La cumbre europea agita la perspectiva de un segundo referéndum sobre el Brexit
El primer ministro maltés reconoce que existe "unanimidad o casi unanimidad" entre los Veintisiete sobre la posibilidad de que Reino Unido celebre una nueva consulta acerca de la salida de la UE
Salzburgo
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, junto al negociador comunitario del Brexit, Michel Barnier, el 13 de septiembre de 2018 en Bruselas. FRANCISCO SECO AP
De imposible a inevitable, y de quimera a realidad. La polémica sobre un segundo referéndum en Reino Unido sobre el Brexit ha estallado en plena cumbre europea de Salzburgo (Austria), una cita en la que la primera ministra británica, Theresa May, ha pedido ayuda a sus socios comunitarios para sacar adelante su farragoso plan sobre un Brexit suave y gradual. Los líderes europeos han reaccionado entre la comprensión y la indiferencia a las dificultades que sufre el Gobierno británico para rematar un plan de salida del club que fue iniciativa de Londres. Y algunos de los presidentes de Gobierno han empezado a airear en la ciudad austriaca la solución mantenida sotto voce hasta ahora, que pasaría por darle de nuevo la última palabra al pueblo británico.
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La chispa ha saltado en el ángulo más inesperado de la cumbre, durante una entrevista del primer ministro de Malta, Joseph Muscat, con la televisión pública británica BBC. "Hay unanimidad o casi unanimidad en torno a la mesa en que nos encantaría que ocurriera lo que parece casi imposible, que es otro referéndum en Reino Unido", señaló.
Ante la insistencia de los periodistas —ha sido el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, quien ha pedido oficialmente un segundo referéndum—, May abundó: “La gente votó, y votó dejar la UE. Ahora se trata de confiar en los políticos, que debemos cumplir con la voluntad del pueblo británico”.
La declaración del maltés se ha propagado a la velocidad del rayo y ha provocado réplicas a favor y en contra. El recorrido y respaldo de la iniciativa resulta incierto a nivel europeo. Pero parece inevitable que desencadene el debate en un momento en el que las negociaciones del Brexit han entrado en terreno pantanoso y se aproximan peligrosamente al límite temporal a partir del cual parecen condenadas al fracaso.
La propia cumbre de Salzburgo tiene previsto anunciar este jueves un aplazamiento del acuerdo, previsto para mediados de octubre. Y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quiere fijar una cumbre extraordinaria el 17 y 18 de noviembre, como escena final para un acuerdo o descarrilamiento definitivo del divorcio del Reino Unido con Bruselas.
El propio Tusk y otros líderes europeos siempre han insistido en que Londres todavía está a tiempo de dar marcha atrás en el Brexit. Pero el Gobierno de May se ha aferrado a su estrategia de "Brexit significa Brexit" como vía para imponerse al ala más radical de los conservadores (partidarios de una salida dura del club comunitario sin acuerdo con Bruselas).
Pero las insinuaciones sobre un segundo referéndum en una cumbre europea dedicada en buena medida a concretar la fase final del Brexit debilitan la estrategia de May, que quiere cerrar con rotundidad cualquier especulación sobre una segunda consulta.
Tras la cena de líderes del miércoles, la premier británica subrayó dos veces ante los periodistas en que esa hipótesis estaba descartada. “Quiero dejarlo claro: este Gobierno nunca aceptará un segundo referéndum. El pueblo británico votó irse de la UE y nos iremos el 29 de marzo”, aseguró, instando al Partido Laborista a dejar de difundir estos mensajes.
"El problema en Londres es que la escena política está dominada por los extremos así que deberán buscar una fórmula para resolver el embrollo", pronostica un alto cargo europeo presente en Salzburgo. "Se acerca el momento de la verdad y es el momento de la verdad para Reino Unido", añade esa misma fuente.
Fuentes diplomáticas advierten que Londres deberá aclararse lo antes posible porque "la UE no está dispuesta a conceder prórrogas del período de negociación", fijado en dos años a partir del 29 de marzo de marzo de 2019. Reino Unido ha pedido un período de salida a partir de esa fecha, que expiraría el 31 de diciembre de 2020. Pero durante ese plazo, ya sería un país tercero, por lo que debería decidir sobre un posible referéndum mucho antes de la salida definitiva.
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