sábado, 30 de junio de 2012

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El reto de la desigualdad en México | Internacional | EL PAÍS

El reto de la desigualdad en México

Los candidatos presidenciales han prometido ambiciosos programas sociales

No han explicado la manera de financiar sus promesas


Una niña juega frente a su casa en la Ciudad de México. / J. Moore (Getty)



El balance económico del sexenio de presidente Felipe Calderón que ahora termina ofrece más sombras que luces y un enorme punto negro: la desigualdad. La pobreza afecta a 52 millones de mexicanos, el 42% de la población, mientras que el 41% de la riqueza nacional está concentrada en las manos de tan solo el 10% de sus habitantes. El crecimiento ha sido mediocre –este año se prevé un 3,8% pero la media anual desde 2006 fue de tan solo un 2,3% del PIB, muy por detrás de las economías emergentes que lo hacían al 6,5%-, ha aumentado el número de pobres en 12 millones, se ha expandido el sector informal que emplea a 14 millones de mexicanos –casi el 30% de la población activa, lo que supone un récord histórico- y se ha mantenido la concentración del mercado en manos de los monopolios. En el lado positivo hay que destacar que el Gobierno de Calderón sorteó en 2009 una gravísima crisis y que prepara su despedida con estabilidad financiera, enormes reservas y bajas tasas de inflación, deuda y déficit.


El futuro económico de México dependerá en gran medida del comportamiento de la economía de EE UU y de la crisis económica global

Quien se anunció cuando entró en Los Pinos como el presidente del empleo dice adiós como el presidente de la guerra contra el narcotráfico, un conflicto que además de su coste en miles de vidas humanas ha tenido también su impacto económico. Diversos estudios privados lo cifran en una pérdida cercana al 1,5% del PIB, principalmente en el sector turístico, pues la inversión extranjera se ha mostrado a prueba de balas y ha seguido fluyendo.

El futuro económico de México dependerá en gran medida, según coinciden los expertos, del comportamiento de la economía de Estados Unidos y de la crisis económica global. Pero una desaceleración del gigante del norte y el agravamiento de la crisis europea tendrían serias consecuencias para este país a corto plazo. De hecho, la emigración a EE UU se frenó por primera vez en 2011 y las remesas de los casi 12 millones de mexicanos que viven al otro lado del Río Grande suponen 24.000 millones de dólares. México también tendrá que mirar al sur, concretamente a Brasil, cuyo milagro económico despierta deseo de emulación pero también envidia, y con quien ha entrado en competencia en varios sectores como el del automóvil.
Pese a estos retos e incertidumbres, la economía ha sido uno de los grandes temas olvidados de la campaña. Los candidatos a la presidencia han convertido sus programas electorales en una suerte de carta a los Reyes Magos prometiendo pensiones para todos, seguridad social universal, bajar el precio de la luz y los carburantes, la generalización de los créditos para vivienda, la creación de millones de empleos e incluso llevar fibra óptica hasta el último rincón del país sin explicar cómo lo van a financiar. Asimismo han repetido de forma rutinaria la urgencia de hacer las reformas energética, fiscal y laboral siempre aplazadas sin entrar en detalles.

Fausto Hernández, director de la división económica del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), afirma que el principal problema que se encontrará el futuro presidente será presupuestario. “Como cada sexenio casi el 90% del presupuesto está ya comprometido salvo que se haga una profunda reforma estructural para fomentar la competitividad. Sin ella, todas las promesas de campaña deberán pagarse con el 10% restante y no alcanza”. La falta de competitividad por las barreras aún existentes a nuevos competidores internos y externos y la ausencia de infraestructuras modernas así como la caída de la productividad por un sistema educativo deficiente son, en opinión de Hernández, los principales desafíos que la economía mexicana debe afrontar si quiere ganar la batalla de la desigualdad.


el dispreciau dice: el mundo está cada vez más inequitativo... por ende las inequidades crecen de la mano de las ausencias de los estados... asimismo, el mundo está cada vez más pobre... por ende lo pobres crecen en número dándole forma a las estadísticas aberrantes que consideran porcentuales desmereciendo las necesidades de las personas. En América Latina, aún a pesar de los discursos, las desigualdades se geometrizan... expresándose en pobrezas, marginaciones e indigencias crecientes. Cuando se habla de América Latina, ésta comprende todo el habla hispana y todo el habla portuguesa, incluyendo en ellas los dialectos nativos que van muriendo al igual que las gentes discriminadas a pesar de las leyes de las letras muertas. México es un excelente ejemplo de inequidades... nada distintas a las que pueden apreciarse aquí en la Argentina, o en la misma Brasil... pero ello no es cuestión de nombres de países, apenas lo es de gentes olvidadas y omitidas en nombre de democracias de conveniencias. Una vez más, a "alguien le sirve"... y de allí que el modelo perdure y se sustente de vergüenzas que los responsables no quieren asumir. América Latina se viene consumiendo desde las colonias española y portuguesa, siempre vividoras de los derechos ajenos... y en tanto desconcierto, nadie ha aprendido lección alguna, antes bien le han sacado jugo a las piedras, con tal de salvar a los depredadores y sus necedades. Tantas son las necesidades insatisfechas de la América Latina, que a pesar de las palabras vacías de discursos de "contenidos perdidos", propios de clases políticas perimidas, el caos va ganando poco a poco las estructuras sociales, sea ganándolas por inseguridad creciente de la mano de una delincuencia escudada tras ignorancias que habilitan a "vender" las dignidades, sea ganándolas a través de la difusión del consumo y producción (vaya a saber en qué orden) de drogas que arrasan con las neuronas, convirtiendo a los cerebros en flanes fácilmente manejables por jueces y policías, sea ganándolas a través de mecanismos perversos que quitan derechos ciudadanos cambiándolos por espejos de colores, en salud, en educación, en trabajos viles, y más, ya que el palabrerío no alcanza para salvar las necesidades de nadie. América Latina está atrapada entre las conveniencias europeas y los oportunismos americanos... todos guiñan un ojo izquierdo, pero finalmente aplican el criterio de las derechas... negar lo evidente. Por ahora, sólo por ahora, las sociedades latinoamericanas no se unen, por lo tanto permiten tropelías comunes a las falsas democracias... no obstante ello, el avasallamiento de los derechos ciudadanos ha alcanzado una magnitud tal que promete quebrar el estatus quo... y existen evidencias precisas de ello, por doquier... en Bolivia, en Perú, en Brasil, en Paraguay... y desde luego, las sociedades quemándose comienzan a burbujear y al hacerlo... hierven en un caldo que no admite más dilaciones. Más allá, los estados siguen ausentes y declamantes, prometiendo lo que jamás se cumplirá... sin embargo, sucede que el tiempo se ha roto... y cuando esto sucede, lo imprevisible reina. Más tarde, entonces, podrá venir la caza de brujas... y allí, la clase política se hará la disimulada y se anunciará como perseguida, repitiendo viejas historias por todos conocidas. JUNIO 30, 2012.- 

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