Un crimen que cuenta con muchos autores
Joaquín Morales Solá
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Domingo 24 de octubre de 2010 | Publicado en edición impresa
Escuchen a Moyano y a Bonafini , aconsejaba hace poco un funcionario kirchnerista. Indicaba que esas insistentes palabras de amenazas y de diatribas revelarían lo que el kirchnerismo quería. Ellos eran (son, todavía) los voceros más auténticos del oficialismo en su hora declinante. ¿Alguien creyó que las palabras violentas quedarían reducidas sólo a la retórica? Si alguien hizo esa conjetura, mostró más ignorancia que ingenuidad: las palabras siempre les abren las puertas a los hechos.
A Mariano Ferreyra lo mataron las palabras de un país inútilmente fanático y excesivo. Esa muerte injusta, empotrada entre demasiadas muertes, fue la consecuencia, además, de un cóctel explosivo en el que se mezclan la deserción del Estado, el enorme poderío de una corporación sindical vitalicia y corrupta y las necesidades insatisfechas de muchos argentinos desamparados.
La culpa de los Kirchner es haber habilitado a jugadores que desprecian el juego democrático. Moyano viene de la derecha sindical más rancia y retrógrada, que percibe a la democracia dentro de los gremios como un enemigo que debe ser batido. La democracia como sistema político fue siempre un enemigo para ese sector sindical. Bonafini es una estalinista hecha y derecha, que en su momento prefirió la división de las Madres de Plaza de Mayo antes que aceptar el disenso interno. Hace poco habló con desprecio en público hasta de la otra referente de las Madres, Nora de Cortiñas, que lideró hace muchos años el cisma contra Bonafini. Moyano boicotea empresas y diarios con sus camiones, y Bonafini promete la justicia de este mundo (violenta y con mano propia) a cualquiera que no piense como ella.
La pareja presidencial siente cierto deleite por esos métodos, vengan de la derecha o de la izquierda. Les sirven, hay que aceptarlo, para atemorizar a los argentinos pacíficos. Resulta que, entre tanto, los burócratas sindicales se olvidaron del casi 40 por ciento de trabajadores en negro y relegaron más aún a los desocupados. La izquierda antikirchnerista, que milita sobre todo en el Partido Obrero y en el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), se fue haciendo del liderazgo de los que no tenían líderes.
Moyano profundiza cada vez más el conflicto con sus desmesurados proyectos de poder. Su persistente avance sobre las empresas privadas, en un mundo frágil y en crisis, sólo arroja más trabajadores al salario en negro. Las pequeñas y medianas empresas son las que optan por salir de la formalidad para esquivar los desenfrenos moyanistas. ¿Injusto? ¿Insensible? Tal vez, pero los problemas no se solucionan empeorándolos.
Los trabajadores en negro, los que padecen la desigualdad laboral y los desocupados son los que luego buscan la protección de las organizaciones de izquierda. La izquierda y la derecha sindicales están siempre en la frontera de una lucha violenta. Es así desde hace más de 40 años. A veces cruzan ese límite y a veces, también, esas refriegas esparcen un humo con olor a sangre y a muerte. Es lo que sucedió el miércoles ingrato.
Cinco días antes, en River, el líder de la Uocra, Gerardo Martínez, le hizo una confesión a un político kirchnerista después de ver la exhibición de poder de Moyano: Esto terminará mal, murmuró. Moyano no tiene culpa en el crimen de Ferreyra, pero su prepotencia hace escuela entre la vieja y corroída dirigencia sindical. El ferroviario José Pedraza es un dirigente importante desde hace 40 años, aunque alcanzó la jefatura de su gremio hace 25 años. Pedraza forma parte de una generación de burócratas que se siente amenazada ahora por el crecimiento de la izquierda sindical, a la que aquella generación odió siempre. El ascenso de la izquierda es proporcional a la vetustez de la antigua dirigencia. Los Kirchner no han hecho nunca nada para promover una renovación pacífica de la jerarquía sindical.
Peor que eso: el kirchnerismo empezó cautivado por dirigentes presentables, como Susana Rueda, que integró un triunvirato que condujo la CGT durante los primeros años de Néstor Kirchner, y como Víctor De Gennaro, el histórico líder de la CTA. Pero se dejó llevar por los consejos del ministro Julio De Vido, padrino político, en su momento, de Moyano y de Pedraza.
Kirchner empezó a virar hace unos tres años y le pidió a Carlos Tomada, ministro de Trabajo, que hiciera el esfuerzo ( sé que no es agradable , le decía) de hablar con Moyano. Moyano se hizo entonces de las acciones de un ferrocarril, bregó hasta que consiguió controlar la oficina estatal que distribuye el dinero de las obras sociales y se dedicó a vaciar de afiliados a los otros gremios. Kirchner lo consintió; los atropellos del camionero le gustan. Ahora es Moyano el que decide si le atiende el teléfono a Tomada.
Los Kirchner hablan como si controlaran el orden público. Han hecho una rara ensalada en la que coexisten el discurso violento de los líderes del gobierno y el abandono del espacio público por parte de las fuerzas de seguridad. Han desertado de la misión elemental de cualquier Estado de prevenir o de contener el desorden, mientras la palabra oficial atiza el fuego de la violencia. Ni Hugo Chávez es tan chapucero para controlar un país. No se sabe aún si la Policía Federal fue cómplice de la banda armada que acabó prematuramente con la vida de Mariano Ferreyra, pero es seguro que no estaba donde debía estar en el momento en que tenía que estar. ¿Ausencia excepcional? Es la norma.
