domingo, 11 de julio de 2010

Soñando patria a rajacincha - lanacion.com


Hojas del caminante quieto
Soñando patria a rajacincha
Sueños de almohada de sucesivos 25 de mayo, que a veces tienen que ver con la pesadilla y otras con la celebración reflexiva

Noticias de Revista: Domingo 11 de julio de 2010 | Publicado en edición impresa

Soñé clarito con el 25 de Mayo de 1810. Yo estaba allí, y llovía como dicen que llovía. ¿De dónde saqué la ropa para estar vestido así?, ¿de dónde las patillas?

El caso es que soñé cosas más arduas que aquellas que leí y vi en el Billiken cuando estaba niño. Pero no fue sólo uno, fueron varios los sueños, y de otros 25 de Mayo... En el primero, aparte de Saavedra y Moreno y Paso y Castelli y French y Belgrano, encontré caras de hoy: Felipe Pigna y Félix Luna y José Pablo Feinmann... Me llamó la atención ver a Feinmann muy chico, de la mano de Juan Bautista Alberdi y de Felipe Varela. Alberdi le decía -Varela asentía- que la de Mayo era una revolución que cambió el colonialismo de los gallegos por el de los porteños. ¿Presentimiento de La cabeza de Goliat , de Martínez Estrada?

Caminé por detrás del Cabildo. Poca gente. Vi a un caballero que, sin sacarse la galera, averiguaba en el generoso escote de una damita. Al verme dijo "que viva la patria". Seguí. Apareció ahí Osvaldo Soriano, que también estaba husmeando el "detrás de la escena"; calzaba botines de fútbol. Mironeando nos detuvimos para comprar tortas fritas. "Pago yo." "No, dejá, pago yo." Ahí nos dimos cuenta de que no teníamos plata de aquella. La vendedora, negra espléndida, nos dijo: "Me pagan cuando venga el bicentenario".

Parados frente a un charquito, a dúo nos preguntamos: "Y el mentado pueblo, ¿dónde carajo está? Somos más los cronistas y los historiadores que el pueblo que quiere saber de qué se trata". De vuelta en la plaza, a Soriano lo noté tristón y le pregunté por qué.

-Somos un sueño inconcluso... Pena siento al ver que caminamos hacia el abismo como vacas ciegas... Decime, Rodolfo, ¿fue cielo alguna vez la tierra que se convirtió en infierno?

-Osvaldo, hacete cargo: ¿fue cielo alguna vez la tierra...?

-Los abuelos de nuestros padres decían que sí.

Me dio una palmada; se despedía. Mientras se alejaba me dijo "escribime". "Gordo, ¿a qué dirección?" "A poste restante, República Argentina."

25 de Mayo con cacerolazo
Me desperté desasosegado, la boca seca. Un vaso de agua, me dormí, seguí soñando: Yo escribía la palabra "Argentina" y contaba las letras. Alegre advertía que nuestro apellido patrio conservaba, sin rifatizar, las 9 letras. Tambaleando fui hacia un cofre a ver si estaban la joyas de la abuela. Encontré una breve carta: "Las joyas de la abuela fueron vendidas. Y la abuela también". Salí corriendo, en calzoncillos llegué al Cabildo cuando avanzaba una columna de vecinos golpeando cacerolas. Las palomas, que no tienen manos para taparse los oídos, alzaron vuelo alejador. En eso apareció un entrañable amigo, maestro de escuela, el viejo Serafín Ciruela, con su leve organismo y ese único trajecito que alguna vez fue azul. Subido a un banquito y usando una abollada bocina de verdulero preguntó la razón de tanto ruido. Mezclados, rostros de 1810 y de casi el 2000 también, le gritaron: "¡Los alimentos por las nubes!" "¡Los esclavos reclaman horas extras!" "¡En una semana el precio de los paraguas se quintuplicó, la inflación nos come por las patas!"

Ciruela murmuró: "Ah, la inflación, la inflación..." Y, bocina mediante, dijo: "La inflación es nuestro modo de vida. Consiste en abrir el paraguas aunque no llueva. Y consiste en no tener el coraje solidario de no comprar más paraguas. Pero, compatriotas, oíd: este no es nuestro gran problema..."

-Don sabeloto, explique nuestro gran problema.

-La inflación moral. Nuestro gran problema es que por décadas haremos cacerolazos sólo por las aflicciones de nuestros bolsillos. Nunca cacerolazos por el petróleo rifatizado que en otros sitios provoca hasta guerras preventivas, nunca por la aniquilación de los ferrocarriles y de la industria, nunca por el analfabetismo y la analfabetización? Cuando nuestras cacerolas suenen por estas cosas, compatriotas, dejaremos de ser esto que somos.

