Irak encierra a las familias del ISIS
Varias ONG documentan la existencia de un campo a las afueras de Mosul con 1.400 mujeres y niños vinculados a los yihadistas
Madrid
Una mujer y un niño, en el interior de un campo a las afueras de Mosul en el que las fuerzas de seguridad mantienen familias vinculadas al ISIS. BALINT SZLANKO AP
Varias organizaciones que trabajan con personas desplazadas en las inmediaciones de la ciudad de Mosul, en el norte de Irak, han documentado la existencia de un campo de detención en el que el Gobierno mantiene encerradas a cientos de familias formadas por mujeres y niños extranjeros vinculados al Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Bagdad mantiene a estas familias en régimen de exclusión en la localidad de Hammam al Alil, a 30 kilómetros al sur de la capital de la provincia de Nínive. Entre los extranjeros en este campo no hay occidentales, según las informaciones recavadas por estas ONG. Muchas de las familias vivían anteriormente en Tel Afar, enclave en la frontera sirio-iraquí, perdido el pasado 27 de agosto. Esta localidad ha sido vital en el reclutamiento y cruce precisamente de combatientes extranjeros a las filas del ISIS.
La ONG Consejo Noruego para el Refugiado (NCR, en sus siglas en inglés), con buena experiencia en la región, ha sido una de las primeras organizaciones que ha denunciado la existencia de un campo con familiares de yihadistas del ISIS. Según informa a este diario el NCR, que asiste a los desplazados con alimentos, letrinas y tiendas, hay medio millar de mujeres, muchos niños y algunos ancianos y hombres con alguna discapacidad. El NCR, que prefiere no desvelar la localización exacta de las familias, denuncia que el Gobierno iraquí no permite salir del complejo a las familias, por lo que se trata de una "detención de facto".
La investigadora de Human Rights Watch (HRW) Bellis WIlle ha podido acceder esta semana al interior del campo. HRW sacará un informe en los próximos días pero ha adelantado algunos de los datos recogidos: son 1.400 extranjeros ubicados en el campo de Hammam al Alil, abierto desde octubre, mes en el que se inició la ofensiva para arrebatar al ISIS Mosul, la cuna de su califato en Irak. Según lo que Wille ha podido constatar, las extranjeras encerradas allí son mujeres que viajaron a Irak para unirse al ISIS. Entre las nacionalidades, la mayoría provienen del caladero oriental del grupo yihadista: Afganistán, Azerbayán, China, Irán, Rusia, Turquía, Tayikistán, Chechenia, pero también Siria y Trinidad y Tobago —pequeño país caribeño que mantiene un ratio de yihadistas per cápita muy elevado—.
El pasado 19 de junio, el consejo de gobierno de Mosul emitió una directiva en la que decía que las familias del ISIS debían ser "rehabilitadas" tanto sicológica como ideológicamente. Bagdad abrió para este fin un campo en Bartalla, a 14 kilómetros, en el que alojó en gran medida a familias de iraquíes vinculadas a la organización terrorista. Poco después, Bartalla fue cerrada y los desplazados fueron reubicados entre Hammam al Alil y Jadah.
Se desconoce el futuro que ofrecerá el Gobierno iraquí a estas familias extranjeras, aunque el consejo de gobierno de Mosul ha sugerido que si no hay vínculos con los crímenes del ISIS podrían volver a sus casas. Las ONG presentes en la zona han pedido a Bagdad que respete sus derechos como desplazados de guerra y permitan su movimiento libre. Según ha documentado HRW, el campo de Hammam al Alil está vallado y controlado por militares.
El grupo yihadista liderado por el iraquí Abubaker al Bagdadi ha atraído a miles de mujeres al autoproclamado califato instaurado en el verano de 2014 a ambos lados de la frontera sirio-iraquí. No obstante y a diferencia de su predecesora, Al Qaeda en Irak, el ISIS ha alejado a la mujer del rol combatiente y ha mantenido como su cometido fundamental la cría de los cachorros del grupo y el cuidado de los hombres combatientes. Esta doctrina, sin embargo, ha virado levemente en las últimas fechas y tras la fuerte derrota sufrida por el grupo en Mosul. Según apunta un reporte reciente del Centro de Combate al Terrorismo de West Point (EE UU), el número de julio de la revista Rumiyah, una de las publicaciones de cabecera del ISIS, dedica un espacio a la mujer en el que se dice que debe estar lista para "acudir con coraje y sacrificio a esta guerra". Este informe, firmado por los analistas Charlie Winter y Devorah Margolin, se hace además eco de informaciones sobre el uso de mujeres suicida durante la batalla de Mosul.
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