jueves, 6 de octubre de 2011

CUANDO LA CREACIÓN Y EL GENIO ESTÁN DE DUELO ► Steve Jobs, 1955 - 2011 | Especiales | ELMUNDO.es

HOMENAJE

Ser el viento

por LORENZO SILVA

El futuro Steve Jobs español lee consternado la noticia de la muerte de su antecesor norteamericano, en este triste día de otoño de 2011. Por si no teníamos suficiente, en este mundo sacudido por las catastróficas consecuencias de los manejos de tantos trileros con ínfulas, de tantos destructores de valor y dilapidadores de riquezas y esfuerzos ajenos, se nos muere uno de los pocos que tenían la capacidad de inventar, de sumar, de ensanchar la realidad en lugar de comérsela o parasitarla.

A sus 19 años, el futuro Steve Jobs español no tiene posesión más preciada que su Macbook. Es el modelo más barato del portátil de la manzana, bastante por detrás del Macbook Pro que aspira a comprarse cuando logre juntar unos ahorrillos con los subempleos que a su edad puede encontrar. Lee en él la noticia de la muerte del inspirador, y en buena medida creador, de esa máquina que es algo más que una máquina, que es una forma de interactuar con el mundo, de lanzarse a él y de extraer de él lo que necesita para seguir soñando sus sueños. Aunque sólo sea un muchacho, en su cabeza bulle una inteligencia privilegiada y en el pecho le late un corazón valiente y ambicioso. No quiere vivir de sus padres hasta que le salgan canas, como muchos de sus compañeros de universidad. No quiere, como otros, sacar buenas notas en la carrera para entrar en una telefónica o en un banco, aprenderse cuatro sistemas chorras y recaudar apaciblemente su sueldo, garantizado por millones de consumidores más o menos cautivos, hasta el día de su jubilación.

No, el futuro Steve Jobs español quiere desbordar los márgenes de su camino. Quiere adivinar lo que los demás quieren y necesitan antes de que ellos mismos lo sepan, quiere seguir la intuición que le señala una ruta que no es la que dictan los mayores, ni la que programa un político mentiroso o sincero, ni la que le vaticina como aconsejable un gurú lúcido o que no sabe por dónde sopla el aire. Quiere, aunque parezca arrogante y hasta temerario por su parte, ser el viento que sopla y mueve las velas de otros y abre nuevas rutas para la navegación.

Se sabe capaz. Se sabe capaz desde pequeñito, cuando comprendía en segundos lo que a sus compañeros les llevaba horas. Cuando tomaba sus decisiones, al margen de la autoridad del momento, ya fuera un profesor, o sus padres, sin los titubeos que tenían sus compañeros o sus hermanos. El día que cumplió 18 años les dijo a sus padres que iría a la universidad para completar algunos conocimientos, pero que no sabía si sacaría el título, que él tenía otro camino ya trazado y que si no lo apoyaban se iría de casa y se buscaría la vida como pudiera.

El futuro Steve Jobs español, a qué engañarnos, lo tiene crudo. Lo tiene crudo en un país y donde medran los que, sin aportarle nada de verdadero valor a la sociedad, se las arreglan para meterles a sus conciudadanos la mano en la cartera. Ya sea desde una concejalía de urbanismo, una contrata, una promotora o un puesto de consejero en una caja de ahorros. Esos son los que siempre tienen aquí crédito, los que conquistan el título de don Fulano y los que despiertan la envidia del común.

Esos a los que su adorado Jobs despreciaba como gusanos, desde su fortuna milmillonaria, diciendo que la riqueza que poseía le producía hilaridad, vistiendo siempre los mismos vaqueros y el mismo jersey y dedicando sus días a crear algo nuevo por el desafío de encontrarlo, no por un dinero que ganaba, sí, pero ya no necesitaba ni era el menor estímulo para él. El futuro Steve Jobs español quiere ser también el viento, demostrar que la aventura, el milagro, puede repetirse. Lo primero que tendrá que hacer, para lograrlo, será irse de aquí.
Steve Jobs, 1955 - 2011 Especiales ELMUNDO.es


ONCOLOGÍA | Tumor neuroendocrino

El cáncer de Steve Jobs

Steve Jobs en la conferencia de desarrolladores del pasado mes de junio. | Reuters Steve Jobs en la conferencia de desarrolladores del pasado mes de junio. | Reuters
  • El fundador de Apple llevaba siete años luchando contra la enfermedad
  • Padecía un tipo de cáncer de páncreas poco común y menos severo
El cáncer pancreático es uno de los tumores más letales, más difíciles de identificar y que más rápidamente se extienden. Se estima que la mayor parte de los pacientes no sobreviven más de seis meses tras su diagnóstico. Steve Jobs, sin embargo, ha logrado hacer frente a la enfermedad durante siete años, ya que su tumor, originado en las glándulas endocrinas, pertenecía a una variante poco común y menos agresiva del cáncer de páncreas.

