miércoles, 16 de octubre de 2013

DESTRUCCIÓN Y DEPREDACIÓN NORMALIZADAS ▼ Los promotores podrán pagar para compensar el daño ambiental | Sociedad | EL PAÍS

Los promotores podrán pagar para compensar el daño ambiental | Sociedad | EL PAÍS

Los promotores podrán pagar para compensar el daño ambiental

El Gobierno creará bancos de conservación, similares a los de carbono, en los que comprar recuperaciones de hábitats ya hechas


Los bancos de conservación en España se prevén para hábitats y especies. / ANGELO GANDOLFI (CORDON PRESS)

¿Se puede poner precio a un hayedo? ¿Y a una pradera de posidonias? ¿Cuánto podrían costar las tareas de polinización de las abejas? El Gobierno de España quiere impulsar la creación de los bancos de hábitat o conservación, una figura que funciona en Estados Unidos desde los años 80, y que crea controversia porque permite la posibilidad de compensar el daño ambiental de un proyecto —una carretera, un edificio o una fábrica— adquiriendo un trabajo de recuperación ambiental hecho en otro lugar.

Estos bancos funcionarían como los mercados de carbono, pero con la naturaleza como materia prima. De momento se concentrarán en los hábitats y las especies. El sistema es el siguiente. Por un lado hay empresas o particulares que se dedican a hacer trabajos ambientales: reforestar un parque, recuperar una especie en peligro, limpiar los vertidos de un lago. Eso se inscribe en un registro controlado por la Administración, en este caso el Ministerio de Medio Ambiente, y se monetariza en forma de créditos ambientales. Los clientes de ese banco son los promotores, que tendrán la opción de adquirir voluntariamente esos créditos para compensar el daño de sus proyectos.


Medio Ambiente cree que esta fórmula agilizará los procesos de compensación

En el mundo hay unos 540 bancos de conservación, de los que más de 400 se encuentran en EE UU y del resto, una gran parte en Australia. La mayoría están enfocados a la reducción de daños sobre humedales, arroyos, bosques y riberas. En Europa hay experiencias piloto en varios países, como Francia y Reino Unido, pero donde más avanzado está el modelo es en Alemania, donde se incorporaron en 2002.

Desde el Ministerio de Medio Ambiente defienden las bondades de una fórmula cuyas particularidades todavía no han decidido. Se concretará en un reglamento una vez que se apruebe la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental, que ahora se debate en el Congreso de los Diputados. En este proyecto de ley se especifica que tendrá carácter voluntario y según el Gobierno permitirá dar uso a una “importante bolsa de dinero” —no precisada— porque algunas compensaciones medioambientales tardan mucho tiempo en ponerse en marcha.

Esta figura funciona en Estados Unidos desde los Años ochenta

En los últimos años se han creado empresas que se dedican a realizar proyectos ambientales y que defienden los bancos de conservación como una herramienta necesaria. El G-5 —las cinco organizaciones ecologistas más importantes de España, WWF, Greenpeace, SEO BirdLife, Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción— reclama que se diseñen al margen de los mercados secundarios y financieros, y que tengan como único fin garantizar que la pérdida de biodiversidad sea nula. De momento, el borrador de la Ley de Evaluación Ambiental contempla que estos títulos ambientales se transmitan en régimen de libre mercado.

“Independientemente de que se creen o no, hay que abordar la puesta en práctica de las medidas compensatorias para que se lleven a cabo de forma efectiva”, piden los ecologistas. Un trabajo del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), citado por la organización conservacionista WWF, concluye que entre 1990 y 2011 las medidas compensatorias no se aplicaron en España o se diseñaron y pusieron en práctica de forma incorrecta.

Espejos en los que mirarse

J. V.
Los bancos de conservación nacen en Estados Unidos en los años ochenta. Derivan de una Ley Federal de Aguas de 1972 que establece una política de compensación de humedales. Estas compensaciones se pueden realizar mediante bancos de mitigación. En 2011, este tipo de bancos estaban presentes en 37 de los 56 Estados. Hasta esa fecha se habían protegido 182.108 hectáreas con este instrumento y se generó un mercado anual de 1.624 millones de euros, según se recoge en un trabajo de la Escuela de Organización Industrial (EOI) que cita datos recopilados por la organización no gubernamental estadounidense Forest Trends. El valor de esos créditos ha oscilado entre los 2.215 y los 443.084 euros.

