OPINIÓN
Cambio climático y liderazgo urbano
Los alcaldes y las ciudades juegan un papel importante en la lucha contra el calentamiento global; ahora deben responder a la decisión de Trump de sacar a Estados Unidos de los Acuerdos de París
Una familia permanece junto a su casa inundada tras el paso del huracán Irma por Cuba el pasado 10 de septiembre. ABEL ERNESTO AFP
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Tras la cumbre del G20 en Hamburgo, los negociadores que representaban a los líderes lograron finalmente alcanzar un acuerdo para emitir un comunicado conjunto. Las discusiones se alargaron hasta la madrugada del último día, lo que revela las divisiones que existen hoy entre las naciones más ricas del mundo ante los problemas más urgentes. Es evidente que ha sido el problema del cambio climático en particular el que ha creado un abismo entre los Estados Unidos y los restantes G19. Mientras el presidente Trump ha declarado su intención de retirar a los Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático, el resto de líderes mundiales reunidos en Hamburgo califica dicho acuerdo como “irreversible”.
El pasado 24 de abril el mundo perdió a Benjamin Barber, filósofo, activista y visionario urbano. En su libro, If Mayors Ruled the World (Si los alcaldes gobernaran el mundo), Barber identificó la incapacidad de los Estados nación para enfrentarse a los retos más peligrosos de nuestro tiempo: el cambio climático, el terrorismo, la pobreza y el tráfico de drogas, armas y personas. Barber escribió: “Los problemas son demasiado grandes, arraigados y divisivos para el Estado nación”. Según su análisis, para enfrentarnos a ellos debemos cambiar el foco y fijarnos en las ciudades y en los alcaldes que las gobiernan. Diversos ámbitos y, sobre todo, el del cambio climático, nos han demostrado que estaba en lo cierto.
La red de ciudades C40 engloba a 91 de las ciudades más importantes del planeta comprometidas con llevar a cabo medidas urgentes para enfrentarse al cambio climático. Al trabajar unidas, compartir ideas y luchar por un objetivo común, las ciudades están reduciendo de forma radical las emisiones de gas invernadero y ayudando a alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Madrid y Barcelona son dos de las ciudades más activas de C40 y lidian con problemas de muy diversa índole; entre otros, por ejemplo, cómo adaptar las ciudades a los efectos del calentamiento global. Con el objetivo de enfrentarse a unas temperaturas cada vez más elevadas, Madrid ha puesto en marcha un plan, que está siendo estudiado por alcaldes de todo el mundo, para reverdecer sus edificios y aumentar las zonas verdes en la capital. En Cataluña más de 800 entidades ciudadanas han firmado el Compromiso de Barcelona por el Clima, un modelo para lograr el compromiso de la comunidad con los planes de acción climáticos desarrollados por las ciudades.
Los alcaldes y alcaldesas están comprometidos con las acciones que se necesitan para lidiar con el cambio climático
Es muy significativo que la influencia de las ciudades —en las que hoy vive más de la mitad de la población mundial y que generan el 70% de las emisiones de gas invernadero del mundo— se note a escala global. Cuando el presidente Trump anunció que retiraría a los Estados Unidos del Acuerdo de París, quienes se movilizaron con mayor celeridad y eficacia para condenar la decisión fueron los alcaldes de las ciudades estadounidenses. Más de 350 se han unido para reafirmarse en su compromiso con la acción por el clima y, junto a gobernadores y líderes empresariales, han creado America’s Pledge con el fin de alcanzar los objetivos a los que se comprometió Estados Unidos en el Acuerdo de París. En España, es clave el papel de Madrid y Barcelona en la Ley de Cambio Climático, en la que ya están trabajando los ministros de Agricultura y Medio Ambiente, y de Energía.
Antes de la cumbre del G20 en Hamburgo, 52 alcaldes y alcaldesas —entre las que se encontraban Manuela Carmena y Ada Colau—, que representan a 275 millones de ciudadanos de todo el mundo, firmaron una declaración conjunta instando a los líderes del G20 a “cumplir con sus compromisos en la lucha contra el cambio climático”. Esta declaración, que contó con el apoyo de una petición global que firmaron más de 60.000 personas, advertía: “Debemos trabajar todos juntos para salvar el planeta”. Ya no cabe duda de que los alcaldes y alcaldesas de las ciudades más importantes del mundo están comprometidos con las acciones urgentes que se necesitan para lidiar con el cambio climático. Además, han demostrado que, con el fin de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, son capaces de formar importantes coaliciones tanto con el sector empresarial y la ciudadanía como con otras ciudades. Resulta alentador que el presidente Trump haya fracasado en su intento de frenar el compromiso intergubernamental contra el cambio climático. Sin embargo, ahora es mucho más probable que sean los alcaldes y gobernadores, y no los presidentes y primeros ministros, quienes lideren y pongan en práctica las radicales políticas que son necesarias para asegurar un futuro próspero y sostenible.
Mark Watts es director ejecutivo de C40, la mayor organización internacional dedicada a la lucha contra el cambio climático a nivel urbano, liderada por los alcaldes de las principales ciudades del mundo.
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