jueves, 6 de marzo de 2014

DISTINTAS VIOLENCIAS ▼ “Es fácil cerrar los ojos ante la violencia machista” | Sociedad | EL PAÍS

“Es fácil cerrar los ojos ante la violencia machista” | Sociedad | EL PAÍS



“Es fácil cerrar los ojos ante la violencia machista”

La ‘lobista’ trabaja para que la UE considere una “prioridad” la igualdad de género





Pierrette Pape es especialista en violencia contra las mujeres. / DELMI ÁLVAREZ


Ante la cara de estupefacción de su interlocutora, Pierrette Pape (Belfort, Francia, 1980), vuelve a explicar que en un país europeo, Lituania, la violación dentro del matrimonio no se considera delito y que, por tanto, la mujer tampoco se considera una víctima. Añade que hay otros Estados miembros de la UE en los que la violación hay que probarla con moratones y magulladuras porque “si una mujer dice no, pero no lucha, no se considera como tal”. Pape, coordinadora del Lobby Europeo de Mujeres, enumera estos ejemplos en una cafetería al lado del Parlamento Europeo para subrayar que, sin legislación, sin unas políticas comunes, a las mujeres no se les garantizan los mismos derechos en toda Europa.
Pape acaba de salir de una sesión sobre violencia contra las mujeres en el Europarlamento, donde la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA) ha presentado un informe demoledor según el cual una de cada tres europeas ha sufrido violencia física o sexual y algo más de una de cada cinco (22%), a manos de su pareja o expareja. Se trata de la mayor encuesta (42.000 mujeres)realizada nunca en Europa, y Pape valora que provenga de una agencia oficial de la UE. Lo que no está es sorprendida. “Nosotros fuimos los primeros, en 1999, en estudiar datos oficiales de varios países y concluir que una de cada cinco mujeres sufría violencia machista”, explica. Sus conclusiones se usaron como referencia durante años, incluso en organismos de la UE, añade.

"En Lituania la violación dentro del matrimonio no se considera delito y la mujer tampoco se considera una víctima"
Así que 15 años después una gran encuesta viene a dar con la misma conclusión. “Sabíamos que los porcentajes iban a ser altos porque nos consta que la violencia contra las mujeres está muy generalizada”. Pape señala que se hace pública en un buen momento, con las elecciones europeas a tres meses vista y una resolución sobre violencia de género muy contundente aprobada en el Parlamento hace una semana. “Hacía falta un shock”, dice. “Es fácil cerrar los ojos ante este problema, sobre todo si no lo tienes en tu entorno. Aún hay muchos estereotipos sobre el tipo de mujer o de familia que es víctima de la violencia”. En su opinión, que se den a conocer las conclusiones de un trabajo tan “exhaustivo y riguroso” servirá para “ayuda a las mujeres a hablar y a los Gobiernos a darse cuenta de que aún hay mucho trabajo por hacer”. 
Como buena lobista, estos días Pape se dedica a intentar que los postulados de su organización —paraguas de otras decenas de entidades defensoras de los derechos de las mujeres en toda Europa— se hagan un hueco en la agenda de los candidatos a las elecciones. “Queremos que la UE considere la igualdad de género como una prioridad”, resume. Trata mucho con políticos, y le da miedo que algunos usen los datos de la encuesta de forma engañosa, presumiendo por ejemplo de que en su país la situación es mejor que en otros. “Debe analizarse en un contexto amplio”, dice sobre las diferencias entre países nórdicos y otros del sur o el este de Europa, los primeros con más casos de violencia. “Hay mujeres que pueden considerar que lo que les ha pasado no es violencia, por la forma en la que fueron educadas o porque es algo que en su familia, comunidad o región es un tabú del que no se habla. En otros países se entiende mejor lo que es la igualdad de género y por tanto lo que es la violencia”, añade como una posible explicación.


pulsa en la foto
DONDE A LAS MUJERES SE LES NIEGAN LOS DERECHOS REPRODUCTIVOSEn muchos países las mujeres no tienen acceso a tratamientos que podrían salvarlas. Binta, de Sierra Leona, tuvo suerte pero estuvo a punto de morir tras dar a luz.

