“¡He sentido el edificio moverse!”
Andrés Asión, de 42 años, narra a EL PAÍS cómo se enfrenta al huracán Irma
Miami
A las siete de la mañana empezamos a prepararnos para la llegada de Irma. Fuimos a buscar las bolsas de arena que estaba repartiendo el Gobierno local para ayudar a los residentes en Miami Beach. Pero cuando llegué allí, vi una cola tan larga de residentes esperando a rellenar sus bolsas que decidí bajarme del coche y ayudarles. Al final me quedé toda la mañana como voluntario.
Después me fui a comprar planchas de madera para cubrir todas las ventanas de mi casa y la de mis padres. Quiero hacer todo lo posible para proteger nuestros hogares y estoy siempre rezando para que el huracán gire hacia el norte o hacia el sur y que no nos golpee directamente. Cuando terminé de proteger nuestros hogares fui a visitar los refugios anti huracanes de la ciudad de Miami. La realidad es que las condiciones allí no son ideales, pero van a salvar vidas.
De hecho, yo me hubiera marchado de la ciudad si no fuera porque mis padres han decidido quedarse. No quiero dejarlos solos. Así que ahora rezamos en familia y esperamos que lo peor nos pase sin que Irma nos dé directamente.
Sábado 9 de septiembre
10.00 de la mañana en Miami (cuatro de la tarde en la España peninsular):Por fin mis padres deciden salir de su casa para venir a recogerme e ir todos a casa de mi hermana. ¡Estoy súper contento de estar con ellos! Poco después llegamos a casa de mi hermana donde hay aproximadamente otros diez familiares con cinco mascotas. En el camino he visto a un surfista saliendo del mar, pero dice que no tiene fuerza para ir hacia las olas del mar.
ampliar fotoEn esta casa, ni la señal de Internet ni la del televisor está funcionando. Aparentemente la compañía de cable lo ha desconectado para supuestamente proteger sus sistemas durante la tormenta. ¡Los fanáticos del fútbol americano aquí no deben estar muy contentos!
11.00: Estoy cocinando el desayuno a la familia. Huevos fritos y pan cubano. ¡Qué rico!
12.00: Estaba algo aburrido en la casa, así que empecé a dar una vuelta por el vecindario a ver qué estaba pasando. Me he acercado a la playa.
12.30: Regresamos a mi apartamento para ver un poco de fútbol americano. Ahora vamos a mi casa porque en la de mi hermana el cable no está funcionando.
13.45: Han venido dos amigos míos a casa que son agentes de Policía de la ciudad de Miami Beach a ver cómo estamos.
ampliar foto16.15: Hemos terminado de comer un invento de comida que hice: raviolis con albóndigas. Nunca había comido los dos juntos, pero quise empezar a descongelar comida... Después tomamos unas galletas y mis amigos policías tuvieron que irse inmediatamente a atender una llamada de emergencia.
16.45: Estoy pensando que cuando pase el huracán habrá que inventar la "dieta irma". Lo único que hacemos es beber y comer.
17.15: El viento va y viene en la zona en la que está mi apartamento: pasa un tiempo sin apenas aire, pero después viene una banda y se escucha fuerte. La lluvia todavía es débil.
17.45: La lluvia ahora cae de forma totalmente horizontal. Todavía no se ven inundaciones desde aquí, pero en las calles ya no se ven ni coches ni gente.
18.40: No tengo ni frío ni calor. Solamente se escucha el viento chocando con las puertas de cristal del apartamento. El resto de mi familia está en la casa de mi hermana. En un rato voy a pasar por allí a ver cómo están.
19.10: Acaban de interrumpir la película que estaba viendo, Scarface, con este aviso: "Advertencia de tornado. El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido una alerta de tornado en los siguientes condados: Miami-Dade". Internet sigue funcionando bien.
19.40: El viento está mucho más fuerte. Ya hay tres tornados activos en el área, pero por fortuna no están cerca de mi apartamento.
20.10: Es impresionante pensar que el ojo del ciclón esté aproximadamente a 240 kilómetros. Las ventanas están vibrando mucho. Hubiera sido un error quedarse aquí si el huracán hubiera seguido la trayectoria hacia Miami.
