sábado, 3 de marzo de 2012

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El bloqueo refuerza el sentimiento antiargentino en las islas Malvinas Internacional EL PAÍS


El bloqueo refuerza el sentimiento antiargentino en las islas Malvinas

Londres dice que solo Buenos Aires trata de elevar la tensión en el archipiélago

Un grupo de malvienses en una taberna en Port Stanley. / rafael wollmann (getty)
El aumento de la tensión entre Argentina y Reino Unido por su enfrentamiento acerca de la soberanía de las Malvinas ha provocado una lluvia de banderas británicas e isleñas en Stanley, la capital de las Malvinas, y parece tener el efecto contrario al que busca Buenos Aires: lejos de atemorizar a los habitantes del archipiélago, la tensión no hace más que reavivar la memoria de la guerra de 1982, aumentando el sentimiento de comunidad de los malvinenses y recordándoles que, hoy por hoy, su defensa depende precisamente de Gran Bretaña.

El bloqueo a los buques con bandera de las Malvinas y las trabas a los barcos con pabellón británico, apoyado por Chile, Uruguay y Brasil, están provocando pequeños inconvenientes a los pesqueros gallegos que faenan en la zona y problemas para la llegada de alimentos y materiales desde el continente, pero eso solo significa que los isleños han de pagar un sobreprecio porque algunos productos llegan ahora desde Gran Bretaña.

Los que de verdad temen una escalada de la tensión son los trabajadores chilenos y de otros países de Sudamérica empleados en las Malvinas y los excombatientes argentinos que visitan el archipiélago, que temen la suspensión del vuelo semanal que une las Malvinas con Punta Arenas, en el sur de Chile. Eso les obligaría a viajar a través de Londres, a precios prohibitivos.
“El bloqueo nos está afectando porque nos dan la lata”, explica el gallego Antonio Cordeiro, representante de los armadores de Vigo en las Malvinas desde 1988. Lleva allí tanto tiempo que le llaman “el cónsul de Galicia”. Primero negociaba licencias para los armadores y desde que el sistema se cambió a empresas mixtas busca socios locales para las empresas gallegas.

“Están sometiendo a inspección a los barcos cuando llegan a Montevideo y pidiéndoles los papeles. Cuando declaran que vienen de las Malvinas, les abren expediente sancionador, que puede acabar con la imposición de una multa aunque hasta ahora no se ha dado el caso. En una ocasión tuvo que intervenir un helicóptero de la armada por la actitud agresiva de los inspectores”, explica Cordeiro.

“El bloqueo nos está afectando porque nos dan la lata”, explica el gallego Antonio Cordeiro, representante de los armadores de Vigo en las Malvinas desde 1988

“Aquí siempre hemos tenido una buena relación con la industria pesquera española, muy positiva, con contactos a nivel científico. Los españoles han estado desde hace tiempo en las Malvinas y enseguida se interesaron por las licencias y luego han sido los que han formado más empresas conjuntas”, explica John Barton, director de Pesca del Gobierno de las Malvinas.

Desde que se introdujo el sistema de licencias de pesca en 1986-87 se ha revolucionado la economía de las islas, que desde 1989 son autosuficientes salvo en los gastos de Defensa, que siguen a cargo de los contribuyentes británicos.

El final del periodo de relaciones constructivas entre Argentina y las Malvinas que se dio en la era de Carlos Menem, en los años noventa, está afectando a la conservación de los caladeros. “La falta de colaboración de Argentina es un gran problema, un gran paso atrás para la conservación de los caladeros. Entre 1990 y 2005 hemos tenido una política bilateral de conservación muy buena, que era entre Gran Bretaña y Argentina con participación de las Malvinas. Hemos tenido científicos argentinos trabajando en esta habitación. Eso ahora es muy poco probable”, se lamenta Barton.

