Fernández aspira a su reelección como presidenta de Argentina
Según las encuestas, la candidata podría superar el 50% de los votos con lo que evitaría una segunda vuelta
Soledad Gallego-Díaz / Alejandro Rebossio Buenos Aires 22 OCT 2011 - 16:58 CET11
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, buscará este domingo su reelección por cuatro años. De conseguirlo, el peronismo kirchnerista gobernaría en forma consecutiva durante 12 años, algo histórico porque ni el propio Juan Domingo Perón (1946-1955) ni el peronista neoliberal Carlos Menem (1989-1999) lo lograron. Las encuestas muestran que, además, Cristina Fernández, apoyada por la vertiente de izquierda del peronismo, puede superar el 50% del total de los votos con lo que evitaría una segunda vuelta (para ello necesita el 45% de los sufragios o el 40% con una diferencia de diez puntos sobre el segundo) y podría romper algún otro récord histórico.
Casi 29 millones de argentinos están convocados hoy a las urnas. No solo votarán al próximo presidente y su vicepresidente sino que también renovarán la mitad de la Cámara de Diputados (130 representantes) y un tercio del Senado (24 escaños). También se elegirán gobernadores de las provincias de Buenos Aires (donde vota el 38% de los argentinos), Entre Ríos, La Pampa, San Luis, Santa Cruz (la provincia natal del fallecido ex presidente Néstor Kirchner), Jujuy, San Juan, Mendoza y Formosa. Los ciudadanos podrá ir a votar hasta las 18 horas (las 23h en España), cuando se conocerán los primeros sondeos a pie de urna (aunque la ley electoral solo permite que se informe sobre las posiciones de cada candidato, y no sobre porcentajes concretos).
La oposición a la actual presidenta se encuentra muy dividida. En las elecciones legislativas de 2009, el kirchnerismo perdió el control de las dos cámaras, Congreso y Senado, ante dos coaliciones (la del peronismo disidente aliado con la conservadora Propuesta Republicana, y la del radicalismo unido al socialismo y la Coalición Cívica), pero estos acuerdos se rompieron en esta ocasión y prácticamente todos acuden por separado.
Las últimas encuestas situaron al socialista Hermes Binner, gobernador de la provincia de Santa Fe, en segundo lugar, aunque demasiado lejos de Cristina Fernández. Detrás figuraba el diputado radical Ricardo Alfonsín, hijo del ex presidente argentino Raúl Alfonsín (1983-1989). En la pelea por el tercer y cuarto puesto participan dos peronistas disidentes, Eduardo Duhalde, ex jefe de Estado (2002-2003), y Alberto Rodríguez Saá, gobernador de San Luis. Muy por detrás están la diputada Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, y Jorge Altamira, de la izquierda trotskista.
Cristina Fernández de Kirchner escogió esta vez para acompañarla como vicepresidente a un peronista que militó en los años 90 en grupos de centroderecha, pero que se reconvirtió al kirchnerismo: Amado Boudou, el popular ministro de Economía, muy conocido porque con su guitarra eléctrica le pone rock a los mítines de su partido. Cuatro años atrás, la presidenta argentina había elegido como vicepresidente a un radical, Julio Cobos, que a los pocos meses regresó a su partido por el conflicto con los agricultores y que protagonizó una de las situaciones institucionales mas extrañas de la historia.
El kirchnerismo anhela reconquistar las mayorías en la Cámara de Diputados y el Senado, aunque, según las encuestas, quedaría lejos de los dos tercios de los escaños necesarios para reformar la Constitución y conseguir así habilitar a Cristina Fernández para una segunda reelección, en 2015, como teme un sector de la oposición.