-Sabeloto, ¿y qué somos?

-Oíd mortales: somos un conato de nación.

(Lo alzaron entre cuatro a Ciruela, lo llevaron en andas... y lo tiraron de cabeza en la desembocadura del Río de la Plata. Con banquito y todo.)

25 de Mayo en Malvinas
Desperté braceando. Pero, irresponsable, me dormí otra vez. Y ya estoy en el vientre de otra pesadilla. El viejo Ciruela, ahora colgado de un arnés escalofriante, con un pincelito de fileteador intenta pintar el Obelisco entero. Abajo, una multitud, móviles de radios y televisoras. Con su verdulera Ciruela pide silencio:

-Hermanos y hermanas compatriotas, buen día. Todos deberíamos llevar un espejo, para mirarnos sin bajarnos la mirada... Recordémonos: en la desguerra de Malvinas pasamos de la euforia a la depresión: nos engañaron, medios de des-comunicación mediante, y nos dejamos engañar. Los atroces militares no sabían nada sobre los hielos del Sur; sólo sabían de los hielitos del whisky. Los valientes de oficina, ¿cuándo aprenderán que, para pasar a la historia, antes tienen que pasar por el control de alcoholemia?

(A estas alturas de la arenga, un vendedor de espejos de bolsillo se hace la América. A Serafín se le nubla la voz...)

-Espejo. Rememoremos la escena de aquel soldado hambriento que roba una lata de dulce la tarde del 25 de Mayo de 1982... "Colimba, serás estaqueado a la intemperie."

En el sueño yo estoy cerca del estaqueado... Es el Sur y es el viento y baja la noche. El le habla a su madre lejana: "De espaldas, de cara a todo el cielo, aquí estoy: me han crucificado en la tierra, mamá. Y tengo tanto frío. Hambre no me queda, estoy anegado de miedo, mamá... Qué oscura es la noche... Si mañana es como hoy, no me despertés, mamá".

Me acerco. El estaqueado gime: "Ay, madre, madre, ¿por qué me has abandonado?" Y la voz de ella desde las sombras: "Hijo, hijito, ya vuelvo. He salido a buscar a la patria". "No vayas, madre, no vayas: a la patria se la han robado." "Los ladrones, hijo, ¿quiénes son?" "Son ellos, madre: los corajudos de oficina los biencomidos los bienabrigados los malnacidos... Los que nunca se rozaron con el honor, los que eructan el grito sagrado... ellos son, mamá, los siempre ilesos..."

(¿Y Dios? Dios se tapa la mirada, se tapa el horror. "Dios mío", gime Dios.)

Silencio y sur. Y cruz del sur. Y pronto cruz en el sur. La escandalosa impunidad de la nieve. Damas y caballeros, así en la pesadilla como en la realidad, aquí no ha pasado nada. Como siempre. Pero a las palabras que se lleva el viento, el mismo viento las trae. Oíd, oíd mortales:

-Madre, madre... te dije que no fueras.

-Encontraré, hijito, encontraré a la patria robada.

-Vuelve, madre, vuelve... Pero si mañana es como este 25 de Mayo de 1982, no me despertés. Y coseme los párpados, para siempre.

25 de Mayo con semilladoras
Esta vez no encendí la luz. Me escuché respirar. A lo lejos, una sirena. Me duermo y sueño con otra hoja de 25 de Mayo; se desprende de un ombú... 1976... 1977... mujeres con un pañal como pañuelo sobre la cabeza caminaban en círculo... buscaban los cuerpos vaciados de vida de sus hijos y los niños vaciados de identidad de sus nietos... Caminando llegaban a un desierto más enorme que un océano, buscaban, arena por arena, a su arenita para decirle hijo mío, hija mía... Y allá van bajo el sol y bajo las lluvias, ellas, con olor a sí mismas... Seguirlas me costaba, me cuesta... camino hacen al girar... Yo las llamaba, las llamo, espérenme, ustedes son la última morada de la locura imprescindible, ustedes desandan la tragedia, le dan vuelta los bolsillos a la muerte... Espérenme, semilladoras, con ustedes quiero regar la tierra arrasada... ¿Cómo hacen para que no las alcance la desesperanza ni las derrumbe el insomnio?... Ellas caminan y yo corro, pero no las alcanzo... No se cansan de resucitar... La Vida sabe que ellas conseguirán lo imposible, tarde o temprano, o después, cuando el fin del mundo pase...

De pronto, las que caminan empujadas por el optimismo de la memoria se detienen y dicen: "Le vamos a rajar el vientre al Apocalipsis... Será profundo el tajo y desde muy adentro le arrancaremos una aurora, al Apocalipsis".

