martes, 7 de agosto de 2012

CONTRADICCIONES || Las verdaderas causas de la violencia - 07.08.2012 - lanacion.com  

Las verdaderas causas de la violencia - 07.08.2012 - lanacion.com  


Masacre en Denver

Martes 07 de agosto de 2012 | Publicado en edición impresa

Las verdaderas causas de la violencia

Por Silvio Waisbord | Para LA NACION

Washington-Apenas la noticia de la masacre de Denver se instaló en la conversación global, se reinstalaron los parámetros conocidos de la discusión sobre violencia y armas. El ataque a un templo sikh de Wisconsin, en Milwaukee, donde este domingo murieron otras siete personas, no hizo más que calentar el debate.

Un argumento habitual es aquel que culpa a los medios por la tragedia. La violencia mediática es presentada como gatillo de la violencia real. Se le atribuye enorme poder al incesante flujo de crímenes en películas y juegos. Se dice que los medios naturalizan la violencia, que los acostumbra a las armas de fuego, que hace de la violencia una presencia cotidiana. Cuando existen personas con desequilibrios psicológicos, los medios agregan el combustible explosivo. Desde esta posición, se presenta una canasta de evidencia que supuestamente demuestra la conexión medios-violencia: criminales que copian crímenes ampliamente difundidos en las noticias o se inspiran en escenas de películas y asesinos convencidos de que cometer masacres los catapulta a la atención mediática. Al vincular los contenidos violentos con la psicología individual, este argumento convierte el tema de la violencia en una cuestión de decisiones personales y culpas mediáticas.

Esta posición presenta varios problemas. No explica variaciones en los números de crímenes violentos. No hay correlación perfecta entre oferta de violencia ficticia e índices de criminalidad. Tampoco explica considerables diferencias entre Estados Unidos y los veinte países más ricos del planeta. La violencia mediática desconoce fronteras: el manga japonés no es un canto de amor a la paz, las clásicas películas de Bollywood nunca fueron sesiones de antiviolencia gandhiana y la destrucción digitalizada que Hollywood glorifica es accesible hasta en el último rincón del planeta. A pesar de que los contenidos violentos son comunes a nivel global, Estados Unidos lidera por amplio margen las estadísticas de crímenes violentos.

Aunque hubo una disminución notable en las últimas décadas, el número es entre diez a veinte veces mayor que en otros países "desarrollados". La violencia en medios, por sí sola, no tiene consecuencias similares en diferentes países.

La cuestión no es absolver a los medios, cuya responsabilidad mayor, cabe agregar, es ignorar la violencia cotidiana y convertirla en espectáculo en determinadas ocasiones. Focalizar las culpas en los medios como catalizador de factores psicológicos es despolitizar el tema: desplaza la responsabilidad de la legislación para colocarlo en el terreno de las decisiones personales. Culpar a los medios es culpar una abstracción. No existen como actor colectivo, unificado. Es hacer un pase de magia para ocultar el rol de la política. Sería como culpar a los dueños del cine por la masacre al argumentar que ofrecen un lugar de congregación masiva para los asesinos.

James Holmes, quien fue arrestado por la masacre, estaba armado para el apocalipsis. No solamente llevaba ametralladoras de asalto, rifle y dos pistolas cuando abrió fuego. Compró una cantidad disparatada de municiones en Internet y cercó su departamento con explosivos. Sin chequeos previos, con absoluta libertad.
El acceso es la cuestión vital en un país donde casi la mitad de la población está armada, los precios bajaron sensiblemente, y ha aumentado la cantidad de armas por habitante desde que asumió Obama.

Este escenario justifica la necesidad de colocar la regulación del acceso a las armas en el debate político. El problema es que tanto demócratas como republicanos persisten en eludir esta cuestión.

Para los demócratas, es un tema radiactivo, kriptonita política pura. No quieren ser punching bag de la National Rifle Association, el lobby de los fabricantes de armas, aunque igualmente sean objeto habitual de ataques e ironías. Ni siquiera se meten en puntas de pies para no parecer "antiamericanos". Sin que se les mueva un músculo facial, argumentan que el tema no debe ser tocado en un año electoral. Los republicanos ignoran la regulación del acceso por razones ideológicas y estratégicas. Embanderados en la Segunda Enmienda, son ampliamente favorecidos por la generosidad monetaria de la NRA durante las campañas electorales. Defienden a ultranza los derechos de portar cualquier tipo de armas (sin importar capacidad de fuego) y gozar del tenedor libre de municiones. Rechazan cualquier idea de regulación como un ataque a las santas libertades individuales.

Aunque casi la mitad de la población en Estados Unidos apoya medidas para regular el acceso a determinadas armas, el control sigue siendo una cuestión políticamente huérfana. La ventana de oportunidad para la acción es breve, dura lo que dura el ciclo noticioso, la memoria periodística de la tragedia.

La mezcla de cautela, desidia y cinismo asigna culpas en el lugar equivocado. Los medios son un blanco fácil, un comodín político para distraer la atención de las causas reales sobre la violencia. Al colocar a los medios en el banquillo de los acusados, la política despolitiza la violencia y se exime de cualquier responsabilidad.
© La Nacion.
 
 
el dispreciau dice: el mundo humano está atrapado y envuelto por la violencia... no una sino todas... violencias... engendradas desde los propios estados ausentes sin capacidad para gobernar ni tampoco conducir, favoreciendo anarquías funcionales al poder incapacitado, algo semejante a un poder que se sustenta en el que cada uno haga lo que se le antoje, siempre y cuando aporte a las cajas negras de ese poder... otras violencias inducidas por guionistas cinematográficos que se han quedado sin ideas y recurren siempre a Batman y su ciudad gótica devastada por las miserias humanas de delincuentes asociados a funcionarios corruptos (nada distinto a cualquier realidad)... mayores violencias sopladas desde los medios periodísticos que venden la tragedia diaria, construyendo morbo y destruyendo el escaso humanismo que circula por el mundo humano... peores violencias de asesinos sueltos por injusticias marcadas en garantismos de falsos derechos humanos que enaltecen a los victimarios inculpando a sus víctimas... y todo está al revés... sin que nadie humano atine a crear mecanismos de defensa adecuados a tanto relajo público... la clase política está más cínica que nunca antes, y hace discursos sobre lo que no hace y jamás hará, porque ha quedado atrapada en sus propias mentiras y éstas en sus negligencias. A estas alturas el problema no es Batman ni el desquiciado de turno... el problema se focaliza en un poder político tan terrorista como la propia mente terrorista del 11-S, 11-M, o cualquier otro, ya que todos los actos terroristas son delitos de lesa humanidad, incluyendo en ello a los propios estados que niegan "ayudar" a sus contribuyentes, relegándolos al estados de pobrezas inducidas por las conveniencias de pocos oportunistas que además, se creen dueños del mundo y de los destinos de los demás... y esto no da para más. Ningún superhéroe puede salvar al mundo... apenas si hacen falta humanos con sentido común para hacerlo, pero eso no está en los planes de nadie. AGOSTO 07, 2012.-

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