sábado, 23 de junio de 2012

ENTRE SOTANAS Y DICTADURAS DEMOCRÁTICAS ▲ La sotana pesaba mucho | Internacional | EL PAÍS

La sotana pesaba mucho | Internacional | EL PAÍS

PERFIL

La sotana pesaba mucho

Los seguidores del exobispo Fernando Lugo creen que su indulgencia con los rivales políticos lo llevó al abismo


Fernando Lugo pasa revista a las tropas en 2010. / NORBERTO DUARTE (AFP)


Fue el hombre que puso a Paraguay en el mapa en abril de 2008 cuando accedió a la presidencia con el 40% de los votos y puso fin a 61 años de gobierno del conservador Partido Colorado. Había sido obispo desde 1997 hasta que colgó los hábitos en 2005 para dedicarse a la política. Era de izquierdas, tenía 56 años y prometió implantar una reforma agraria integral que pusiera fin al monopolio de las tierras por parte de una oligarquía beneficiada por la dictadura militar de Alfredo Stroessner (1954-1989). El 76% de la población creía que las cosas iban a mejorar con él. Sin embargo, Paraguay solo volvió a salir en el mapa cada vez que Lugo reconocía la paternidad de algún hijo ilegítimo. El primero se conoció en 2009 y el segundo a principios de este mes. Ambos fueron concebidos cuando ejercía de obispo. Pero eso no perjudicó gran cosa a su carrera política.

La derecha le acusó de tolerar y fomentar las ocupaciones de tierra que practican con sus carpas los campesinos de la Liga Nacional de Carperos. Los escarceos solían saldarse sin muertes. Hasta que, el pasado 15 de junio en una ocupación en el norte del país, murieron seis policías y once campesinos. La oposición puso entonces su dedo acusador sobre el presidente. Lugo destituyó al ministro de Interior y colocó en su lugar a otro del Partido Colorado. Pero eso solo sirvió para enardecer aún más los ánimos de los liberales con los que gobernaba en coalición. Se unieron conservadores y liberales y fueron a por él. Con el gesto de intentar hasta última hora congraciarse con unos y con otros, quedaba retratada su manera conciliadora de entender la política. “Dio demasiada libertad a sus ministros”, indicaba ayer Óscar Rodríguez, economista y profesor en la Universidad Católica de Asunción. “Incluso dentro de su formación, el Frente de Guazú, hay gente con visiones muy distinta ante problemas muy concretos”.
Lugo gobernaba con los aliados del partido liberal pero también fue otorgando ministerios al Partido Colorado. En el ministerio de Agricultura estaba dominado por políticas neoliberales y el del Medio Ambiente controlado por la izquierda radical. “Le fue difícil sacarse la sotana”, comentaba ayer un miembro del Frente Guazú. “Veía con mucha bondad a todos los rivales, como si fueran feligreses. Apelaba a la bondad de la persona sin tener en cuenta que mucha de esas personas tienen intereses económicos muy grandes y poderosos”.

Transcurrieron más de cuatro años y Lugo nunca pudo poner en práctica sus ideales de la redistribución de la tierra. Sus seguidores estiman que los enemigos de Lugo eran demasiados poderosos: el sistema judicial, la cámara de Diputados y los grandes medios de comunicación sirven a los intereses de una pequeña oligarquía, según los partidarios de Lugo.

“Con la ocupación que dio lugar a la matanza quedó en evidencia la manipulación informativa”, indica el funcionario Bernabé Pencuyo, de 60 años. Los Carperos habían ocupados unas tierras que pertenecían al Estado y fueron entregadas durante la dictadura al terrateniente Abad Riquelme de forma ilegal y corrupta. Hay un tribunal que está dirimiendo aún a quién pertenecen esas tierras. Pero eso casi nunca se dice”.
La derecha promovió la destitución de Lugo. Pero sus intereses no se vieron muy amenazados por Lugo.

“Los exportadores de soja en Paraguay solo pagan un 3% de impuestos, mientras que en Argentina pagan más del 30%, sostiene Rodríguez. “No pudo hacer gran cosa por la reforma agraria, pero consiguió implantar un sistema de salud que permitió a la mayor parte de la población obtener medicina de forma gratuita. También concedió subsidios para más de 20.000 familias que viven en la extrema pobreza y llevó el desayuno y el almuerzo gratuito a las escuelas públicas”, añade Óscar Rodríguez.

“Lugo no pudo hacer demasiados cambios”, reconoce el sociólogo José Carlos Rodríguez, colaborador del Gobierno, “pero trajo una cultura política distinta a la que se vio siempre en este país. Y la derecha nunca se lo perdonó”.


el dispreciau dice: muchas son las cosas que me unen al Paraguay... no al Paraguay del tráfico de armas, tampoco al del narcotráfico, mucho menos al de anidaje del terrorismo de la triple frontera, pero las tierras del Paraguay guardan entidad propia que lo distingue como cuna de gentes notables... silenciosas, recogidas, y hasta muy anónimas, pero no por ello negables o despreciables. Lugo podría gustarte o no... pero más allá de ello, queda claro que el mundo atraviesa un tiempo demasiado complejo, que no da lugar para los gustos ni tampoco para los disgustos... esto es, no es cuestión de personas y sus personalismos, ya que detrás de ellos hay ciudadanos y necesidades sociales insatisfechas, que en todo caso superan largamente a las escasas "satisfechas". Del mismo modo, Chávez de Venezuela, podría gustarte o no gustarte... Correa en Ecuador, Humala en Perú, Dilma Rousseff en Brasil, Pepe Mujica en Uruguay, la propia Cristina Fernández aquí, Sebastián Piñera en Chile, Juan Manuel Santos de Colombia, y hasta Evo Morales en Bolivia, podría producir afinidades o no... pero más allá de ellas (coincidencias y discrepancias) está claro que América Latina no puede retroceder hacia modelos políticos corporativos que atrasan por más de un siglo... esto se traduce como que:
- no se puede regresar a dictaduras militares carentes de contenido alguno y siempre reñidas con los derechos de unos y discriminantes de los derechos de los otros...
- no se puede regresar a modelos políticos corporativos que se atienen a esquemas de poder que denigran la condición humana de sus respectivos pueblos...
- no se puede regresar a modelos políticos que sólo fabrican huecos de poder a efectos que los mismos sean ocupados por los amigos de turno...
- no se puede regresar a criterios políticos opositores que se oponen por simple conveniencia de partes, sin atender a sus conciudadanos, sin prestar atención a las legítimas necesidades, y siendo finalmente funcionales al poder mejor o peor en su turno...
traducido... no se puede retroceder desde el socialismo hacia las derechas, ya que el precio sería demasiado alto... y los latinoamericanos lo estamos viendo, estos es que estamos asistiendo a un modelo que pretende el cambio pero se ve acorralado por "indicadores" que no se perciben desde el llano, desde el suelo, y que por intrincados, merecen el respeto del "crédito" suficiente como para dejar hacer, sin que ello signifique un "cheque en blanco".
Curiosamente, los gobiernos militares de extrema derecha, cultores de la peor de las violencias, no dejaron nada a sus sociedades, antes bien les dieron zozobra, confusión y novedosos oportunismos económicos, que fabricaron pocos ricos y demasiados pobres.
Los gobiernos democráticos siguientes a las dictaduras militares, se debatieron en sus propias confusiones... entre el autoritarismo del poder y el ser incapaces de hacer algo por "alguien"...
Durante los noventa, los retrocesos globales señalaron la condición latinoamericana y ello derivó en conflictos y "salidas" que se transitan hoy, con mejor o peor suerte... algo sí está definitivamente mal, los pueblos no crecieron en educación, tampoco en salud, mucho menos en formación, antes bien han sabido permanecer en sus históricos estados de pobrezas coloniales, que no han logrado ser quebradas.
América Latina sólo puede caminar hacia los "socialismos". Mejores o peores, pero sólo hacia allí, y únicamente hacia allí. Las derechas han sabido demostrar que no pueden interpretar las necesidades sociales básicas, mientras que las formas más o menos radicales de la política, están atrapadas en conceptos comunes a los inicios del siglo pasado, antes del primer gran conflicto que envolvió al mundo... otra vez, las oposiciones políticas de la América Latina atrasan y mucho... atrasan tanto que no saben leer los mensajes de sus ciudadanos y se empecinan en vender espejos de colores a gentes que están hartas de que las usen y luego las abusen.
Finalmente, lo de Paraguay es MUY MALO... más allá de cualquiera de las razones esgrimidas para sacar a Lugo del poder. Este mundo exige a la clase política ir hacia adelante, no regresar a tientas sobre las neblinas del pasado... claro está, existen muchas expresiones políticas que desentonan y parecen no comprender los mensajes que les envían las respectivas realidades... sin embargo, aún así, merecen el crédito necesario que evite las frivolidades y los corporativismos oportunistas que hicieron de la América una fábrica de parias. 
La clase política gobernante debe aprender a: 
1. no inmortalizarse en el poder...
2. crear formas socializadas de gobernar atendiendo las necesidades genuinas de las gentes...
3. colocar a sus países en el concierto internacional, de manera cierta...
4. favorecer los emprendimientos de uniones regionales concertadas, tanto políticas como empresarias...
5. asegurar los derechos humanos elementales a todo el conjunto social:
5.1. Casa
5.2. Educación
5.3. Salud
5.4. Trabajo
sin ello, América Latina sigue envuelta en un más de lo mismo que cansa a las gentes y fatiga a sus destinos... lo cual no implica de manera alguna que se pueda o se deba regresar a los sistemas noventistas, infames en sus fibras. Insisto, empujar a Lugo por las escaleras del poder, no hace otra cosa que demostrar que los políticos del Paraguay... NO han aprendido nada. JUNIO 23, 2012.- 

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