Tolerancia cero con la corrupción
Por: Javier Ayuso
El martes pasado, uno de los expertos del foro de “economismo”, José Antonio Alonso (director del Instituto Complutense de Estudios Internacionales), presentó en Madrid su libro “Corrupción, Cohesión Social y Desarrollo. El Caso de Iberoamérica”. Un trabajo oportuno e imprescindible para entender los terribles efectos negativos que tiene la corrupción sobre el desarrollo económico. Como muestra, un dato de sus conclusiones: la región iberoamericana registraría un crecimiento económico de entre el 0,7 y 1,3 por ciento superior al actual si se eliminara la corrupción.
Entre las principales conclusiones de este importante trabajo, impulsado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), Alonso destacó que la corrupción es un fenómeno ubicuo (está en todas partes y no se puede extinguir), variado y multiforme, vinculado al marco institucional que es imperfecto, muy costoso para los ciudadanos, que frena el desarrollo económico y social, que se ha tolerado durante demasiados años por parte de empresas e instituciones, muy relacionado con los niveles de educación de los países y, sobre todo, muy difícil de combatir, aunque no imposible. Unas conclusiones que no solo valen para Iberoamérica, sino también para España.
De una lectura rápida me gustaría destacar una frase: “Más que eliminar el problema de la corrupción, habría que proponerse reducir los espacios de oportunidad que el marco institucional proporciona al surgimiento de prácticas corruptas, tratando al tiempo de crear mecanismos para identificar, perseguir y, en su caso, penalizar estas prácticas”.
El máximo responsable de la SEGIB, Enrique Iglesias, contó la anécdota de un presidente iberoamericano, que ya no está en activo, que le dijo: “La corrupción en Iberoamérica es como la inflación: siempre está ahí, pero hay que intentar bajarla a un solo dígito”.
En cualquier caso, nos encontramos ante un grave problema, no sólo en Iberoamérica, sino en todo el mundo. Y lo que es más grave, es un problema que está volviendo con fuerza, después de unos años en los que parecía que la acción de los grandes organismos multilaterales (OCDE, FMI…) y de algunas ONG (Transparency International), había conseguido frenar su actividad.
La verdad es que históricamente políticos, instituciones y empresas habían sido especialmente tolerantes con la corrupción, intentando sortearla o incluso aprovecharse de ella en beneficio propio. No hay que olvidar que hasta 1996, en la que la OCDE aprobó una recomendación en su contra, en muchos países desarrollados los sobornos y otros pagos de facilitación en el exterior podían deducirse en el impuesto de sociedades. Así como suena.
Volviendo a la actualidad, según el último informe de Transparency International (presentado en diciembre de 2010), seis de cada diez personas en todo el mundo afirma que la corrupción ha aumentado en los últimos tres años y una de cada cuatro reconoce haber pagado algún soborno en el último año. Además, es en Europa y América del Norte, que tradicionalmente ocupan las primeras posiciones entre los países con menos corrupción, en donde los ciudadanos encuestados en el Barómetro Global de la Corrupción 2010, opinan mayoritariamente (73 y 67 por ciento respectivamente), que ésta ha aumentado en los últimos tres años.
El índice de TI incluye a más de 180 países de todo el mundo, valorados entre 1 (los más corruptos) y 10 (los menos). En las últimas posiciones se encuentran Somalia, Birmania, Afganistán, Irak, Uzbekistán, Sudán, Chad… y en las primeras Dinamarca, Nueva Zelanda, Singapur, Finlandia, Suecia y Canadá.
¿Y España? Nuestro país se sitúa en el puesto número 30, entre Israel y Portugal, con una valoración de 6,1. Pero lleva nueve años cayendo, desde la valoración de 7,0 alcanzada en 2003. No hace falta acudir a las encuestas de TI para saber que la corrupción ha irrumpido con fuerza en España en la última década. Basta con leer los periódicos, en los que un día sí y otro también aparecen casos de corrupción en las administraciones autonómicas y locales. Y esos son sólo los que salen a la luz.
