martes, 21 de enero de 2014

ELVERDADERO ABISMO ▼ Gobernar para las élites >> 3500 Millones >> Blogs EL PAÍS

Gobernar para las élites >> 3500 Millones >> Blogs EL PAÍS





SOBRE LOS AUTORES

3.500 Millones es un blog coral dirigido por Gonzalo Fanjul. Este espacio es el resultado de un esfuerzo colectivo en el que los protagonistas de la lucha contra la pobreza comparten su experiencia y sus propuestas.

AUTORES HABITUALES

PRINCIPALES:

  • Gonzalo FanjulGonzalo Fanjul lleva más de veinte años dedicado al activismo contra la pobreza, preside la iniciativa +Social y colabora como investigador con diferentes think tanks, universidades y ONG
  • Lucila Rodríguez-AlarcónLucila Rodríguez-Alarcón, ingeniero agrónomo, experta en comunicación política, ahora dedicada en cuerpo y alma a Intermón Oxfam.

COLABORADORES REGULARES

  • Uganda: Alberto Eisman (Director de Radio Wa, en Lira)
  • Infancia: Marta Arias (responsable de campañas de UNICEF)
  • Activismo on-line: Luis Morago (Director de campañas de AVAAZ),Irene Milleiro (Directora de campañas de Change)
  • Nuevos modelos económicos: Daniel Jiménez (redactor del portal Noticias Positivas), Alex Prats (activista de Christian Aid).
  • Indígenas: Raquel García y Laura de Luis (portavoces de Survival para España y Latinoamérica)
  • América Latina: Asier Hernando (responsable de campañas de Intermon Oxfam para América Latina y el Caribe).

3500 Millones

Ideas irreverentes contra la pobreza

3500 millones es la mitad de la población mundial. 3500 millones de personas condenadas cada día a la pobreza. ¿O no? Este blog es el relato de la contra-crisis y de sus protagonistas. Vivencias e iniciativas desde cada rincón del planeta que demuestran que lo más correcto es también lo más inteligente.

Gobernar para las élites

Por:  20 de enero de 2014
Esta entrada ha sido escrita por Teresa Cavero, investigadora de Oxfam Intermón. La publicación de estos informes coincide con el comienzo de la cumbre de Davos en Suiza.


Captura de pantalla 2014-01-19 a la(s) 23.09.46Foto: EL PAÍS.













Solo 85 personas, las 85 más ricas del mundo según la lista Forbes, con sus nombres y apellidos, tienen una riqueza igual a la que comparte la mitad de la población mundial, es decir, a la de 3.600 millones de personas.
La de ochenta y cinco personas igual a la de tres mil seiscientos millones” son cifras que deberíamos repetir como un mantra durante toda esta semana mientras los líderes de la economía mundial se reúnen entre las montañas suizas de Davos. La desigualdad económica mundial es la gran amenaza del siglo XXI, una amenaza insostenible y una receta para el desastre económico y social. Tanto en países ricos como en países de renta media y baja, el 10% más rico de la sociedad ha aumentado sus ingresos de manera exponencial en los últimos 30 años, mientras que los del 40% más pobre de la población han disminuido. Hoy, siete de cada diez personas viven en países donde la desigualdad ha aumentado durante dicho periodo. España no se queda al margen de esta plaga: 20 personas poseen una fortuna similar a los ingresos del 20% de la población más pobre, y es el segundo país más desigual en la Unión Europea (sólo por detrás de Letonia). La crisis no ha hecho sino acentuar esta tendencia.