Y lo hacen al tajo, y sacan nomás la aurora de un nuevo día... La alzan, la acunan, una a una le arrima el pezón y le da de mamar, a la aurora... Y por ellas, las porfiadas, la Vida no tiene más remedio que continuar.

Sueño con gitana y Moreno
En ese puente, en esa nata que hay en el entresueño, veo a Moreno, sin duda Mariano Moreno: está sentado en cuclillas, una gitana le lee las manos.

-¿Qué ves, Hortensia?

-Un viaje -ella aprieta las cejas, grave-... veo un barco... no subas a ese barco.

-¿Por qué no?

-Porque te darán un tecito. Jodido brebaje.

-¿Y?

-Y terminarás con las tripas estrangulando tu corazón y serás arrojado a la mar, como tantos después. No subas a ese barco.

-Hortensia, subiré con mis dos maletas y mi destino.

-Ay, muchacho desobediente...

Sueño con ojalases
Las cinco y diez de la madrugada. ¿El amanecer se ha extraviado? Despacito resbalo y ya estoy dentro de otro sueño: desde el fondo de una avenida, una multitud avanza; la detiene con un simple gesto Serafín Ciruela. No escarmienta, empuña su bocina y arremete:

-Mortales, oíd: sucede el 2010, todo el año bicentenario, oportunidad única para celebrar, pero haciendo antes un examen de conciencia y de inconciencia.

...Ya no podemos seguir eructando, desde la comodidad, que aquí no tenemos ejemplos. Basta de buscarlos en la farandulería. Los tenemos más acá de nuestras narices, a los ejemplos, en los seres que hacen sin dejar de soñar.

...Es hora de que intelectuales y artistas dejen de fruncirse y salten sin red. De que el periodismo salga de la crítica regocijada y haga la crítica preocupada... Y recuerden, escribas y periodistas, que la distracción es peor que la censura.

(Se insinúa el aplauso, Ciruela lo frena)

...Aunque aquí no haya vino descorchado, propongo celebración. Y será con un racimo de ojalaes u ojalases reflexivos. Vayamos ya por ellos.

...Ojalá aprendamos que el pan, si no es compartido, es obscenidad. ¡Carajo, el mundo no termina en el umbral de nuestra confortable casita!

...Ojalá que en esta patria sembrada para el exitismo y el derrotismo dejemos de pensar que el que no es campeón mundial de algo es un pelotudo.

...Ojalá dejemos de confundir impunidad con heroísmo, resignación con paciencia, chatura con nivel del mar. Y ojo al piojo, la reconciliación verdadera no puede sembrarse con desmemoria.

(Tomatazo en la frente y papazo en el mentón. Ciruela tambalea. Alza las verduras y murmura "mi cena". Y sigue, envalentonado)

...Ojalá comprendamos que la esperanza es un derecho. Y un trabajo. Fascinante... Ojalá, como habitadores de este tan violado planeta, nos percatemos de que la madera cada vez estalla menos. Y que la fruta ha extraviado el semblante. Y que el mar no recuerda la orilla. Y que los pájaros bostezan y en pleno vuelo se derrumban. Y que esto proseguirá de mal en peor mientras sigamos con la piel y la saliva apagadas.

(Alguien le grita que se meta el sermón en el bosillito de atrás. Carcajadas. Ciruela no amaina)

...Ojalá no dejemos la solidaridad para mañana. Oíd mortales: la palabra solidaridad en su adentro dice "sol" y dice "dar" y dice "dad".

...Ojalá la "nueva política" sea otra cosa que cáscara publicitaria. Oíd mortales: ¡no hay que terminar con la política, hay que empezar con la política!

...Ojalá cada mañana al salir no nos dejemos el corazón olvidado y recordemos que la ética empieza por casa. Y la corrupción también.

...Ojalá nuestra sociedad se indigne y se convoque en multitud, también, cuando el secuestrado/asesinado no es rubio y bonito y piel blanca. ¿Comprenderemos por fin que la seguridad no se logra con más mano dura y picana, sino con más trabajo y escuela, con el pan de cada día y de cada noche en cada mesa?

...Ojalá cuando afirmemos "las Malvinas son argentinas", nos preguntemos: "Y la Argentina, ¿de quién viene siendo?" Reaccionemos, carajo, ante el descarado loteo patrio. A la deuda exterior (dólares) le sumamos la deuda interna (educación) y la deuda interior (desmememoria). ¿Y las cacerolas? Calladitas.

(Aquí, un amasijo de silbidos y aplausos. Alguien le grita: "Andá a comerte un bife, cachivache, vos sos el álter eguito del autor". Ciruela responde: "Agradecido. Pero que el bife sea a punto". Y sigue)

...Oíd mortales, ojalá aquellos que invocando la sagrada vida se escandalizan por la despenalización del aborto, empiecen a escandalizarse por los "abortos posteriores", por esas interrupciones de sagrada vida que produce el hambre, el desempleo, el gatillo fácil.

