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Agencia de apoyo a palestinos peligra por conductas antiéticas
Un informe de la Oficina de Ética de las Naciones Unidas, filtrado a fines de julio, halló evidencia “creíble y corroborada” de que la cúpula de UNRWA participó en “conducta sexual inapropiada, nepotismo, represalias, discriminación y otros abusos de autoridad, para beneficio personal, para suprimir el disenso legítimo, y para lograr de otra manera sus objetivos personales”.
Como resultado inmediato, dos de los donantes de la Agencia, Holanda y Suiza, suspendieron los pagos a la Agencia, con la posibilidad de que otros los sigan.
El jueves 1, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, nombró este jueves al diplomático británico Christian Saunders como nuevo comisionado general adjunto de la UNRWA, en un esfuerzo por contener la crisis.
Además, uno de sus portavoces indicó que “la Oficina de Servicios de Supervisión Interna (OIOS) está investigando actualmente las alegaciones de mala conducta en la UNRWA” y que Guterres actuará una vez que tenga en mano sus recomendaciones y conclusiones.
En enero de 2018, la administración de Donald Trump anunció que retendría 65 millones de dólares de un paquete de ayuda de 125 millones destinado a UNRWA, un verdadero salvavidas para más de cinco millones de refugiados palestinos registrados, durante casi 70 años.
Razones políticas impulsaron principalmente la medida, según analistas sobre actividades de la ONU.
Paula Donovan y Stephen Lewis, codirectores de la organización internacional AIDS-Free World y su Campaña Código Azul, que busca poner fin a la impunidad por abuso sexual por parte del personal de la ONU, aseguraron que el informe incriminatorio llegó a la Secretaria General hace ocho meses.
“Debería haber suspendido de inmediato a los directores involucrados y reemplazarlos con nombramientos provisionales. Si lo hubiera hecho, Holanda y Suiza no habrían suspendido el pago a la UNRWA y el trabajo indispensable de la agencia no se habría visto comprometido”, plantearon en una respuesta conjunta a preguntas de IPS al respecto.
“Si los medios de comunicación no hubieran revelado la situación de UNRWA, el secretario general no habría actuado. Por desgracia, ese es el patrón”, agregaron.
Guterres dijo a los periodistas el 1 de agosto: “He estado actuando de manera bastante significativa para asegurarme de fortalecer la capacidad de UNRWA”.
“He estado pidiendo el apoyo a UNRWA de todos los países del mundo, ya que creo que deberíamos distinguir cuáles son las revelaciones o acusaciones hechas en relación con los miembros de la administración de UNRWA, de las necesidades de preservar UNRWA, para apoyar a la UNRWA y hacer que la UNRWA sea efectiva en la acción muy importante en relación con los refugiados palestinos”.
Explicó que en ese esfuerzo se inscribe el nombramiento de Saunders.
Sobre la adopción de medidas sobre los directivos involucrados presuntamente en conducta antiética, insistió que “esperaré, de acuerdo con el debido proceso, los resultados de la investigación y, en función de los resultados de la investigación, actuaré en consecuencia”.
La UNRWA, por su parte, recordó que su actividad está financiada casi en su totalidad por contribuciones voluntarias, con la única excepción es un subsidio muy limitado del presupuesto ordinario de la ONU, que se utiliza exclusivamente para gastos administrativos.
“El trabajo de UNRWA no podría llevarse a cabo sin contribuciones sostenidas de los gobiernos estatales y regionales, la Unión Europea y otros socios gubernamentales, que representaron 93,28 por ciento de todas las contribuciones en 2018”, puntualizó.
En 2018, dijo la UNRWA, 50 por ciento de los compromisos totales de la Agencia, de 1.270 millones de dólares, provinieron de los estados miembros de la UE, que contribuyeron con 643 millones, incluidos aportes de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo del bloque.
La UE, incluida la Comisión, Alemania y Arabia Saudita fueron los principales donantes individuales, contribuyendo con 40 por ciento acumulado de la financiación total de la Agencia. Gran Bretaña y Suecia también estuvieron entre los mayores donantes.
La administración dijo Trump hace un año que revisó decidió que Estados Unidos no hará contribuciones adicionales a la Agencia.
“Cuando realizamos una contribución estadounidense de 60 millones de dólares en enero, dejamos en claro que Estados Unidos ya no estaba dispuesto a asumir la parte muy desproporcionada de la carga de los costos de UNRWA, que habíamos asumido durante muchos años”, según el estadounidense Departamento de Estado.
A juicio de Washington, dijo, la operación de UNRWA es “irremediablemente defectuosa”.
El portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, dijo a los periodistas el 30 de julio que Guterres cree que es esencial que UNRWA obtenga el apoyo que necesita y “por lo tanto, buscaremos asegurarnos de que todos los países que han sido generosos en donar a la UNRWA puedan continuar haciéndolo, y buscaremos relacionarnos con ellos para ver qué se puede hacer para satisfacerlos”.
“Esta es una agencia cuyo trabajo es crítico para la vida, la salud y la educación de millones de personas, millones de palestinos en toda la región, y han sido una fuente vital de estabilidad, no solo para esas personas sino para la región misma “, agregó.
Haq también precisó que hay una investigación en curso sobre las acusaciones contenidas en el informe.
“Hasta que se complete esta investigación, el secretario general no está en condiciones de hacer más comentarios sobre este asunto”, puntualizó.
En una declaración emitida el jueves 1, la Campaña del Código Azul dijo que el informe de ética destaca que la presunta conducta impropia de los principales líderes de UNRWA -el comisionado general Pierre Krahenbuhl, la comisionada general adjunto Sandra Mitchell, el jefe de Estado Mayor Hakam Shahwan y la asesora principal María Mohammedi- representa “un riesgo enorme para la reputación de la ONU” y se debe considerar su salida inmediata.
El informe de ética se filtró a los medios al finalizar julio, aunque se entregó a Guterres en diciembre. Mitchell y Shahwan han dejado la agencia por decisión propia. Tanto Krahenbuhl como Mohammedi permanecen en sus puestos, dice el comunicado.
Código Azul también criticó que Guterres haya ignorado la recomendación del informe de ética de que Krahenbuhl y Mohammedi fuesen removidos de inmediato, y en lugar de hacerlo recurriese a pedir un nuevo informe, esta vez a la OIOS, que demora la toma de medidas.
Además del retiro de Holanda y Suiza, se informó que Gran Bretaña está considerando hacer lo mismo. A juicio de Código Azul, la labor de UNRWA es demasiado importante para millones de personas, para que la no adopción de medidas con su personal empeore su crisis.
T: MF
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