El fundador de Apple fue diagnosticado hace más de siete años de un tumor neuroendocrino de páncreas, cuya supervivencia media es muy superior a la del más común adenocarcinoma. Steve Jobs recurrió en un primer momento a terapias alternativas, pero más tarde cambió de idea y decidió someterse a una intervención quirúrgica para que le extirparan las células malignas del páncreas, lo que ocurrió en 2004.

La operación se realizó con varios meses de retraso a causa de la primera -y equivocada- reacción de Jobs, según ha explicado a ELMUNDO.es Julio Mayol, jefe de seccion de Cirugía del Aparato Digestivo en el Hospital Clínico San Carlos.

Cinco años después, en 2009, se le detectó la presencia de metástasis en el hígado y se le realizó un trasplante de este órgano. Aparentemente, el mal no estaba extendido en otros órganos. El problema es que "muchas veces, que no veamos metástasis no significa que no estén ahí", señala el doctor Mayol.

"Como después del trasplante hay que poner inmunosupresión, eso favorece que se extiendan las metástasis en otros órganos donde no se habían visto, y de eso ha fallecido al final, de progresión de la enfermedad sistémica", concluye este experto, quien recuerda que en ocasiones se han lanzado informaciones confusas desde los medios en relación al caso Jobs.

"Se lanza un mensaje de que el cáncer de páncreas se puede curar, y en el caso del adenocarcinoma no es así", lamenta el especialista. El adenocarcinoma, o cáncer de páncreas más corriente, "sigue teniendo un pronóstico infausto, porque se identifica tarde y cuando se encuentra ya no es tratable".

Los tumores neuroendocrinos, por el contrario, son más fáciles de diagnosticar y tratar a tiempo, ya que afectan a hormonas que producen síntomas identificables, como ha sido el caso de Jobs. En esta clase de cánceres, la supervivencia media a los cinco años supera el 30% de los casos.

Nobel póstumo por culpa del páncreas

Esta misma semana se ha conocido, además, otro caso excepcional, tanto por la larga supervivencia como por la relevancia social del paciente: el científico Ralph Steinman, único Nobel concedido a título póstumo por un error del Instituto Karolinska, murió el pasado viernes de un cáncer de páncreas tras haber luchado cuatro años contra el tumor.

La Universidad Rockefeller de Nueva York (EEUU), institución en la que trabajaba el Nobel de Medicina, atribuyó su larga supervivencia a una inmunoterapia pionera diseñada por el propio Steinman.

En la actualidad, hay numerosos estudios en marcha que tratan de arrojar algo de esperanza sobre uno de los cánceres más agresivos que existen. La última terapia en presentarse contra estos tumores, aún en fase experimental, consiste en una nueva combinación de fármacos que ha logrado en los ensayos clínicos que el 50% de los voluntarios sobrevivan al menos un año.

El resultado puede parecer modesto, pero "comparado con la supervivencia media actual de este grupo de pacientes resulta muy alentador", en palabras del doctor Ramesh Ramanathan, uno de los autores del estudio, que se ha dirigido desde el Instituto de Investigación Genómica Traslacional (TGen) y el centro Scottsdale de Arizona (EEUU).

El ensayo contó con 67 voluntarios, a los que se administró una molécula llamada Nab-paclitaxel (Abraxane) que actúa sobre una proteína denominada SPARC, presente en altas cantidades en torno a las células tumorales del páncreas.

Otros estudios se están centrando en el diagnóstico precoz de la enfermedad mediante técnicas de imagen capaces de distinguir la estructura de las células malignas, o en la búsqueda de fármacos que actúen contra las mutaciones celulares del cáncer de páncreas. Pero no es posible prever, por el momento, cuándo habrá resultados concretos que aporten una mayor supervivencia y calidad de vida al común de los pacientes.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/10/06/oncologia/1317892194.html


el dispreciau dice: el metabolismo de los azúcares es esencial a la vida humana, tanto que en poco menos de dos décadas la humanidad se ha desbordado de diabéticos y otros enfermos del páncreas, todo gracias a comidas chatarras, alimentos transgénicos, contaminación, y como siempre numerosos etcéteras que las conveniencias colocan bajo la alfombra de las negligencias. Se nos van los pensadores y los genios, quedan los oportunistas que seguirán defendiendo la inconsciencia de alimentos "basura" al sólo efecto de priorizar intereses por sobre necesidades ciertas... pero el hombre no aprende... y asistimos al dolor de ver cómo se nos van los "iluminados", dejando aquí abajo a un concierto de mediocres que dicen representar a los mortales, anónimos y desconocidos, mientras ellos apenas si tienen capacidades para ser corruptos... apenas eso. Octubre 06, 2011.-

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