Las cacerolas vuelven a sonar en algunos barrios de Buenos Aires
Partidarios del Gobierno atribuyen las protestas a la restricción a la compra de dólares
Francisco Peregil Buenos Aires2 JUN 2012 - 03:53 CET667
Por segunda noche consecutiva las cacerolas han vuelto a oírse en algunos barrios de Buenos Aires como Recoleta, Barrio Norte y Belgrano, tres de los de mayor poder adquisitivo de la capital argentina. En las redes sociales donde inicialmente se convocó la protesta también sonaron alto las cacerolas. Si la noche del jueves la etiqueta #cacerolazo ocupó el primer puesto entre todas las tendencias de Twitter en Argentina, el viernes han sido los críticos de la protestas quienes se han adueñado de los primeros puestos con la palabra #caceroludo, unión de cacerola y boludo (tonto).
Los cibernautas partidarios del Gobierno criticaban las auténticas motivaciones de la protesta. Aunque la convocatoria se había organizado contra la política del Gobierno de Cristina Fernández y se aludía a la inseguridad, a la corrupción y a las restricciones para comprar dólares, entre numerosos partidarios del Gobierno se acusaba a quienes protestaban de estar motivados únicamente por la última razón: las restricciones que ha impuesto el Gobierno para comprar dólares y sacarlos del país. "En 2001 Argentina pedía trabajo, comida, dignidad. Hoy piden poder comprar más dolares y evadir impuestos", se leía en un tuit. También denunciaban la agresión a un equipo de reporteros de la televisión pública por parte de varios manifestantes.
El Gobierno de Argentina necesita mantener un superávit comercial de 10.000 millones de dólares para no verse obligado a recurrir a los préstamos del exterior. Para ello es vital mantener el mayor número posible de dólares dentro del país. Una forma de conseguirlo es ejerciendo un férreo control sobre las importaciones, tal y como el Gobierno viene haciendo desde hace meses. Y otra forma es restringiendo la compra de dólares y la salida al exterior de la divisa. El Gobierno está empleando perros especialmente adiestrados en detectar billetes que registran los maleteros de los coches en la aduana.
No obstante, entre las razones que circularon en las redes sociales para hacer sonar las cacerolas, la cuestión del dólar era solo una más: "Basta de cepo al dólar. Basta de Ciccones [la compañía de impresión de billetes cuya investigación judicial afecta al vicepresidente del Gobierno, Amado Boudou, por supuesto tráfico de influencia]. Basta de violencia verbal. Basta de expropiaciones. Basta de patoterismos [matonismos]. Basta de impunidad. Basta de autoritarismo. Basta de no diálogo. Basta de inseguridad. Basta de corrupción", se podía leer en numerosas páginas de Facebook.
el dispreciau dice: el argentino medio, ese mismo que construye el país mientras la clase política desvaría, tuvo una expresión de "patria" cuando sus derechos elementales fueron atropellados durante la gestión de la fracasada "alianza", algo inexplicable (alianza) que sólo puede verse en el desconcierto político que nos caracteriza... cabe preguntarse... ¿por qué no existió reacción alguna durante la década infame de los años noventa?, donde ARGENTINA fue literalmente arrasada por las frivolidades del poder... nadie podrá responder, ya que ello forma parte del ser nacional... un raro "ser" que habla de federalismo pero aplica a rajatabla el "unitarismo" del imperio de los intereses de Buenos Aires, un lugar donde moran las conveniencias de una incierta mayoría que curiosamente está aliada con gentes de un interior que se deslumbra ante las luces de la gran ciudad, del dólar, de la cafetera importada... que habla mal de los ingleses por sus actividades colonialistas, para inmediatamente viajar a Londres para comprar chucherías... pero eso también forma parte del "ser" nacional... siempre contradictorio. Cabe aclarar que la mayoría de los argentinos nunca ha salido del país... y a Nueva York la conocen por foto o bien por la televisión... y también cabe acotar que, los argentinos que van y vienen del exterior son los menos... y si se hablamos de distancias, mucho menos aún. Como sea, la clase política no aprendió las lecciones de la década infame... pero la mayor parte de la sociedad, consumida por la ignorancia, tampoco... Como sea, la clase política no aprendió las lecciones de la crisis del 2001... pero la mayor parte de la sociedad argentina, consumida por el oportunismo y la mediocridad, tampoco. La historia reciente nos enseña que hubo un lapso con voluntad política de concertar... pero inmediatamente después, la soberbia ganó nuevamente los espacios políticos y estos se endiosaron en un nuevo concierto de desencuentros... todo está en tela de juicio, sí... menos lo que está mal... comenzando por la inseguridad creciente, con el pleno dominio del hampa en zonas prolijamente liberadas... para extenderse a lo que se quiera, trabajo en negro, salud retrógrada, educación retrógrada, etc... en dicho paisaje, algunas cosas se hicieron con criterio social