jueves, 11 de julio de 2013

FILIBUSTEROS ► “Habrá que ver si los bancos españoles necesitan más capital” | Economía | EL PAÍS

“Habrá que ver si los bancos españoles necesitan más capital” | Economía | EL PAÍS

JEROEN DIJSSELBLOEM | Presidente del Eurogrupo y ministro holandés

“Habrá que ver si los bancos españoles necesitan más capital”

El holandés, que lidera el órgano que reúne a los ministros de Economía del euro, no descarta una extensión del programa bancario de España pero dice que el Gobierno “no lo ha pedido” y que el rescate podría cerrarse en enero


El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, en una comparecencia reciente. / François Lenoir (REUTERS)

Es España. Se trata de España. Siempre fue España: Grecia, Portugal e Irlanda son países pequeños; a escala continental, Chipre es minúsculo. Los verdaderos problemas del euro, incluida una gestión de la crisis lamentable en muchos momentos, pasan por España. El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem (Eindhoven, 1966), se permite un punto de sinceridad cuando se refiere a Atenas, Dublín, Lisboa o Nicosia, y es capaz de convertirse en un Atila benevolente (la severidad de un holandés combinada con una pátina socialdemócrata) con los grandes temas: la crisis del euro, la unión bancaria, la recuperación continental, esas cosas. Pero mide hasta la última sílaba su análisis sobre España en una entrevista con EL PAÍS y otros cuatro diarios europeos, en la que no descarta nada. Frente al diagnóstico optimista de Madrid, Dijsselbloem sombrea un perfil económico cargado de matices. “El programa de ayuda a la banca está yendo bien, pese a que la recesión y la morosidad pueden provocar más pérdidas. Habrá que ver si los bancos españoles necesitan más capital”.

“Habrá que esperar y ver”, enfatiza. Esa es la clave de los próximos tiempos: qué hacer si la banca necesita más dinero público.

Honestamente, no sabemos cómo están los bancos europeos”
El Gobierno español habla de solo 2.000 millones de necesidades de capital; el mercado las eleva hasta 30.000, de los que harían falta unos 10.000 de dinero público, según Barclays. Esa cifra es asumible para el fondo de reestructuración español y el Tesoro. Aun así, varias instituciones europeas apuestan por prorrogar el rescate para que sirva como red de seguridad, a la vista de que España es uno de los eslabones más débiles de la crisis europea, y de que el tempo es complicado: la ayuda expira en enero, habrá dos exámenes a la banca europea en la primera mitad de 2014 y la recapitalización directa solo estará lista a final de año. Se trata de una cuestión, pura y llanamente, de coste político: pedir esa extensión (no digamos dinero europeo contante y sonante) supondría un desgaste enorme; además, Berlín y compañía han hecho todo lo posible por que las capitales solo se planteen acudir a mecanismos europeos como última opción, si no hay más remedio.
Pero la incertidumbre no solo se cierne sobre España. “Honestamente, no sabemos cómo está la banca europea”, dice con franqueza Dijsselbloem, bautizado Jeroen René Victor Anton, nada menos. “No sabemos cuáles son las necesidades de capital de las entidades; ni los banqueros centrales ni los ministros nos dan una imagen muy clara de la situación”, prosigue. Y remacha: "Lo único que sí sabemos es que las pruebas de esfuerzo pasadas no funcionaron, y que el BCE es muy consciente de que si no hace bien el examen perderá credibilidad".

España no ha pedido una prórroga; el programa podría cerrarse en enero”
En otras palabras: no sabemos cómo están los bancos, pero cabe esperar que el BCE sea duro. Eso dejaría nuevas necesidades de capital en España, pero sobre todo en Alemania, Francia, Holanda e Italia, según fuentes comunitarias. Por ese motivo, incluso en el caso de que España salga mejor parada que otros, varias instituciones europeas apuestan por que el Gobierno prorrogue el rescate, que expira en enero. El presidente del Eurogrupo torea esa cuestión con la elegancia —y la ambigüedad— que ofrecen los verbos conjugados en condicional: “El Gobierno español no está pidiendo la extensión. Y el programa va por buen camino. Si no hay demanda por parte de Madrid, el rescate podría cerrarse”.

Quienes le conocen describen a Dijsselbloem con una contradicción: como un calvinista bon vivant. Las paradojas con respecto al presidente del Eurogrupo no han dejado de aumentar desde su acceso al cargo, en enero y por expreso deseo de Alemania, que ahora parece haberle retirado su apoyo. Empezó siendo brutalmente sincero (dijo que el rescate a Chipre, en el que los acreedores y clientes de los bancos pagaron parte de la factura, iba a servir como modelo, lo que le granjeó un alud de críticas pese a que dio en el clavo), pero tras algún golpe se ha vuelto más precavido. A lo largo de la charla, por ejemplo, deja entrever que los socios harán lo necesario para que el final del rescate en Irlanda y Portugal sea un éxito, pero no aclara la solución final: “Es prematuro decir si Lisboa, por ejemplo, puede dejar el programa. Una línea de crédito precautorio por parte del mecanismo de rescate es una opción, pero aún es pronto. Algún tipo de programa preventivo es posible en caso necesario”.

Es posible activar alguna línea preventiva en Irlanda y Portugal”
Tampoco cierra puertas con Grecia. Preguntado sobre si está sobre la mesa una reestructuración de deuda, contesta que solo cabe esperar: “En primavera veremos cómo está Grecia, si las cifras van en la línea de lo previsto o peor, si son necesarias más medidas. No quiero especular: puedo entender que en Grecia sea atractiva una quita, pero a la vez ese no parece el mejor camino para recuperar la independencia financiera: no hay salida fácil”.

Dijsselbloem va y vuelve sobre los países rescatados, sobre la salida de la crisis (“la recuperación está tardando más de lo que esperábamos, pero Europa tiene potencial; saldrá de esta”), y acerca del sistema financiero. Se sospecha que la unión bancaria arrastra los pies: incumple los calendarios y no vuela lo necesario para romper ese cordón umbilical que vincula los balances de los bancos con la deuda pública. La última demostración de esa falta de ambición es el mecanismo de recapitalización directa acordado y el mecanismo de resolución de bancos propuesto por Bruselas: Dijsselbloem cuestiona que sea la Comisión quien deba apretar al último botón para liquidar bancos, y concede que la recapitalización directa con efectos retroactivos “no tiene apoyos políticos”.

El principal riesgo en Europa no es económico: es la inestabilidad política”
“El camino está claro. Hasta ahora, cuando había un agujero en la banca, el debate era ¿quién paga la cuenta, el contribuyente nacional o el europeo? Eso ha cambiado: lo problemas son, en primer lugar, responsabilidad del propio banco; la segunda línea es la intervención de los Estados, pero para eso tienen que pagar antes accionistas, acreedores y depositantes con más de 100.000 euros. Por último, si los Estados no tienen dinero, está el mecanismo de rescate europeo”. Apenas hay, de momento, 60.000 millones para eso. “La cifra pactada es un mensaje político: hay fondos europeos para los problemas, pero solo como último recurso”.
Dijsselbloem reniega de la división Norte-Sur de la crisis. Asegura que hacen falta las mismas cosas en Holanda que en España, salvando las distancias; que Alemania “también debe hacer los deberes”. Para el líder del Eurogrupo, las reformas están en camino, la economía y la banca irán mejorando poco a poco; la niebla irá disipándose. Los potenciales problemas son otros: “El mayor riesgo de Europa es la inestabilidad política. Cada vez que hay inestabilidad política se paralizan las reformas: lo hemos visto en Grecia, en Portugal, en Italia”. ¿El caso Bárcenas puede afectar a la estabilidad europea? "No sé mucho al respecto. Lo que leo en los diarios. Punto y aparte”.


La habilidad del filibustero | Economía | EL PAÍS

La habilidad del filibustero


Filibusterismo. Dícese de la técnica de obstruccionismo parlamentario que emplea largos discursos, aunque sean inanes, para bloquear durante un período de tiempo una ley o una moción. Hay también filibusterismos gubernativos, como el de dar largas a quien reclama cambios alegando, con razón o sin ella, que la Constitución los impide. Y existe una versión europea de esta técnica, que consiste en asegurar que es imposible adoptar una medida porque el Tratado la impide, no la autoriza, o no la contempla.

Desde el inicio de la crisis se ha usado este argumento para distintos fines. Para intentar impedir los rescates a los países en bancarrota; para arbitrar un “compacto fiscal” que atornillase la política de austeridad; para boicotear la compra de bonos de los Tesoros periféricos por parte del BCE... En un caso se firmó un nuevo tratado (el Tratado fiscal), por fuera pero conectado al de la Unión; en otros se han usado mecanismos esotéricos como los “special purpose vehicles” (para los Fondos de rescate); y en alguno los promotores del boicoteo (el Bundesbank contra el BCE) han perdido la partida. Al menos de momento.

El Tratado “no basta para anclar en la ley de manera indefectible una autoridad fuerte de resolución [liquidación] bancaria”, proclamaba hace dos meses el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble (FT, 12 de mayo). “Es muy importante que Francia y Alemania hayan acordado un calendario y mecanismos sin que sea necesario cambiar los Tratados”, aseguraba poco después el presidente francés François Hollande, tras su cumbre con la canciller Angela Merkel, el 30 de mayo.

Pese a ello, todo el mes de junio fue un no vivir con el temor de que los alemanes aplazasen la unión bancaria. Al final, la cumbre de los días 27 y 28 bendecía los criterios (el orden de los paganos) para la reflotación de bancos y un fondo de recapitalización directa de hasta 60.000 millones, todo ello para las entidades salvables; así como el esquema común de los fondos de “resolución” [o sea, liquidación] nacionales, para las imposibles. No se había perdido el tiempo.


