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El desempleo se dispara en América Latina con la pandemia
Se trata de “un récord histórico que va a repercutir sobre la estabilidad económica y social de nuestros países”, consideró el director regional de la OIT, Vinícius Pinheiro, al presentar el informe el miercoles 1.
Debido al choque económico aparejado con la pandemia, el Banco Mundial estima una pérdida en el producto interno bruto regional de -7,2 por ciento, lo que llevaría la tasa de desocupación de su registro de 8,1 por ciento en 2019 a 12,3 por ciento al cierre de este año.
Pero si la contracción económica alcanza a -9,4 por ciento según el más reciente cálculo del Fondo Monetario Internacional, la tasa de desocupación ascendería hasta 13 por ciento.
En números absolutos eso significa que en vez de 26 millones de desempleados habría 41 millones.
Para quienes sigan laborando habrá un deterioro en la calidad de los puestos de trabajo, y para los trabajadores y los hogares una merma en los ingresos, con un resultado global de incremento de la desigualdad y la pobreza.
Los ingresos laborales en promedio aportan 80 por ciento de los ingresos familiares totales en la región.
“Una característica de esta crisis ha sido la velocidad de su impacto, lo que se ha traducido en un colapso inmediato de los ingresos laborales y familiares de un conjunto muy amplio de la población, y eso puede aumentar las desigualdades sociales”, dijo Pinheiro en la sede regional del organismo en Lima.
El análisis de la OIT destacó que “la masiva destrucción de empleo no se refleja por completo en incrementos en la tasa de desocupación, debido a que una parte de los trabajadores que pierden su empleo ha salido de la fuerza de trabajo”.
Eso es consecuencia de las medidas de confinamiento, o de la falta de oportunidades laborales, que coloca a muchos trabajadores en condición de inactividad. La situación puede variar a medida que se flexibilicen las medidas de contención.
Por otra parte el documento dice que en la región aproximadamente 40 por ciento del total del empleo se desarrolla en sectores de alto riesgo frente a la crisis detonada por la pandemia, y 17 por ciento lo hace en sectores de riesgo medio-alto.
Algunos de los sectores de actividad de alto riesgo como, por ejemplo, servicios de alojamiento o de comidas, o comercio, emplean mano de obra intensiva y en numerosos casos con niveles bajos de calificación.
En el otro extremo de la clasificación, una proporción baja de trabajadores, menos de 20 por ciento, están ocupados en actividades de bajo riesgo, como por ejemplo la administración pública y los servicios de educación.
También se indicó que 60 por ciento de los ocupados en América Latina y el Caribe están expuestos a perder su empleo u horas laborales, y con ello sus ingresos.
El documento de la OIT sostiene que “el desafío para las políticas de respuesta a la crisis es mayúsculo, requiriendo que los gobiernos junto con los actores sociales del mundo del trabajo logren consensuar programas de respuesta efectivos”.
El organismo pide una estrategia para reconstruir los mercados de trabajo que se apoye en cuatro pilares: estimular la economía y el empleo, apoyar a las empresas y los ingresos de los trabajadores, proteger a los trabajadores en el lugar de labor, y lograr soluciones eficaces mediante el diálogo social.
A-E/HM
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