Amnistía afea a España el paso atrás en los derechos de la mujer

La organización lanza una campaña para que las leyes protejan los derechos reproductivos y sexuales



Que el Estado no controle mi cuerpo

Amnistía Internacional lanza una campaña para que los nuevos Objetivos de Desarrollo protejan los derechos reproductivos y sexuales

La organización pone la reforma de la ley del aborto en España como ejemplo de paso atrás



Manifestación contra las violaciones en Marruecos. / AMNISTIA IITERNACIONAL

Cada año se realizan en torno a 22 millones de abortos de forma insegura, 47.000 mujeres mueren por complicaciones durante estas intervenciones, la mayoría en países donde la interrupción voluntaria del embarazo está muy restringida o es inaccesible, según la Organización Mundial de la Salud. El uso de anticonceptivos podría evitar los embarazos no deseados, pero 215 millones de mujeres no los utilizan pese a que esa sería su voluntad, bien sea porque no tienen acceso a programas de planificación familiar, a formación sobre sexualidad o porque sus maridos no se lo permiten. Basta un dato de una encuesta realizada en 2012 por la Organización de las Naciones Unidas: el 60% de las adolescentes de países subsaharianos no sabían cómo impedir un embarazo y más de un tercio no sabía dónde conseguir anticonceptivos. Y deberían saberlo, porque más de 14 millones de chicas púberes dan a luz cada año por relaciones sexuales forzadas –violaciones o porque han sido obligadas a casarse muy jóvenes–, según denuncia el Centro Internacional de Investigaciones de la Mujer.
Para Amnistía Internacional, los datos son un espejo de una realidad: el Estado tiene en cierta manera el control sobre los cuerpos de las personas en muchos países, mediante leyes nacionales que restringen o penalizan el aborto, permiten el matrimonio infantil o castigan las relaciones extramatrimoniales. Y muchos no tienen programas de formación sexual y planificación familiar que faciliten el acceso a los anticonceptivos. Más aún, en casi un centenar de países, tener una pareja o relaciones con personas del mismo sexo es un delito castigado con la cárcel e incluso con la pena de muerte, como indica un informe de 2013 de la Asociación Internacional de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (ILGA). Lo que también supone una clara injerencia pública sobre el cuerpo de las personas.
“Es increíble que en el siglo XXI haya países que consienten el matrimonio prematuro, la violación conyugal, o que criminalizan el aborto, el sexo fuera del matrimonio y las relaciones homosexuales, llegando incluso a castigarlos con la muerte”, señala Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.

