integración presupuestaria, con más disciplina y más solidaridad, aunque este último punto todavía esté por definirse. Implica ceder un nuevo ámbito de soberanía nacional a Bruselas. Primero fue la monetaria, con la creación del Banco Central Europeo y el euro, y en breve será la presupuestaria, dando voto a Europa en las cuentas nacionales.
Completar el trabajo de los padres fundadores y corregir "las lagunas" que la crisis ha puesto de manifiesto en la unión monetaria es la tarea que Europa –una nueva Europa sin el Reino Unido– tiene ahora ante sí, como dijo la canciller Angela Merkel esta semana en Marsella. No ha habido mención alguna, en cambio, a la necesidad de colmar las lagunas democráticas que minan el proyecto europeo desde sus inicios.
Cuentan que, en la madrugada del viernes, Merkel apenas se esforzó por atraer al primer ministro británico David Cameron hacia el nuevo pacto fiscal europeo. Cameron vetó la reforma en profundidad de los tratados que Merkel y Sarkozy defendían, y al final se quedó solo. En Bruselas se espera que no se descuelgue nadie más, y que ese nueva eurozona plus cuente con 26 países (con la entrada de Croacia en el 2013 volverían a ser curiosamente 27 los socios de esa nueva unión).
Hay tentaciones varias para construir esa Europa. Francia y Alemania llevan años criticando los límites del llamado "método comunitario" (las decisiones con las instituciones comunitarias como garantes) y podrían proponer un enfoque más intergubernamental que hasta ahora (como Francia y Alemania vienen años defendiendo).
Los países pequeños, en cambio, prefieren mantener el método clásico para no sentirse asfixiados por el eje franco-alemán, sobre todo ahora que se ha quedado sin el contrapeso de Londres. Merkel ha dado signos de apertura en este sentido y en la cumbre de Bruselas no faltaron las promesas de implicar al máximo nivel a la Comisión Europea y a la Eurocámara.
Pero la tentación intergubernamental es grande y vieja, e inquieta a los más federalistas. Tras conocerse la decisión del Reino Unido de bajarse del barco, Guy Verhofstadt, líder del grupo liberal en el Parlamento Europeo, pasó horas advirtiendo en cuatro idiomas ante la prensa internacional que el nuevo tratado se debe escribir haciendo un "cortar y pegar" de los textos actuales.
Tanto la Comisión como el Parlamento rechazaban la idea de lanzar un nuevo tratado. "Los ciudadanos europeos no están interesados en años de debate sobre las estructuras e instituciones de la UE. Lo que quieren son acciones decididas para estabilizar la crisis ya", afirma Martin Schulz, líder del grupo socialista en el Parlamento Europeo.
el dispreciau dice: las gentes del mundo saben que el Fondo Monetario Internacional es una institución perversa e inservible tanto como los intereses que defiende... las gentes del mundo saben que los estados europeos están carentes de ideas y por ende ausentes de contenidos sociales genuinos... las gentes del mundo saben que los estados políticos y los poderes corporativos están ausentes de sus responsabilidades sociales, endilgándole culpas a los "otros" que no son "otros" que ellos mismos... las gentes del mundo no desconocen que los reinos están viciados de nulidad y que se han caído de épocas que ya no guardan sentido alguno, sucediendo lo mismo con sus virreinos y sus consecuentes principados, ducados y cualquier otra forma de piratería de las herencias... las gentes del mundo reconocen fácilmente la perversidad de la derecha política tanto como la perversidad de la izquierda negada de sí misma... las gentes del mundo saben que los organismos internacionales son artilugios políticos usados para ganar tiempo o bien para justificar asaltos a los derechos de los prójimos... las gentes del mundo saben que las corporaciones bancarias construídas y diseñadas durante el siglo pasado ya no guardan razón de ser y que no son otra cosa que mecanismos perversos de asalto y piratería de los derechos ciudadanos de los ajenos, los anónimos, los desconocidos, los humildes, y demás... las gentes del mundo saben que los partidos políticos son rejuntaderos de inútiles devenidos en iluminados por la simple gracia de no saber qué hacer con sus vidas, mientras que sí saben cómo robar el esfuerzo y la voluntad ajenas... las gentes del mundo están hartas de verse avasalladas por las conveniencias y los intereses de unos pocos oportunistas y ventajeros... las gentes del mundo son justamente eso, gentes que llevan en silencio sus respectivas mochilas, optando por ser humildes ciudadanos, no por eso tontos ni tampoco estúpidos, sin embargo los medios periodísticos corporativos asumen que la estupidez humana siempre es propiedad del otro, manipulando entonces la consciencia pública que se ve insultada una y otra vez con desprecios que no escatiman esfuerzos de letra... el periodismo mundial está vacío de contenidos y se hace socio solidario de la impericia de los políticos y de las negligencias de las corporaciones, más perversas que nunca antes. Entonces el mundo humano se transforma en un campo de concentración donde los pocos hacen de los muchos lo que se les antoja... y tanto han saturado la solución que ya no da para más. Pero la soberbia que los caracteriza no los deja darse cuenta de la que se viene... e insisten en sostener un modelo quebrado a costillas de los otros... La evidencia deja en claro que la Unión Europea es una entelequia de pocos, usada para excluir antes que para unir... La evidencia deja en claro que el "imperio" lo sigue siendo ya no por contenidos sino por sus alocadas incapacidades... La evidencia deja en claro que el divorcio entre la sociedad y los poderes es, a estas alturas, irreversible... tan irreversible como el quiebre y la definitiva ruptura de un sistema económico que sólo sirve para hacer que haya cada vez más pobres. Diciembre 11, 2011.-
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