TERREMOTOS EN EL DELTA DEL EBRO »
La inesperada sacudida del Castor
Los terremotos del delta del Ebro se añaden a los seísmos inducidos por la actividad humana Hay más de 600 depósitos de gas similares en todo el mundo
Los más de 350 terremotos registrados en torno al almacén de gas submarino del proyecto Castor, situado a 22 kilómetros de la costa, frente a Vinarós (Castellón), han vuelto a poner en primera línea la influencia de la actividad humana en los movimientos sísmicos y han despertado la preocupación sobre la seguridad y necesidad de estos depósitos subterráneos. En el sector gasista explican que estos almacenes de gas, unos 600 en todo el mundo, suelen registrar microseísmos cuando se inyecta el gas, pero que no suele ir a mayores. En el caso del almacén español, varios han sido percibidos por la población y se ha alcanzado una magnitud máxima de 4,2. “Lo del proyecto Castor no es normal”, asegura una fuente del sector que pide anonimato.
La gran duda que debe despejar el Ministerio de Industria, principal responsable de esta gran infraestructura que ha costado unos 1.300 millones de euros, es la causa de los terremotos. Entre las hipótesis que los expertos han deslizado en la última semana se baraja una negligencia de la empresa al introducir el primer gas en este depósito: por ejemplo, que se cargara con demasiada presión. Esa sobrecarga podría haber despertado la falla de Amposta, de 51 kilómetros y perfectamente registrada por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), o sus pequeñas fallas asociadas, que no están cartografiadas.
De momento, los científicos del IGME están monitorizando la zona. Este fin de semana se instalan dos sismógrafos más, que se unen a los dos adquiridos por la empresa promotora de Castor Escal UGS. Uno de ellos estará en un punto más cercano de los epicentros, las islas Columbretes. Los actuales están en tierra y más lejos. Los estudios llevarán tiempo y, por lo ocurrido en otros terremotos supuestamente inducidos por la acción humana, no siempre son concluyentes.
Cuando se comienza a hablar de sismicidad inducida, la que se origina por actividades ligadas al hombre, ningún experto o empresa recuerda terremotos comparables a los del delta del Ebro en los alrededores de otro almacén subterráneo de gas. En general, los seísmos inducidos se relacionan con la inyección o extracción de fluidos como gases, petróleo, residuos químicos, o el llenado de embalses. Sin embargo, los efectos y las magnitudes de los temblores son muy diferentes.
Un estudio de la Universidad de Durham y la Universidad británica de Keele ha analizado 198 ejemplos de sismicidad inducida con magnitud mayor a 1 en todo el mundo. Los mayores se registraron en un embalse de China (7,9) y en un yacimiento de petróleo y gas de Azerbaiyán (7,3). En la franja media están las actividades de minería (5,6), la eliminación subterránea de desechos (5,3) y la inyección de agua en yacimientos de petróleo (5,1). El fracking, obtención de gas mediante la fracturación hidráulica de la roca (3,8), o los pozos de exploración (3,1), están en la tabla baja.
Julio Barea, geólogo de Greenpeace, relaciona directamente la inyección del gas en el almacén Castor con las operaciones de fracking, algo en lo que, tanto Shale Gas, el lobby español de defensa de fracking, como en el Consejo Superior del Colegio de Minas discrepan claramente. “En el fracking se inyecta agua a presión, lo justo para fracturar la roca, y después se saca. En el almacenamiento se echa el gas y se queda ahí. El peligro de contaminación es mucho menor con el fracking porque hay presiones menores en la zona del pozo”, explica Fernando Pendás, catedrático de Hidrogeología, Geología del Petróleo y Estratigrafía de la Universidad de Oviedo. “En la inyección de gas se produce una presión continua en la estructura geológica y es crítico mantenerla para poder recuperar el gas”, añaden en Shale Gas.
¿Se puede provocar un terremoto? Sí, se llama sismicidad inducida y ocurre cuando actividades humanas causan movimientos en una falla latente.
¿En qué se diferencia la magnitud e intensidad de un seísmo? La magnitud se refiere a la energía liberada en un terremoto. La intensidad es la violencia con que se siente en diferentes puntos de la zona afectada. El método más conocido para medir la magnitud es la escala de Richter.
¿A partir de qué magnitud se perciben los terremotos? Entre 3 y 3,9 son perceptibles, pero rara vez provocan daños. Entre 4 y 4,9 hay movimientos de objetos en las habitaciones, pero los daños son poco probables. Los de 5 a 5,9 pueden causar daños mayores en edificaciones mal construidas. De 6 a 6,9 pueden ser destructivos en poblaciones.