¿A qué se debe el aumento de la tensión de los últimos meses? Se apuntan varias causas: la cercanía del 30º aniversario del conflicto de 1982, la evidencia de que sí hay petróleo en las Malvinas, la estancia estos días en las islas del príncipe Guillermo de Inglaterra. “Me temo que le voy a tener que dar una respuesta diplomática: se lo tiene que preguntar a Argentina”, se excusa el gobernador británico del archipiélago, Nigel Haywood. “Leemos en los periódicos que hay un amento de la tensión en el Atlántico Sur, pero no lo hay. Lo que hay es un lado intentando aumentar la tensión. Pero nosotros, no”, añade.

Pero Haywood pierde esa compostura diplomática cuando se le recuerda que Londres ha considerado esencial la opinión de la población local en los contenciosos de las Malvinas y Gibraltar pero devolvió Hong Kong a China en 1997 y, sobre todo, expulsó en los años 60 a los habitantes de la isla de Diego García para convertirla en una base militar de Estados Unidos sin pedir su opinión a los afectados. “Son casos muy diferentes y de hace mucho tiempo. Nos podríamos remontar también a la invasión española de los Países Bajos”, se revuelve en el sofá de su acogedora residencia frente a la bahía de Stanley. “El Gobierno británico ya ha admitido que en aquellos tiempos se cometieron errores”, añade, recuperando la compostura.

Visto desde las islas, la cuestión de la opinión de la población local es un elemento central del debate sobre la soberanía del archipiélago. “Aquí no había ningún tipo de población indígena cuando los ingleses tomaron posesión de las islas en 1765”, afirma Dick Sawle, uno de los ocho miembros que forman la Asamblea Legislativa local, nacido en Inglaterra pero afincado en las Malvinas desde 1986.

“En 1832 había aquí una población civil de unas 30 personas. Y estaban solo para una cosa: matar vacas. Porque los barcos necesitaban carne. En octubre de 1832 vino aquí un buque desde Buenos Aires con una guarnición militar argentina que tuvo muchos problemas con la población civil. Los ingleses vinieron tres meses después y les expulsaron. Más o menos lo mismo que en 1982”, ironiza.

“Aquí no había ningún tipo de población indígena cuando los ingleses tomaron posesión de las islas en 1765”, afirma Dick Sawle, uno de los ocho miembros de la Asamblea Legislativa local

“El capitán inglés le dijo a la población civil que quería que siguieran aquí porque era del interés de los barcos en la zona. Había 30 personas: gauchos, un escocés, brasileños, uruguayos, algún argentino. Tenemos los nombres de todos ellos pero no sabemos de dónde venían. Y dos personas decidieron salir: uno uruguayo y otro brasileño, eso sí lo sabemos. Pero nunca se expulsó a ningún tipo de población argentina. Y el último de ese grupo de población civil murió pacíficamente aquí en 1871. Y ahora hay gente que lleva aquí nueve generaciones. En Argentina no es fácil encontrar a alguien que haya vivido allí nueve generaciones”, asegura.

“Cuando algunos argentinos hablan de las Malvinas parecen hablar de un territorio deshabitado”, se queja John Fowler, director adjunto de periódico local, el Penguin News, también malvinense de adopción. “Otros parecen hablar de un lugar mítico, pero es un mito nacional irreal, sin carne, y en casos extremos, como el de algunos ministros de la señora Kirchner, es un territorio en el que quizás haya gente, pero es gente que no cuenta porque no importan”, sostiene.