el dispreciau dice: Argentina ha transitado largos períodos de desgracias sociales, primero a manos del poder militar que arrasó con una generación de pensadores intentando evaporar ideologías contrarias a su espíritu... luego a manos de una democracia mal aprendida que expuso las miserias humanas que anidan en las dos fuerzas políticas mayoritarias del país, el peronismo y el radicalismo... la década de los noventa enseñó un lapso infame donde la clase política se dedicó a depredar el país al mejor estilo antidiluviano... la crisis del 2001 llamó al país a la realidad, y los cacerolasos no fueron suficientes para despertara la clase política de su eterno letargo de incapacidades, soberbias y necedades. Lo que siguió es bien conocido, y más allá de los gustos personales, el matrimonio K tomó la oportunidad para exponer un modelo distinto que avanzó con vaivenes hasta la crisis del campo, innecesaria según mi humilde entender. Claro está, la dirigencia del campo no difería de las miserias políticas que han sabido cultivar la propia clase política nacional en todo su espectro... hablar con sordos es imposible, pero con necios no conduce a ninguna parte. Cristina Fernández, mujer inteligente si las hay, se fue recuperando lentamente y hoy ocupa un lugar cierto que deja huella, más allá de las convicciones lo hace... sin embargo, en el país muchas son las aristas sin resolver así como las ecuaciones sesgadas. El radicalismo no está en capacidad de entender porque se ha empecinado en sostener un modelo que atrasa, y lo hace tanto que la sociedad no quiere saber más nada con el espíritu del comité, siempre vacío, siempre discursivo, siempre disimulando las necesidades del prójimo... el propio peronismo tradicional, evocando la década infame, aporta fantasmas viciados de nulidad que pretenden depredar lo poco que supieron dejar, negando lo evidente y mintiendo descaradamente sin piedad de la miseria que supieron sembrar... el resto de las opciones políticas están más perimidas que antes ya que siguen sin capacidad para leer la realidad que esgrime la sociedad. Finalmente, el socialismo de Binner aparece en el horizonte como un híbrido de dudosa capacidad... si bien en Santa Fe le ha ido bien, muchos son los focos no resueltos ni tampoco atendidos de una sociedad que pide un espectro superador... Así es que CFK arriba a las elecciones para hacer historia. El país necesita de su capacidad y la de su respaldo político para salir del atolladero populista que lo caracteriza y que también lo consume... no sirve caminar otros cuatro años repitiendo historias conocidas que no resuelven el problema de fondo...
1. la salud debe ser pública y universal, tanto como de acceso gratuito, para lo cual se hace imprescindible diseñar un mecanismo electrónico de acreditación que controle efectivamente el estado de salud de la población, desde el nacimiento hasta la muerte.
2. la educación debe ser pública y universal, tanto como de acceso gratuito, para lo cual se hace imprescindible diseñar un mecanismo de acreditación por el que, quien recibe la educación/formación debe reintegrar al país en hechos, aquello que el país invirtió en su mejoramiento/perfeccionamiento.
3. la jubilación debe ser automática, sin papeleos, sin transgresiones, sin alteraciones, sin chicanas, justo cuando se llega a la edad, electrónicamente seguida, la persona debe recibir su jubilación, punto, luego se discutirá si el valor asignado es o no es el correcto, pero no es justo que las personas se vean sometidas a una carrera de obstáculos que la conduce a la denigración, el olvido, el cansancio, y desde luego la muerte.
4. el estado (ya que Argentina no tiene empresas ni tampoco empresarios que puedan ser tenidos por tales, genéricamente hablando) debe garantizar una inserción laboral genuina a través de sistemas integrados de empresas mixtas (iniciativas privadas + soporte financiero del estado) a modelos de investigación y producción con respaldo académico, científico, industrial. Es necesario agregar valor, pero también es imprescindible restar universo a los subsidios sociales que sostienen una generación de jóvenes con "incapacidades" antes que con capacidades ciertas para crear.
Hay mucho más, pero son cuatro ejes que la sociedad demanda para no sucumbir a los modelos que proponen la Europa medieval, reinal, virreinal y de principados perversos con herencias robadas, o bien al modelo pseudo imperial que pretende ahogar al mundo entero para salvar sus propias inequidades crecientes. Lo que vendrá después es harina de otro costal... y la historia juzgará implacablemente a sus actores, como siempre lo ha hecho. Hoy, la derecha la tiene la Señora Presidente (ojalá que ella sepa estar a la altura de las circunstancias), atendiendo a que lo demás ni siquiera merece ser calificado como política ya que no lo es, dista de serlo, y solo propone más mentiras, más pobrezas, más miserias, y más marginaciones. Octubre 23, 2011.-
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