sábado, 31 de julio de 2010

VALORES EN EL ABISMO - La Gaceta - El desamor por el patrimonio cultural

EDITORIAL
El desamor por el patrimonio cultural

Sábado 31 de Julio de 2010 |

Según una de sus definiciones, es el conjunto de todos los bienes, materiales o inmateriales que, por su valor propio, deben ser considerados de interés relevante para la permanencia de la identidad y la cultura de un pueblo. Por su parte, la Unesco señala que el patrimonio cultural representa lo que tenemos derecho a heredar de nuestros predecesores y nuestra obligación de conservarlo a su vez para las generaciones futuras. Las formas visibles de la cultura, monumentos, libros y obras de arte son tan preciosas que los pueblos tienen la responsabilidad de asegurar su protección.

"Esta idea fue reforzada por el enorme peligro de que desaparecieran grandes manifestaciones culturales debido a la enorme destrucción causada durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente, a medida que un mayor número de Naciones lograron su independencia, el patrimonio cultural reflejó la continuidad e identidad de pueblos particulares. Finalmente un nuevo aspecto tuvo que ser reconocido: el mundo moderno industrial está amenazando este patrimonio cultural de la misma forma que amenaza al medio ambiente", señala el organismo internacional.

El 23 de julio pasado, las chimeneas del ex ingenio Lules fueron demolidas porque estaban deterioradas, y junto a ellas desaparecieron 131 años de historia. Nada se hizo para preservar ese símbolo de "La Bomba i’Lules", de manera que el deterioro avanzó implacablemente y desembocó en este triste final.

Hace pocos días, en el marco de la 34º reunión del Comité de Patrimonio Mundial de Unesco se realizó en Brasilia el Foro Juvenil del Patrimonio Mundial, con el objetivo de desarrollar en los jóvenes capacidades que les permitieran identificar y asumir sus responsabilidades en la preservación y valorización del patrimonio cultural en el ámbito local, nacional y mundial. Del encuentro participaron 45 jóvenes, de entre 18 y 24 años, de 18 países latinoamericanos, que presentaron 450 proyectos bajo la consigna "Educación y concientización patrimonial en los jóvenes". El proyecto "Formador de formadores en patrimonio cultural", de una tucumana de 20 años, obtuvo el primer premio. La estudiante de Arquitectura explicó que su propuesta consiste en convocar a un joven por cada comunidad y por municipio. Estos convivirán durante cinco días asistiendo a jornadas-taller, en las que desarrollarán actividades culturales tales como visitas a museos, conferencias y debates, entre ellos, charlas de especialistas a fin de que formen su propio concepto patrimonial a partir de esas vivencias. "Esto haría que estos jóvenes tomaran un nuevo punto de vista sobre el patrimonio, y se creara conciencia de valorización. De ese modo se establecería una red juvenil por el patrimonio local", le dijo a nuestro diario. La joven confía en que conseguirá apoyo financiero e institucional para concretar la propuesta.

El desamor de los tucumanos -y de las autoridades de turno- por la preservación del nuestro patrimonio cultural es alarmante y tiene que ver justamente con el desconocimiento de la historia provincial y de sus hacedores. Los recientes hechos de vandalismo con los retratos de los congresistas de 1816, montados en la plaza Independencia, con los murales de Rep en el Paseo de la Independencia (24 de Septiembre al 300) y con las columnas que adornan la estatua del coronel Crisóstomo Alvarez en la avenida Soldati (como puede observarse en la "Imagen") son algunos ejemplos de lo que afirmamos. Tampoco se respeta el patrimonio arquitectónico.

Sería más que auspicioso si los responsables del gobierno educativo provincial y universitario implementaran en los programas de estudio contenidos referidos al conocimiento de nuestro patrimonio y a su preservación.

La Gaceta - El desamor por el patrimonio cultural

el dispreciau dice: una vez más, nuestra clase política, siempre discursiva, oportunista y aprovechadora de los esfuerzos ajenos (ver nota anterior), desconoce la mayor parte de la historia argentina, por lo tanto desconoce a sus actores tanto como a los monumentos que los contuvieron, de allí que la propia Casa de Tucumán, lugar histórico si los hay, haya permanecido abandonada por décadas... pero no es el único patrimonio cultural que fue omitido (ya no lo es), ya que la conducta es constante y aplicativa a cualquier cosa relacionada con las tradiciones y los valores que dieron al forma al país. La clase política, amante de la obra pública insensata destinada a formalizar negociados, siempre omite conservar aquello que es importante para la sociedad, y no escatima esfuerzos en destruir todo lo que encuentra a su paso, en especial si ello representa algún monumento al esfuerzo ajeno. Cualquier impresentable partido político en la argentina expresa el mismo sentimiento de desprecio hacia todo aquello que la sociedad ubica como un hito cultural. Entonces puede hablarse de la confitería de El Molino en Buenos Aires, como de Santa Rosa Tastil en Salta, el camino real del Río Colorado a las cascadas en altura en la propia Cafayate [Salta] (ahora bloqueado el acceso público por intereses políticos), da igual, aunque sí es importante legislar prontamente las uniones de parejas del mismo sexo (sin que ello signifique una expresión peyorativa), ya que ello suma votos, no importa cuantos pero suman... los cabildos, los museos, los reductos culturales, no tienen importancia, ya que allí se junta la chusma bohemia a elucubrar filosofías ahogadas en el tiempo... y así nos va. Julio 31, 2010.-

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