En los años noventa, también en Estados Unidos, se crearon otros bancos de conservación para especies amenazadas. La base fue una Ley de Especies Amenazadas de 1973. Esta modalidad está presente en 11 Estados y genera un mercado de unos 147 millones de euros. Los precios de los créditos se han movido entre 1.846 y 221.000 euros. Se han protegido con este sistema 43.977 hectáreas.

En 2006 nació en Nueva Gales del Sur (Australia) el sistema de Biobanking, una fórmula muy similar a los bancos de conservación de los americanos, con el que se han protegido 2.300 hectáreas.
En Francia y Reino Unido ha habido experiencias piloto. Alemania es el más avanzado. Ha incorporado este instrumento a la Ley de Conservación de la Naturaleza, de 2002, que faculta a los länder (Estados federados) a introducirlos para compensar los impactos derivados del desarrollo urbanístico.

La ONU está desarrollando programas en los que se valora la viabilidad de bancos de hábitat en Latinoamérica y Caribe.

“En países como Cuba o Venezuela y los colectivos medioambientalistas nos acusan de reducir la naturaleza a un valor puramente monetario y económico, pero no estamos acabando con la poesía, ni con la inspiración que supone la naturaleza”, aseguró el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, en unas jornadas organizadas en septiembre por el Colegio de Ingenieros de Montes. Su exposición iba acompañada de una retahíla de cifras. Un 40% de la economía mundial depende de la salud de los ecosistemas. En España, el valor de la polinización que realizan los insectos en los cultivos se estima en unos 3.000 millones de euros al año. “El capital natural es un generador de riqueza (…) Los insectos no cobran, pero el servicio está ahí”, añadió Ramos.

El modelo de los mercados de carbono, con sus defectos y virtudes, siempre aparece de fondo. “Hace 20 años era imposible pensar que una tonelada de carbono iba a tener un precio y sin embargo lo tiene”, dijo el secretario de Estado. En 2008 alcanzó los 30 euros y el pasado septiembre bajó a tres euros.

Los ingenieros de Montes creen necesario que cada país cree sus propios mercados nacionales: de carbono forestal, de calidad de agua, de biodiversidad... Todo ello obligará a fijar precios, y a estimar el coste de unos servicios que todos consideramos gratuitos y de los que se beneficia toda la ciudadanía. “Queremos poner a trabajar nuestro capital natural, por eso es importante su contabilidad”, aporta José María Rábade, experto del área de economía ambiental del Colegio de Ingenieros de Montes.

Barry Gardiner, exministro de Medio Ambiente de Reino Unido en 2006, defiende la creación de los bancos de conservación, aunque con matices. Para empezar, propone que se intente evitar el daño ambiental a toda costa y que, si no se pudiera, se reduzca o mitigue en la medida de lo posible. “Solo después se puede hacer esa compensación en otro lugar”, explica.

El Ministerio de Medio Ambiente no ve con malos ojos que se pueda compensar ambientalmente en otro lugar. La consejera de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, María Jesús Serrano, ha criticado este aspecto tras la última conferencia sectorial, celebrada el 7 de octubre. “Un proyecto que tiene impacto en Andalucía puede compensarse en Galicia, eso no nos sirve y no nos gusta”, dijo Serrano tras la reunión.

Uno de los desafíos más importantes de esta figura es saber cómo calcular el valor económico del daño ambiental. “No se puede preservar un humedal creando un hábitat de menos calidad”, subraya Gardiner. Así, según el esquema del exministro británico, se le debería dar prioridad a una zona contigua al entorno dañado y después pasar a buscar otros lugares. En Reino Unido, donde hay en marcha varios proyectos piloto, se ha establecido un Comité de Capital Natural para asegurar que los valores de mercado que proporciona la naturaleza se tienen en cuenta en la toma de decisiones políticas.

Los ecologistas piden que los bancos de conservación se diseñen al margen de los mercados

“Hay que ser muy cuidadosos a la hora de elaborar estos mercados porque no puede haber una pérdida neta de ecosistemas”, contempla Miguel Ángel de la Calle, profesor del Máster Profesional en Ingeniería y Gestión Ambiental de la Escuela de Organización Industrial. El experto considera que estos instrumentos pueden servir para generar empleo y fijar población en el ámbito rural y pide un especial cuidado a la hora de idear el sistema de cálculo de créditos. “No vale compensar una hectárea con otra hectárea porque pueden ocupar suelos con valores medioambientales distintos”, recuerda.

Los grupos ecologistas echan en falta una consulta a la comunidad científica, al igual que el PSOE, en la oposición. “Más allá de la mercantilización se abre un abismo de impunidad por el que determinados enclaves podrían terminar arrasados en beneficio de intereses particulares a cambio de mejoras ambientales que podrían no servir para paliar los efectos negativos del proyecto en cuestión”, advierte Hugo Morán, secretario de Medio Ambiente socialista.


