La radiación de Fukushima ya causa mutaciones en mariposas
Científicos japoneses encuentran mutaciones en mariposas con alas más pequeñas y ojos dañados
No ha pasado año y medio del accidente nuclear de Fukushima (Japón) y un grupo de científicos locales ya ha encontrado las primeras consecuencias en la biodiversidad de la región. Una investigación concluye que tres generaciones de mariposas de la clase Zizeeria maha han sufrido “malformaciones severas”. “Hemos llegado a la firme conclusión de que la radiación liberada en la planta de Fukushima ha dañado los genes de las mariposas”, ha asegurado el profesor Joji Otaki, de la Universidad de Ryukyu en Okinawa.
El equipo de investigadores recogió 144 adultos de la mariposa en 10 lugares diferentes de Japón, uno de ellos fue las proximidades de la central nuclear de Fukushima, para comparar su desarrollo. El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, del grupo editorial de Nature, revela que alrededor del 12% de las mariposas que fueron expuestas a la lluvia radiactiva inmediatamente después del accidente nuclear, cuando eran larvas, presentaron anormalidades como alas más pequeñas y ojos dañados.
Los descendientes de estos insectos procedentes de Fukushima, que se criaron y desarrollaron en un laboratorio alejada de la zona de alta radioactividad, sufrieron malformaciones en un 18%. Esta cifra se elevó al 34% en la tercera generación de mariposas, a pesar de que solo uno de los progenitores procedía de la zona contaminada.
Los investigadores también recolectaron otras 240 mariposas en Fukushima, en septiembre del año pasado, seis meses después del desastre. Las anomalías se registraron en el 52% de la descendencia de estos ejemplares, lo que supone "una proporción muy alta", dice Otaki.
“Siempre se ha creído que los insectos han sido muy resistentes a la radiación”, explica el científico japonés, que advirtió que era demasiado pronto para sacar conclusiones sobre otras especies, como los seres humanos. El académico también advirtió que la alta relación podría resultar de la exposición externa e interna a la radiación de la atmósfera y en los productos alimenticios contaminados. Kunikazu Noguchi, profesor de protección radiológica en el de la Escuela Universitaria de Nihon (Japón), dijo que se necesitaban más datos para determinar el impacto del accidente de Fukushima en animales en general.
El accidente de Fukushima, considerado el peor accidente nuclear desde la catástrofe de Chernóbil (Ucrania, 1986), fue producido por un seísmo y un tsunami posterior que causó 15.854 muertos y 3.276 desaparecidos. Hasta la fecha, no se han conocido consecuencias directas en la salud de personas que vivían en el entorno en el momento del siniestro.
Los médicos hasta ahora no han encontrado efectos en la salud que vinculen el accidente de Fukushima con la aparición de enfermedades como el cáncer, que a menudo se asocian con la exposición a radiactividad.
Aunque muchos efectos sobre la salud de personas provocados por la radiación aparecen a lo largo de años o décadas a través de la descendencia de los afectados directos. "Hay una serie de factores desconocidos sobre el impacto genético de la radiación", dijo Makoto Yamada, un médico japonés que examina los residentes de Fukushima. "Todavía no podemos negar al 100% que el impacto puede venir en el futuro."
El equipo de investigadores recogió 144 adultos de la mariposa en 10 lugares diferentes de Japón, uno de ellos fue las proximidades de la central nuclear de Fukushima, para comparar su desarrollo. El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, del grupo editorial de Nature, revela que alrededor del 12% de las mariposas que fueron expuestas a la lluvia radiactiva inmediatamente después del accidente nuclear, cuando eran larvas, presentaron anormalidades como alas más pequeñas y ojos dañados.
Los descendientes de estos insectos procedentes de Fukushima, que se criaron y desarrollaron en un laboratorio alejada de la zona de alta radioactividad, sufrieron malformaciones en un 18%. Esta cifra se elevó al 34% en la tercera generación de mariposas, a pesar de que solo uno de los progenitores procedía de la zona contaminada.
Los investigadores también recolectaron otras 240 mariposas en Fukushima, en septiembre del año pasado, seis meses después del desastre. Las anomalías se registraron en el 52% de la descendencia de estos ejemplares, lo que supone "una proporción muy alta", dice Otaki.
“Siempre se ha creído que los insectos han sido muy resistentes a la radiación”, explica el científico japonés, que advirtió que era demasiado pronto para sacar conclusiones sobre otras especies, como los seres humanos. El académico también advirtió que la alta relación podría resultar de la exposición externa e interna a la radiación de la atmósfera y en los productos alimenticios contaminados. Kunikazu Noguchi, profesor de protección radiológica en el de la Escuela Universitaria de Nihon (Japón), dijo que se necesitaban más datos para determinar el impacto del accidente de Fukushima en animales en general.
El accidente de Fukushima, considerado el peor accidente nuclear desde la catástrofe de Chernóbil (Ucrania, 1986), fue producido por un seísmo y un tsunami posterior que causó 15.854 muertos y 3.276 desaparecidos. Hasta la fecha, no se han conocido consecuencias directas en la salud de personas que vivían en el entorno en el momento del siniestro.
Los médicos hasta ahora no han encontrado efectos en la salud que vinculen el accidente de Fukushima con la aparición de enfermedades como el cáncer, que a menudo se asocian con la exposición a radiactividad.
Aunque muchos efectos sobre la salud de personas provocados por la radiación aparecen a lo largo de años o décadas a través de la descendencia de los afectados directos. "Hay una serie de factores desconocidos sobre el impacto genético de la radiación", dijo Makoto Yamada, un médico japonés que examina los residentes de Fukushima. "Todavía no podemos negar al 100% que el impacto puede venir en el futuro."
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