¿Cómo es posible que la mitad de la renta mundial esté en manos del 1% de la población? ¿y que la riqueza de este 1%, que asciende a 110 billones de dólares, sea 65 veces superior al total de la renta que posee la mitad más pobre de la población mundial? Porque la desigualdad no es sólo el problema de una distribución aberrante del dinero y la riqueza.La acumulación de riqueza corroe las instituciones y los procesos democráticos, de manera que las decisiones políticas en vez de procurar el bienestar de la mayoría, sirven a los intereses de la minoría. Esta intromisión de los intereses económicos en el discurso mediático y en la agenda política fortalece sus privilegios y redunda en más acumulación de riqueza y mayor desigualdad, perpetuando así la injusticia a lo largo de generaciones.
Allá donde se mire, desde las negociaciones para combatir el cambio climático, los acuerdos comerciales, las negociaciones de paz, la regulación financiera y del secreto bancario, la disponibilidad de alimentos, los sistemas fiscales, los derechos sobre la tierra, la gestión de la crisis financiera, la salud o la educación, la desigualdad está minando los principios de justicia y consolidando privilegios para unos pocos y desventajas para una amplia mayoría. En España, ocho de cada diez españoles opina que las leyes favorecen a los más ricos.
No se puede ganar la lucha contra la pobreza si no se ataja el problema de la desigualdad económica.  Es posible hacerlo y promover al mismo tiempo el crecimiento económico; hay ejemplos en la historia donde se ha hecho así. Con nuestro informe Gobernar para las élites: Secuestro democrático y desigualdad económicadesde Oxfam instamos a los líderes reunidos en el Foro Económico Mundial a poner en marcha las bases para la fiscalidad del siglo XXI, donde la evasión y la elusión fiscal no tengan cabida, se ponga fin a los paraísos fiscales, se acabe con la opacidad y se hagan públicas todas las inversiones, y donde los ricos jamás contribuyan menos que las personas con menos recursos; un futuro donde se garanticen salarios y condiciones dignas para todos los trabajadores, donde los gobiernos inviertan el dinero público en sistemas de salud, educación y protección social universales y calidad, y donde se garantice la igualdad de oportunidades y se refuercen las democracias, que son patrimonio de la ciudadanía. Reconocidos líderes de opinión en España avalan este diagnóstico; recomendamos la lectura de sus opiniones en el informe Reflexiones para España.


La curva del Gran Gatsby

El economista y ex director de ‘El País’ analiza por qué la desigualdad, ya desaparecida de los análisis de los científicos sociales, ha vuelto por la puerta grande

