La pobreza se dibuja con lápices de colores

Niños españoles explican con textos y dibujos qué supone para ellos la crisis económica

LOLA HIERRO Madrid 8 JUL 2014 - 18:32 CEST

Representación de la crisis de Diego Gimeno, alumno de 4º de Primaria.

"Mamá, cuando te veo llorar sé que es porque no tienes trabajo. Tú tranquila, cuando no tenga cole puedo ayudarte a buscar". Es el fragmento de la carta que escribió Carlos Vizcaíno Regol, un niño canario que cursa 3º de Educación Primaria en el colegio Costa Teguise de Lanzarote. La preocupación que siente por su madre es uno de los 80 relatos y dibujos de niños de toda España recogidos en Yo cuento, un concurso cuyo resultado ha sido un libro editado por la organización en defensa de los derechos de la infancia Unicef y la Editorial Santillana el pasado mes de abril para llamar la atención de la sociedad sobre la importancia de tener en cuenta los sentimientos de los niños sobre la crisis que vive el país.

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Sobre la crisis opinan los adultos desde su experiencia y su posición: políticos, comunicadores, economistas, expertos, sindicalistas, empresarios… Pero, ¿qué sienten los más pequeños? "Pretendíamos conocer lo que dicen y lo que sienten. Queríamos escucharles, dejarles que se expresaran y que aportasen ideas, sentimientos, percepciones, pero siempre desde un punto de vista positivo" explica Mariano Jabonero, director del área de educación de Santillana, sobre un tema que ha quedado prácticamente invisible en el discurso político. Para ello se puso en marcha un concurso en el que se pedía a los participantes que escribieran un cuento corto o hicieran un dibujo donde plantearan soluciones para mejorar el mundo en el que viven y hacerlo más justo y próspero.

El origen del proyecto, que comenzó en septiembre del año pasado, está en la publicación del informe bianual de Unicef sobre la infancia del año 2012. Entonces alertaba de que casi 2,2 millones de niños vivían por debajo del umbral de la pobreza y desvelaba que los menores habían pasado a ser el colectivo más pobre del país y el más afectado por la crisis. En junio de 2014 se ha presentado el siguiente estudio, en el que la organización denuncia que el 23,3% de las familias con uno o dos hijos viven en situación de pobreza y pide un pacto nacional para la protección de la infancia. Este libro, publicado tan solo dos meses antes, supone la materialización de los datos y las estadísticas en forma de deseos, sentimientos, temores y esperanzas de menores de entre ocho y 13 años.

La participación fue muy satisfactoria para los organizadores del certamen: se presentaron 1.500 trabajos de 52 centros educativos de todo el país. El 90% de los concursantes realizaron sus dibujos y relatos en clase junto a sus profesores, que se dieron cuenta de que los niños son conscientes de lo que está ocurriendo en la sociedad y en sus casas. “Por eso es importante hablar con ellos, mantenerlos al corriente de lo que pasa y dejar que se expresen para que puedan vivir esas situaciones de acuerdo a la realidad pero sin sufrimientos innecesarios”, subraya Jabonero.

Precisamente, uno de los objetivos era intentar que los niños encontrasen una visión positiva de la crisis y propusieran soluciones: ser solidarios, ayudar a los demás, hacer una cadena de favores… Siempre haciendo hincapié en que nunca hay que perder la esperanza y que es un problema de todos.

En los trabajos se aprecian dos realidades distintas: la de quienes viven en su entorno la crisis en primera persona y quienes solo han oído hablar de ella. Así, Juan Bolaños, de 4º de Primaria, relata la historia de una pequeña panadera a la que el alcalde, tacaño, regañaba por hacer panecillos para los niños sin dinero. Pero cuando le pedía ayuda cambiaba de idea y acaba abriendo una panadería en su casa gracias a la que dio trabajo a todo el pueblo. Frente a estas historias optimistas se entrevé el sofoco de niños como Diego Gimeno, alumno de 4º de Primaria del colegio Victoria Díez de Teruel, que dibuja a un monigote debajo de un puente que dice: "¡Me he quedado sin casa! Ahora… ¿Dónde vivo?".

el dispreciau dice: estos mensaje además de partirte el alma, producen un profunda vergüenza ajena... algo que nos demuestra cuán ausentes están los estados políticos, y cuán dementes están los propios políticos... indudablemente, este sistema de exclusiones, de expulsiones, de condenas, de hipotecas, de deudas, de mentiras, de traiciones, de falsas monedas y peores bancos en quiebra, de corporaciones ciegas, y de reinos con honores robados pero sin estrellas... ha caducado, definitivamente... a pesar del imperio y su Alzheimer. JULIO 08, 2014.-