Asesinadas en Estambul una prominente activista siria y su hija periodista
Orouba Barakat formaba parte de la oposición al régimen de Bachar El Asad desde los ochenta y su hija Halla trabajaba para una cadena crítica con el Gobierno sirio
Estambul
Una casa bombardeada en las inmediaciones de Alepo (Siria). ABDALRHMAN ISMAIL REUTERS
La destacada activista siria Orouba Barakat, de 60 años, y su hija, la periodista Halla Barakat, de 22 años, han sido halladas muertas en su domicilio en Estambul, según informó este viernes la policía turca. Los agentes acudieron la noche anterior al apartamento, situado en el distrito de Üsküdar, en la orilla asiática de la ciudad, al ser alertados por una amiga de la joven, que no había podido localizarlas durante varios días. Tras forzar la puerta, hallaron a ambas mujeres sin vida.
Según fuentes policiales citadas por varios medios locales, las víctimas presentaban signos de estrangulamiento y habían sido acuchilladas. Los cadáveres estaban cubiertos por sábanas y rociados de detergente para evitar el olor. Los investigadores creen que transcurrieron entre dos y tres días desde el asesinato hasta su descubrimiento. Los cuerpos han sido transportados al Instituto de Medicina Forense para su autopsia y los agentes indagan ahora sobre las circunstancias de la muerte para esclarecer el suceso.
La escritora, documentalista y activista Orouba Barakat se exilió en la década de ochenta huyendo de la persecución del régimen baazista sirio. Cuando se inició la actual guerra civil en su país de origen, Siria, se estableció en Turquía, donde se han refugiado cerca de tres millones de sirios, muchos de ellos opositores al presidente Bachar el Asad. La activista formaba parte del Consejo Nacional Sirio, una de las principales estructuras organizativas de la oposición siria en el exterior, pese a lo cual no ahorraba críticas a la corrupción de algunos de sus miembros y a su escasa efectividad a la hora de contribuir a la lucha de los rebeldes en el interior de Siria. Barakat también había investigado y denunciado los malos tratos y las torturas en las cárceles del régimen sirio. Su hija Halla había cursado estudios universitarios de Ciencias Políticas en Estambul y ejercía como periodista en Orient News, un medio opositor vinculado al empresario Ghassan Aboud, exiliado en Dubái desde que el Gobierno sirio le incautó sus propiedades.
Shaza Barakat, hermana de Orouba, apuntó hacia el régimen como probable culpable del asesinato en varios comentarios en Facebook: “La mano de la tiranía y la injusticia asesinaron a mi hermana Orouba y a su hija Halla en su apartamento de Estambul (…). Durante 40 años provocó titulares por perseguir a los criminales y exponerlos. Hoy son su nombre y el de Halla los que están en los titulares de portada. La tiranía os persigue a los valientes en todo lugar”.
No es la primera vez que activistas y periodistas sirios son asesinados en Turquía. Varios crímenes similares se han registrado en los últimos años en las provincias fronterizas de Gaziantep y Urfa, por ejemplo los asesinatos de Zahir al Sherqat, Naji Jerf, Ibrahim Abdulqader y Fares Hamadi, todos ellos atribuidos a o reivindicados por Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés).
“Llamamos a las autoridades turcas a que investiguen rápidamente el asesinato de las periodistas Orouba Barakat y su hija para identificar y castigar a quien lo perpetrase. Exigimos protección a los periodistas que residen en Turquía”, pidió Ali Eid, presidente de la Asociación de Periodistas Sirios (opositora). También la Federación Internacional de Periodistas ha condenado duramente el homicidio y ha demandando una “pronta y profunda” investigación que “lleve a los responsables ante la Justicia”.
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