'Miseria' / SONIA MACKAY

La desigualdad salió por la ventana de los análisis de los científicos sociales y ha vuelto por la puerta grande. Si se repasan bastantes de los manuales de Economía de las últimas tres décadas, en ellos las cuestiones relacionadas con la extrema riqueza y la extrema pobreza o no están, o figuran tan sólo en las páginas colaterales, aquellas que se saltan los estudiantes cuando han de examinarse porque saben que no se las van a preguntar.
Esto ha cambiado. Según Oxfam, la mayoría de las poblaciones creen que las leyes y las normativas están concebidas para beneficiar a otros(a los ricos) y, por lo tanto, generan desigualdad. Una encuesta realizada en seis países (entre ellos, el nuestro) pone de manifiesto que la mayor parte de la gente considera que las leyes y las instituciones están diseñadas para favorecer a los ricos. Mal augurio para la democracia. En España, ocho de cada 10 personas están de acuerdo con esta afirmación. La desigualdad importa cada vez más a los ciudadanos, en contra de lo que hace unos años declaraba la subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional, Anne Kruger: “Las personas pobres están desesperadas por mejorar sus condiciones materiales en términos absolutos, en lugar de avanzar en el ámbito de la distribución de los ingresos. Por lo tanto, parece mucho mejor centrarse en el empobrecimiento, que en la desigualdad”.
Durante las cuatro últimas décadas, las de hegemonía intelectual de la revolución conservadora, se han incrementado exponencialmente las desigualdades en el seno de los países. Hasta tal punto ha sido así que ha cambiado el concepto de invisibilidad social. Antes, los invisibles eran los extremadamente pobres, y los ricos hacían alegre ostentación de sus posesiones y su estatus; ahora aquellos se tienen que tragar su dignidad y aparecen en la oscuridad atracando los cubos de basura, mientras que los poderosos se ocultan para no ser el objeto de la indignación general. Y sin embargo, el debate macroeconómico ha estado dominado por otras cuestiones instrumentales tales como la inflación, la primera de riesgo, el déficit o la deuda pública. Por lo tanto, primera propuesta, complementaria de las de Oxfam a las élites que se reúnen en el Foro de Davos: que el índice de Gini o cualquier otro instrumento que mida la desigualdad en los países se eleve al cuadro macroeconómico de los Gobiernos, junto a las demás macromagnitudes, de modo que se pueda hacer un seguimiento continuo de lo que las políticas económicas obtienen, o deterioran, en las relaciones entre ciudadanos.
En el análisis contemporáneo sobre la desigualdad económica ha habido tres etapas. En la primera se la vinculaba con la ética y lo social (una sociedad no puede ser justa y cohesionada con tales grados de desigualdad). En la segunda, con la economía (una política económica no puede ser eficaz con una alta desigualdad; mucha desigualdad desestimula el crecimiento). Y ahora se la relaciona con la política: el que la riqueza mundial se divida en dos porciones, la mitad de ella en manos del 1% más rico de la población y la otra mitad, entre el 99% restante, conlleva democracias de muy baja calidad, tal vez no sostenibles, y a que los ciudadanos dispongan de cada vez menos poder sobre sus vidas y no puedan ejercer sus derechos. Por lo tanto, una alta desigualdad como la existente conduce a ciudadanos y sociedades vulnerables. El informe de Oxfam reproduce dos opiniones norteamericanas muy oportunas; la primera, de quien fue juez del Tribunal Supremo de EEUU, Louis Brandeis, que dice que “podemos tener democracia o podemos tener la riqueza concentrada en pocas manos, pero no podemos tener ambas cosas”. La otra, del presidente Franklin Delano Roosevelt, cuyas políticas condujeron a la etapa de la creación de las clases medias en Norteamérica y domeñaron la extrema desigualdad de los “felices veinte”: “El Gobierno más libre del mundo, si existiese, dejaría de ser aceptable si sus leyes tendiesen a generar una rápida acumulación de la propiedad en pocas manos, haciendo que la inmensa mayoría de la población fuese dependiente y sin recursos”.
