La polémica racista complica la reelección de Yellen al frente de la Fed
El entorno de la presidenta de la Reserva Federal le pide que rechace una hipotética oferta de Trump
Nueva York
Janet Yellen en su última intervención ante el Congreso PABLO MARTINEZ MONSIVAIS AP
La reacción de Donald Trump al acto de violencia racista el pasado fin de semana en Charlottesville tocó una fibra sensible que puede afectar al futuro de Janet Yellen al frente de la Reserva Federal. Por dos motivos. Hay voces que le piden ya abiertamente que renuncie a un segundo mandato si se lo ofrece el presidente. La retórica del magnate, además, puso en una posición delicada a Gary Cohn, su principal asesor económico y potencial aspirante a relevarla.
Narayana Kocherlakota presidió durante seis años la Reserva Federal de Minneapolis. Fue uno de los arquitectos de la estrategia que se siguió en el seno del banco central más poderoso del mundo para superar la hecatombe financiera. Ahora acude a las redes sociales para decir que aceptar cualquier cargo que propone Donald Trump es aprobar implícitamente sus políticas.
“Tengo la suerte de conocer a Janet Yellen y sé que su visión para Estados Unidos es muy diferente de la de Donald Trump”, afirma, para después añadir que “aceptar de él la presidencia de la Fed mandará una señal que lamentará –y posiblemente profundamente”. Le ofrece para preserva su reputación una alternativa: que anuncie directamente que se jubila cuando acabe su mandado a final de enero.
Si la tradición es un referente, lo lógico es que el nuevo inquilino de la Casa Blanca le proponga su permanencia. Pero Donald Trump no es un político al uso. La Reserva Federal evita hacer comentarios. Janet Yellen intervendrá la semana que viene en el simposio anual de banqueros centrales en Jackson Hole. Hasta ahora se limitó a decir que se concentra en cumplir el mandato que le ha dado el Congreso.
Las declaraciones de Narayana Kocherlakota se suman a las de Larry Summers. El antiguo secretario del Tesoro con Bill Clinton hizo también esta semana un llamamiento general a los funcionarios de mayor rango en la Administración de Donald Trump que se planten. Pero la negativa de Janet Yellen a una eventual oferta del presidente podría crear aún más incertidumbre y tensión.
Salida airosa
El presidente de EE UU dejó en julio todas las opciones abiertas pese a que durante la campaña electoral la acusó de orquestar una política monetaria que beneficiaba a los demócratas. En una entrevista con The Wall Street Journal, sin embargo, admitió que se sentía cómodo con los bajos tipos de interés. Pero también indicó que estaba consideran muy en serio a Gary Cohn, antiguo ejecutivo de Goldman Sachs.
Cohn había dicho hasta ahora que estaba encantado trabajando con Trump y que su prioridad era sacar adelante la reforma del régimen fiscal. Pero el clima de división que domina en Washington y la ruptura con el mundo empresarial, sin embargo, complica que los republicanos puedan sacar adelante su agenda. El presidente acaba de desmantelar dos grupos que le asesoran desde el sector privado.
La Casa Blanca renuncia también a crear un consejo que le iba a hacer de guía para la inversión de un billón de dólares en infraestructura, otro de los pilares de su plan para impulsar el crecimiento y el empleo. La presidencia de la Fed, por tanto, se ve como una salida oportuna para el que fue una de las figuras más relevantes de Wall Street. Los otros aspirantes que se citan son Kevin Warsh y Thomas Hoenig.
Estar al frente de la Fed es muy diferente de participar en unos grupos de líderes en el mundo de los negocios que se reúnen una vez con el presidente. Pero la retórica de Donald Trump complica el proceso y si se lo propone, Janet Yellen no tendrá otra opción que hacerse la foto junto a él en un momento políticamente delicado. La Fed, por su parte, insiste en que es una institución independiente.
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