...Ojalá, por fin avisados de que no somos "los mejores del mundo", dejemos de consolarnos diciendo que somos "los más inexplicables".

...Ojalá que para el Hamlet argentino la cuestión no siga siendo "parecer o no ser".

...Ojalá la digestión no sea nuestra única actividad cívica.

...Ojalá transitemos nuestros días arremangados, dispuestos a la gran pulseada, eligiendo la vereda de los que no piensan con el corazón del bolsillo... Mortales, oíd: ¿hace falta decir cuál es la vereda de los que tienen las manos limpias porque no se lavan las manos?

(Una voz interrumpe: "Con tanto ojalá, ¿vamos a cambiar el mundo?" Ciruela no titubea)

-Al mundo, y a esta patria, no los tenemos que cambiar, ¡los tenemos que hacer! Nuestra revolución consiste en convertir el sustantivo "semilla" en verbo: "Yo semillo, tú semillas, él semilla, nosotros semillamos... ¡hasta el mismísimo abismo!

...Mortales, oíd: ¿queda lejos el día con su noche, en que nos empiece a unir el amor y no el renovado espanto? ¿Por qué morirnos en vida si hemos de morirnos con la muerte? Vamos, tomémonos el pulso. Sí, carajo, ¡estamos vivos! Con este aliento hagamos el pan y hagamos el amor con el mismo sudor. ¡Soñemos a rajacincha! ¡Nunca es tarde para nacer!

(Un silencio laaaargo. Ciruela es arrancado del banquito. Allá se lo llevan. ¿Será para arrojarlo otra vez al caudaloso río?)

Posdata
Me despierto paladeando ese "nunca es tarde para nacer". La ventana en su sitio. La abro. Limpio entra el primer aire matinal, clarea. Busco mis latidos, mi pulso: estoy vivo. No es una mala noticia. Ahora sin soñar, escribo en un papel la palabra Argentina. Le cuento las letras. Tiene las nueve. Es una buena noticia. Por lo visto, nuestro fin del mundo no ha sucedido. Aquí, la Vida continúa.


Por Rodolfo Braceli
rbraceli@arnet.com.ar
www.rodolfobraceli.com.ar


El autor es poeta, dramaturgo y periodista, autor de una veintena de libros, entre ellos, El último padre; Don Borges, saque su cuchillo porque...; De fútbol somos, Vincent, te espero desnuda al final del libro, Perfume de gol y Mercedes Sosa, la Negra.

Soñando patria a rajacincha - lanacion.com

Hojas del caminante quietoSoñando patria a rajacincha

Sueños de almohada de sucesivos 25 de mayo, que a veces tienen que ver con la pesadilla y otras con la celebración reflexiva

lanacion.com | Revista | Domingo 11 de julio de 2010


el dispreciau dice: estoy tan harto del "cinismo" como de la "patria histérica", prefiero la república sincera y las gentes unidas en un fin común de construir nación para hijos y nietos. Esto de creer que el conflicto es bueno, es una falacia que tiene a todos estupidizados, malhumorados y deja estelas de malas ondas flotando por doquier. ¿La culpa de quién es?... no hay que buscar culpables ni tampoco cazar brujas para salvar la propia alma, buscando distinguirse. Sí hay que formar valor y agregarlo de manera genuina a la sociedad, caso contrario es un interminable más de lo mismo. Debemos terminar con los oráculos mentirosos que prometen un Pacto de la Mocloa para revivir sus apetencias por el poder y encaramar nuevamente sus "amigos" en la Casa Rosada, manipulando circunstancias para apropiarse de bienes, empresas, esfuerzos, voluntades... y otra vez privatizar para los viejos amigos, socios de la incapacidad. Debemos terminar con los presidentes de clubes devenidos en políticos porque no saben hacer otra cosa, ya que han nacido en cuna de oro y atropellan rápidamente al otro para luego erigirse como salvadores de la nada. Debemos terminar con los que tuvieron sus respectivas oportunidades y en ella demostraron que no eran capaces... Debemos terminar con los personalismos de aquellos que se arrogan la salvación de la patria para luego negar a sus propios colaboradores... Debemos terminar con la mentira política que sin vergüenza alguna se burla de las necesidades de la gente para priorizar lo innecesario. Debemos terminar con estos depredadores de ilusiones y esperanzas, que sólo aportan zozobra y promesas vacías. Debemos terminar con todo aquello que nos impide ser una gran nación. Vale por la memoria de los que se pelaron la vida para dar lugar a la Argentina azul y blanca. Julio 11, 2010.-

No hay comentarios: