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Crisis climática cuestiona mayoritario trabajo al aire libre de India
India, como la mayoría de los países del Sur en desarrollo, depende en gran medida del trabajo manual. Desde 2017, el trabajo al aire libre ha producido aproximadamente la mitad del PIB de la nación asiática, señala el informe publicado en enero por MGI, que se centra en analizar los impactos de la cambiante economía mundial.
Según datos del Banco Mundial, el PIB de India es de 2719 billones (millón de millones). En la India, el empleo en el exterior, donde los trabajadores están expuestos al calor extremo o altas temperaturas, como en las industrias de la construcción y la agricultura, comprende hasta 75 por ciento de su fuerza laboral total.
«Para 2050, se espera que algunas partes de India se encuentren bajo una presión de calor y humedad tan intensa que trabajar fuera no sea viable durante casi 30 por ciento de las horas anuales con luz solar», dijo a IPS la investigadora principal de MGI y coautora del informe, Mekala Krishnan.
«Las temperaturas récord año tras año colocan a los trabajadores al aire libre en la primera línea del cambio climático. Los trabajadores de la construcción, exteriores e informales son excepcionalmente vulnerables a las condiciones climáticas extremas», dijo a IPS Anjali Jaiswal, directora del programa para India del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC, en inglés).
La trayectoria de las llamadas olas de calor en India ha sido calamitosa. En 1970 se produjeron 44 olas de calor, mientras que en 2017 se habían catapultado a 524, para caer algo, hasta 484 al año siguiente.
Una ola de calor de 2015 cobró 2081 vidas, la mayor cantidad desde 1970. Como resultado, a partir de ese año, las olas de calor han sido clasificadas como un desastre nacional, junto con inundaciones, terremotos y otros eventos climáticos.
La pérdida de productividad laboral afecta a la economía del segundo país más poblado del mundo y una potencia emergente.
«Estimamos que la cantidad efectiva de horas de luz al aire libre perdidas en un año promedio, debido a la caída de la productividad laboral aumentaría en aproximadamente 15 por ciento para 2030 en comparación con la actualidad”, explicó Krishnan, quien dirige las investigaciones sobre economía de género, crecimiento inclusivo y desarrollo económico en MGI, creado por la transnacional consultora estadounidense McKinsey.
«Esto equivaldría a cuatro semanas adicionales de paro laboral relacionado con el calor, de 11:00 a 16:00, partiendo de un día laboral de 12 horas», agregó.
Al multiplicar las cuatro semanas de pérdida de productividad por persona por los cientos de miles de trabajadores al aire libre en muchas partes de India, se entiende la acumulación de pérdidas que puede impactar en el PIB.
Consecuencias para trabajadores
Para 2030, más de la mitad de la población mundial vivirá en climas cálidos con una exposición creciente a condiciones de calor potencialmente peligrosas según Energía Sostenible para Todos (SE4ALL, en inglés), una iniciativa mundial para la acción en el área.
India podría convertirse en uno de los primeros lugares del mundo en experimentar olas de calor que sobrepasen el límite de supervivencia para una persona sana, si no se toman medidas significativas de descarbonización de la economía o adaptación a la crisis climática, según el informe McKinsey.
En muchas regiones, el recalentamiento ya ha superado los 1,5 grados centígrados con respecto al período preindustrial (1861-1880). Las olas de calor ya matan a unas 12000 personas anualmente en todo el mundo, un número que según la Organización Mundial de la Salud crecerá a 255000 personas por año para 2050 si el incremento de temperaturas sigue sin control.
Como efecto del calor extremo en la salud física y mental de los trabajadores al aire libre a medida que aumenta el calor y la humedad, la productividad laboral en el trabajo al aire libre disminuirá porque los trabajadores deberán tomar descansos más largos y más frecuentes para evitar el golpe de calor.
Además, sus cuerpos se fatigarán en un mecanismo de protección, para evitar el sobrecalentamiento.
Las olas de calor letales de India en 2015 llevaron a los investigadores a preguntar a los trabajadores de la construcción al aire libre cómo el clima extremo estaba afectando su salud y productividad.