Tanto es así, que un grupo de internautas ha decidido lanzar el mapa 2.0 de la corrupción en España, en el que sitúan los puntos negros en donde se han denunciado casos de corrupción. El resultado es un mapa lleno a reventar de puntos negros y banderolas de los partidos políticos a los que pertenecen los corruptos.
Pero lo más grave de todo ello es que los principales partidos políticos españoles, a los que se les llena la boca con la necesidad de luchar contra la corrupción, se muestran tolerantes con sus afiliados implicados en caso de corrupción y miran para otro lado a la hora de elaborar las listas electorales. Según un rastreo realizado por El País en siete comunidades autónomas (las que registran los mayores casos de corrupción que investigan los juzgados españoles), más de 80 candidatos a las elecciones autonómicas y locales del 22 de mayo están implicados en escándalos de corrupción; una cifra que supera el centenar en todas las comunidades. De esa cifra, la mitad pertenecen al PP (con casos señaladísimos como la candidatura autonómica de Valencia que encabeza Francisco Camps), el 35 por ciento al PSOE y el 15 por ciento restantes a CiU, IU y CC.
¿Por qué toleran los partidos semejante disparate? Probablemente porque en las últimas elecciones, en 2007, los electores participaron de la tolerancia y votaron sin recato a infinidad de candidatos sospechosos. Aunque algún partido, el PSOE sin ir más lejos, había incluido en su último programa electoral el rechazo a los candidatos corruptos. No es de extrañar que la última encuesta de TI sitúe a los políticos entre el grupo menos de fiar con criterios éticos.
Un país que tolera la corrupción en esos términos y unos políticos que aceptan que sus compañeros de partido se presenten a las elecciones estando imputados por delitos de prevaricación, corrupción urbanística o tráfico de influencias (Gurtel, Brugal…), o que miran para otro lado ante casos flagrantes como los ERE de Andalucía, no puede aspirar a cambiar el modelo económico, modernizar el sector público o acabar con la economía sumergida.
Contra la corrupción, tolerancia cero, transparencia y compromiso.
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el dispreciau dice: iberoamérica está siendo consumida por un cáncer llamado corrupción que ha metastizado en la educación y en la salud pública, devorándolas... iberoamérica está siendo consumida por un cáncer llamado corrupción que tergiversa los valores y arrasa con las tradiciones, transformando a la pobreza como un culto a la vida y fabricándola de manera contínua ya que ello le permite perdurar e inmortalizarse descerebrando a las sociedades marginadas... iberoamérica está siendo consumida por un cáncer llamado corrupción, que apaña el lavado de dineros del narcotráfico, de la prostitución, del tráfico de personas y sus órganos, de la esclavitud como modelo de sustento de mecanismos perversos del poder... iberoamérica está siendo consumida por un cáncer llamado corrupción traducida en negligencias e incapacidades que justifican lo injustificable para dar forma a su propia deformación... iberoamérica está siendo consumida por un cáncer llamado corrupción, una corrupción que parece no tener fin y dar argumentos a los poderes inciertos que intentan invadir la dignidad de las personas exterminando el estado de derecho, pulverizando los derechos humanos y sometiendo las voluntades a su antojo para luego, exterminar los esfuerzos de los ajenos... eso es iberoamérica hoy... la demagogia y el populismo prometen males mucho mayores a estas democracias débiles que amparan a las miserias humanas de una clase política vacía de contenidos sociales. Lo más lamentable de todo esto es que, aquellos que señalan con el dedo a los corruptos de aquí, no lo son menos allá... o quién fabrica las circunstancias que inducen zozobra social promoviendo que los corruptos de aquí se inmortalicen en el poder?... quién fabricó las circunstancias para que nuestra Argentina estuviera sumida en una década infame (1990-1999) favoreciendo intereses que oxidaron todo el esquema productivo nacional?... quién indujo las circunstancias para que Argentina se transformara en cuna y nido de los carteles de la droga?... Todos, absolutamente todos deben aprender que: "quien lleva a otro al cautiverio, al cautiverio va..." (precepto bíblico). Abril 16, 2011.-
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