BLOG | Las cicatrices de Ruanda
Polvo de coltán en los bolsillos
Coltán extraído de las minas cercanas a Goma. | Alberto Rojas
- Un par de traficantes de coltán pueden contarnos cómo funciona el juego
- "Cuando uno hace las cosas de manera legal a veces sale perdiendo"
- Las minas tienen cientos de galerías con miles de trabajadores al día
- Muchos mueren allí mismo en condiciones de esclavitud y allí son enterrados
- Los grupos armados son los que controlan estas explotaciones
Nuestro taxista, que es un liante, serpentea entre el polvo negro de Goma para reunirnos "con los que saben". Hace tres días que hablamos con él de los minerales de sangre (los que alimentan una guerra de dos décadas con más de cinco millones de muertos), de la responsabilidad de Ruanda, que trafica con estas riquezas a pesar de que no le pertenecen, y de la extrema pobreza del Congo, el último país en el índice de desarrollo humano del mundo. Nos cuenta que él conoce a un par de traficantes de coltán, que pueden contarnos cómo funciona el juego siempre que no filmemos ni revelemos sus nombres. Le decimos que nos interesa. Son "los que saben". Vamos allá.
La cita tiene lugar en el bar La Virunga, en el centro de Goma. Subimos unas escaleras hasta llegar a una terraza oculta y discreta. Apenas cinco minutos después llegan los tres congoleños. Dicen que tienen sed y entendemos quién pagará las bebidas. Desconfiamos porque son traficantes. Ellos a la vez nos temen porque creen que les vamos a delatar.
Uno de ellos tiene los ojos inyectados en sangre, la cara ennegrecida y la mirada castigada por la oscuridad de las minas. Es el que se mete en las mazmorras del Congo en busca de los minerales que luego acabarán en nuestros móviles, nuestras cremas de belleza y nuestra industria armamentística. Desconfía, no para de repetir que su trabajo le sale caro, que los blancos (en este caso nosotros) tenemos que pagar por ello.
El que se mete en el papel de 'policía bueno' hace de portavoz. Domina el francés y traduce al minero. Sonríe. Tiene carisma, también es el de más edad y quizá por eso lleva la voz cantante. Por algún motivo le hemos caído bien y nos da un voto de confianza (nosotros también a él), a pesar de las reticencias iniciales. El tercer negociante es el más joven (26 años). Sólo mira y escucha.
"¿Por qué hacemos esto? También vosotros habéis optado por hablar con traficantes en lugar de preguntar al ministerio cómo funciona el comercio de minerales. Cuando uno hace las cosas de manera legal a veces sale perdiendo", señala el taxista.
El trío habla de lo duro que es vivir (sobrevivir) en Congo. Se percibe que sienten rabia contra los blancos, a los que culpan de su situación.
- ¿Para qué sirve el coltán? le preguntamos al minero. - ¡Eso lo sabréis vosotros, que sois los que lo disfrutáis!, vuelve a interrumpir el taxista, uno más en la conversación.
Sacamos un teléfono para demostrarle que los 'muzungus' españoles no tienen nada que ver con todo esto. En el aparato pone 'Made in China'. Nuestros interlocutores se relajan y sonríen. Es la primera vez que blancos y negros, traficantes y periodistas, explotados y supuestos explotadores, reímos en comunión.
Las cervezas destensan el ambiente, se les suelta la lengua. Dicen que son hutus congoleños, que las minas son lugares horribles con cientos de galerías donde se meten miles de trabajadores cada día a hacerle cosquillas a las montañas. Muchos mueren allí mismo en condiciones de esclavitud y allí son enterrados sin que nadie sepa fuera qué ha sido de ellos. Es el precio del progreso, que aquí se paga con sangre.
De ahí a los grupos armados, que son los que controlan estas explotaciones, saqueando a los civiles y violando mujeres, a la corrupción, las carreteras imposibles hasta Goma y el paso de la frontera ruandesa con nocturnidad y alevosía.
Nos han traído un obsequio: pequeñas muestras de coltán, manganeso y oro. Les hacemos unas fotos con ellas en la mano. No saben para qué sirve, pero intuyen que se trata de algo valioso, algo por lo que, según parece, merece la pena matar o morir.
el dispreciau anota al margen:
El coltan o coltán (abreviatura de columbita-tantalita) es un mineral óxido. La columbita está compuesta por óxidos de niobio, hierro y manganeso [(Fe, Mn) Nb2O6], y la tantalita está compuesta por óxido de tantalio, hierro y manganeso [(Fe, Mn) Ta2O6] en cualquier proporción. Estos óxidos constituyen una solución sólida en ambos minerales. Son escasos en la naturaleza y dan un claro ejemplo de materiales que han pasado de ser considerados simples curiosidades mineralógicas a estratégicos para el avance tecnológico debido a sus nuevas aplicaciones.
