La clase media quiere que la bajen cuanto antes del ring

Por Diego Sehinkman | Para LA NACION

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¿Seguro que sos de LA NACION? No serás de los servicios vos, ¿no? Por las dudas no te digo mi nombre.
-¿Le parezco de la SIDE?
-[mira de arriba a abajo].
-¿Y usted por qué vino, señora? ¿Qué quiere que pase con esta marcha?
-Quiero que la Presidenta escuche, y que por ejemplo se saque de encima a su vicepresidente, que se nos ríe en la cara.
-¿Pero usted quiere que la Presidenta renuncie?
-Para nada. Quiero que termine como corresponde. Pero que diga las cosas como son y que haga lo que tiene que hacer. Que no nos mientan más.
Cuéntame tu aldea y contarás el mundo. Cuéntame tu pequeño diálogo y contarás la marcha. Algo debe estar comunicando mal el Gobierno que juzgó a los genocidas para que una señora de alrededor de 60 tenga miedo a las represalias por opinar.
La señora pertenece al colectivo más vapuleado, discriminado y ridiculizado de los últimos años: la clase media.
Si el Inadi hubiera actuado de oficio, bien podría haber formalizado una denuncia cuando desde un atril rosado se la trató de egoísta, de golpista y de fomentar un statu quo social para que los pobres sigan siendo pobres.
Además de todos los reclamos puntuales, quizás el 8-N haya sido el pedido de la clase media para que la bajen de un ring al que no entiende por qué fue subida.
Hay dos ideas que el Gobierno intenta convertir en postulados inapelables:
1. En octubre de 2011 el pueblo expresó su voluntad.
2. Si alguien no está de acuerdo con lo que el pueblo eligió, que lo haga saber a través de una propuesta en 2013 en las urnas.
Frente al reclamo por el Indec, la tragedia de Once, el desabastecimiento energético, el caso Ciccone, el gobierno nacional sólo atina a mostrar aquella foto del 54 por ciento. Se niega la película. La realidad es aquel primer fotograma.
Ante la carencia de una oreja oficialista que la escuche y una voz opositora que la represente, este colectivo dio un paso importante: intentar transformar el malestar en una acción. Lo que aún no es político al menos ya es terapéutico. Se veía en las caras de alegría, tal vez de alivio. Siempre movilizarse genera una sensación liberadora frente a la idea de que la realidad no va a poder ser modificada.
¿Qué hizo el Gobierno frente al cacerolazo anterior del 13 de septiembre? Les pidió a los manifestantes que encuentren una voz y que se hagan escuchar en las urnas. En buen romance: los invitaron a postergar su frustración hasta 2013.
Argumentalmente fue brillante. Psicológicamente, todo lo contrario.
El Gobierno sirvió su plato de la casa: escaló el conflicto. Redobló.
Su expresión máxima fue el martes pasado, cuando en una forzada remake del peronismo de fines de los 40, alguien dijo: "Lo único que les pido a los argentinos es que hablemos con la verdad. Si no te gusta el Gobierno por los derechos humanos, ¡decí que es por los derechos humanos! Y si no te gusta el Gobierno porque a los que antes eran pobres vos podías contratarlos por dos mangos y ahora no podés, ¡decilo también! ¿Cuál es el problema?".
Si alguien tenía dudas acerca de ir al acto, ante semejante acusación no dudó.
¿Quién dijo que la movilización fue espontánea? Tuvo un claro organizador: el propio Gobierno.

el dispreciau dice: la visión de la Argentina vuelve a ser patética... ¿la visión de quién o de quiénes?, sí, cada tanto nos volvemos patéticos, evitando dejar de ser mediocres, eso que nos caracteriza. El estado está ausente, y aunque no lo quieran reconocer sus funcionarios políticos, lo está para el 50% de la población, ya que esos mismos funcionarios se han empecinado en ningunear a la sociedad argentina que los padece desde que cada uno de nosotros porta "uso de razón". Los discursos son de contenido patético, nada distinto a los mensajes que bajan desde la línea superior, media e inferior de funcionarios políticos del modelo vigente... A la Señora Presidente le sobran recursos para conducir a la Argentina hacia mejor destino, pero decidió levantar una apuesta verdaderamente peligrosa, que comienza con la inmortalización y termina con las instituciones, sus roles, y sus equilibrios... en dicho concierto, Argentina se enfrenta a otras realidades... la oposición política, además de patética, da pena y hasta produce vergüenza ajena... no entiende, no lee e insisten con el eterno discurso de confrontar por el mero hecho de estar en la vereda de enfrente, razones mediante. La inseguridad creciente está definitivamente vinculada con las ausencias del estado, y Argentina asiste a un desmadre vinculado con la ausencia de capacidades y hasta de responsabilidades de las fuerzas de seguridad, que asociadas los delincuentes, al narcotráfico, y a la gestión carcelaria de asesinos, violadores y asaltantes de distinto índole y factor, proporcionan caja a funcionarios que carecen de rostro, y naturalmente, de vergüenza pública, empecinándose en aseverar cuestiones que niega la propia realidad... pero no es lo único, todo el país está abandonado a su suerte, atrapado por soberbias políticas que pretenden enseñar una "verdad" distinta a la que padece la sociedad, una sociedad que no acierta a entender cómo puede ser que siempre se repita la historia de los creídos, esos mismos que suben al poder con una lectura, y luego se apoderan de las miserias humanas para dejar en claro que sólo ellos son inmortales, y que la sociedad "no tiene importancia alguna". Esta conducta psicótico y delincuencial es ostentada por todo el espectro político argentino, en mayor o menor medida, de allí que la democracia esté fosilizada y dominada por los oportunismos. El 8-N no servirá para nada... porque la clase política lee lo que le conviene a sus fines... mientras unos niegan los otros se burlan, y viceversa... repitiendo una triste historia que siempre conduce al conflicto de menor a mayor... se vivió en los cincuenta y la Revolución Libertadora sólo aportó división, se vivió en los sesenta y exterminó el pensamiento democrático de un Arturo Humberto Illía, al que se reconoció cuando hacerlo ya no guardaba valor alguno para nadie... se revivió en los setenta de la mano de estúpidos montoneros que sumieron al país en una debacle sin aportarle nada en ningún ámbito, habilitando a un desmadre político de la mano de un ejército incapaz de diferenciar ideas de ideologías, y el precio consecuente regirá por décadas... se repitió en los ochenta cuando el peronismo aberrante impidió la evolución democrática de las variables, para luego, en los noventa transformarse en un ejercicio de infamias... lo que siguió es por todos conocidos... pobrezas subsidiadas, ignorancias inducidas, y una historia que se repite cíclicamente porque Argentina no acierta a hallar su verdadero rumbo, más allá de las crisis internacionales. Léase, no tenemos identidad, tampoco entidad, apenas sí tenemos oportunismos escudados en la soberbia de ningunear al prójimo y descalificar a la sociedad, como política de estado oficial y/u opositora. Argentina atrasa... atrasa cuando se queda sin Fragata Libertad... atrasa cuando los funcionarios políticos pretenden "tomar el pelo" e insultar a la sociedad argentina que aún piensa y se defiende como puede... una vez más, insultar a la consciencia pública, más allá de las razones de cada quién, no es bueno, y en este caso es tremendamente malo, porque los enfrentamientos no dejan nada, y los conflictos fabricados por las negligencias políticas tampoco. Argentina está cada vez más lejos del mundo... y las razones que se esgrimen para ello, son tan patéticas como los argumentos utilizados para descalificar al otro, siempre. Noviembre 09, 2012.-