20.50: Parece que está empezando otra fuerte racha de viento. Se escucha muy fuerte desde el interior de mi apartamento. El agua entra por la ranura de las puertas correderas, así que he puesto toallas para intentar frenarla.
21.20: Mis padres se acaban de quedar sin electricidad en su casa en Palm Avenue. No puedo ir a visitarlos. Iré mañana (domingo) porque las autoridades de la ciudad no quieren que nadie esté en la calle entre las 20.00 y las 07.00 de la mañana.
21.50: En este edificio se quedaron sólo diez personas y hay 200 apartamentos. Muchos de los propietarios los usan como su segunda residencia. Vienen más en la temporada alta entre octubre y febrero. Estos apartamentos cuestan 14.000 dólares por metro cuadrado.
Domingo 10 de septiembre
00.15: Trataré de dormir aunque seguro que durante la noche me despierto por el huracán.
04.00: Me he levantado por el sonido del viento, así que he salido un poco a la calle. Todavía no hay inundaciones en esta zona.
08.30: Estoy sentado en el sofá y por primera vez en mi vida ¡he sentido el edificio moverse!
09.00: Me cuentan que mi madre, que es peluquera, está cortando el pelo a toda la familia que se encuentra refugiada junta. Es una buena manera de pasar el tiempo. Mientras tanto mi padre prepara arroz con pollo para todos.
10.30: El viento es cada vez más fuerte y parte la cerca del jardín de mi hermana se ha caído. Creo que iré para allá en unas horas.
12.00: Una de las grúas gigantes se ha caído en el centro de Miami. Ahora me tienen tratando de ayudar a reubicar a las personas que viven en el edificio de al lado por si acaso se les viene otra de las grúas encima.
13.30: Hora de la comida. Me he preparado una hamburguesa. Mis padres están en la cocina preparándose algo y el resto de la familia está jugando dominó para pasar el rato.
15.30: Las rachas de viento están en su punto más fuerte ahora mismo. Puse toallas en las ventanas para evitar que se cuele el agua en mi casa. El sonido del huracán es impresionante en este instante.
16.45: El viento está súper fuerte, tuve que poner más toallas porque el agua sigue entrando al apartamento. El agua entra por el techo en uno de los cuartos, gotea a través de la ventana. Hay personas que dejaron muebles en las terrazas y ahora se pueden ver en las calles, arrastrados por el huracán.
20.20: He ido a a casa de mis padres en coche y las calles están totalmente inundadas.
21.30: Al regresar a mi casa, la policía me paró porque nadie puede estar en la calle después de las siete de la noche. Me dejaron continuar hacia mi apartamento pero las calles están todas oscuras por la falta de electricidad. He tenido que ir esquivando los muchos árboles que se han caído.
22.20: Me empieza a entrar sueño, no he dormido casi nada en las últimas 24 horas.
Consulta la emisión en vivo de las cámaras instaladas en el apartamento de Andrés en Miami
Contribuyen a esta pieza: Pablo de Llano desde Miami; Belén Domínguez y Laura Robayna desde Madrid; Ignacio Fariza, Diego Mancera y Víctor Usón desde México.
UNA VIDA MARCADA POR LOS HURACANES
Habiendo vivido toda mi vida en Miami, uno siempre tiene recuerdos y preocupaciones por los huracanes. Mis padres, ambos cubanos, llevan viviendo en la misma casa de Palm Island desde 1969. Yo me mudé a tan solo dos millas de ellos y me compré un apartamento en la punta más al sur de Miami Beach, que está previsto sea una de las zonas más golpeadas por Irma.
Desde entonces, cada vez que un huracán apunta a nuestra dirección pensamos si es éste el que va a provocar los mayores daños en Miami Beach. Y la realidad es que siempre se inundan muchas de las calles aquí cercanas, ya sea por las fuertes lluvias tropicales o los huracanes. Así que vivimos siempre con la preocupación de que llegue el día que nos golpee directamente un huracán provocando daños millonarios.
Este huracán Irma ha sido el primero en mucho tiempo que ha provocado la preocupación de tantísima gente, especialmente después de ver todo el daño que provocó el huracán Harvey hace tan solo un par de semanas en Texas.
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