“Pero si los argentinos que había aquí en 1800 eran importantes, nosotros también somos importantes. Estamos en la misma situación que Argentina, Uruguay o Chile hace muchos años, con la diferencia de que no ha habido masacres como cuando los españoles reclamaron los territorios. No creo que el argumento histórico sea crucial, pero ¿qué cambiaría si hubiéramos expulsado a 20 o 30 personas en 1833, que es algo que además podemos probar que no ocurrió?”, se pregunta. “No puedes ir atrás a 1833 y dibujar las fronteras en base a eso”, concluye.


el dispreciau dice: el tema de las MALVINAS es menor comparado con los conflictos que se despliegan por el mundo humano... no obstante ello, MALVINAS refleja las evidencias de estados ausentes, un estado británico que no ve más allá de sus narices, y un estado argentino que, de tanto mentir, ya no discierne las verdades que impone la realidad. En las islas viven personas con tantos derechos humanos y ciudadanos como los de cualquiera otra nación... derechos que son manipulados a conveniencia de las zozobras que los estados ausentes imponen a los ciudadanos que viven en la Gran Bretaña y en el extremo sur de la América del Sur. Las razones para interferir con sus vidas son tan malas y delesnables como aquellos padecimientos que se imponen por antojo y conveniencia de partes... por estas horas (las anteriores y las por venir, también) los gobiernos involucrados en el conflicto están sordos, ciegos, e inmediatamente más sordos aún. De qué le sirve a la Argentina bloquear las vidas de los habitantes de las islas... absolutamente para nada. De qué le sirve a Gran Bretaña militarizar las islas cuando su oponente no tiene con qué invadirla?... todo fin justifica los medios, aún cuando todos ellos sean parte de la irracionalidad política de los estados. Desafortunada iniciativa británica, peor (desafortunada) iniciativa argentina... ¿quién lo padece?, los inocentes que viven en las islas, ciudadanos que lo único que pretenden es que los dejen vivir en paz, más allá de las banderas y más allá de las fronteras y sus razones. ARGENTINA, más allá de las razones que le competen por la historia, se caracteriza por  reincidir en sus errores de apreciación sobre la realidad de las islas... y lo único que obtiene a cambio son empecinamientos... por su parte, Londres, que sabe un rato largo de diplomacia, derecho internacional, y otro tanto de imperialismos mundanos (y otros piratajes), siempre emplea los atajos cuando la realidad impone los "caminos"... insisto con lo que he dicho muchas veces, cuando países se decidan a "revelar" todo aquello que "nos une", los argentinos renuentes a entender el rol de los otros, deberán morderse la lengua... del mismo modo que Gran Bretaña deberá cambiar el discurso, que por repetido es hartante. La evidencia deja en claro que ninguna de las partes resuelve el problema porque a ambas les sirve "vender" la estupidez de los fracasos... Gran Bretaña justificando la bandera, mientras que Argentina haciendo lo propio al ocultar los dramas que la envuelven y que el estado no atiende... porque no está dispuesto a entender que la sociedad es relevante en la concordancia, pero más aún lo es en la discordancia (disidencia o como se la quiera llamar). Mientras la discusión va y viene, el mundo humano sigue ahogado en calamidades que intentan ocultar el verdadero eje del drama:
* miles de millones de personas excluídas
* miles de millones de personas con hambre
* millones de personas sin trabajo
* fuentes laborales en caída libre
* millones de personas sin hogar gracias a la inoperancia pirata de un sistema bancario perverso que consume destinos a cambio de hipotecas
* millones de personas sin acceso a su salud pública (derecho humano elemental)
* millones de personas sin accesos a su educación pública (derecho humano elemental)
* millones de personas en estado de indefensión jurídica gracias a las ausencias de los estados
* millones de personas esclavizadas por mercados marginales que trafican personas contra su voluntad
* corrupción de los funcionarios, protegidos por una clase política perversa y perimida
* corporaciones de medios que venden opinión de realidades inexistentes
Curiosamente, lo antedicho no destaca ni a Gran Bretaña ni tampoco a la Argentina... donde ambos estados y sus respectivas clases políticas, brillan por su ausencia ante las necesidades de las personas... claro está, en Gran Bretaña mucho más educados y hablando en inglés... en Argentina, sobreviviendo como se puede mientras los discursos hablan de una realidad que no existe... pero bue, qué se le va a hacer, no?. Que siga el circo. Cuidado Señores... la realidad nos está atropellando a TODOS... Marzo 03, 2012.-

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