jueves, 14 de agosto de 2014

CRISIS HUMANITARIA EN EXPANSIÓN ▼ Ocho meses soñando con Europa | Política | EL PAÍS

Ocho meses soñando con Europa | Política | EL PAÍS

Ocho meses soñando con Europa

El senegalés Mboca logró cruzar el Estrecho con su mujer y su hija de 13 meses

En diciembre había adelantado sus planes a EL PAÍS en Casablanca



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Mboca, su mujer y su hija duermen en una casa abandonada de Casablanca el pasado diciembre. / MARCOS MORENO
Mboca es senegalés, tiene 26 años y desde el martes se aloja en la primera de las tres pistas de pádel del pabellón polideportivo de Tarifa. Dos más allá, están su mujer y su pequeña de 13 meses. La familia se subió a la barca de plástico el martes con las primeras luces del día en una playa de Tánger. Ya lo habían intentado sin éxito el domingo. La expedición la completaban otras ocho personas: desconocidos que se prestaron a pagar a escote la rudimentaria embarcación para llegar a España.
La barca hinchable la compró él en un gran centro comercial de Casablanca por 3.000 dirhams (unos 300 euros al cambio). No le resultó difícil reclutar al resto del pasaje. En Boukhalef, el barrio de Tánger desde donde llevaba esperando meses para ejecutar su huida tras el largo éxodo emprendido en Senegal, había (y todavía hay) cientos de inmigrantes subsaharianos deseosos de saltar a Europa.


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Mboca, su mujer y su hija en el polideportivo de Tarifa, este miércoles. / MARCOS MORENO


Mboca ya contó sus planes a EL PAÍS el pasado diciembre, en una casa abandonada y sin luz que compartía con 15 extraños.
Durante la penosa navegación, junto a sus nueve compañeros —la undécima pasajera era su propia hija de 13 meses, acurrucada en el regazo de su esposa—, la familia repartió el trabajo en turnos sin descanso. Mientras dos remaban, el resto achicaba el agua que amenazaba con hundir la embarcación.
“La barca avanzaba muy despacio en medio de las corrientes”, cuenta ya con su chándal de estreno en el pabellón de Tarifa. El viento, de poniente, alivió un poco la marcha cuando empezó a pegar el sol. Cada metro ganado era una victoria y en el horizonte no había rastro de las patrulleras marroquíes. Sobre sus cabezas sobrevolaban helicópteros. Todo el pasaje asumió que si eran españoles estaban salvados. La aeronave de Salvamento dio las coordenadas de la patera de juguete siguiendo una rutina que se repitió en casi un centenar de operaciones esta semana. Junto a su barca flotaban artilugios parecidos también repletos de inmigrantes. Una enorme lancha naranja emergió en la zona (el senegalés no recuerda si habían pasado ya la mitad del Estrecho) y comenzó el rescate múltiple. Una por una, el personal de Salvamento fue vaciando cada barca inflable. Llegó el turno de su familia y, una vez a bordo de la Salvamar, Mboca engulló unas galletas y bebió casi de un trago un botellín de agua, extenuado tras tantas horas de remar. Cogió a su pequeña en brazos y vio cómo su mujer se quedaba dormida.
Mboca ambiciona convertirse en taxista, el oficio que desempeñaba en Senegal por 10 euros al mes conduciendo de sol a sol. O camionero. Y poder mandar dinero a casa, donde quedan sus padres al cargo de sus otros dos hijos (de dos y tres años).

