Al pueblo español, un homenaje a los fallecidos, heridos, y afectados de alguna índole en el atentado del 11 de marzo de 2004 en Atocha y colaterales. Una muestra más que ningún atentado a lo largo de la historia humana ha servido para algo, jamás ha resuelto nada... y sólo ha afectado a inocentes que han visto truncos sus destinos por el mesianismo estúpido de fanáticos que no ven más allá de su nariz y carecen de alma pretendiendo revivir gestas de culto, guerras santas perimidas en su misma esencia. La barbarie no se justifica ni tampoco paga la vida de nadie. El dispreciau: testigo de barbaries. Marzo 11, 2009.-
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