MEDIO AMBIENTE
El vertido del Golfo de México contamina un área de fondo marino mayor que Luxemburgo
Buena parte del crudo nunca afloró a la superficie y se esparció por 3.200 kilómetros cuadrados de fondo marino, según un estudio
Una de las mayores incógnitas tras un gran vertido de petróleo es saber qué pasa con el crudo en aguas profundas. Sucedió en España tras la catástrofe del Prestige y también en EE UU tras el accidente en la plataforma petrolera Deepwater Horizon en el Golfo de México. En este último desastre medioambiental se vertieron al mar cinco millones de barriles de crudo. Unos dos millones de barriles nunca salieron a la superficie y, desde entonces, nadie sabía muy bien dónde habían ido a parar.
Cuatro años después del vertido, un estudio señala que los restos de crudo aún están esparcidos por una zona de 3.200 kilómetros cuadrados en torno al pozo Macondo. Es un área de fondo marino mayor que Luxemburgo y donde los investigadores calculan que hay unas 1,8 toneladas de hepano, uno de los componentes del crudo que menos se degrada. Los nuevos datos son la antesala de una nueva incógnita. La cantidad de crudo encontrada supone solo entre el 4% y el 31% de todo el petróleo que quedó "atrapado" en el fondo marino durante los 86 días que duró el vertido.
"Nuestra estimación es de mínimos, sabemos que no hemos conseguido detectar parte del crudo", explica David Valentine, investigador de la Universidad de California en Santa Bárbara y director del estudio. "Lo más lógico es que el resto del petróleo esté esparcido en un área más grande o concentrada en otros puntos calientes fuera de ella", añade el científico, que actualmente hace una estancia de investigación en el Instituto de Ciencias del Mar (CSIC), en Barcelona.
Parte del crudo que no afloró a la superficie se ha biodegradado gracias a la acción de los microbios marinos y otra parte sigue ahí cuatro años después. "En la próxima fase de este estudio esperamos averiguar cómo de rápida será la biodegradación del crudo que queda y si hay factores medioambientales que puedan acelerar el proceso", apunta Valentine.
El equipo ha analizado más de 3.000 muestras de sedimento tomadas en 534 puntos alrededor del lugar del accidente. Han usado el hopano como índice de la presencia de petróleo. Los resultados muestran que los restos se han acumulado de forma irregular en el primer centímetro del fondo marino en forma de "salpicaduras", explica Valentine. En su estudio, publicado en PNAS, el equipo habla de un patrón irregular en el que hay zonas más contaminadas que otras y a unas profundidades de entre 900 y 1.700 metros. La peor parte se registra en las zonas más cercanas al pozo.
Paralelismos con el 'Prestige'
Los datos confirman que hay comunidades de corales en el área afectada por el vertido submarino. Los investigadores apuntan en sus conclusiones que las zonas más contaminadas podrían ser las mismas en las que se han visto peores impactos en la fauna. Además, señalan que esta nueva forma de estudiar las partes menos visibles de los vertidos puede servir para entender mejor el comportamiento del crudo y cuánto tardan las comunidades de microbios en degradar los residuos. “Llegados a este punto lo único que podemos hacer es observar el proceso natural y pensar en cómo podemos evitar incidentes como estos en el futuro”, apunta Valentine.
El equipo ha analizado más de 3.000 muestras de sedimento tomadas en 534 puntos
Ana Bernabeu, investigadora de la Universidad de Vigo, no ha participado en el estudio, pero conoce bien el trasfondo científico de otro gran vertido: el del buquePrestige frente a las costas gallegas en 2002. “Este estudio es interesante sobre todo por la profundidad a la que trabajan, hacen falta muchos medios técnicos y económicos para poder llegar ahí”, resalta. “Aquí, en España, con el Prestige hubo seis puntos de muestreo, ellos tienen más de 500, por lo que la capacidad de obtener información es enorme”, opina. Esta experta en geociencias marinas recuerda que “apenas se sabe nada” de lo que ocurre con el crudo a grandes profundidades. “Lo poco que sabemos del caso español es que ha pasado igual que en EE UU, es decir, que hubo algunas capas más afectadas que otras, sobre todo en zonas profundas”, resalta.
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