miércoles, 20 de octubre de 2010

IDEAS DE CONVENIENCIAS - El objetivo es la conquista ideológica - lanacion.com

El análisis
El objetivo es la conquista ideológica
Joaquín Morales Solá
LA NACION

Miércoles 20 de octubre de 2010 | Publicado en edición impresa


Cristina Kirchner está convencida (también su marido) de que la prensa es un invento desdichado de los enemigos del kirchnerismo. La Presidenta lanzó ayer una frase temeraria (la presunta necesidad de "nacionalizar" la prensa) y, más tarde, anunció un proyecto para regular la producción y distribución de papel para diarios.

La novedad es que no hay novedad: se trata de una nueva ofensiva contra Papel Prensa. Antes, en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, el bloque oficialista, con el apoyo inestimable de la centroizquierda, aprobó un proyecto inexplicable para declarar a la producción de papel para diarios de "interés público". El principal insumo que necesitan los diarios para seguir existiendo, el papel, vuelve a ser entonces motivo de la codicia oficial.

Cristina Kirchner tiene un viejo pleito con los medios y con los periodistas. Recorta la historia, la deforma muchas veces o toma sólo trozos parciales de ella, para renovar, con peligrosa asiduidad, el combate contra los medios de comunicación independientes. Acuden a su ayuda (¿o a su indefensión?) argumentos pobres y débiles, como sucedió ayer cuando se respaldó en la simple cobertura periodística de los problemas que ocasionó el megaevento moyanista del viernes pasado.

La Presidenta ha vuelto a encontrar debajo del mantel una conspiración que no había. Desde que existe el viejo oficio, la prensa ha informado de los problemas que padece la sociedad cuando se altera la normalidad del espacio público. No son casos que necesitan probarse; las principales víctimas han sido muchos argentinos que circularon ese día por las cercanías del estadio de River. Llamó la atención, por el contrario, que ninguna autoridad hubiera dispuesto con antelación un plan alternativo de circulación que evitara el caos que provocaron los camiones y los colectivos con los colores del moyanismo.

Debe concluirse, entonces, que se trató sólo de un pretexto tomado al voleo para exponer una idea fundamentalista. En efecto, el problema de fondo no es esa noticia trivial, una más, sobre el desorden público, sino la deducción presidencial sobre la presunta necesidad de "nacionalizar" la prensa argentina. Cristina Kirchner aclaró que no quiere estatizar al periodismo. La inmensa mayoría de los medios de comunicación están en manos de empresas argentinas. Algunos de los pocos medios de comunicación audiovisuales que son propiedad de firmas extranjeras figuran, además, entre los amigos más cercanos al matrimonio presidencial. ¿Qué quiso decir, en realidad? Es cada vez más difícil desenhebrar el pensamiento presidencial que se expone en discursos contradictorios. La Presidenta suele usar palabras que tienen un significado o un sentido contrarios a la idea que está desarrollando.

Sin embargo, puede inferirse que lo que Cristina Kirchner insinuó es la necesidad de colonizar ideológicamente a los medios periodísticos. A eso le llamó "nacionalizar". La idea es tan peligrosa y oscura para la democracia como el significado literal de lo que dijo. El kirchnerismo quiere una prensa que piense como piensa el kirchnerismo y que informe según los paradigmas supuestamente "nacionales y populares" del matrimonio gobernante. "Nacional" no es para los Kirchner un término que alude a la condición de argentinos, sino al grado de lealtad a sus confusas banderas políticas. Basta observar a la actual prensa oficialista argentina para entrever el modelo que les gusta.

Con todo, cualquier argumentación teórica contra tales postulados carece de la posibilidad de convencer al kirchnerismo. La fracción peronista que manda ya fracasó con una descabellada denuncia sobre la compra de Papel Prensa hace 34 años (que se probó falsa de cabo a rabo) y ya tropezó también con un implacable límite judicial a la aplicación del artículo medular de la ley de medios. Nada, no obstante, logró frenar definitivamente una política destinada a desacreditar a medios periodísticos y a periodistas. La saga continúa y continuará. Esa política se puso en marcha no bien asumió Néstor Kirchner en 2003, pero se agravó seriamente durante el mandato de su esposa.

¿Es ése el legado que el kirchnerismo quiere dejar cuando ya no esté en el poder? ¿Está resignado a que se lo recuerdo como el gobierno con menos vocación democrática desde 1983? No era esa la idea de su gobierno que explicaba Cristina Kirchner cuando se preparaba para su entronización, pero ya queda muy poco de lo que ella prometía antes de suceder a su marido.

Agravios

Los actos inútiles conviven simultáneamente con los agravios inútiles. La Presidenta se lanzó de lleno ayer, ella misma, su bloque de diputados y sus esenciales aliados de centroizquierda, contra la producción de papel para diarios; es decir, otra vez contra Papel Prensa. Hay que creer que los Kirchner han llegado al convencimiento cabal de que esa empresa privada es una bien del Estado (sólo lo es en un porcentaje minoritario) y que, por lo tanto, forma parte del ya abultado capital privado de la pareja presidencial. Si se tiene en cuenta cómo usan, por ejemplo, Aerolíneas Argentinas o los medios públicos de comunicación, entonces es fácil deducir cómo usarán a la principal empresa argentina proveedora de papel para diarios. La usarán para satisfacer las necesidades políticas o personales de los Kirchner. "Una cosa es el Estado y otra cosa es el Estado de los Kirchner", suele decir el senador Ernesto Sanz.