El matrimonio presidencial nunca busca una solución para resolver un problema, sino un culpable para echarle encima el vaho de una conspiración. El caso del blogger K , que en un par de horas consiguió una información vieja del diario El Cronista para culparlo a Duhalde, desnuda muchas cosas. En primer lugar, exhibe la forma perversa con la que el kirchnerismo está usando la extraordinaria herramienta que proporciona Internet. También muestra la injerencia de los servicios de inteligencia en el mundo de bloggers y foristas. Ningún blogger , por más fanático que sea, construye semejante trama actual con una información vieja.
El sindicalismo, tal como está, condiciona la vida de cualquier futuro gobierno, tal como lo anticipó Moyano en un ataque involuntario de sinceridad antidemocrática. Julio Cobos, blanco de la amenaza moyanista, deslizó entre íntimos que anunciará en los próximos meses la futura creación de una especie de Conadep de la corrupción, en la que caerán el kirchnerismo y sus aliados, Moyano entre ellos. El proyecto tiene más sostén del que parece. Un papel está circulando entre los principales líderes opositores de la Cámara de Diputados. En él se establecen cuatro o cinco políticas de Estado para un eventual gobierno antikirchnerista; incluye una cláusula especial sobre la investigación de la corrupción en estos años; Moyano también está incluido.
¿Podrán? Depende mucho, por ahora, de la izquierda que vuelca la balanza parlamentaria. El bloque que lideran Pino Solanas y, de algún modo, Hermes Binner, dejó a la Cámara a un paso de darle al Gobierno un triunfo que no había conseguido ni con denuncias falsas ni con los insoportables modos patoteriles de Guillermo Moreno. Es el proyecto inconstitucional que desguazaría a la actual propiedad privada de Papel Prensa. Solanas y Binner se manifestaron mortificados luego por haber caído en una trampa . Ya se verá si fue una trampa en la que cayeron o un ardid que ellos urdieron. Una cosa es la ideología y otra cosa es la ideología al servicio de una venganza personal contra el periodismo independiente, sometido en los últimos tiempos a la persecución de los que mandan y sus fuerzas de choque.
El periodismo figura, en verdad, en los primeros lugares entre las próximas víctimas de una violencia que vacila permanentemente entre la frivolidad de las palabras y la devastación de los hechos.
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el dispreciau dice:
No hay peor asesino que el estado ausente. Hay muchas maneras de estar ausente aún estando presente...
Definiciones de la Argentina de hoy:
► el estado argentino es una fábrica de pobres, única fuente de sustento y movilidad económica que guarda el país
► se gobierna mediante cajas políticas nutridas por la corrupción brutal que nos domina
► aportan a dichas cajas los delincuentes, asesinos, violadores, secuestradores, asaltantes, ladrones, que están protegidos por los mecanismos jurídicos del propio estado
► el estado ausente busca chivos expiatorios para salvar su "honor" de vez cuando
► el propio estado impuesto durante la década infame (1990-2000) comenzó a gobernar para los "amigos" (¿obsecuentes?)... el estado hoy ejerce dicho modelo en plenitud, creando una exclusión geométrica, bien visible...
► los discursos son síntomas de una democracia en extinción tanto como de una república ahogada
► la clase política argentina es impresentable, en su totalidad (con algunas muy escasas excepciones, representadas por personas honorables, no por partidos políticos)
► los medios periodísticos están divididos por inducción, no desde ni por el estado, sino por intereses empresarios y conveniencias personales de sus CEO´s. La consecuencia es que muchos defienden lo indefendible, al tiempo que otros atacan sin decir toda la verdad (ni parte de ella)
► Argentina está sumida en la crispación y la histeria
► El estado sólo promete mayor confrontación, más cinismo y más desprecio
► El sindicalismo vernáculo pretende todo el poder a cambio de irracionalidades semejantes a las padecidas desde 1940 en adelante
► Derechos humanos para aquellos que transgreden el equilibrio social y el derecho público
► Las intendencias y sus gobernaciones son hoy cotos de caza de voluntades y esfuerzos, chupándose dignidades a cambio de pobrezas
► NO hay un sólo partido político que tenga un PROGRAMA para el país de los próximos cuatro años
Necesidades de la Argentina de hoy:
* Equidad (gobernar para todos)
* Seguridad (sacar del circuito aquello que daña a la sociedad)
* Seguridad jurídica (Derecho privado garantido por el estado)
* Fuentes laborales genuinas (continuidad-fuentes productivas con valor agregado)
* Educación acorde a los tiempos
* Salud pública genuina
* Justicia académica distintiva
* Red vial apropiada (no la destruida en los noventa)
* Red ferroviaria nacional (no la creada en los noventa)
* Red aérea integradora (no la destruida en los noventa)
* Terminar con la policía punitiva y hacedora de cajas (en todo el país)
para sólo hacer referencia a unos pocos aspectos prioritarios que el estado no tiene en su agenda. Octubre 24, 2010.-
Cancer Nanotechnology
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