La mayoría busca reducir daños sobre humedales, arroyos, bosques y riberas

“No compartimos esa visión mercantilista porque comporta riesgos importantes, deberían aprender del resultado de otros mercados como el de carbono, o afrontar la cuestión de ver a quién termina beneficiando realmente”, subraya Laia Ortiz, diputada de Izquierda Plural.

El ecólogo Fernando Prieto se pregunta por el reparto de los beneficios que generarán estos ecosistemas y cómo se distribuirán entre los conservadores y gestores de estos ecosistemas, algo todavía pendiente de determinar.

Los principales grupos ecologistas inciden en que los ejemplos de Estados Unidos que se han presentado como modelo de bancos de conservación trabajan con realidades territoriales, legales y económicas muy distintas de las de la Unión Europea y España. Proponen posibilidades alternativas o complementarias en las que no intervengan los mecanismos de mercado y reclaman que se mejore el control administrativo de los mecanismos de compensación ambiental.

El ecólogo Prieto enumera sonoros fracasos, como la proposición de desplazar una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de avutardas unos cuántos kilómetros al este de Madrid para construir una de las radiales o gran parte de las inadecuadas plantaciones de coníferas y eucaliptos en una parte importante del país desde la década de los 50 que alimentan gran parte de los incendios de cada verano.

MIGUEL ÁNGEL DE LA CALLE

“Es muy difícil que el daño se subsane en el mismo lugar”

El profesor de la EOI cree que el trabajo conjunto de economistas y científicos es imprescindible para desarrollar los bancos de conservación



Miguel Ángel de la Calle, profesor de Gestión Ambiental. / Santi Burgos

Miguel Ángel de la Calle es profesor del Máster Profesional en Ingeniería y Gestión Medioambiental de la Escuela de Organización Industrial (EOI), centro de referencia en la gestión medioambiental y energética.

Pregunta. ¿Cree que los bancos de hábitat son una buena herramienta de conservación?
Respuesta.En mi opinión constituyen una herramienta útil para la conservación y así parecen avalarlo los países donde su implantación hoy día es una realidad.

P. ¿Está a favor de su implantación en España?
R. Siempre que se hiciera con el necesario rigor técnico, estaría a favor. Creo que permitirían dar visibilidad al verdadero valor que representan los ecosistemas para la sociedad y harían posible llevar a cabo, de manera efectiva, las medidas compensatorias sin que se produjera una pérdida neta de los recursos y servicios ambientales dañados. Además, contribuirían a crear empleo y fijar población en el mundo rural.

P. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan?
R. Son muchos, pero me gustaría resaltar dos. La elaboración de una buena regulación que haga de ellos una herramienta útil para la conservación y la compensación de los daños ambientales residuales, y que impida que se utilicen para fines relacionados con la especulación con recursos naturales. Y segundo, que el sistema de valoración de los débitos y los créditos ambientales asegure rentas que permitan garantizar la conservación del capital natural creado de manera indefinida. En esta cuestión, el trabajo conjunto del mundo científico y del económico es imprescindible.

P. ¿Qué modelo, de los que se han implantado en diferentes países, como Estados Unidos, le parece más adecuado?
R. Los modelos de cada país están relacionados con las necesidades y fines que perseguían. Así en EE UU los bancos están ligados a la mitigación de daños a humedales y a la compensación de los producidos a especies amenazadas, mientras que en Australia están más enfocados a la conservación de la vegetación nativa. En España, entiendo que deberíamos definir claramente qué utilidad o utilidades queremos dar y después escoger el modelo que consideremos más adecuado, con las variaciones necesarias.

P. ¿Hay ecosistemas que no deberían entrar en estos bancos?
R. Todos los espacios naturales que gocen ya de un alto nivel de protección no deberían formar parte de un banco de hábitat, pues la adicionalidad en ellos sería escasa o nula.

P. ¿Ha de ser la compensación en el mismo lugar la primera opción?
R. Los bancos de hábitat se construyen antes de que se produzca el daño, por lo que es muy difícil que la compensación se dé en el mismo lugar, pero sí puede hacerse en un entorno próximo (en los bancos de mitigación americanos la compensación se debe hacer dentro de la misma divisoria de aguas).

P. ¿Quién debería controlar su funcionamiento?
R. En los países en los que hay bancos su control corresponde a las Administraciones. En España debería ser igual. Ahora bien, creo que podría crearse una especie de Comisión Nacional que fuera la encargada de regular, autorizar los nuevos bancos y controlar su funcionamiento.


FERNANDO PRIETO

“El modelo de California no sirve para España”

El doctor en Ecología cree que la naturaleza es demasiado importante para entregarla al mercado


Fernando Prieto, Doctor en ecología. / Santi Burgos

Fernando Prieto es doctor en Ecología por la Universidad Autónoma de Madrid. Fue uno de los fundadores del Observatorio de la Sostenibilidad en España en 2004, recientemente desaparecido.

 Pregunta. ¿Cree que los bancos de hábitat son una buena herramienta de conservación?
Respuesta.Teóricamente puede ser una buena idea, pero la realidad es que los mercados de medio ambiente no han funcionado adecuadamente. Uno de los mayores, el del CO2 en Europa, ha sido un fiasco hasta ahora. Debido a la generosidad de los Gobiernos con las petroleras y demás sectores (también en España) se ha producido una caída del precio de la tonelada de carbono hasta el precio actual de unos cinco euros, habiendo llegado hace unos meses a precio casi cero. Hay cosas demasiado importantes para dejarlas en manos del mercado.

P. ¿Está a favor de su implantación en España?
R. No. En España la realización de estudios de impacto ambiental, las exigencias por parte de la Administración y sobre todo su seguimiento han sido muy deficientes. Ahora se está tramitando una legislación todavía más laxa. Dudo que con los bancos de hábitats vaya a cambiar el escenario. Por otra parte, esta fórmula se utiliza sobre todo cuando se realizan infraestructuras, y en esta coyuntura de crisis no tiene mucho sentido.

P. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan?
R. Los principales retos son el propio desconocimiento del funcionamiento de los ecosistemas, motivado por falta de investigación aplicada. También hay que concretar la gestión a realizar y la gobernanza a largo plazo. Ni la Universidad ni la empresa privada ni la Administración están preparadas para estos retos. Prácticamente no existe vigilancia ambiental después de realizar proyectos de infraestructuras. Finalmente, y el principal reto, es la falta de recursos económicos

P. ¿Qué modelo de los que se han implantado en otros países le parece más adecuado?
R. Parece que en España se quiere implantar el modelo de California, que se modificó en enero de 2013, pero es evidente que California no es España. Responde a otro tipo de universidades, Administraciones y cultura empresarial. Además, cuenta con una seguridad jurídica que aquí tampoco se da.

P. ¿Cree que hay ecosistemas que no deberían entrar en estos bancos?
R. Sí, especialmente los que necesitan muchos años para alcanzar elevados niveles de estabilidad, madurez y diversidad.

Las zonas con especies en peligro, las protegidas o las que tienen procesos ecológicos importantes, como recarga de acuíferos.

P. ¿Ha de ser la compensación en el mismo lugar la primera opción?
R. La compensación debe ser la última opción en cualquier tipo de proyecto.Es mucho más importante realizar un verdadero enfoque preventivo, que hacer después medidas correctivas.

P. ¿Quién debería controlar su funcionamiento?
R. Científicos y ONG que no reciban directamente subvenciones de la Administración. Se necesitan criterios independientes. Los científicos también deben ser supervisados. Pero sobre todo, debe hacerse una evaluación de las políticas, que este Gobierno no realiza.