La plataforma en defensa del fracking, consciente de la sismicidad inducida que puede llevar aparejada la técnica, subraya que se evitan a toda costa las áreas donde haya fallas o estructuras que muestren actividad sísmica. Recaredo del Potro, presidente de Escal UGS, asegura que la falla de Amposta es una “parte esencial” de su almacén. “De manera coloquial, podríamos decir que la falla de Amposta es la tapa de nuestro almacén”, ha explicado Del Potro. La empresa asegura haberla estudiado desde 2002 hasta 2005 y que incluso hizo unos sondeos que costaron ocho millones de euros. “Puede que nosotros hayamos desencadenado los seísmos”, han reconocido en la empresa cuando Industria ya hablaba de una relación “directa” entre la inyección de gas y los terremotos.
Una de las grandes incógnitas que rodean al Castor es si en el proyecto se hizo referencia o no a un posible riesgo sísmico. Este gran almacén, situado a 1.700 metros de profundidad, aprovecha un yacimiento de petróleo agotado que la compañía Shell explotó en los años setenta y ochenta. “El estudio geofísico —donde se estudia la posibilidad de terremotos— es lógico y debería de estar hecho”, considera Ángel Cámara, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Centro de España. “En cualquier caso, el control de la sismicidad no sería exigible, pero sí conveniente”, añade. Los expertos coinciden en que el emplazamiento ya contaba con las garantías de estanqueidad por haber sido explotado con anterioridad, pero que esto no evita que se hagan nuevos estudios antes de darle un nuevo uso. En algunos casos, estos exámenes pueden durar 10 o 15 años y se llegan a desechar ubicaciones, después de mucho trabajo, porque no ofrecen garantías, cuenta el veterano Pendás.
En el momento en el que la empresa dejó de operar estaban en una fase muy inicial de la puesta en marcha del almacén. El ministro de Industria, José Manuel Soria, explicó que tenían una autorización provisional, pendiente de la evolución de los trabajos, que se canceló de forma “temporal” el 26 de septiembre, tras detectarse más de 200 terremotos.
Acababan de inyectar el gas colchón, una primera tanda de gas a baja presión que después no se recupera, pero que sirve para que pueda extraerse el gas útil a la presión adecuada. Según Cámara, en esta fase es difícil que se dé el colapso porque tanto la presión como los caudales son más bajos. La empresa solo inyectó 102 millones de metros cúbicos de gas, de los 124 que tenía previsto. Según una fuente de la compañía, la presión solo aumentó a seis bares durante la inyección. Y añade que uno de los estudios que encargaron al Instituto Francés del Petróleo concluía que se podría aumenta hasta 50 bares sin riesgo de despertar la falla.
Hasta el momento y tras numerosas peticiones por parte de EL PAÍS, ni la compañía ni Industria han accedido a facilitar documentos básicos y centrales en este proyecto en los que se haga referencia a los estudios sísmicos. Toda la documentación consultada ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado o se trata de informes internos de Escal UGS elaborados por la consultora URS a la que encargaron estudios de impacto ambiental, y que conservaban algunos de los colectivos que participaron en los mismos.
En los campos de gas natural de Lacq, en los Pirineos franceses, se ha dado otra buena serie de terremotos atribuidos a la acción humana. En los últimos 40 años se han registrado más de 2.000 terremotos, la mayoría de magnitudes entre 2 y 2,5. “Los microseísmos comenzaron a aparecer a los 15 años del comienzo de la explotación”, explica Mathieu Sylvander, sismólogo de la Universidad de Toulouse en un artículo de Le Noveul Observateur. En el final de la vida útil de los pozos —tenían que empezar a cerrar este 2013— están alcanzando mayor magnitud. El último, de 4,2, se registró el 2 de septiembre. “Esto es como una esponja llena de líquido a alta presión. La extracción de líquido cambia el estrés y la inercia de la roca es muy importante (…) Estos terremotos son una respuesta a largo plazo a la actividad humana”, considera en el mismo artículo Guy Sénéchal, físico de la Universidad de Pau.
En España, el primer llenado de la presa de Itoiz (construida en Navarra, en 2004), provocó numerosos terremotos con magnitudes máximas de 4,6 que cesaron tras los primeros llenados. El geólogo Antonio M. Casas Sainz, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza, concluye en uno de sus trabajos que los efectos sísmicos del llenado han continuado hasta cinco años después de la puesta en carga del embalse y cita otros casos de sismicidad inducida por embalses en los que se ha prolongado la primera década de llenado. “Nadie puede predecir que los fenómenos sísmicos del entorno de Itoiz no vayan a continuar en el futuro”, destaca.
Pendás ha recordado estos días otro seísmo provocado en España ocurrido hace 53 años y que se relaciona con la rotura del dique de la mina de zinc de Reocín (Cantabria). Hubo 18 muertos. “Fue un terremoto importante, he intentado conocer la magnitud, pero entonces no existían registros”, comenta. En los periódicos se habló de filtración de aguas y hasta de un movimiento sísmico, pero la investigación se cerró sin depurar responsabilidades.
En la región Mid-Continent de Estados Unidos, muy rica en petróleo y gas, los seísmos de magnitud mayor o igual a 3 han subido espectacularmente. Entre 1967 y 2012 se han registrado 1.300 episodios. El auge extractor de gas, en un país con más de 100.000 pozos en los que se utiliza la fractura hidráulica, se relaciona directamente con un incremento sísmico, aunque se considera que su mayor magnitud, de 3,6, no pone en riesgo a la población. Un trabajo del sismólogo William Ellsworth, del Servicio Geológico de EE UU publicado este verano por la revista Science, afirma que los mayores riesgos sísmicos se plantean con la eliminación de aguas residuales mediante la inyección en pozos profundos, técnica también habitual en EE UU.
El mayor de los terremotos relacionado con los pozos de inyección fue de magnitud 5,6 y se registró el 6 de noviembre de 2011 cerca de Prague, en Oklahoma. Hubo dos víctimas, destruyó 14 viviendas y se sintió en 17 Estados. Las autoridades aseguraron que se debió a causas naturales, sin embargo, la geofísica Katie Keranen, de la Universidad de Oklahoma, publicó en marzo en la revista Geology un trabajo que caminaba en dirección contraria: relaciona estos seísmos con las técnicas de las empresas para extraer las reservas de gas y petróleo de almacenes casi agotados o para almacenar los residuos tóxicos generados durante la perforación, con técnicas como el fracking.
Los defensores de estas técnicas recuerdan que se utiliza un sistema de semáforos. Si los seísmos no superan la magnitud 3, siguen. En caso contrario, se detienen e investigan con más detalle. Las incógnitas se vuelven a plantear cuando, a pesar de esos estudios, las sacudidas sorprenden a la población, como ha ocurrido estas semanas con el almacén de gas Castor.
Gaviota inició su actividad como yacimiento de gas en 1986, explotado entonces por Repsol. En 1994 se convirtió en almacenamiento subterráneo, una vez finalizada su explotación comercial como yacimiento. Desde entonces ha desarrollado “con total normalidad” y sin ningún incidente su actividad de inyección y extracción de gas, señalan desde Enagas, la empresa propietaria. “Esto es un proceso mucho más natural. Era un yacimiento que estaba operativo. Cuando se vio que ya no interesaba sacar más gas de ahí porque lo que quedaba era muy poco, en el mismo hueco que había dejado y que estaba hecho se empezó a inyectar gas”, explican. A ello añaden que Bermeo, donde se encuentra, está dentro de la zona de menor riesgo sísmico de España, según la clasificación del Instituto Geográfico Nacional.
El proyecto de Huelva, situado en el Espacio Natural de Doñana, sí que ha estado rodeado de más polémica. WWF ha recuperado su rechazo a esta infraestructura, promovida por Gas Natural Fenosa, tras los seísmos de las últimas semanas. “Ya se advirtió en el Consejo de Participación del Parque Nacional sobre los riesgos sísmicos de estos proyectos”, explican en la organización conservacionista. La empresa ha desligado el proyecto de posibles riesgos sísmicos. Gas Natural Fenosa asegura que tiene una experiencia en extracción de gas en estos yacimientos y nunca se ha producido una consecuencia sísmica.
Sin rastro de temblor en Gaviota | Sociedad | EL PAÍS
La gran duda que debe despejar el Ministerio de Industria, principal responsable de esta gran infraestructura que ha costado unos 1.300 millones de euros, es la causa de los terremotos. Entre las hipótesis que los expertos han deslizado en la última semana se baraja una negligencia de la empresa al introducir el primer gas en este depósito: por ejemplo, que se cargara con demasiada presión. Esa sobrecarga podría haber despertado la falla de Amposta, de 51 kilómetros y perfectamente registrada por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), o sus pequeñas fallas asociadas, que no están cartografiadas.