Princesa, la bebé que llegó sola a Tarifa

Los rescatadores habían recogido a la pequeña de una lancha de juguete, sin padres


La niña a la que los rescatadores llaman Princesa. / MARCOS MORENO | VÍDEO: ATLAS

Temblando de frío, con la ropa empapada, llegó este martes Princesa a bordo de la lancha neumática L. S. Hermes, la más pequeña y manejable de las embarcaciones que participó este martes en las tareas de rescate. Apenas tiene unos meses. No llega al año de vida.
A la Punta del Santo, el espigón de Tarifa (Cádiz) donde atracan estos días los barcos de Salvamento Marítimo repletos de inmigrantes subsaharianos, llegó junto a otros dos bebés, tres hombres y cinco mujeres, dos de ellas embarazadas. Los rescatadores habían recogido a la pequeña de una lancha de juguete, igual que a los demás. Pero sin padres.
Los compañeros de travesía contaron que la familia de la bebé intentó subir sin éxito a la zodiac de juguete cuando se produjo un confuso altercado con gendarmes marroquíes. En un francés atropellado relataron que hubo un intercambio de pedradas que empujó a los padres a dejar a la niña en la embarcación, mientras ellos se quedaban en tierra.
En la agrupación local de la Cruz Roja de Tarifa entró con fiebre (38,5 grados). Una enfermera le suministró Apiretal, un antipirético infantil, en pleno puerto. Luego durmió en una bañera, arropada por una manta. Desde las once de la mañana hasta las cinco de la tarde ni pestañeó. Tiene cinco dientes y unos ojos negros muy vivos que lo escudriñan todo. La chiquilla quedó al cuidado de María Ángeles, una voluntaria de Sevilla, de 33 años, madre de dos hijos. Cuenta "con el vello de punta" y con la niña en brazos, que la policía esperará a que sus padres la reclamen. Entretanto, su destino más probable es un centro de internamiento de extranjeros.
Durante toda la jornada pasó de regazo en regazo de las voluntarias que se negaron a bautizarla. En un centro donde otros 13 pequeños corretean en medio de juguetes de la Cruz Roja, ya se le conoce por Princesa. En todo el día, apenas lloró. "Cuatro lágrimas, nada más". Se tomó del tirón dos biberones de leche.

el dispreciau dice: te duele el mundo humano, en verdad te duele la Tierra, cuando en realidad te duele alma de tanta miseria humana traducida a sueños atravesados por las lanzas de los abandonos, de la negligencias políticas, de las omisiones de los estados ausentes y de los otros negligentes, al tiempo que algunos hacen lo que pueden, y otros se lavan las manos haciendo que no ven, a efectos de no verse involucrados en el compromiso de tener que ayudar... 
el mundo humano está exhibiendo una crisis humanitaria global, inducida por y desde el imperio y sus permanentes/crecientes demencias, con la colaboración de estados secundarios cada vez más ausentes, ocupados por políticos corruptos y negligentes, que poco entienden, que no conceden importancia a las gentes, y que reniegan de hacer algo por alguien, asumiendo que es bueno no hacer nada por nadie...
lo de África es una muestra... los despojados sueñan con salvar sus dignidades en una supuesta Europa idealizada, un sueño que no les permite divisar las intolerancias y las discriminaciones a las que se verán inmediatamente sometidos, un drama que se asociará al desarraigo y a la desesperación de no encontrar un hueco donde cobijarse... sin embargo, el ejemplo del África es apenas la punta de un iceberg sin fin que involucra a toda la raza humana ocupada por mortales omitidos, por anónimos negados y otros desconocidos, por gentes empobrecidas y por un sin fin de marginados que el mismo sistema económico perverso va empujando hacia las periferias, asegurando que caerán en el abismo creado al fin estratégico...
el atropello a la dignidad humana es un "hecho" de los estados ausentes, del mismo modo que la invasión de los derechos humanos lo es, del mismo que la extinción de los derechos ciudadanos lo es... y en semejante desconcierto, ninguna sociedad sobrevive, mal que le pese a los que fabrican discursos sobre realidades inexistentes...
la humanidad debe repensar su futuro... ya que no se puede nacer con un futuro hipotecado... ni tampoco se puede vivir con el peso de una deuda jamás contraída, por el simple imperio de las necedades de intereses tan mezquinos como miserables... definitivamente el sistema actual ha caducado, y sus resultados están a la vista de quien los quiera ver... "excluir" a la humanidad... para salvar a los bancos, a los buitres y a los usureros, no sólo no suma, sino que resta demasiado, tanto que además de atrasar, involuciona. AGOSTO 14, 2014.-


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