La segunda proposición, tras la de elevar el índice de Gini al cuadro macroeconómico, consiste en no volver a denominar “neoliberalismo” a lo que ahora está ocurriendo. Un sistema que dedica, como lo está haciendo desde 2008, una buena parte de sus recursos públicos, al salvamento de sus bancos no es un sistema neoliberal sino que se ha pasado a otra etapa de excepcionalidad caracterizada por el capitalismo de Estado. Lo demuestra el informe en cuestión: las denominadas “élites extractivas” (aquellas que han dejado de luchar por el interés general y sólo trabajan por el propio) utilizan las normas, las leyes, el arbitrismo, para su beneficio, haciendo aun más lacerantes los extremos de la escala social. Cooptan la política. La desigualdad y la cooptación política son interdependientes. La influencia de esas élites da lugar a desequilibrios en los derechos y en la representación política y, como resultado, esos grupos poderosos cooptan la toma de decisiones de las funciones legislativa, ejecutiva y regulatoria.
Se manipula la política a favor de los intereses de las élites, que han coincidido con la explosión de la riqueza en manos del 1% más rico de la población. Así, por ejemplo, logran mantener a la baja la presión sobre las plusvalías y los tipos impositivos que gravan las rentas altas subiendo los impuestos de la mayoría, pues con tantas cosas que hay que financiar si a unos se les bajan los impuestos hay que incrementárselos a los otros; crean lagunas fiscales a favor de las grandes empresas fomentando la elusión y el concepto de “termita fiscal” (personas físicas o jurídicas que aprovechan los intersticios del sistema fiscal para no pagar impuestos o pagar menos de lo que deberían); desploman el poder de negociación de los sindicatos a través de reformas laborales, y con ello el valor real del salario mínimo, de las rentas disponibles y de otras medidas de protección; o tergiversan la agenda pública para favorecer unas medidas y dejar otras para un más adelante que nunca llega.
Debemos volver a aquellas hipótesis de trabajo desarrolladas por Foucoult y Deleuze, que exponían los motivos que proporcionaban al capitalismo “apariencia e ilusión de liberalismo” (1: se gobierna demasiado; 2: lo irracional caracteriza el exceso de gobierno; 3: se debe gobernar, por tanto, lo menos posible), cuando el capitalismo de hoy es capitalismo de Estado, con una alianza entre el Estado y las “élites extractivas” para obtener una redistribución de la renta y las riqueza cada vez para regresivas. Esta interpretación es decisiva para entender la crisis actual en la que se han multiplicado las tendencias desigualitarias de los últimos 40 años.
La pregunta es cómo los neoliberales han pasado de gobernar lo menos posible a querer gobernarlo todo. La extrema desigualdad es una gran amenaza para los sistemas político y económico inclusivos. El poder económico y el poder político, en comandita, separan cada vez más a los ciudadanos en lugar de que avancen juntos, de modo que es inevitable que se intensifiquen las tensiones sociales y aumente el riesgo de ruptura social. En su último estudio sobre la desigualdad, el Nobel de Economía Joseph Stiglitz comprime lo que acontece en tres puntos: primero, se multiplican los fallos del mercado, de los cuales el más significativo es el del mercado de trabajo, con incrementos exponenciales de desempleo en algunos países; segundo, el sistema político, que logra su legitimidad en la corrección de esos fallos del mercado, no lo hace; y tercero, como consecuencia de ello aumenta la desafección ciudadana sobre el sistema económico (la economía de mercado) y sobre el sistema político (la democracia). Esto es lo que manifiestan todos los sondeos.