De momento, los científicos del IGME están monitorizando la zona. Este fin de semana se instalan dos sismógrafos más, que se unen a los dos adquiridos por la empresa promotora de Castor Escal UGS. Uno de ellos estará en un punto más cercano de los epicentros, las islas Columbretes. Los actuales están en tierra y más lejos. Los estudios llevarán tiempo y, por lo ocurrido en otros terremotos supuestamente inducidos por la acción humana, no siempre son concluyentes.
Cuando se comienza a hablar de sismicidad inducida, la que se origina por actividades ligadas al hombre, ningún experto o empresa recuerda terremotos comparables a los del delta del Ebro en los alrededores de otro almacén subterráneo de gas. En general, los seísmos inducidos se relacionan con la inyección o extracción de fluidos como gases, petróleo, residuos químicos, o el llenado de embalses. Sin embargo, los efectos y las magnitudes de los temblores son muy diferentes.
Un estudio de la Universidad de Durham y la Universidad británica de Keele ha analizado 198 ejemplos de sismicidad inducida con magnitud mayor a 1 en todo el mundo. Los mayores se registraron en un embalse de China (7,9) y en un yacimiento de petróleo y gas de Azerbaiyán (7,3). En la franja media están las actividades de minería (5,6), la eliminación subterránea de desechos (5,3) y la inyección de agua en yacimientos de petróleo (5,1). El fracking, obtención de gas mediante la fracturación hidráulica de la roca (3,8), o los pozos de exploración (3,1), están en la tabla baja.
Julio Barea, geólogo de Greenpeace, relaciona directamente la inyección del gas en el almacén Castor con las operaciones de fracking, algo en lo que, tanto Shale Gas, el lobby español de defensa de fracking, como en el Consejo Superior del Colegio de Minas discrepan claramente. “En el fracking se inyecta agua a presión, lo justo para fracturar la roca, y después se saca. En el almacenamiento se echa el gas y se queda ahí. El peligro de contaminación es mucho menor con el fracking porque hay presiones menores en la zona del pozo”, explica Fernando Pendás, catedrático de Hidrogeología, Geología del Petróleo y Estratigrafía de la Universidad de Oviedo. “En la inyección de gas se produce una presión continua en la estructura geológica y es crítico mantenerla para poder recuperar el gas”, añaden en Shale Gas.
Claves técnicas
¿Por qué el gas no se escapa de un almacén subterráneo? Se le llama trampa geológica. El petróleo suele estar en una roca almacén y por encima tiene que tener una capa impermeable. Puede ser que una falla que tapone la salida impida que el hidrocarburo se pierda. “Si en ese almacén ha habido petróleo significa que si vuelves a meter gas, lo más probable es que no se vaya”, explica un ingeniero de minas.¿Se puede provocar un terremoto? Sí, se llama sismicidad inducida y ocurre cuando actividades humanas causan movimientos en una falla latente.
¿En qué se diferencia la magnitud e intensidad de un seísmo? La magnitud se refiere a la energía liberada en un terremoto. La intensidad es la violencia con que se siente en diferentes puntos de la zona afectada. El método más conocido para medir la magnitud es la escala de Richter.
¿A partir de qué magnitud se perciben los terremotos? Entre 3 y 3,9 son perceptibles, pero rara vez provocan daños. Entre 4 y 4,9 hay movimientos de objetos en las habitaciones, pero los daños son poco probables. Los de 5 a 5,9 pueden causar daños mayores en edificaciones mal construidas. De 6 a 6,9 pueden ser destructivos en poblaciones.
La plataforma en defensa del fracking, consciente de la sismicidad inducida que puede llevar aparejada la técnica, subraya que se evitan a toda costa las áreas donde haya fallas o estructuras que muestren actividad sísmica. Recaredo del Potro, presidente de Escal UGS, asegura que la falla de Amposta es una “parte esencial” de su almacén. “De manera coloquial, podríamos decir que la falla de Amposta es la tapa de nuestro almacén”, ha explicado Del Potro. La empresa asegura haberla estudiado desde 2002 hasta 2005 y que incluso hizo unos sondeos que costaron ocho millones de euros. “Puede que nosotros hayamos desencadenado los seísmos”, han reconocido en la empresa cuando Industria ya hablaba de una relación “directa” entre la inyección de gas y los terremotos.
Una de las grandes incógnitas que rodean al Castor es si en el proyecto se hizo referencia o no a un posible riesgo sísmico. Este gran almacén, situado a 1.700 metros de profundidad, aprovecha un yacimiento de petróleo agotado que la compañía Shell explotó en los años setenta y ochenta. “El estudio geofísico —donde se estudia la posibilidad de terremotos— es lógico y debería de estar hecho”, considera Ángel Cámara, decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Centro de España. “En cualquier caso, el control de la sismicidad no sería exigible, pero sí conveniente”, añade. Los expertos coinciden en que el emplazamiento ya contaba con las garantías de estanqueidad por haber sido explotado con anterioridad, pero que esto no evita que se hagan nuevos estudios antes de darle un nuevo uso. En algunos casos, estos exámenes pueden durar 10 o 15 años y se llegan a desechar ubicaciones, después de mucho trabajo, porque no ofrecen garantías, cuenta el veterano Pendás.
En el momento en el que la empresa dejó de operar estaban en una fase muy inicial de la puesta en marcha del almacén. El ministro de Industria, José Manuel Soria, explicó que tenían una autorización provisional, pendiente de la evolución de los trabajos, que se canceló de forma “temporal” el 26 de septiembre, tras detectarse más de 200 terremotos.
Acababan de inyectar el gas colchón, una primera tanda de gas a baja presión que después no se recupera, pero que sirve para que pueda extraerse el gas útil a la presión adecuada. Según Cámara, en esta fase es difícil que se dé el colapso porque tanto la presión como los caudales son más bajos. La empresa solo inyectó 102 millones de metros cúbicos de gas, de los 124 que tenía previsto. Según una fuente de la compañía, la presión solo aumentó a seis bares durante la inyección. Y añade que uno de los estudios que encargaron al Instituto Francés del Petróleo concluía que se podría aumenta hasta 50 bares sin riesgo de despertar la falla.
Hasta el momento y tras numerosas peticiones por parte de EL PAÍS, ni la compañía ni Industria han accedido a facilitar documentos básicos y centrales en este proyecto en los que se haga referencia a los estudios sísmicos. Toda la documentación consultada ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado o se trata de informes internos de Escal UGS elaborados por la consultora URS a la que encargaron estudios de impacto ambiental, y que conservaban algunos de los colectivos que participaron en los mismos.
En los campos de gas natural de Lacq, en los Pirineos franceses, se ha dado otra buena serie de terremotos atribuidos a la acción humana. En los últimos 40 años se han registrado más de 2.000 terremotos, la mayoría de magnitudes entre 2 y 2,5. “Los microseísmos comenzaron a aparecer a los 15 años del comienzo de la explotación”, explica Mathieu Sylvander, sismólogo de la Universidad de Toulouse en un artículo de Le Noveul Observateur. En el final de la vida útil de los pozos —tenían que empezar a cerrar este 2013— están alcanzando mayor magnitud. El último, de 4,2, se registró el 2 de septiembre. “Esto es como una esponja llena de líquido a alta presión. La extracción de líquido cambia el estrés y la inercia de la roca es muy importante (…) Estos terremotos son una respuesta a largo plazo a la actividad humana”, considera en el mismo artículo Guy Sénéchal, físico de la Universidad de Pau.
En España, el primer llenado de la presa de Itoiz (construida en Navarra, en 2004), provocó numerosos terremotos con magnitudes máximas de 4,6 que cesaron tras los primeros llenados. El geólogo Antonio M. Casas Sainz, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza, concluye en uno de sus trabajos que los efectos sísmicos del llenado han continuado hasta cinco años después de la puesta en carga del embalse y cita otros casos de sismicidad inducida por embalses en los que se ha prolongado la primera década de llenado. “Nadie puede predecir que los fenómenos sísmicos del entorno de Itoiz no vayan a continuar en el futuro”, destaca.
Pendás ha recordado estos días otro seísmo provocado en España ocurrido hace 53 años y que se relaciona con la rotura del dique de la mina de zinc de Reocín (Cantabria). Hubo 18 muertos. “Fue un terremoto importante, he intentado conocer la magnitud, pero entonces no existían registros”, comenta. En los periódicos se habló de filtración de aguas y hasta de un movimiento sísmico, pero la investigación se cerró sin depurar responsabilidades.
En la región Mid-Continent de Estados Unidos, muy rica en petróleo y gas, los seísmos de magnitud mayor o igual a 3 han subido espectacularmente. Entre 1967 y 2012 se han registrado 1.300 episodios. El auge extractor de gas, en un país con más de 100.000 pozos en los que se utiliza la fractura hidráulica, se relaciona directamente con un incremento sísmico, aunque se considera que su mayor magnitud, de 3,6, no pone en riesgo a la población. Un trabajo del sismólogo William Ellsworth, del Servicio Geológico de EE UU publicado este verano por la revista Science, afirma que los mayores riesgos sísmicos se plantean con la eliminación de aguas residuales mediante la inyección en pozos profundos, técnica también habitual en EE UU.