Frente a este panorama, la ONG ha iniciado la campaña Mi cuerpo, mis derechos para “recordar a los líderes mundiales su obligación de respetar, proteger y hacer efectivos los derechos sexuales y reproductivos” cuando se negocie la nueva agenda global que sustituirá a los Objetivos del Milenio (ODM) fijados para 2015. Para la organización es decisivo un compromiso internacional a tenor de las medidas restrictivas y regresivas adoptadas por algunos Estados en este sentido. Así, dentro de lo que califica como una “ofensiva global contra los derechos sexuales y reproductivos”, el estudio de Amnistía Internacional subraya algunos cambios legislativos que limitan el control individual sobre aquellos, como es el caso de España, “si se aprueba en el Parlamento el anteproyecto de ley sobre el aborto se restringirá gravemente el acceso de las mujeres y las niñas a esta intervención”.
También el Centro Internacional de la Investigación sobre la Mujer (ICRW, en sus siglas en inglés) promueve una campaña, que lanza con motivo del Día Internacional de la Mujer, para que la agenda post-2015 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible del Milenio incluya metas para evitar el matrimonio infantil a edades muy tempranas e incrementar el acceso a información de calidad sobre contracepción y planificación familiar para las jóvenes. “Sin esto, el progreso hacia la consecución de objetivos como la reducción de la mortalidad materna y erradicación de la pobreza se ralentizará”, aseguran en un comunicado.
En muchos países, las niñas no reciben educación sobre su cuerpo, la sexualidad, el sistema reproductivo y la contracepción. “Es muy importante. Porque la formación no solo da información sobre contracepción y sexo seguro, sino que da herramientas y capacidad a los jóvenes para que sean capaces de tomar decisiones, que tengan confianza para decir sí o no, para negociar en su entorno la resolución de sus problemas. La educación en derechos y sexualidad hace además que entiendan y valoren las relaciones en situación de igualdad. Es especialmente importante para las niñas que contraen matrimonio a temprana edad”, incide Priya Nanda, directora de desarrollo económico y social del ICRW.
Sahar Gul, una joven afagana de 16 años, sabe bien la importancia del conocimiento sobre las relaciones sexuales. Cuando tenía 11 sus padres la vendieron a un hombre de 30 años que quería casarse con ella. “Era muy pequeña y no sabía cómo es la vida de casada ni lo que pasada después de la boda”, relata. Ella se negó a mantener relaciones sexuales, lo que provocó que la familia política la encerrara durante seis meses en un sótano a oscuras. La maltrataban físicamente golpeándola con la plancha, quemando su piel con cigarrillos e incluso arrancándole las uñas. El calvario duró hasta que su familia biológica denunció su desaparición. La policía la encontró casi inconsciente e incapaz de tenerse en pie. Pese a que sus maltratadores fueron condenados, la pena fue anulada y están en libertad.
Otra de las consecuencias de la falta de formación y el desconocimiento sobre el propio cuerpo y sobre método anticonceptivos es que las jóvenes se queden embarazas siendo aún adolescentes. “Tenemos que sensibilizar a la gente y asegurarnos de que quienes ya tienen la información sobre derechos sexuales la difundan entre otras personas”. Lo dice Kando Seraphine, una joven activista de Burkina Faso, en una conversación recogida por la ONG. Ese país es uno de los muchos en los que los jóvenes, sobre todo ellas, tienen dificultades para acceder a métodos anticonceptivos. “Las normas culturales y religiosas, la discriminación por motivos de género y prácticas como el matrimonio a edad temprana se suman a la pobreza para menoscabar la capacidad de las mujeres y las niñas para tomar decisiones sobre ellas mismas”, revela el informe de Amnistía. Hablar abiertamente de sexo es, además, un tabú, con lo que muchas tienen miedo a pedir información fidedigna y confidencial. Incluso se enfrentan a actitudes discriminatorias de los profesionales médicos, advierte la organización. Y cuando éstos les ofrecen asesoramiento en aquel país, los maridos se quejan ante los profesionales.
Para Nanda, los gobiernos que no promueven e incluso dificultan el acceso de las chicas a educación en derechos y salud reproductivos son solo el reflejo de las actitudes dominantes en determinadas sociedades. Recuerda que en EE UU la política de abstinencia que propugnaba el ex presidente George Bush estaba basada “en la idea errónea de que la formación en estas cuestiones haría a las chicas más promiscuas”. “Los estudios demuestran lo contrario”, asegura rotunda la directora de desarrollo social y económico del Centro Internacional de Investigaciones de la Mujer. “El conocimiento y las herramientas relacionadas con la sexualidad y los derechos reproductivos hace que los jóvenes tomen mejores decisiones y tengas relaciones seguras”, añade.
Otra cuestión es la negación o desconocimiento para acceder a métodos anticonceptivos, que impide avanzar en la reducción de embarazos no deseados, mortalidad materna e incluso la pobreza, según el UNFPA. Este organismo calcula que la extensión de su uso podría evitar 187 millones de embarazos no deseados, 105 millones de abortos inducidos y 215.000 muertes maternas al año. En países como Indonesia, sin embargo, solo pueden acceder a anticonceptivos y servicios de salud sexual las parejas casadas.
Tampoco la ley ampara a las mujeres víctimas de violación en distintas partes del mundo. A veces, la justicia incluso las condena por ello, al considerar que han mantenido una relación sexual fuera del matrimonio. Ocurre en el norte de Nigeria y algunos países del Golfo. Allí, Amnistía Internacional ha constatado casos en los que las agredidas no pueden denunciar porque corren el riesgo de ser acusadas y procesadas por “actos inmorales”. Eso añadido al estigma social que comporta reconocer que han tenido relaciones extramatrimoniales, aunque fuera en contra de su voluntad.
Abortar, en caso de violación u otros supuestos, o simplemente por la voluntad de no tener hijos no es una opción para estas y muchas mujeres del mundo que, en ocasiones, optan por hacerlo de manera ilegal, clandestina e insegura. El 13% de las muertes maternas se producen por este motivo, según la Organización Mundial de la Salud. África, Asia y América Latina concentran la mayoría de los países donde el aborto es ilegal en la mayoría de los casos o está muy restringido. Pero también en Europa ocurre: Irlanda, Polonia y puede que España, en caso de que se apruebe la ley propuesta sobre la materia por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, son exponentes. Indonesia es el extremo (y no es el único): incluso en situaciones en las que la vida de la madre corre peligro, se niega a la mujer la capacidad de decidir si continuar con el embarazo o no si no tienen esposo; si lo tienen, decide él.
La campaña de Amnistía Internacional no solo reclama libertad y empoderamiento de las mujeres para decidir sobre su salud, maternidad y la formación de una familia. También consideran que la despenalización de las relaciones homosexuales debe ser una meta en la agenda de objetivos de las Naciones Unidas que se está debatiendo para sustituir a los Objetivos del Milenio. Castigar la homosexualidad es, en opinión de la organización, una injerencia de los Estados que condenan (incluso a la muerte) a gais y lesbianas, sobre la vida privada y el control sobre el propio cuerpo y sexualidad.
“Con Mi cuerpo, mis derechos, queremos contribuir a que la próxima generación tome conciencia de sus derechos sexuales y reproductivos. Y los reclame. Unidos, queremos transmitir a los gobiernos el mensaje claro e inequívoco de que este enorme control viola los derechos humanos y es del todo inadmisible”, zanja el director de la ONG, Salil Shetty.