el dispreciau dice: es necesario diferenciar la "miseria" engendrada en las pobrezas, de su hermana mayor la llamada "miseria humana"... que es la que anida en los conflictos del alma, que aturden el espíritu hasta rodearlo de espejismos que nublan el entendimiento, que vuelven ciegos a los ojos que aún ven, y que cierran los oídos para que aquello que se escuche parezcan murmullos... la humanidad ha cursado desde cinco mil años a esta parte, varios imperios... todos fracasaron a manos de las miserias humanas de sus conductores, incluyendo en ello hasta las propias religiones que no han sabido aglutinar y que antes que cualquier otra cosa, han procedido a dispersar, partiendo del principio de la selección. Los poderes se han ido tergiversando para mal en los últimos trescientos años... pero la situación se ha geometrizado a partir de los años noventa, donde algún dueño del mundo se ha creído con derecho a comer humanos, a comer bienes, aires, aguas, suelos, y cuanta cosa se le cruza, movilizando a sus lacayos directos a hacer lo propio, insitándolos como se trata de algo "bueno" y por ende perfeccionable para el mal de todos y para el bien de ninguno que no sean ellos mismos... en dicho contexto, unidades de negocios de ese mismo dueño del mundo y sus súbditos obsecuentes (por las dudas), crearon corporaciones a efectos de comer colonias (llamadas países democráticos, dictaduras, virreinos, y otras formas del poder como mecanismo traductivo de las miserias humanas) vendiéndoles supuestos "mercados", respaldados y sostenidos por supuestas "monedas fuertes". En verdad los mercados nunca fueron más que un espejismo... mientras que las economías respaldadas en aquellas "monedas fuertes" también eran espejismos de diversos colores y formas... desde luego, el dueño del mundo "original" o si Usted quiere, el dueño "original" del mundo, murió (a pesar de haberse autoconsiderado inmortal), cediéndole su herencia a otra manifestaciones menos acabadas del "dueño del mundo", porque el segundo heredero ya había nacido en cuna de oro, el hijo de éste nació incapaz de pensar y hacer, y el cuarto ya era una inútil inservible que solía comer y dormir, además de ser servido y consentido... quiere decir que esta cuarta o quinta generación de la familia "dueño del mundo" ya contiene un sinnúmero de idiotas perversos, que estudiaron en escuelas cínicas, para luego avanzar en universidades hipócritas donde el conflicto, la mentira y la traición son moneda corriente... diseminados por el mundo sin fronteras y sin banderas de las corporaciones, estos herederos son un verdadero peligro, porque no tienen escrúpulos, no tienen ética, a pesar de haber estudiado filosofías nunca entendieron para qué sirven... y peor aún... desprecian todo, porque su voracidad es tal que nada les es suficiente... traducido, entienden que son dueños del planeta Tierra y de la misma creación, una mentira con forma de Dios, para mantener entretenida a la gilada... para ello, se fueron rodeando de inútiles devenidos en políticos, oportunistas que necesitan del aplauso, del discurso vacío, de la foto, y de la caricia traidora que les haga creer que el poder es de ellos y de ningún otro, aún cuando la realidad diga o enseñe lo contrario. El monstruo ha crecido... y tal Minotauro... ya no nada le alcanza para comer, entonces piensa en los cometas, en los planetas cercanos, en los lejanos, y en cualquier cosa que le sirva a sus fines de victimario y esclavizador... y con esto, quiero dejarte claro, que si bien hay 85 nombres... el dueño es uno solo... no es norteamericano... y vive en la Europa medievalizada por sus conveniencias inmediatas, esas que hablan de unión pero se come a los hermanos...
Los políticos, siguiendo precisas instrucciones, lideran estados ausentes, que existen en los papeles, pero que en verdad dejaron de existir a manos de las corporaciones que, tal te dije, no tienen fronteras... ni tampoco responden a bandera alguna... ya que en todo caso, su frontera es el hiperespacio... y su bandera es la perversidad de los cinismos...
Los estados ausentes, en poco tiempo, han hecho del mundo humano un abismo... actuando de manera "terrorista" en contra de los propios ciudadanos... sea quitándoles el trabajo... sea quitándoles el techo... sea quitándoles cualquier bienestar... sea quitándoles la educación o la salud, ya que cuanto más ignorancia y más enfermedad, más dominación...
El mundo humano, mientras tanto, tuvo en algún momento mil millones de pobres... pero como esa fábrica no para nunca... hoy superan los cinco mil quinientos millones de pobres, marginados e indigentes, miserables por inducción de variables que despojan bajo el argumento de los equilibrios económicos y financieros de algún foco inalcanzable del poder... que se muestra como bancos y banqueros, pero que contiene a delincuentes que trabajan para el mismo dueño del mundo y sus corporaciones. 
Insisto con lo que ya te dije varias veces... el dueño del mundo se ha vuelto un Tiranosaurio Rex que necesita comer, no importa qué... él sólo come...
Insisto con lo que ya te dije varias veces... dado que el dueño del mundo no tiene alma, aún cuando conserve forma humana... poco sabe de matemáticas cuánticas, y por ende no sabe que cuando las variables saturan... los resultados se invierten... comiéndose al comedor... y en eso estamos... 
los pobres son tantos...
los marginados son tantos...
los indigentes son tantos...
los excluidos son tantos...
que al ser demasiados...
han dado vuelta la ecuación...
y ahora...
¿y ahora?...
y ahora asistirás a la caída del sistema... a la caída del dueño del mundo... a la caída de los lacayos... a la caída de las corporaciones... a la caída de las ideologías... a la caída de los políticos... porque se están devorando unos a otros... ya que unos creen que el poder se lo pueden quitar al propietario, así como el propietario está molesto con sus lacayos por sus negligencias e incapacidades, que le han comprometido su poderío...
léase... nada distinto a lo que te cuentan del imperio romano...
y como en toda historia hay una Massada...
pues bien...
el imperio está a caer, sin antes llevarse puesta a media humanidad... y allí estamos...
pero a no afligirse... 
cuando el cambio se está por producir, nunca hay que detenerlo, por el contrario, hay que empujarlo a que tome entidad y suceda...
y lo que deba ocurrir ocurrirá... pero una cosa sí es cierta...
el abismo será para el dueño del mundo y sus lacayos...
y al modo del desembarco en Normandía... tragedia humana si las ha habido... algunos sobrevivirán para ver un nuevo mundo... y eso debe contar con nuestra alegría, ya que así como estamos, es imposible seguir... porque el planeta se ha vuelto invivible... porque la vida humana ya no guarda razón alguna... y porque no es posible que unos pocos dementes se hayan apoderado del mundo, sin siquiera tener título de propiedad (inmortalidad)...
Conclusión... al dueño del mundo le ha llegado su hora... como así también a sus lacayos... y los verás caer en este mismo 2014... lamentablemente, no sin sangre... porque eso parece formar parte de la renovación de los ciclos humanos... 
ENERO 21, 2014.-

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