El estudio resaltó que la mayoría de los trabajadores informaron un mayor cansancio y agotamiento, algunos sufrieron mareos, náuseas, pérdida de apetito, debilidad y desmayos. Otros dijeron que la exposición a la radiación solar directa les nublaba la visión, también les impedía juzgar, los mareaba por la noche y los irritaba.
La mayor parte se quejó de dolor muscular-esquelético, que se desencadena por la pérdida de sales corporales debido a la sudoración excesiva.
Sin embargo, los trabajadores no informaron sus problemas de salud a los supervisores. Percibían estas lesiones como parte de su trabajo o temían consecuencias negativas del empleador. Dejar el trabajo significaba salarios perdidos, dijeron a los investigadores.
A más calor, más desigualdad
El calor extremo generará, además, más desigualdad económica.
«Las largas horas de trabajo bajo el sol abrasador, la falta de ingresos y el acceso a refrigeración y agua, a menudo junto con las malas condiciones de vida, son factores estresantes adicionales», dijo Jaiswal, de NRDC.
«De hecho, una de las características del riesgo climático destacada en el informe McKinsey es su naturaleza regresiva. Las regiones más pobres a menudo tienen climas más cercanos a los umbrales físicos. Dependen más del trabajo al aire libre y del capital natural y pueden tener menos medios financieros para adaptarse rápidamente «, acotó Krishnan.
Sin un enfriamiento sostenible, será el mundo en desarrollo el que sienta la «penalización de productividad» más significativa, según SE4ALL, la iniciativa lanzada en 2011 en el marco de las Naciones Unidas, con apoyo del Banco Mundial, para acelerar la meta de alcanzar una energía sostenible.
“En un mundo en calentamiento, el enfriamiento no es un lujo. Es una cuestión de equidad”, sostiene.
Actualmente, solo 10 por ciento de los 1300 millones de habitantes de India cuentan con aire acondicionado para mitigar el calor, en contraste con China, la nación más poblada del mundo, donde 60 por ciento de las personas sí lo tienen, cita el estudio de MGI.
Pero más allá de la pérdida puramente económica, existe el «costo social del carbono», subrayan los climatólogos. Las crisis climáticas pueden afectar potencialmente a millones de personas con efectos sociales a largo plazo.
India se está adaptando al calor extremo pero no lo suficientemente rápido. India ya está actuando en varias acciones de adaptación a corto y mediano plazo.
«A través de los planes de acción contra el calor, se brindan más descansos de trabajo durante los períodos pico de calor, se capacita a más oficiales médicos para identificar síntomas de calor extremo y las organizaciones sin fines de lucro brindan ampliamente agua potable en las ciudades», dijo Jaiswal.
Para la especialista, «lo más importante es que los gobiernos estadales y municipales tienen sistemas de alerta temprana que advierten a las comunidades con anticipación sobre los próximos eventos de calor».
En India, 23 estados y más de 100 ciudades trabajan en planes de acción contra el calor, liderados por la gubernamental Autoridad Nacional de Gestión de Desastres, junto con el Departamento Meteorológico de la India, el Instituto Indio de Salud Pública y NRDC.
MGI estima que a India le costará hasta 110000 mil millones de dólares para 2030 para abordar algunos de los riesgos letales de las olas de calor, incluida la extensión de sistemas de enfriamiento para los meses de altas temperaturas.
La creación de capacidad y conocimiento, la inversión en tecnología e infraestructura de adaptación y el apoyo a la transición de la economía hacia el trabajo fuera del aire libre son algunos pasos obvios. En 2019, se introdujo el «Plan de acción de enfriamiento de India», una hoja de ruta con políticas hasta 2038, que impulsará un enfriamiento sostenible.
Sobre el seguro de salud por calor para los trabajadores al aire libre, Krishnan, de MGI, dijo a IPS que «aunque el seguro no puede eliminar el riesgo de un clima cambiante, es un amortiguador crucial para ayudar a gestionar el riesgo”.
Este instrumento, consideró, “puede ayudar a proporcionar resistencia del sistema para recuperarse más rápidamente de desastres y reducir los efectos secundarios».
Sin embargo, a su juicio, el seguro deberá adaptarse a los escenarios de un clima cambiante para que no se agreguen más vulnerabilidades al sistema y a los trabajadores.
T: MF
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