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India genera estrategias replicables para suministrar agua potable
- En el asentamiento irregular de Savda Ghevra, en Nueva Delhi, las enfermedades transmitidas por el agua contaminada son cada menos frecuentes gracias a dispensadores automáticos de agua, instalados hace tres años y que funcionan con energía solar.
“El agua es barata, confiable y fresca”, contó Saida, quien vive junto con sus tres hijos cerca de un dispensador, en diálogo con IPS.
Cada día, Saida compra unos 15 litros de agua totalmente potable por unos seis centavos de dólar el litro con una tarjeta recargable. Es conveniente y barato, en comparación con el agua embotellada que cuesta 30 centavos de dólar en India.
Sarvajal Piramal no es la única organización que instaló en Nueva Delhi dispensadores automáticos de agua, que funcionan con energía solar. La iniciativa forma parte de un plan para usar esa fuente de energía para llevar el líquido vital a los 1.300 millones de habitantes, no solo para beber, sino también para la agricultura.
“Es el tipo de soluciones barriales descentralizadas que le interesan al Instituto Global para el Crecimiento Verde (GGGI, en inglés)”, explicó el subdirector de la organización con sede en Holanda, Peter Vos, en diálogo con IPS.
“Pero las soluciones de ese tipo pueden no ser ideales en todas las situaciones, porque son redes que necesitan mucho mantenimiento y pueden resultar costosas”, explicó
Al GGGI le interesa promover políticas que impulsan un uso eficiente de los recursos hídricos limitados, a un costo razonable.
“Lo logramos vinculándonos con ministerios clave, preocupados por las energías renovables, el desarrollo rural y el agua y el saneamiento”, precisó Vos.
Actualmente, el GGGI tiene un presupuesto de 1,37 millones de dólares para compartir conocimiento, transferir tecnologías verdes y construir capacidades para cumplir con los compromisos globales vinculados a las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN), en el marco del Acuerdo de París sobre cambio climático.
“Facilitar el flujo de fondos e inversiones locales e internacionales para el clima sería un aporte clave para apoyar la implementación de las CDN”, indicó Vos.
La Alianza Solar Internacional, creada por India para facilitar la cooperación entre países con mucho sol, ofrece al GGGI una oportunidad para difundir buenas prácticas en materia de energía renovable entre los 18 países del instituto y siete aliados; India y China son aliados y posibles miembros.
En tanto que país predominantemente agrícola, con la mayor superficie del mundo irrigada por unas 26 millones de bombas de agua que funcionan con diésel o electricidad, al GGGI le interesa mucho los planes de India para comenzar a usar energía solar para el riego.
Las bombas eléctricas son poco confiables y el diésel es costoso. Para que sigan funcionando, India gasta unos seis millones de dólares al año en subsidios, que acarrean sus propias distorsiones, como que los agricultores tienden a desperdiciar electricidad y agua porque están subsidiadas, explicó Vos.
En el marco del programa Misión Nacional Solar, los agricultores reciben subsidios para sistemas de bombas de agua solares.
Una iniciativa para ofrecer subsidios mediante créditos invita a las instituciones locales del país a ofrecer préstamos para reducir el peso para el Estado de los subsidios, además de que sea conveniente para los agricultores.
Según un estudio del GGGI, divulgado en 2017, “los modelos de distribución en contextos” utilizados en el programa de bombas solares obtuvo varios logros notorios en términos económicos y de beneficios sociales, reducción de emisiones, menor dependencia de los subsidios, mayor producción agrícola, desarrollo de nuevos negocios, creación de empleo y mejores ingresos en zonas rurales.
Los modelos de India ofrecen estrategias replicables para apoyar a los sistemas de bombas solares para la irrigación en otros países donde tiene presencia el GGGI, apuntó Vos.
De hecho, el gobierno indio tiene previsto exportar sistemas de bombas solares y conocimientos a países interesados en alternativas verdes para la irrigación.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la irrigación se vuelve una parte cada vez más importante de la producción agrícola global, consumiendo alrededor de 70 por ciento de los recursos de agua dulce.
Pero el uso de sistemas de bombas solares permite multiplicar por cuatro el rendimiento y puede ser clave para cumplir objetivos nacionales como lograr la seguridad alimentaria.
En los últimos 25 años, el Ministerio de Nuevas Energías Renovables, socio del GGGI, desarrolló programas especializados para asegurar el agua potable y buenos sistemas de irrigación que usen la energía solar, de los cuales actualmente hay unas 15.000 unidades en funcionamiento.
El avance no fue del todo fácil y, por ahora, el mercado de bombas solares permanece relativamente pequeño por los altos costos del capital inicial y por la falta de conciencia de los agricultores sobre su necesidad, así como por los consumidores de agua de los dispensadores.
Un estudio del asentamiento Savda Ghevra reveló que llevó 18 meses poder instalar el primer dispensador en Piramal Sarvajal. Y solo 37 por ciento de los residentes lo utilizaban como fuente principal o secundaria de agua potable.
El estudio también concluyó que los dispensadores superan el costo operativo y generan ganancias para Piramal Sarvajal, y que podrían llegar a cubrir a una población mayor con apoyo del gobierno o de otras instituciones, en especial en áreas rurales.
Las ganancias se destinan a pagar salarios y mantener las máquinas.
Según datos oficiales, presentados en el parlamento en 2017, de los 167,8 millones de hogares en áreas rurales de India, solo 2,9 millones, o 16 por ciento, acceden a fuentes de agua potable.
El GGGI, con su considerable experiencia y conocimientos, está bien posicionado para colaborar, subrayó Vos.
Traducción: Verónica Firme
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