Los obstáculos jurídicos de Berlín a la unión bancaria esconden su creciente desconfianza en Bruselas
Ahora se ha empezado a poner hilo en la aguja de la gran cuestión pendiente: ¿quién mandará en el fondo de “resolución” común, que estará por encima de los de los Estados miembros? Schäuble volvió a la carga, instando a la Comisión a “que se atenga de forma muy cuidadosa a los límites del Tratado”. En realidad, con esta ya conocida chicuelina o advertencia o amenaza jurídica no reniega del fondo común, sino que pretende hurtar su control a la institución comunitaria y residenciarlo en una instancia intergubernamental, en la que mandaría el derecho de veto.

Pero esta vez Berlín no puede enarbolar ningún artículo que aparentemente prohíba la operación, como si lo tenía para oponerse a los rescates (aunque sesgadamente: usaba el 123 y olvidaba el 122). Todo lo más puede apuntar a que la base jurídica para la armonización del mercado interior es débil, o poco específica para este caso. Una alegación de menor cuantía, dada la (aunque limitada) vis expansiva del derecho comunitario, es decir, su capacidad de rellenar huecos.

Ocurre , en el fondo, que Berlín desconfía de que Bruselas pueda tomar la decisión última sobre la liquidación de un banco, más si puede jugarse algún dinero propio, pese a todas las cautelas prometidas por el comisario Michel Barnier garantizando una cierta voluntariedad.

Y es que llueve sobre mojado. La historia de las tensiones Alemania-Comisión es tan larga como la de sus complicidades. La hubo en asuntos de Competencia, cuando Bruselas le apretaba las tuercas (la España de los astilleros no inventa nada) y la hay por las advertencias macroeconómicas anuales, que siempre incomodan al examinando: “Es una monada de recomendación”, se mofó Schäuble el pasado 2 de junio.

Pero otras fuerzas no quieren dejar a los Gobiernos la última palabra, sino a Bruselas. Porque la liquidación de bancos “implica una autoridad con un alto grado de centralización”, dada la delicada naturaleza de sus decisiones, que deben ser rápidas, y el sistema dual actual “ha producido considerables retrasos”.

Porque “un sistema en el que la supervisión está centralizada [en el BCE] y la resolución no lo está puede perjudicar a la eficacia y credibilidad del supervisor”.

Y porque si la liquidación bancaria “permanece sobre todo en manos de las autoridades nacionales, estas carecerán del incentivo necesario para minimizar el conjunto de costes de aquella si su coste fiscal está ya parcialmente mutualizado”. Así lo argumenta un notable informe técnico al Parlamento Europeo, “Banking Union: the single resolution mechanism,” (PE 492.473, marzo 2013).
La habilidad del filibustero | Economía | EL PAÍS


el dispreciau dice: Europa amanece medieval y se acuesta entre hogueras... el medioevo se ha instalado en sus calles, algo lamentable para sus gentes y sus culturas... pero las hogueras son cada vez más grandes, y además se están diseminando, prometiendo que el euro se consumirá en alguna de ellas, llevándose puestas a las gentes, sus bolsillos, sus esperanzas, sus ilusiones, y sus voluntades... una vez más, mandan los piratas y los mentirosos ilusionistas, esta vez disfrazados de bancos quebrados, que deben ser salvados, para no descubrir la tragicomedia inventada por Bruselas, reiterando viejos errores de su etapa nazi, endosadas a las inocencias alemanas... sí, los bancos están quebrados y sin salud, pero tienen capturada a Europa tanto como tienen capturado al mundo, asegurando el apocalipsis en caso de no ser salvados... pero el costo es tan grande, que no hay plata en el planeta humano que los salve... detrás las manipulaciones políticas no dejan ver la magnitud del terror en ciernes... extinción de los derechos ciudadanos... extinción de los derechos humanos... extinción de las garantías individuales... extinción de los puestos de trabajo... extinción de los derechos a la salud pública... extinción de los derechos de acceso a la educación y a la formación del conocimiento... en fin, extinción, todo ello disfrazado de "crisis" y justificado mediante "recortes"... los resultados de esta estrategia están a la vista... Grecia, un simil de lo hecho en ARGENTINA durante los años noventa... España, Italia, Portugal, Irlanda, bajo nuevas recetas destructivas de las gentes, impulsadas desde el FMI con el guiño de Bruselas... Francia acercándose a pasos agigantados a una debacle social inducida desde las ex-colonias... y la lista sigue por donde se quiera... ya que la financiación salvadora es una herramienta creada para hipotecar la vida de los ciudadanos... salvando a los inescrupulosos filibusteros que se ubican como "dueños" de los destinos de sus prójimos. La sociedad humana navega hacia el abismo inducido por las negligencias y las impericias de unos pocos, que a su vez están atrapados por sus propias miserias humanas, sus vanidades, sus soberbias y sus desprecios, avaricias, angurrias y más... y no hay solución, porque nadie se anima a enfrentar lo inevitable... este sistema financiero no da para más... este sistema económico no da para más... y por más que espíen a quien sea, el terrorismo de estas horas, se ejerce desde los mismos estados ausentes y en contra de las gentes... algo semejante a un infierno a escala, donde los demonios son funcionarios políticos y ministros de economías que sólo capturan dignidades a cambio de someter voluntades. Raro. Real. JULIO 11, 2013.-

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