Editorial II
La erosión también mata en las rutas
Nubes de tierra, originadas en el desgaste de los suelos por obra del viento, ocasionaron un choque en cadena
Sábado 13 de noviembre de 2010 | Publicado en edición impresa
Un hecho luctuoso ocurrió entre Pilar y Río Segundo, en la ruta nacional que une a Córdoba con Rosario, cuando el avance de una nube de tierra restó toda visibilidad y chocaron 15 automóviles y camiones. Hubo nueve muertes y numerosos heridos, y escenas desgarradoras por la dificultad de acceder al centro de los hechos, oscurecido por la continuidad de la tormenta de tierra.
En medio del meteoro, cuya causa es la erosión del suelo, algunos vehículos salieron de su carril hacia el cantero central, mientras otros, desorientados, llegaron hasta el otro carril e impactaron sobre vehículos que iban en dirección contraria.
Un año atrás, había ocurrido un hecho similar con un saldo de diez colisiones y tres muertes. Y ahora, como demostración de la virulencia del fenómeno, la policía interrumpió la circulación en la ruta.
El hecho determinante de la espesa nube de tierra ocurrió por lo que se conoce como erosión eólica, es decir, la acción de fuertes vientos que impactan sobre suelos carentes de vegetación, como consecuencia de focos remanentes de la sequía o de exceso de pastoreo animal.
Situaciones parecidas ocurrieron en décadas pasadas y, últimamente, en la sequía de 2008 y 2009 en vastas regiones del país. Así, a comienzos del año actual, la ciudad de Bahía Blanca se vio oscurecida a tal punto que los automóviles circularon a baja velocidad con los faros encendidos a pleno. Las provincias de La Pampa, Río Negro, Misiones y probablemente otras registraron hechos de igual naturaleza.
La erosión eólica y también la provocada por lluvias empobrecen los suelos, pues les hacen perder sus capas superficiales de tierra fértil para convertirlos, a veces, en tierra estéril.
No obstante, los productores argentinos están comprometidos en la adopción de tecnologías superadoras de tan perjudicial situación y adoptan un sistema conservacionista denominado "siembra directa", consistente en el uso de sembradoras de diseño adaptado para sembrar sobre los residuos del cultivo precedente, de manera de proteger el suelo formando un colchón con restos vegetales.
Esa técnica adquiere su mayor expresión cuando se le suma la rotación de los cultivos. En los últimos 20 años, 25 millones de hectáreas de los 30 millones cultivados con cereales y oleaginosas están con siembra directa, pero una altísima proporción ha sido de soja, cuyo residuo vegetal protector del suelo es menor que el del trigo, el maíz y otros granos.
Han contribuido a esta deficiente participación del maíz y el trigo en las rotaciones la política oficial de prohibir y cuotificar la exportación de estos dos granos, lo cual redujo su rentabilidad y ha redundado en la "sojización" de los cultivos. A ello se refieren quienes asignan a la soja la permanencia de la erosión.
Por lo tanto, debe tomarse plena y urgente conciencia del daño que representan las distintas formas de erosión de los suelos, sean la de los vientos, las lluvias y la degradación forestal, cuyo control exige una intensa acción tanto pública como privada.
El origen del lamentable hecho ocurrido en la ruta que une Rosario con Córdoba enluta a familias enteras y muestra hasta dónde pueden llegar las consecuencias de la pérdida de fertilidad de nuestros suelos.
La erosión también mata en las rutas - lanacion.com
el dispreciau dice: el cambio climático es un hecho... definitivo, inapelable, grave. No incluido en la agenda política, mucho menos en aquellos ámbitos donde la seguridad es el eje de la acción. El servicio meteorológico aparece hoy dibujado por tercerizaciones mediáticas apropiadas a la necesidad que los medios tienen para llenar minutos en el aire, describiendo estupideces inaceptables que pasan de largo en la vida ciudadana... Este hecho es lamentable (como muchos otros) ya que en el ámbito específico (SMN) los técnicos saben de qué hablan, cuando disponen de los medios para hacerlo. Argentina está enseñando (al igual que el resto del mundo) alteraciones climáticas extremas, repentinas, destructivas. En la planificación de los estados nacional y provinciales (mucho menos en el Congreso Nacional, lleno de personajes con pasos perdidos), no está la prevención de catástrofes naturales y tampoco está ayudar seriamente (de manera genuina) a las víctimas. Por el contrario, inmediatamente después de una catástrofe, los funcionarios involucrados ponen cara de "yo no fui" y se desparraman en explicaciones inadmisibles, al tiempo que las víctimas claman por una ayuda que jamás les llegará, porque en nuestro país el estado está tan ausente que ya nadie se acuerda que existe, y si lo hace, no sabe para qué. Lo de Córdoba es total responsabilidad de sus autoridades políticas, siempre desconocedoras de las causas y desentendidas de las consecuencias. Pero no es distinto al caso de Formosa, o cualquier otro hecho lamentable que se llena de víctimas porque a nadie se le ocurrió mirar una pantalla de PC y avisar que algo andaba mal o podría hacerlo peor. Las consecuencias están a la vista, todo lo que se niega, todo lo que no se ve, todo lo que se disimula, suma víctimas, vidas que no regresan e incapacitados que quedarán excluidos, limitados en sus propias vidas. De este modo, el estado ausente está más ausente que nunca y eso a la sociedad argentina no le sirve. Un estado que se olvida de sus ciudadanos no le sirve a nadie!... ¿se entiende?. Noviembre 13, 2010.-
sábado, 13 de noviembre de 2010
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