Las cifras:

El 40% de las mujeres en edad de procrear vive en países del mundo donde el aborto está prohido, muy restringido o es inaccesible (OMS).
47.000 mujeres embarazadas mueren todos los años por complicaciones derivadas de abortos no seguros (OMS).
215 millones de mujeres no utilizan anticonceptivos pese a que desean dejar de tener hijos o retrasar el momento de tenerlos (Centro Internacional de Investigación de la Mujer).
215.000 muertes maternas podrían evitarse al año mediante el uso de anticonceptivos (UNFPA).
24 países europeos exigen a las personas transgénero someterse a esterilización para que se les reconozca legalmente su género (Trangender Europe).
Al menos 78 países tipifican como delito la homosexualidad (Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales).
Más de 14 millones de adolescentes dan a luz todos los años a causa principalmente de relaciones sexuales forzadas o embarazos no deseados (Centro Internacional de Investigación de la Mujer).
El 60% de las adolescentes de cuatro países subsaharianos no saben cómo impedir el embarazo, y más de un tercio no conocían ningún método para conseguir anticonceptivos (encuesta 2012 de la ONU).

¿Qué son los derechos sexuales y reproductivos?

Amnistía Internacional, informe Mi cuerpo, mis derechos (2014)
Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos que tenemos todas las personas. Nos dan derecho a:
  • Tomar decisiones sobre nuestra salud, cuerpo, vida sexual e identidad sin temor a coacción o discriminación.
  • Pedir y recibir información sobre sexualidad, reproducción y acceso a servicios de salud relacionados con ellas y a métodos anticonceptivos.
  • Decidir si tener hijos, cuándo y cuántos.
  • Elegir a nuestra pareja íntima y si casarnos y cuándo.
  • Decidir qué tipo de familia formar.
  • Vivir sin sufrir discriminación, coacción ni violencia, incluida violación y otras formas de violencia sexual, mutilación genital femenina, embarazo, aborto, esterilización o matrimonio forzados.

