La policía libera a dos niños españoles secuestrados por narcos en Bolivia
La madre de ambos menores está actualmente encarcelada en España. El futuro de los chiquillos es incierto, por lo que la familia cree que deberían ser repatriados a España
La policía de Bolivia y el Cuerpo Nacional de Policía de España rescataron el pasado lunes a dos niños españoles —un bebé de tres meses y su hermano de 11 años— que habían sido secuestrados en la ciudad boliviana de Santa Cruz en un caso ligado con el narcotráfico, según han confirmado hoy fuentes del Ministerio del Interior. Ambos menores son hijos de Noelia Magaña, una mujer natural de Yecla (Murcia), que está actualmente presa en Murcia tras haber sido detenida bajo la acusación de haber actuado como mula (transportista) de un kilo de cocaína. Los secuestradores raptaron a sus hijos como garantía de pago del dinero correspondiente a la venta de esa droga.
La policía boliviana informó este martes que el caso “no es un secuestro típico, sino un intento de extorsión”. La mujer fue detenida el 16 de marzo en Yecla (Murcia) con parte de la droga —35 gramos— y 16.000 euros. Ella explicó a la policía que debía entregar a los narcos 20.000 euros en pagos fraccionados de 2.000 euros.
La policía boliviana y dos agentes españoles de la Sección de Secuestros y Extorsiones de la Unidad central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), desplazados al país andino, consiguieron el pasado lunes localizar y rescatar a los dos menores. Estos pasaron en manos de los captores en torno a una semana, según fuentes de la investigación.
La madre de los niños está presa en España, tras haber sido detenida. Ella fue engañada en Bolivia para que hiciera ese transporte. Supuestamente vendió la droga y, cuando se disponía a regresar a América, fue interceptada por la policía. Los narcotraficantes creyeron que la mujer había decidido quedarse con el dinero y, para forzarle a ella y a su familia a dárselo, decidieron raptar a sus dos hijos, Manuel y Francisco.
Mientras ella viajaba a España, los dos niños se quedaron al cuidado de Álex, un boliviano con el que tiempo atrás habían mantenido relaciones sentimentales y con el que, además, engendró una niña que ahora tiene cuatro años. Sin embargo, los presuntos secuestradores localizaron a los chiquillos en la casa de Álex y se los llevaron: el mayor quedó en poder de un tal Toni Dorado, mientras que Carlos Fernando Durán, el actual compañero de Noelia, se quedó a cargo del menor. Ambos estuvieron en casas separadas, aunque fueron bien tratados y su estado de salud es bueno.
El ecuatoriano Jorge C, padre del mayor de los niños, que reside en Yecla (Murcia), recibió llamadas de los plagiarios exigiéndole el pago de 2.000 euros que debería hacer llegar a los delincuentes mediante un envío a través de Western Union. Los delincuentes también hicieron lo mismo con la familia materna de los chiquillos, igualmente domiciliados en la región murciana.
Durante el secuestro de los niños, se sucedieron además las llamadas y mensajes vía Whatsapp a la abuela de los niños y madre de Noelia, a los hermanos de esta mujer y a Jorge, padre biológico del mayor de los chiquillos.
A raíz de la denuncia presentada el pasado 18 de marzo, la policía boliviana, apoyada por los dos agentes españoles, inició investigaciones. Toni Dorado Chaves, de 31 años, Zulema Fuentes Siles, de 36, Carlos Fernando Durán Dorado, de 35, y Fernando Dorado Palacios, de 37, han sido detenidos por la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen de Santa Cruz por su presunta implicación en el caso, según fuentes de la policía boliviana.
El futuro inmediato del pequeño Manuel y el bebé Francisco es ahora un enigma, aunque fuentes de la familia creen que lo más aconsejable es que sean repatriados a España, dado que aquí están el padre y la madre del mayor; y respecto al pequeño, el boliviano que le dio sus apellidos está encarcelado por su presunta implicación en el secuestro. Los mismos medios creen que la Embajada de España en Bolivia debería tramitar urgentemente la repatriación y costear los billetes de avión.
El secuestro de los dos niños hermanos no guarda relación con el de la niña marroquí de 10 años, residente en Cataluña, que fue liberada a principios de mes tras pasar ocho meses secuestrada en Bolivia, donde Grover Morales está encarcelado acusado de ser el supuesto raptor. La víctima fue liberada con ayuda de la Guardia Civil española.
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