Fuertes lluvias hicieron estragos en Sierra Leona
- Las lluvias torrenciales que cayeron en la segunda semana de este mes en esta capital de Sierra Leona dejaron varias zonas de Freetown inundadas, con viviendas medio sumergidas o directamente destruidas.
En Regent, una comunidad montañosa de las afueras de Freetown, las fuertes lluvias fueron responsables de un deslizamiento del terreno a las afueras Mount Sugar Loaf, que dejó varias casas enterradas bajo el barro y los escombros. Las familias quedaron diezmadas y, en algunos casos, solo sobrevivió un miembro de la familia.
La mayoría de las víctimas vivían en pequeñas y precarias viviendas de lata en asentamientos informales al pie de la montaña. En otras zonas de Freetown, las víctimas vivían en tugurios, cerca de ríos y arroyos y con un deficiente sistema de alcantarillado o sin drenaje.
Casi 500 personas perdieron la vida y unas 600 no fueron reportadas, según la Cruz Roja. Además, más de 2.000 quedaron sin hogar y necesitan alimentos, vestimenta, medicamentos y alojamiento. Se cree que en Regent, mucha más gente quedó enterrada, mientras siguen las excavaciones.
Las inundaciones no son nada nuevo en Freetown, todos los años se inundan varias localidades. Muchos barrios son propensos a los desastres por la falta de planificación urbana y de drenajes y la grave deforestación. Además, muchas de las comunidades que viven en zonas propensas a desastres son asentamientos informales, con viviendas de lata.
Sierra Leona sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, ubicado en el lugar 179, entre los 188 que figuran en el Índice de Desarrollo Humano, realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La falta de oportunidades en varias partes del país generó una inmigración hacia la capital al final de los 11 años de guerra civil, que terminó en 2002.
Freetown concentra aproximadamente un millón de habitantes de los 7,4 millones que viven en Sierra Leona, lo que que supera la capacidad de la ciudad para ofrecer condiciones sanitarias adecuadas y recursos esenciales, como agua corriente y electricidad.
En 2012, la crisis del cólera en esta capital hizo que se declarara emergencia nacional. El brote dejó 298 personas muertas, la mayoría en las comunidades más pobres de Freetown. En septiembre de 2015, grandes inundaciones dejaron 10 muertos y unos 4.000 sin hogar.
Sin embargo, un desastre natural de la magnitud de este último no tiene precedentes en esta ciudad. Abu Sesay, uno de los voluntarios y vecino de Regent, ayudó a desenterrar cuerpos y formó parte del equipo de rescate de aquella fatídica mañana del lunes 14 de agosto.
“Escuchamos el ruido temprano en la mañana y no sabíamos qué pasaba. Llovía muy fuerte, y escuchábamos personas gritando”, recordó. Organizó a otros jóvenes de la zona y comenzaron a ayudar a sacar sobrevivientes. Cuando menguó la lluvia, encontraron los cuerpos que habían quedado atrapados bajo el lodo y los escombros.
Sia Fayia también perdió vecinos en el deslizamiento de tierra. Una familia de cuatro personas quedó totalmente enterrada bajo los escombros y solo se recuperaron dos cuerpos. La joven Sia Kelli, de 27 años, cursaba su último año en el Colegio Fourah Bay, de la Universidad de Sierra Leona.
“Nunca habíamos visto nada como esto, es más que aterrador”, se lamentó Sia Fayia.
Las autoridades realizaron un enterramiento masivo el tercer jueves de este mes con 461 personas no identificadas en el cementerio de Waterloo, donde se habían enterrado a las víctimas del virus del Ébola, en presencia de los deudos en llantos.
Algunos lloraban por los muertos confirmados, pero otros ni siquiera sabían qué había pasado con sus seres queridos, los podrían estar entre los que se enterraban.
Este país recibió ayuda de donantes internacionales y agencias humanitarias como la Cruz Roja y Save The Children.
También se crearon centros para recibir las varias donaciones individuales que llegaban de todo el país, desde paquetes higiénicos, pasando por botellas de agua hasta bolsas de arroz, y no solo para Regent, sino también paraotras comunidades como Culvert, Kamayama and Kaningo, también gravemente afectadas por las graves inundaciones.
El presidente, Ernest Bai Koroma, realizó en la segunda semana de este mes un llamado urgente a la comunidad internacional lamentándose de la abrumadora proporción del desastre.
Pero Amnistía Internacional publicó un informe crítico sobre el desastre el lunes 21, acusando al gobierno de no hacer lo suficiente por prevenir una tragedia de tal magnitud.
“Por la falta de regulación y de la insuficiente consideración de estándares mínimos y leyes ambientales, millones de sierraleoneses viven en viviendas peligrosamente vulnerables”, se puede leer en el comunicado de Amnistía.
Sierra Leona todavía tiene tiene está lidiando con la reconstrucción tras las devastadoras consecuencias de 11 años de guerra civil y la epidemia del virus del Ébola, hay que aprender las lecciones que deja este desastre y será necesario aplicar políticas de protección ambiental para salvaguardar la vida de la población.
Traducido por Verónica Firme
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