En el mundo actual sobra el papel para diarios. Los medios de comunicación gráficos no han podido, todavía, resolver el problema que plantea la fuga de lectores hacia la plataforma digital. La sana competencia está garantizada con sólo asegurar la libre importación de papel, como sucede actualmente.

A todo esto, el centro de la ofensiva es Papel Prensa, pero nadie habla de lo que ahora se llama Papelera Tucumán. Esa empresa (que se llamó en sus inicios Papel del Tucumán) recibió todos los incentivos del Estado para fabricar papel para diarios; así lo hizo durante algunos años. Luego la compró un conocido dirigente peronista, Alberto Pierri, y se dedicó a fabricar papel para cualquier cosa, menos para diarios. Es probable que el nuevo dueño haya visto que el papel para diarios no es un buen negocio. Sea como fuere, ninguna lupa del kirchnerismo se ha puesto sobre esa empresa. Lo mejor sería, de todos modos, que esa injusta lupa dejara de funcionar.

Quizá se trata de una empresa "nacional", según la definición presidencial de ayer. Formaría parte, por lo tanto, del contradictorio santuario del kirchnerismo. El núcleo del conflicto no es la recurrente contradicción, a pesar de todo, sino la coherencia del oficialismo en la persecución del periodismo independiente.
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el dispreciau dice: la historia de la humanidad enseña todo tipo de desatinos, algunos de ellos comprensibles en sus contextos históricos, inadmisibles cuando las circunstancias imponen nuevas realidades. Los ejemplos son tantos que apabullan... pero en esta curiosa contemporaneidad, la clase política de este mundo contradictorio, no parece ser conocedora de la historia, quizás sí para recitarla, pero cuando llega la realidad, desconocen preceptos básicos. Creo que uno de los ejemplos más terribles de esa misma historia es la propia Revolución Francesa, sus pasos previos tanto como sus consecuencias... y hoy, pareciera que líderes del mundo avanzado tanto como los de los países empobrecidos por las negligencias, las impericias y otras soberbias y mezquindades están empeñados en arrasar con el planeta y sus contenidos. Unos de una forma. Otros de otra distinta. La prensa suele ser tan avasalladora como sus propios intereses, sin embargo nadie a estas alturas puede negar su presencia como tampoco sus aportes sociales y ciudadanos, ya que cuando no hay voz social ellos suelen ocupar dicho rol... Pero en países donde la "banana" es símbolo y eje político, el poder está empecinado en destruir la comunicacioón social, nivelándola a conveniencia propia. Insisto, el conflicto con la Corte Suprema de Justicia, con el eje académico de la democracia (eso es la justicia), con Papel Prensa y sus intereses, con Clarín y sus empresas, con las entidades agrarias que representan intereses inconsistentes, y otros numerosos e interminables frentes inventados para chocar contra los ciudadanos, a cualquier precio, no aportan nada al país, tampoco a la democracia, mucho menos a la República, nada a la gente. Pero los genios de la política no se dan por aludidos e insisten en sus esquemas mentales de confundir ideas con ideologías, y la consecuencia es que el horizonte se llena de "enemigos por las dudas". Argentina fue testigo durante los años setenta de un asesinato en masa de ideas, mientras el mismo sistema acordaba con los líderes enemigos su perdurabilidad fuera del país, asegurando sus bienes y sus ideologías... Los jefes sobrevivieron, las ideas del cambio perecieron a manos de torturas inaceptables. La consecuencia está a la vista, los ideólogos siguen vendiendo espejos de colores y la nación es víctima de atropellos, mentiras y otros desprecios. La sociedad está cansada. ¿Harta?. Una Argentina seria no puede enseñar este modelo sindical propio de 1940... Una Argentina seria no puede hablar de nacionalizar los medios de prensa... Una Argentina seria no puede garantizar los derechos humanos del hampa y su mundo de códigos rotos... Una Argentina seria no puede estar promoviendo el crecimiento de la pobreza a cambio de dignidades... Argentina se está diluyendo a manos de los ideólogos que sobrevivieron a los setenta, esos mismos que asesinaban a sus propios compañeros de armas apenas se vislumbraba algún cambio en el eje de sus pensamientos. Argentina se la pasa mirando hacia atrás, desenterrando muertos y sus fantasmas, enseñándole al mundo que el mañana no existe y que hay que exterminar al pensamiento en cualquiera de sus formas, siempre que éste no sea obsecuente. Es curioso comprobar cómo, por mucho menos, estalló la Revolución Francesa... Cuando la gente no tiene nada que perder, los polos invierten las consecuencias, cuidado... Octubre 20, 2010.-

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