el dispreciau dice: podría decirte que creo en la naturaleza... pero también podría decirte que no creo ni en el hombre ni en sus intenciones... mucho menos si detrás de ellas (intenciones) se ubican los intereses de corporaciones que no tienen nada de humanas y mucho menos de humanismos... la naturaleza se las ha arreglado durante miles de millones de años para auto equilibrarse y lo logró de manera eficiente hasta que el hombre llegó a la Tierra, momento a partir del cual todo se fue de control para no regresar jamás a ningún equilibrio (sí en los discursos de los inútiles devenidos en políticos y funcionarios corporativos)... sucede que la naturaleza no responde a las leyes del marketing, tampoco a los desequilibrios financieros... asimismo, sucede que la naturaleza no responde a los cinismos de la política, y mucho menos a las hipocresías reinantes en la actual clase política... por otra parte, la naturaleza no es propiedad de ningún humano, aún cuando los dueños de circunstancias digan exactamente lo contrario, arrogándose derechos sobre los suelos, los aires, las aguas, y todo lo que camina o bate sus alas... desde hace ya bastante tiempo, algunos interesados amigos del poder, así como el poder amigo de los interesados, han avanzado sobre áreas protegidas y no tanto, aduciendo derechos de propiedad, tanto es así que los mares han pasado a pertenecer a reyes y virreyes, a príncipes sin principados, a duques sin ducados, a condes sin condados, y desde luego a demócratas endiablados, esto es personajes en uso y abuso del poder, asaltantes de títulos y honores que portan apellidos ilustres en las fotos pero deplorables en las realidades... traducido, el mundo pertenece a "gentes" que carecen del don de "gente", aún a pesar de vestir caro y de decirse a sí mismo educados, bilingües, trilingües, y más... ¿yo señor?, no señor, ¿pues entonces quién lo tiene?... se trata de tierras fiscales... entonces pueden ser apropiadas sin que se note... decía un idiota de la Europa Medieval, hace escasos meses atrás, ¡este es un país serio!, para aseverar que la justicia funciona a favor de los intereses oportunistas y en contra de las gentes, algo que se viene viendo desde hace mucho y que está empeorando día tras día, mientras los políticos ponen cara de feliz cumpleaños, y por detrás se gestan masacres como la de Siria... un invento que poco coincide con la civilización y las buenas costumbres, tampoco con el sentido común... pero para calmar los momentos y sus desidias, no hay como un premio Nobel... ya que puede salvar un par de almas y silenciar los pensamientos de aquellos que luchan por la humanidad y los humanismos, y desde luego defienden los equilibrios ecológicos. Ocurre que a alguien de estos inútiles que nunca faltan, se le "ocurrido" hacer de la ecología y sus equilibrios un negocio para los estados ausentes y los políticos omnipresentes, asociados a aquellas corporaciones que por estas horas están ocupadas por miles de gerentes obsecuentes de cualquier poder... y dentro de las mencionadas ocurrencias, han descubierto que la depredación puede ser normalizada (ISO, DIN, etc.) habilitando a la destrucción de naturaleza de manera adecuada a las conveniencias de vaya a saber quien. Espantoso y aberrante. Los estados ausentes y mentirosos facturan por los daños ocasionados, en su mayoría irreversibles, y está todo bien... mucho mejor si eso se instala en latinoamérica, los países africanos, los asiáticos, o cualquiera que contenga gentes "sin valor intrínseco"... ya que ellos pueden ser tenidos por daños colaterales, siendo el costo del impacto de índole menor. Más espantoso y más aberrante. Ciertas (in) culturas están acostumbradas a poner valor en dólares o euros a cuanto daño se les ocurre... este daño vale tantos miles de millones... pero las víctimas serán descalificadas primero... e inmediatamente olvidadas... por tratarse justamente de víctimas propiciatorias se sacrificios humanos en tandem, una ocurrencia que mejora el perfil de los antiguos sacrificadores impuestos por la inquisición, ya que las hogueras están mal vistas en estos días, no así las matanzas "accidentales"... de allí que se pasen por alto las tragedias de Lampedusa... de allí que nadie vea los derrames de cianuros en la Cordillera de los Andes... de allí que nadie recuerde el daño incurrido en el Golfo de México, etcétera, total allí viven las víctimas propiciatorias cuyo valor intrínseco es tangente a cualquier economía de las mentadas y gestionadas desde Bruselas... nicho de demonios vivos si los hay, que no escatiman esfuerzos en devorar almas de pobres y ausentes, al sólo efecto de favorecer a sus amigos del poder y en el poder. Conclusión, poner a la naturaleza en mano de los mercados, bolsa, acciones, FMI disfrazado de cocinero con y sin recetarios, es equivalente a habilitar a la destrucción sistemática de lo que queda en pié (poco por cierto)... ya que la ONU es una mentira funcional al poder de los pocos, sin voz ni voto a la hora de los reclamos, mucho menos si ello pertenece al ámbito del ser humano como raza. Esta decisión que desciende desde "los pocos" asegura que todo terminará mucho más rápido que lo esperado por las ciencias de las conveniencias... el polo norte está cuasi evaporado... el polo sur está en curso de ello... los suelos marinos han elevado su temperatura por encima de los temidos seis grados Celsius... las selvas están siendo arrasadas a cambio de cultivos transgénicos que producen un efecto devastador en los suelos, los aires y las aguas... y existe una especie de "todo vale" en la depredación de los recursos que aseguran la vida de las corporaciones en desmedro del de las personas. Algo está muy mal en la cabeza de algunos humanos... algo está muy mal en este mundo... pero peor aún, algo anda muy mal porque están naciendo humanos sin alma... y eso anticipa el fin de la raza. OCTUBRE 16, 2013.-

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