El mayor de los terremotos relacionado con los pozos de inyección fue de magnitud 5,6 y se registró el 6 de noviembre de 2011 cerca de Prague, en Oklahoma. Hubo dos víctimas, destruyó 14 viviendas y se sintió en 17 Estados. Las autoridades aseguraron que se debió a causas naturales, sin embargo, la geofísica Katie Keranen, de la Universidad de Oklahoma, publicó en marzo en la revista Geology un trabajo que caminaba en dirección contraria: relaciona estos seísmos con las técnicas de las empresas para extraer las reservas de gas y petróleo de almacenes casi agotados o para almacenar los residuos tóxicos generados durante la perforación, con técnicas como el fracking.
Los defensores de estas técnicas recuerdan que se utiliza un sistema de semáforos. Si los seísmos no superan la magnitud 3, siguen. En caso contrario, se detienen e investigan con más detalle. Las incógnitas se vuelven a plantear cuando, a pesar de esos estudios, las sacudidas sorprenden a la población, como ha ocurrido estas semanas con el almacén de gas Castor.
Sin rastro de temblor en Gaviota
Ya existen tres almacenes subterráneos de gas en España y funcionan sin problemas
J. R. / L. V. Bilbao / Huelva6 OCT 2013 - 00:02 CET1
En el mundo hay más de 600 almacenes subterráneos de gas. España tiene tres en funcionamiento —Serralbo (Huesca), Gaviota (Vizcaya) y Yela (Guadalajara)— y otros dos en preparación: Marismas (Huelva) y Castor (Castellón). Estos depósitos cumplen una doble función.
Gaviota inició su actividad como yacimiento de gas en 1986, explotado entonces por Repsol. En 1994 se convirtió en almacenamiento subterráneo, una vez finalizada su explotación comercial como yacimiento. Desde entonces ha desarrollado “con total normalidad” y sin ningún incidente su actividad de inyección y extracción de gas, señalan desde Enagas, la empresa propietaria. “Esto es un proceso mucho más natural. Era un yacimiento que estaba operativo. Cuando se vio que ya no interesaba sacar más gas de ahí porque lo que quedaba era muy poco, en el mismo hueco que había dejado y que estaba hecho se empezó a inyectar gas”, explican. A ello añaden que Bermeo, donde se encuentra, está dentro de la zona de menor riesgo sísmico de España, según la clasificación del Instituto Geográfico Nacional.
El proyecto de Huelva, situado en el Espacio Natural de Doñana, sí que ha estado rodeado de más polémica. WWF ha recuperado su rechazo a esta infraestructura, promovida por Gas Natural Fenosa, tras los seísmos de las últimas semanas. “Ya se advirtió en el Consejo de Participación del Parque Nacional sobre los riesgos sísmicos de estos proyectos”, explican en la organización conservacionista. La empresa ha desligado el proyecto de posibles riesgos sísmicos. Gas Natural Fenosa asegura que tiene una experiencia en extracción de gas en estos yacimientos y nunca se ha producido una consecuencia sísmica.
Sin rastro de temblor en Gaviota | Sociedad | EL PAÍS
La Costa de Tarragona y Castellón registra 45 terremotos en un día
Tres de los temblores superaron el grado 3 y uno fue percibido por la población
Mercè Pérez Pons Tarragona5 OCT 2013 - 14:39 CET4
El Instituto Geológico de Cataluña (IGC) ha constatado que desde el viernes al sábado por la mañana se han registrado 45 seísmos en la costa de Castellón, frente al almacén de gas Castor, de los que solo tres han superado los tres grados de la escala Richter y solo uno ha sido percibido, informa Protección Civil. En estas 24 horas, el teléfono de emergencias 112 ha recibido 12 llamadas relacionadas con el episodio. Desde el día 8 de septiembre se han producido casi 500 pequeños seísmos, pero hasta el momento no se han logrado valores de intensidad sísmica susceptibles de producir daños materiales ni personales.
Protección Civil, en contacto con los Ayuntamientos de la zona afectada y los cuerpos operativos, está recopilando información para descartar daños, y durante el día de hoy se seguirán haciendo inspecciones y comprobaciones en el territorio. Hasta el momento no se han registrado daños ni en viviendas ni en infraestructuras, aunque ayer aparecieron indicios de daños menores (grietas) en Alcanar, pero finalmente las inspecciones técnicas del arquitecto municipal descartaron que fueran debidas a los seísmos.
La plataforma en defensa de las Tierras del Sènia celebró la noche del viernes una asamblea, a la que acudieron cientos de personas, y acordó convocar este domingo una manifestación a las 12.00 en Las Casas d'Alcanar para exigir la clausura del del almacén Catsor.
La Costa de Tarragona y Castellón registra 45 terremotos en un día | Cataluña | EL PAÍS
el dispreciau dice: se habla de las actividades del hombre, pero en verdad se trata de las actividades de unas pocas corporaciones que dominan el mundo minero, petrolero, gasífero, depredador según los criterios inescrupulosos del amparo que proveen ciencias de conveniencias o ciencias mentidas, que representan lo mismo, ofreciendo resultados dudosos para la subsistencia de cualquier civilización, porque antes que sostener a la sociedad, se enfocan en obtener resultados económicos a costillas de los esfuerzos de los muchos. Este modelo perverso ha llegado a su fin... la Tierra está envuelta en un drama que se agiganta con cada amanecer y con cada anochecer... mayores alteraciones... aires dañados... aguas contaminadas... suelos intoxicados... basura por doquier... gentes envenenadas... y estados ausentes que no entienden nada de nada más que aquello que les nutre de caja, y corporaciones omnipresentes que no entienden nada de nada más que aquello que les significa renta a cambio de destrucción de la cultura humana... parece ilógico, pero es así... es paradojal, pero ocurre de dicha forma... es inaceptable que la humanidad no haya encontrado caminos alternativos a las energías, que preserven el patrimonio de la humanidad, los suelos, las aguas, los aires y los fuegos... es inaceptable que hayan cajoneado desarrollos científicos genuinos que permitirían resolver problemas de fondo, al sólo efecto de no restarle poder y cinismo a las corporaciones enfrascadas en modelos caducos, comunes a una humanidad atrasada y esclavista, común a criterios bruselescos que indican que los destinos de los mortales son propiedad de los reyes y los virreyes, cultores de imperios que se han volatilizado gracias a la estupidez humana, atrapada a su vez en terribles y dramáticas miserias humanas. Las mineras contaminan y arrasan, y los ejemplos son tantos como actividades despliegan en el orbe humano, pero los estados se encargan de neutralizar las iniciativas "reclamistas" que revelan las verdaderas consecuencias de operaciones industriales que fabrican páramos en donde no vuelve a crecer nada... lo que sucedió en el Golfo de México es un "muestra" que padecerán todos los habitantes de la región durante no menos de mil años, pero el acuerdo entre el gobierno británico y la corporación ocultan con dinero, un daño de una magnitud incalculable... ¿o es que las gentes y sus vidas no valen nada para el viejo y oxidado imperio?... ¿acaso alguien ha medido que sucedería si eso mismo ocurriera en el Océano Atlántico en el ámbito de Malvinas?... indudablemente nadie estudia los impactos, y si lo hace, y aparecen los verdaderos resultados, los oculta de modo que nunca se sepa... nada distinto a lo que está ocurriendo en la Cordillera de los Andes, pero esto ya te lo he dicho, no una sino varias veces... Lo que sucede en el Ebro no es otra cosa que un ejemplo más... unos empecinados en salvarse económicamente... otros decididos a salvar los futuros de las personas... Como sea, lo único que importa es el futuro de las gentes y sus derechos... los estados sólo representan una burla sistemática a la humanidad, a cualquier humanidad... mientras que las corporaciones invasoras de cualquier frontera, sólo responden a intereses y conveniencias personales que chocan contra los verdaderos derechos de las gentes... y el problema no sólo reside el fracking, hay más, mucho más, porque nada se habla de los daños de los transgénicos en suelos y cuerpos, en aguas y aires... y ello también representa un quiebre... como tampoco nada se habla de los efectos nocivos de la soja en cualquier suelo, bajo cualquier aire, en cualquier agua... y los daños se multiplican por doquier, mientras Usted vive metido en sus problemas, que no son pocos, porque están inducidos desde y por la misma perversidad que ha gestado esta Tierra humana en llamas. Saber del problema, conocer el problema, tomar consciencia de él, representa apenas un primer paso... el que sigue, es terminar con el problema, no sólo por Usted sino por sus heredades, que tienen el mismo derecho a tener una vida en armonía, esa misma que pretendía Usted cuando era jóven y quería cambiar este mundo de dementes. OCTUBRE 06, 2013.-
La plataforma en defensa de las Tierras del Sènia celebró la noche del viernes una asamblea, a la que acudieron cientos de personas, y acordó convocar este domingo una manifestación a las 12.00 en Las Casas d'Alcanar para exigir la clausura del del almacén Catsor.
La Costa de Tarragona y Castellón registra 45 terremotos en un día | Cataluña | EL PAÍS
el dispreciau dice: se habla de las actividades del hombre, pero en verdad se trata de las actividades de unas pocas corporaciones que dominan el mundo minero, petrolero, gasífero, depredador según los criterios inescrupulosos del amparo que proveen ciencias de conveniencias o ciencias mentidas, que representan lo mismo, ofreciendo resultados dudosos para la subsistencia de cualquier civilización, porque antes que sostener a la sociedad, se enfocan en obtener resultados económicos a costillas de los esfuerzos de los muchos. Este modelo perverso ha llegado a su fin... la Tierra está envuelta en un drama que se agiganta con cada amanecer y con cada anochecer... mayores alteraciones... aires dañados... aguas contaminadas... suelos intoxicados... basura por doquier... gentes envenenadas... y estados ausentes que no entienden nada de nada más que aquello que les nutre de caja, y corporaciones omnipresentes que no entienden nada de nada más que aquello que les significa renta a cambio de destrucción de la cultura humana... parece ilógico, pero es así... es paradojal, pero ocurre de dicha forma... es inaceptable que la humanidad no haya encontrado caminos alternativos a las energías, que preserven el patrimonio de la humanidad, los suelos, las aguas, los aires y los fuegos... es inaceptable que hayan cajoneado desarrollos científicos genuinos que permitirían resolver problemas de fondo, al sólo efecto de no restarle poder y cinismo a las corporaciones enfrascadas en modelos caducos, comunes a una humanidad atrasada y esclavista, común a criterios bruselescos que indican que los destinos de los mortales son propiedad de los reyes y los virreyes, cultores de imperios que se han volatilizado gracias a la estupidez humana, atrapada a su vez en terribles y dramáticas miserias humanas. Las mineras contaminan y arrasan, y los ejemplos son tantos como actividades despliegan en el orbe humano, pero los estados se encargan de neutralizar las iniciativas "reclamistas" que revelan las verdaderas consecuencias de operaciones industriales que fabrican páramos en donde no vuelve a crecer nada... lo que sucedió en el Golfo de México es un "muestra" que padecerán todos los habitantes de la región durante no menos de mil años, pero el acuerdo entre el gobierno británico y la corporación ocultan con dinero, un daño de una magnitud incalculable... ¿o es que las gentes y sus vidas no valen nada para el viejo y oxidado imperio?... ¿acaso alguien ha medido que sucedería si eso mismo ocurriera en el Océano Atlántico en el ámbito de Malvinas?... indudablemente nadie estudia los impactos, y si lo hace, y aparecen los verdaderos resultados, los oculta de modo que nunca se sepa... nada distinto a lo que está ocurriendo en la Cordillera de los Andes, pero esto ya te lo he dicho, no una sino varias veces... Lo que sucede en el Ebro no es otra cosa que un ejemplo más... unos empecinados en salvarse económicamente... otros decididos a salvar los futuros de las personas... Como sea, lo único que importa es el futuro de las gentes y sus derechos... los estados sólo representan una burla sistemática a la humanidad, a cualquier humanidad... mientras que las corporaciones invasoras de cualquier frontera, sólo responden a intereses y conveniencias personales que chocan contra los verdaderos derechos de las gentes... y el problema no sólo reside el fracking, hay más, mucho más, porque nada se habla de los daños de los transgénicos en suelos y cuerpos, en aguas y aires... y ello también representa un quiebre... como tampoco nada se habla de los efectos nocivos de la soja en cualquier suelo, bajo cualquier aire, en cualquier agua... y los daños se multiplican por doquier, mientras Usted vive metido en sus problemas, que no son pocos, porque están inducidos desde y por la misma perversidad que ha gestado esta Tierra humana en llamas. Saber del problema, conocer el problema, tomar consciencia de él, representa apenas un primer paso... el que sigue, es terminar con el problema, no sólo por Usted sino por sus heredades, que tienen el mismo derecho a tener una vida en armonía, esa misma que pretendía Usted cuando era jóven y quería cambiar este mundo de dementes. OCTUBRE 06, 2013.-
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