El tratamiento de 8.000 enfermos de VIH corre peligro en Ucrania
El Gobierno no permite la ayuda humanitaria en el territorio ocupado por los rebeldes, lo que puede provocar una crisis de salud
PABLO LINDE Vancouver 24 JUL 2015 - 10:28 CEST
El ejecutivo ucraniano lo llama “territorio temporalmente ocupado” o “no controlado por el gobierno”. En otras palabras, lo que pase en la región de Donbass, en manos de los rebeldes, no es hoy por hoy competencia suya. Y lo que está sucediendo es que los medicamentos se están terminando. El tratamiento antirretroviral se agotará el 15 de agosto y la salud de 8.000 enfermos que lo necesitan corre peligro, según denuncia el enviado de especial de la ONU para el VIH-sida en Europa del Este y Asia Central, Michel Kazatchkine, que reclama una solución a las autoridades ucranianas.
“El Gobierno ucraniano no manda medicamentos porque su presidente,Petro Poroshenko, argumenta que quiere asegurarse de que los recursos nacionales no caigan en manos de grupos armados. El problema es que tampoco permite que otras organizaciones los proporcionen porque dice que pueden ser peligrosos en manos rebeldes. Hay varias de ellas, como Cruz Roja, Médicos sin Fronteras y el Global Fund, que están ofreciendo llevar las medicinas necesarias, pero el Ejecutivo no les permite acceder”, explica Kazatchkine.
Además de los antirretrovirales, la metadona escasea desde hace dos meses y el tratamiento para la tuberculosis finalizará en septiembre. Además, hay riesgo de que crezcan otras infecciones, como la polio. “Es una crisis de salud. Estoy muy preocupado por la situación, por eso hago este llamamiento al Gobierno ucraniano para que tome medidas y que los enfermos no sean víctimas colaterales del conflicto”, afirma Kazatchkine en Vancouver, donde ha dado una charla sobre la propagación del VIH en Europa del Este y Asia Central,la región en la que la epidemia ha crecido el último año mientras el resto del mundo la contiene.El último convoy humanitario que permitió el Gobierno entró en Donbass el pasado febrero.
La región de Donbass tiene las tasas más altas de VIH de Ucrania, que a su vez es el país con las tasas más altas de Europa, especialmente debido al contagio entre drogodependientes. “Hasta el comienzo del conflicto, estaba empezando a hacer progresos, con programas para tratar a estos enfermos y para que no reutilizasen jeringuillas”, asegura el enviado de la ONU.
Una de las soluciones era el tratamiento con metadona, que ahora escasea. Kazatchkine calcula que un millar de drogodependientes se han quedado si esta terapia, lo que a menudo les lleva a volver a las drogas o al suicidio, dice el experto.
El último convoy humanitario que permitió el Gobierno entró en Donbass el pasado febrero. Desde entonces, no se ha hecho ningún progreso. Y, según señala el envidado de la ONU, “la autodenominada República Popular de Lughansk y Donetsk en Donbass tampoco ha mostrado ningún interés en los enfermos de VIH”.
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