el dispreciau dice:
- hay distintos tipos de violencias: desprecios, negaciones, ninguneos, mentiras, traiciones, agresiones, lesiones, violaciones, asesinatos... cada una de ellas se traduce en las distintas interpretaciones de la justicia como hecho académico y filosófico, lo que no siempre se traduce en la realidad de víctima alguna... que termina siendo víctima de su victimario y también, víctima de las injusticias comunes a las justicias...
- en el 90% de los casos (número aleatorio y antojadizo) estos actos de violencias son direccionados desde varones hacia mujeres...
- por ende es de suponer que el 10% restante (número antojadizo y aleatorio) se corresponde a mujeres agresoras hacia los varones...
- la violencia es un hecho humano... asociado a las maldades... a las soberbias... a las codicias... a las vanidades... a las miserias humanas... a las mezquindades... a las angurrias... a las avaricias... y desde luego, muy relacionadas, aunque no siempre, a lo sexual y vejatorio, donde cada parte se siente dominante del otro...
- desde luego, la ausencia de los estados ha hecho que sus acciones políticas se vuelvan terroristas, esto es que ciertas legislaciones o ciertos giros de las injusticias aplicadas como justicias, hacen de las personas, dobles víctimas de sus propias desgracias, liberándolas a sus suertes, y hasta sometiéndolas a condiciones de despojos sociales que dañan el espíritu, el alma, y hasta la dignidad humana... desde luego, a ningún estado ausente le importa un carajo de nada de todo esto, ya que sus políticos están ocupados haciendo discursos de cosas que no existen y de realidades que sólo ellos ven...
- detrás de los terrorismos de los estados y de las omisiones políticas de cualquier hecho que desarrolle consecuencias sociales, están los ninguneos propios de las ignorancias de los ignorantes que se dicen representantes políticos y democráticos de las personas... lo cual se traduce, o debería serlo, como un delito de lesa humanidad, equivalente a un genocidio en escalas, donde todos somos potencialmente víctimas de las locuras de cualquier otro que se crea más que su prójimo...
- en dicho concierto desconcertante, ciertos estados ausentes, entre los cuales se encuentra la corporación eclasiástica vaticana (negocio corporativo si los hay), hay quienes se arrogan el derecho de intervenir (invadir) las consciencias de sus prójimos (sociedad, mujeres y/o varones) a su entera discrecionalidad (antojo), y peor aún cuando esos apropiadores de consciencias ajenas, tienen por sí mismos, mucho para esconder de sus propias vidas... traducido ello en consumo de drogas y estupefacientes... violaciones a hijos e hijas, silenciados por amenazas, pedofilias diversas, violencias diversas, etc. y tantos son los etcéteras que cualquiera de nosotros se espantaría, pero sucede que esas invasiones en las consciencias de los otros, ha dado como consecuencia que esos depredadores se crean superiores a los meros mortales y anónimos que circulan por cualquier calle, vereda, arroyo, río, océano, o lo que a Usted se le ocurra...
- asumida dicha posición durante siglos, el mundo se ha llenado de idiotas que se erigen como dueños de los destinos de sus prójimos, habilitándose a sí mismos a hipotecar vidas y futuros, por el mero hecho de ocupar un puesto de funcionario público... que finalmente no es más que un diente en un engranaje que mueve la famosa máquina de impedir...
- cualquiera de los actos precitados, se traducen como violencias que van desde la palabra hasta el golpe... desde la herida del alma hasta la herida del corazón... desde la herida de la consciencia ninguneada hasta la dignidad sometida y quitada...
- entonces, la violencia es un hecho de estado... político, militar, eclesiástico, jurídico, o de la índole que se quiera o pretenda... total... la víctima seguirá siéndolo de por vida, mientras que el victimario seguirá coleccionando víctimas protegido por las ausencias de los estados...
- y esto... sucede en todo el orbe humano, cada vez con más frecuencia, porque la Tierra está vestida de violencias comunes a la tesis dinosáurica de la vida... donde cualquiera es o puede ser superior al otro, por el mero hecho de poseer una pizca de poder...
y así la vamos
discurseando sobre lo que todos sabemos, pero donde nada se puede hacer, gracias a las múltiples funciones de la máquina de impedir, que impide, justamente, que haya justicia para aquellos que la merecen y la necesitan.
MARZO 06, 2014.-

No hay comentarios: