Los límites entre la política y el narcotráfico se pierden en Michoacán
En 2014 se han publicado cinco vídeos de encuentros entre políticos locales mexicanos y capos de los cárteles
Servando Gómez, conocido como La Tuta, líder del cártel de Los Caballeros Templarios continúa a salto de mata desde que el Gobierno de Enrique Peña Nieto emprendió en enero una estrategia para debilitar a los cárteles que operan en Michoacán. Las muertes de otros cabecillas como Nazario Moreno y Enrique Plancarte han dejado a este maestro rural que gusta de usar las redes sociales y los medios de comunicación en el papel del principal enemigo público en la zona. En 2014 cinco vídeos han dejado el rastro de su activa participación política. Aparece con alcaldes, empresarios y funcionarios del Gobierno. Cada nueva publicación agita el escenario local porque pone en manifiesto la cercanía del crimen con las autoridades.
En uno de los más recientes se observa al capo charlando con Rodrigo Vallejo Mora, el hijo menor del exgobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, elegido en 2011. Este viernes un juez dictó el auto de formal prisión en contra del vástago después de considerar que existen elementos suficientes para que se le investigue por el delito de encubrimiento.
Vallejo Mora rechazó declarar frente a las autoridades. El juez considera que el inculpado podía haber ayudado a las autoridades a dar con el narcotraficante, pero al negarse al declarar le achaca un posible delito de encubrimiento. El encubrimiento no es un delito grave en México, y el acusado tendría que haber obtenido libertad provisional después del pago de una fianza, pero dos fallos judiciales se la negaron.
Antes de que fuera enviado a prisión, Rodrigo explicó que había acudido a la cita con La Tuta para salvar su vida, pues había sido amenazado. “Mi conciencia está tranquila. Descansé cuando sacaron los vídeos. Esta gente lo está haciendo porque no accedí al chantaje”, dijo en una entrevista con una radio local.
En lo que va de año se han dado a conocer otras cuatro grabaciones. El pasado 4 de agosto, un periódicopublicó el encuentro de Salma Karrum, alcaldesa de Pátzcuaro, con un operador de Los Caballeros Templarios. La presidenta municipal, del PRI, le reprocha el asesinato de su yerno y le pide que le gestione un encuentro con La Tuta.
“Incomoda que cada ocho días vaya saliendo un vídeo”, dice Luisa María Calderón, senadora del PAN (derechas) por Michoacán. La legisladora, hermana del expresidente de México Felipe Calderón (2006-2012), fue candidata al Gobierno del Estado en las elecciones de 2011. Cuatro días después de haber sido derrotada por Fausto Vallejo pidió al nuevo gobernador “no ponerse de rodillas frente a los grupos armados que decidieron el resultado electoral”.
En su opinión, la mafia comenzó a involucrarse en la política michoacana en 2009. “A más de siete de nuestros precandidatos les llamaron para decirles que ellos no se presentarían, que otros iban a ser los candidatos”, dice en entrevista con este periódico.
Un año después, en 2010, se hizo público el primer audio de un criminal de La Familia Michoacana (el grupo que dio origen a Los Caballeros Templarios) con un político. La Tuta conversaba con Julio César Godoy, un legislador del PRD (izquierda), medio hermano del entonces gobernador, Leonel Godoy. El Congreso le quitó el fuero el 14 de diciembre de 2010 para que la fiscalía pudiera investigar sus presuntos vínculos con la delincuencia. Desde ese día el asambleísta se encuentra prófugo.
Calderón asegura que las presiones de los narcotraficantes a los políticos aumentaron para los comicios locales de 2011. “El día de la elección nuestros candidatos no pudieron salir de sus casas a votar”, dice. Recuerda que los días siguientes a la elección sus simpatizantes le dieron reportes alarmantes. “Nos decían que hubo retenes, que las mesas de las casillas las controlaban ellos y que no dejaban votar por ciertos candidatos”, afirma.
Yo dije que Fausto Vallejo tuvo que regresar a gobernar porque uno de sus hijos estaba enredado con el narco y él tenía compromisos
Luisa María Calderón, senadora PAN
En febrero de 2012 Fausto Vallejo comenzó su atropellado Gobierno en Michoacán. Los problemas de salud lo obligaron a pedir licencia en dos ocasiones para tratarse en hospitales de Estados Unidos. En su ausencia, su secretario de Gobierno, Jesús Reyna, asumió como gobernador interino solo para ser testigo de la escalada de violencia que enfrentaba a los grupos de autodefensa (civiles armados) con los cárteles del narcotráfico.
En octubre de 2013 Vallejo regresó al cargo con una salud aún muy endeble. “No entiendo ese regreso obligado. Yo dije entonces que Fausto tuvo que regresar a gobernar porque uno de sus hijos estaba enredado con el narco y él tenía compromisos”, asegura Calderón.
Un mes después de la vuelta del político, La Tuta volvió a aparecer en escena. En un vídeo dijo que solo un candidato al Gobierno de Michoacán le había pedido ayuda. Señaló entonces a Luisa María Calderón, la hermana del expresidente de México que comenzó la ofensiva contra el narcotráfico en su estado natal, Michoacán, en 2006. Para dar muestras de lo que afirmaba, Servando Gómez mostró un vídeo con su encuentro con Javier Girón del Toro, candidato del PAN a la alcaldía de Apatzingán, la zona de influencia de Los Caballeros Templarios, y operador político para la campaña de Luisa María Calderón.
“Girón comenzó muy contento la campaña. Silbaba y cantaba. Para el cierre ya ni siquiera quería pararse en el mitin. Me dijo que no iba a poder venir, que estaba ya muy amenazado”, afirma Calderón. “Si tú te fijas en las imágenes, La Tuta dice ‘dile a la senadora’. Se supone que es un vídeo del año 2011, en ese entonces yo no era senadora, ni siquiera sabía que iba a serlo. Yo era candidata al Gobierno del Estado”, explica. Girón del Toro se encuentra desaparecido desde noviembre de 2013. “No sé qué pasó con él”, dice la legisladora.
Con el 2014 inició la ofensiva del Gobierno de Enrique Peña Nieto para pacificar al Estado. Las fuerzas federales se han incautado de diversos documentos en varios operativos. “Entiendo que tienen más vídeos, esto ayuda a contextualizar y a ir configurando lo que ha pasado en Michoacán”, asegura la senadora.
El pasado 4 de abril el Gobierno detuvo a Jesús Reyna, el gobernador interino que había sustituido a Vallejo en el cargo. Cinco días después medios nacionales publicaron el vídeo de una conversación entre Reyna y La Tuta. En el encuentro también aparecía José Trinidad Martínez Pasalagua, un líder de transportistas y exdiputado del PRI. El 22 de julio fue detenido por las autoridades y hoy se encuentra en prisión.
La justicia mexicana, no obstante, tiene la compleja tarea de demostrar en los tribunales que todos aquellos que han salido en los vídeos han cometido delitos. El antecedente de fracaso judicial más inmediato es el llamado Michoacanazo, un operativo realizado por el Gobierno de Felipe Calderón en 2009 donde se detuvo a 11 alcaldes y 16 funcionarios locales, acusados de tener vínculos con el narcotráfico. Uno a uno, los acusados fueron dejando la prisión poniendo en evidencia el pobre trabajo de la fiscalía para mantener sus acusaciones en firme.
Los políticos michoacanos están en ascuas. No se sabe quién será el próximo en aparecer junto al criminal más buscado de Michoacán. El Gobierno de México ha prometido su captura desde enero de este año, pero no ha dado resultados. El capo mediático que se sienta en la mesa con políticos locales y tiene contra las cuerdas la política local, se le sigue escapando a Peña Nieto.
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