y está bien que así sea, sin embargo, esa misma clase política está empecinada en "negar" lo evidente... y ello ya no es cuestión ni de dólares ni de euros. Por ejemplo, y aún cuando esto no comprometa directamente al ejecutivo nacional, la justicia está deformada y atrapada en un círculo vicioso que no resuelve los reclamos de la sociedad, antes bien los moviliza desoyendo los clamores de "justicia" cada vez más renuente en "condenar" a los victimarios... detrás, los medios corporativos, manipulan las realidades según sus intereses, lo cual da ventaja a los victimarios ya que en el desconcierto, esos mismo medios descalifican una y otra vez a las víctimas, usadas por los medios y abusadas por la ausencia de justicia, o lo que es lo mismo... justicia demorada... es injusticia. Más allá de YPF y REPSOL... o más allá de Aerolíneas Argentinas e Iberia... ARGENTINA hace culto a la monocultura de la soja... esto es que los empresarios no han aprendido a agregar valor, y simplemente utilizan el atajo para obtener ganancias sin demasiado compromiso, sin demasiado esfuerzo... y si son amigos del poder, más aún. Por ende, ARGENTINA se debate cultivando servicios, alejada del mundo que reclama "valores ciertos"... y aún cuando en el medio haya cierta cantidad de dólares, el país sigue desinsertado del mundo, aún cuando haya excepciones destacables y hasta aplaudibles. Esta generación política sigue procediendo bajo el criterio de la "impredictibilidad", un criterio que es bueno para algunas cosas y muy malo para otras, entre ellas (malas) para una sociedad que está harta que le mientan, que se burlen, que la omitan, que la atropellen, que la ninguneen, que la nieguen, y nuevos etcéteras pecaminosos. A pesar de los discursos, la clase política sigue andando a contramano de la gente, y cuando hablo de gente no me refiero al universo de subsidiados que "viven" a costillas de un raro estado benefactor, que compra dignidades a cambio de sonrisas y silencios (hecho lamentable si los hay). La gente que construye el país con su poco o mucho trabajo, con su poca o mucha dedicación, con su poco o mucho patriotismo, ha visto esta película varias veces... has lo que digo... no lo que hago... y el estado ausente y recaudador por excelencia, muestra a una clase política enferma que sigue siendo perversa... siempre dispuesta cazar brujas en los inocentes o en los anónimos, dejando liberados a los amigos del poder... o bien, peor aún... persiguiendo a la sociedad según los oportunismos de ese mismo poder. Ello, se traduce una clara concepción de insulto (permanente) a la conciencia pública, o si se quiere, a la inteligencia pública... bajan discursos cuyos contenidos nacen viciados de nulidad... no porque estén mintiendo, sino porque pretenden justificar lo injustificable. La Señora Presidente puede tener crédito social y de hecho lo tiene, ciertamente lo tiene... mayormente de aquellos argentinos que viven del "estado ausente" y por ende de las consecuentes ausencias que benefician las zonas liberadas. Detrás, la Señora Presidente tiene mi derecha ciudadana, ya que considero que es portadora de una inteligencia destacable... ahora bien, ello no habilita a que sus funcionarios atropellen una vez más al concierto social que sí está empeñado en sostener a la ARGENTINA como estado de patria. Cabe entonces preguntarse... ¿por qué algunos funcionarios políticos siguen creyéndose más importantes que el resto de los mortales?... o bien, ¿por qué algunos funcionarios políticos insisten en insultar a la ciudadanía, asumiendo palabras y actos reñidos con los valores morales elementales?... o asimismo, ¿por qué algunos funcionarios se erigen como dioses privilegiados a la hora de la ciudadanía?... y no hay respuesta alguna que justifique la conducta... sólo la soberbia y el desprecio que nuestra clase política arrastra desde siempre. Hoy, el movimiento cacerolezco está encontrando nuevo terreno fértil, donde el estado ausente pretende que todo está fenómeno, mientras que los ciudadanos portan evidencias de un "todo lo contrario"... entonces, nuevamente, la clase política pierde credibilidad y gana la desconfianza pública... sus argumentos (políticos) son tan pobres que inspiran "dudas" de todo tipo... y aún cuando pongan cara de feliz cumpleaños, las evidencias dejan en claro que "algo" (o mucho) no anda bien... y de agoreros políticos, la sociedad argentina está más que harta y con justa razón... mientras tanto, el país de las pobrezas inducidas y las dignidades compradas, sigue subsidiado a costillas de una porción menor de la sociedad que aporta para que "muchos" no hagan nada... y eso, aún cuando quieran explicar lo inexplicable, NO está bien... más allá... el argentino debería dejar de pensar en dólares, pero... pero... pero... ¿quién puede recuperar la confianza pública cuando el engaño es sostenido?, NADIE, ni siquiera la Señora Presidente con toda su capacidad y toda su inteligencia. Junio 02, 2012.-
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