domingo, 8 de marzo de 2009

Reivindicación de género



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Decálogo de la mujer política
Por Maria Eugenia Estenssoro / 8 de Marzo de 2009


Tal vez lo que impresiona de María Florentina Gómez Miranda es que se trata de una mujer que tomó conciencia tempranamente de su vocación y que, aunque ésta iba en contra de las tradiciones y de la lógica cultural de la sociedad que le tocó vivir, tuvo la voluntad y la fuerza para convertirla en realidad. Por eso, su importancia no sólo radica en lo que fue su tarea como legisladora sino, también, en su vida: a los 97 años, es testimonio de una mujer que se rebeló contra el status quo al plantear su realización personal por medio del trabajo. Aún hoy, muchas mujeres estamos librando esa batalla.
Transcribo aquí su Decálogo:

“Las mujeres que aspiran a ocupar cargos con poder de decisión deberán, entre otras, cumplir las siguientes exigencias:

1. Tener vocación de servicio

2. Ser inflexibles en los principios y dúctiles en los procedimientos

3. Recordar que el ciudadano, al decir de Burdeau, no es el ciudadano de la Revolución Francesa, sino el ‘hombre situado’, un ser cargado de pasiones, necesidades, amor, resentimientos y demás situaciones que condicionan su conducta dentro de la sociedad

4. Dar al partido en el que se milita, generosamente, tiempo, trabajo, ideas, energías, renunciando si fuera necesario, a distracciones, comodidades, seguridad y bienestar

5. Reemplazar el lenguaje florido y ampuloso, que encanta al oído, por la exposición clara, seria, simple y accesible a la mayoría del medio social

6. Estar permanentemente informada y actualizada de los problemas del país, preferentemente los que atañen al sector ‘mujer’

7. Recordar que el pueblo, al que tanto se invoca, no necesita halagos, sino verdades, porque el halago debilita y la verdad tonifica

8. No olvidar que es fácil enunciar objetivos, lo difícil es determinar los medios o manera de alcanzarlos, no basta con ‘querer’. Lo importante es ‘cómo lo logramos’

9. Hacer de la fraternidad femenina no una postura elegante, sino una real conducta humana

10. Comprender que la ‘mujer’ que actúa en política se coloca en una vidriera expuesta a todos los embates y… no ceder ante ellos”

Consideremos, también, algunos datos sobre las mujeres en Argentina para seguir trabajando por mejorar su situación:
34% es el porcentaje inferior que las mujeres obtienen como salario en relación con los hombres. Son más perjudicadas cuando el desempleo aumenta y menos beneficiadas cuando mejora la ocupación.

40% de las mujeres representan la fuerza laboral del país. Trabajan en puestos de menor jerarquía. Y, además, el 40% de desocupados con alto nivel educativo son mujeres.

30% de los hogares argentinos es mantenido por mujeres. En muchos casos tienen que buscar un empleo para suplir la desocupación o el bajo ingreso de su pareja.

62% es el porcentaje de las adolescentes que no se cuidan con métodos anticonceptivos, de acuerdo a un estudio realizado por el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam).

40% de las argentinas en edad fértil no se realizan estudios anuales ginecológicos, indica otro estudio realizado por el Celsam entre mujeres de 15 a 45 años.

40% de las mujeres en actividad trabajan en el comercio y en el servicio doméstico. Luego les siguen la docencia, los servicios personales, comunitarios y el área de salud.

68% es el porcentaje de mujeres asesinadas que mueren en manos de un hombre conocido: novio, marido o amante, según datos de la policía bonaerense.

43% corresponde a mujeres de la población ocupada en sectores de baja productividad en las zonas urbanas.

39% de la población femenina de 15 años de edad y más, de las zonas urbanas, no tiene ingresos propios.

20% es la incidencia de la pobreza en los hogares de las jefas de hogar en zonas urbanas.

4.500.000 mujeres sufren algún tipo de violencia.

600 mujeres y niñas permanecen secuestradas para ser prostituidas.

2 mujeres con necesidades básicas insatisfechas mueren por día a causa de abortos clandestinos.

Este post fue publicado por Maria Eugenia Estenssoro, el Domingo 8 de Marzo de 2009 a las 3:17, bajo la sección Todas. Puede hacer un seguimiento de los comentarios de este post gracias al feed RSS 2.0. Puede dejar un comentario, o enviar un trackback desde su sitio.

8 de Marzo, 2009 - 10:54
CERASALE VÍCTOR NORBERTO dijo:


