sábado, 25 de marzo de 2017

Sin agua no hay vida | IPS Agencia de Noticias

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Sin agua no hay vida

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Los pastores de Ufeyn, en la región somalí de Puntlandia, tienen que caminar cada vez más para encontrar agua para su ganado. Crédito: @WFP/K Dhanji
Los pastores de Ufeyn, en la región somalí de Puntlandia, tienen que caminar cada vez más para encontrar agua para su ganado. Crédito: @WFP/K Dhanji
ROMA, 22 mar 2017 (IPS) - En una pregunta de un examen de una escuela de periodismo, un alumno respondió que titularía “¡Hay vida en Marte!” a la noticia que anunciara el descubrimiento de agua en el planeta rojo. El joven recibió el puntaje más alto.
A pesar de esta sencilla verdad, los seres humanos han desperdiciado sistemáticamente esta fuente primordial de vida. En ocasión del Día Mundial del Agua, que se celebra este miércoles 22, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que “todos somos derrochadores cuando se trata de aguas residuales”.
"El agua es finita. Tiene que satisfacer las necesidades de cada vez más personas y tenemos un único ecosistema de donde extraerla": Guy Ryder.
El foro mundial recuerda que cada vez que “utilizamos agua, producimos aguas residuales. Y en lugar de reutilizarla, dejamos que 80 por ciento de ella fluya por el desagüe. Todos necesitamos reducir y reutilizar las aguas residuales tanto como podamos”.
“El agua es finita. Tiene que satisfacer las necesidades de cada vez más personas y tenemos un único ecosistema de donde extraerla”, advirtió Guy Ryder, el actual presidente de UN-Water – un mecanismo de colaboración de la ONU para temas relacionados con el agua potable – y también director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
¿Qué debemos hacer?
Organizaciones clave que procuran sensibilizar a los 7.000 millones de habitantes del planeta sobre la importancia vital de no desperdiciar el agua ofrecen recomendaciones sencillas, como cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes, lavamos la vajilla o los alimentos. De lo contrario, solo desperdiciaremos el elemento sin siquiera usarlo.
También debemos poner la basura, aceites, productos químicos y alimentos en el recipiente de los residuos, y no arrojarlos por el caño. Cuanto más sucia esté el agua residual, más energía y dinero costará tratarla.
Asimismo, puede recolectar el agua usada de su fregadero o bañera y utilizarla para regar las plantas y jardines o para lavar su bicicleta o coche.
“Al reducir la cantidad y la contaminación de nuestras aguas residuales, y al reutilizarla con seguridad todo lo que podamos, estaremos ayudando a proteger nuestro recurso más valioso”, señala el Día Mundial del Agua 2017.
Desperdicio de agua en los lugares de trabajo
El desperdicio de agua no está en absoluto limitado a la casa. Los lugares de trabajo son un factor importante en la vida de trabajadores y empleadores. El acceso al agua, el saneamiento y la higiene puede contribuir en gran medida a la salud y la productividad de las personas, y a hacer crecer las economías, según la ONU.
Datos esenciales

• En todo el mundo, más de 80 por ciento de las aguas residuales generadas por la sociedad fluyen hacia el ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas.

• Unos 1.800 millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces, lo que las pone en riesgo de contraer cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomielitis.

• El agua insegura, el mal saneamiento y la higiene causan alrededor de 842.000 muertes cada año.

• Aproximadamente 663 millones de personas todavía carecen de fuentes de agua potable mejoradas.

• Las oportunidades de explotar las aguas residuales como un recurso son enormes. El agua tratada de una forma segura es una fuente sostenible y asequible de agua y energía, así como para obtener nutrientes y otros materiales recuperables.

Fuente: Día Mundial del Agua
El saneamiento en el lugar de trabajo significa algo más que los baños, añade. También se refiere al uso adecuado y la limpieza de los retretes, la gestión de las aguas residuales y la promoción del comportamiento individual del personal, incluido el uso correcto de los baños y la prevención de la defecación al aire libre.

“El saneamiento también abarca intervenciones que reducen la exposición humana a enfermedades al brindar un ambiente limpio en el que trabajar”, agrega el foro mundial.
Encontrará más información sobre la gestión de aguas residuales y lodos fecales en el manual de autoformación de la OIT, WASH@Work.
El manual es una herramienta combinada de capacitación y acción concebida para informar a los gobiernos, empleadores y trabajadores sobre la necesidad de acceso al agua, el saneamiento y la higiene en el lugar de trabajo.
El Instituto Ambiental de Estocolmo, una organización de investigación sin fines de lucro,  y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicaron el libro Saneamiento, gestión de aguas residuales y sostenibilidad: de la eliminación de residuos a la recuperación de recursos, en marzo de 2016, con el fin de impulsar una forma radical de analizar la forma ineficaz en que lidiamos con nuestros excrementos y aguas residuales  e ilustrar cómo se puede hacer.
“Debemos reconocer los desechos de aguas residuales y saneamiento por lo que son – un recurso valioso – y su manejo seguro como una inversión eficiente en sostenibilidad a largo plazo”, recomienda el libro.
La publicación brinda datos impactantes. Señala que los 330 kilómetros cúbicos de aguas residuales municipales producidas anualmente en el mundo alcanzan para regar 40 millones de hectáreas – el equivalente a 15 por ciento de las tierras regadas actualmente – o alimentar a 130 millones de hogares a través de la generación de biogás.
“Cuando se incluyen los excrementos de sistemas… como las letrinas de pozo, muy comunes en gran parte del mundo, y otros desechos orgánicos como el del ganado y los residuos agrícolas y alimentarios, el potencial de reutilización productiva es mucho mayor”, aseguran el PNUMA y el Sei.
Además, estos desechos son una rica fuente de nutrientes para plantas esenciales para la agricultura. Las aguas residuales municipales contienen por sí solas el equivalente a 25 por ciento del nitrógeno y a 15 por ciento del fósforo aplicado como fertilizantes químicos, así como los micronutrientes vitales y la materia orgánica que no tienen esos fertilizantes.
“En solo un día, una ciudad de 10 millones de habitantes descarta suficiente nitrógeno, fósforo y potasio para fertilizar unas 500.000 hectáreas de tierras agrícolas. En las zonas rurales pobres la recuperación de recursos podría ser un salvavidas para los pequeños agricultores”, afirma el libro.
“A lo largo de la historia, el saneamiento ha catalizado el desarrollo”, sostuvo Kim Andersson, investigador del Sei. “Estamos en un punto donde puede hacerlo de nuevo. Me atrevería a decir que la transición hacia el desarrollo sostenible no puede suceder sin un replanteamiento radical de la forma en que tratamos nuestros excrementos y aguas residuales”, expresó.


Traducido por Álvaro Queiruga

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