Estimada Señora Senadora Nacional María Eugenia Estenssoro: gracias por brindarnos este decálogo que nos lleva a profundas reflexiones sobre las circunstancias que transita nuestra sociedad, indudablemente de tono “machista” y profundamente despreciativa no sólo hacia el género sino además a la condición.
Quizás la primera condición que debe tener la mujer para caminar en el ámbito político y profesional, es comprender las falencias del medio y las deficiencias de gestión sobre la que se sustentan los varones, usualmente atrapados entre polos de corrupción, miserias personales y grupales, tanto como sometidos a un amiguismo atroz y a las reglas de la tribu.
La mujer debe vencer los tabúes impuestos por el sistema que ha imperado por milenios, exacerbado y mantenidos como expresión genuina de la cultura desde la inquisición en occidente, y por el eterno desprecio de la maternidad en el oriente.
Las pobrezas inherentes a capacidades compradas enseñan un mundo globalizado y atado a conflictos que se retroalimentan a modo de bacterias que van invadiendo al húesped hasta liquidarlo.
Más allá de los porcentuales que Usted expresa, son muchas las mujeres que cansadas de verse atropelladas por todo tipo de expresiones del desprecio humano, han asumido la iniciativa de luchar per se, convocando a socias y colaboradores en el emprendimiento, sea que éste tiene como objeto proteger a hijos directos o de terceros, también atrapados en el perverso modelo que nos impone un ESTADO POLÍTICO DEFICIENTE carente de INSTITUCIONALIDAD y viciado de nulidad democrática.
Ya son muchas las inciativas y esta gesta se está diseminando por el mundo, deberíamos decir gracias a Dios.
Lamentablemente, la propia condición humana modela muchas veces las mentes, nublando la comprensión, la vista, el oído, y anulando o limitando las capacidades propias.
Cuando la acción femenina no se circunscribe al oportunismo o no se detiene ante el obstáculo inventado y propiciado para anular la acción precisa, simplemente crea sendas y finalmente “crea” tal es su condición.
Los ejemplos de mujeres haciendo grandes cosas en sus materias, son muchos. Dispersos parecieran pocos, pero en realidad el aporte es significativo, grande y alcanza con recorrerlo… tanto en Argentina como en el mundo.
Por otra parte, la tendencia en el avance alcanzado posiciones estratégicas es creciente, y ello, más allá de los inconvenientes esperables y de otros no tanto, ofrece un nuevo perfil de pensamiento para construir el “valor” cultural que el mundo todo está demandando so pena de extinguirse.
Argentina hace usualmente grandes aportes al “pensamiento” femenino y hoy el género es un impedimento menor, aún cuando las circunstancias inducidas desde y por ciertos focos de poder pretendan anular o ralentizar el accionar concreto de mujeres a las que les alcanza con las “ganas”.
El don que posee el género para hacer múltiples tareas de manera simultánea facilita el crecimiento social.
Su paso por las profesiones tales como el derecho, la medicina, las ciencias económicas, las ciencias básicas, o el simple hecho (para nada simple por cierto) de sostener en pié un hogar, sustentando gestas anónimas pero que marcan a los que están inmersos allí, hacen del mundo de la mujer el “valor básico” del que no se puede prescindir… la sociedad no puede, y el varón mucho menos, aún cuando las actitudes hagan esfuerzos para desmerecerlo.
Las asignaturas pendientes para defender a la “mujer”, o a la “madre” son muchas y deben desarrollarse y explicitarse lo antes posible.
Nuestra sociedad, sumergida en la “violencia” más temible de su historia, está necesitando urgentemente un revisión del DERECHO HUMANO de protección al género, previendo hasta eventuales desvíos hacia el otro extremo. No obstante ello, no es posible que se acepte así como así el número temible y vergonzozo de violaciones, violencia de género, bur out, descalificación, limitación, sometimiento, etc. al que asistimos como meros espectadores cada día.
Se hace imprescindible terminar de una vez por todas con esta barbarie que sólo agrega dolor, sumisión, y apropiación de las dignidades en una sociedad ya suficientemente sufrida, golpeada y denigrada desde los estamentos del poder político y social de un país que supo ser nodo de cultura.
Las miserias inducidas son malas consejeras.
Que Argentina tenga hoy, a pesar de los mentidos indicadores y de actores sociales que minimizan la cuestión, más abortos que nacimientos es el fiel reflejo de cuan mal estamos. Que ninguno de los temas pueda abordarse con seriedad porque el medio legislativo de varones (pobres de espíritu) en una selecta mayoría, impide sistemáticamente resolver cuestiones de fondo esgrimiendo siempre justificaciones que hacen a la miseria humana encaramada en el poder, es un ejemplo de lo mal que estamos.
Nuestra sociedad se debe una LEY que proteja a la mujer de la violencia familiar, laboral y propia del medio, del mismo modo que demanda otra revisión respecto de la libertad dirigida a violadores consuetudinarios que se ven, además, protegidos…
Si queremos un PAÍS EN SERIO como se dice en los discursos, la protección al género debe ser “cierta”, genuina y ejecutable, no como es ahora, una simple entelequia de palabras vacías.
Tampoco es posible que se discrimine al género en sus retribuciones laborales y lamentablemente este ejemplo se ha diseminado entre empresarios, comerciantes, y hasta en el propio ámbito profesional.
El trato hacia la mujer es usualmente una vergüenza social que enseña las carencias de una sociedad sometida a la corrupción y al amiguismo político.
Si a pesar de ello, cada una en su rol suele destacarse, cuánto se avanzaría hacia un nuevo modelo social si se cambiara el actual estatus quo que nos denigra a todos.
Cuando esto cambie, Argentina seguramente transformará su destino… es más, el día que la Señora Presidente se libere de las ataduras que condicionan diariamente su gestión, seguramente su conducta será otra bien distinta.
Las pruebas son tantas que abruman.
Además, la SALUD PÚBLICA de cara al futuro exige separar la atención brindando una prioridad de género, merecida por cierto, a la mujer del mismo modo en que el 2004 se plasmó en Estados Unidos de Norteamérica a través del PROGRAMA 4-woman vigente hoy. Se gastan tantos recursos en cuestiones de forma que esto transformaría la situación actual, ofreciendo a la mujer, a cualquier edad y bajo cualquier condición un pasaporte de garantía de calidad de su salud cubierta desde y por el ámbito público, único para sustentar de manera genuina un futuro previsible.
El día que asumamos, entendamos, comprendamos, que futuro es sinómino y consecuencia directa de nuestras acciones de hoy, entonces y sólo entonces estaremos comenzando a ser un PAIS EN SERIO.
Un cordial saludo,
Cerasale

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