El principal productor de coltán es la República Democrática del Congo con cerca del 80% de las reservas mundiales estimadas,1 si bien existen menores reservas probadas o en explotación en Brasil con el 10% de las reservas, Sierra Leona con el 5% de las reservas, y un 5% alrededor del resto del mundo. Según informes de agencias internacionales de prensa, la exportación de coltan ha ayudado a financiar a varios bandos de la Segunda Guerra del Congo,2 un conflicto que ha resultado con un balance aproximado de más de 6 millones de muertos,3 como también ha servido a algunas guerrillas colombianas donde existe el mismo problema.4 Ruanda y Uganda están actualmente exportando coltan robado del Congo a occidente (principalmente a los Estados Unidos), en donde se utiliza casi exclusivamente en la fabricación de condensadores electrolíticos de tantalio. Es utilizado en casi la totalidad de dispositivos electrónicos.
el dispreciau dice: entre medio de tanto desquicio occidental sobre las gentes del África y sobre sus suelos... la minería pirata es un aporte más al caos social... nada distinto al diamante... nada distinto a cualquier otra depredación... África está esclavizada por las miserias humanas de la Europa Medieval, vigentes más que nunca antes, o bien, tan vigentes como hace cuatro siglos atrás... Occidente deja huella por donde pasa, consumiendo todo lo que le conviene y despreciando todo aquello que le molesta o le resulta inconveniente a sus intereses apresurados... como sea, África está sumida en el caos... y curiosamente, Europa está más sumida aún, porque además del caos y las crisis, está dominada por la estupidez humana vigente en los pocos que usan y abusan de cualquier poder, haciendo culto a los oportunismos... por donde ellos pasan no vuelve a crecer el pasto... y por donde ellos pasan, sólo quedan retazos de un pasado nefasto... al mejor modo de los campos de concentración... no sólo nazis, ya que debe recordarse que también los hubo de japoneses en Estados Unidos de Norteamérica, durante la Segunda Guerra Mundial. Una vez más, los caos y las crisis inducidas por los pocos para dominar a los muchos, es una receta que ha caducado, pese a quien le pese. JULIO 23, 2013.-
La cita tiene lugar en el bar La Virunga, en el centro de Goma. Subimos unas escaleras hasta llegar a una terraza oculta y discreta. Apenas cinco minutos después llegan los tres congoleños. Dicen que tienen sed y entendemos quién pagará las bebidas. Desconfiamos porque son traficantes. Ellos a la vez nos temen porque creen que les vamos a delatar.
Uno de ellos tiene los ojos inyectados en sangre, la cara ennegrecida y la mirada castigada por la oscuridad de las minas. Es el que se mete en las mazmorras del Congo en busca de los minerales que luego acabarán en nuestros móviles, nuestras cremas de belleza y nuestra industria armamentística. Desconfía, no para de repetir que su trabajo le sale caro, que los blancos (en este caso nosotros) tenemos que pagar por ello.
El que se mete en el papel de 'policía bueno' hace de portavoz. Domina el francés y traduce al minero. Sonríe. Tiene carisma, también es el de más edad y quizá por eso lleva la voz cantante. Por algún motivo le hemos caído bien y nos da un voto de confianza (nosotros también a él), a pesar de las reticencias iniciales. El tercer negociante es el más joven (26 años). Sólo mira y escucha.
"¿Por qué hacemos esto? También vosotros habéis optado por hablar con traficantes en lugar de preguntar al ministerio cómo funciona el comercio de minerales. Cuando uno hace las cosas de manera legal a veces sale perdiendo", señala el taxista.
El trío habla de lo duro que es vivir (sobrevivir) en Congo. Se percibe que sienten rabia contra los blancos, a los que culpan de su situación.
Mezcla de coltán, manganeso y oro. | Raquel Villaécija
- ¿Para qué sirve el coltán? le preguntamos al minero. - ¡Eso lo sabréis vosotros, que sois los que lo disfrutáis!, vuelve a interrumpir el taxista, uno más en la conversación.
Sacamos un teléfono para demostrarle que los 'muzungus' españoles no tienen nada que ver con todo esto. En el aparato pone 'Made in China'. Nuestros interlocutores se relajan y sonríen. Es la primera vez que blancos y negros, traficantes y periodistas, explotados y supuestos explotadores, reímos en comunión.
Las cervezas destensan el ambiente, se les suelta la lengua. Dicen que son hutus congoleños, que las minas son lugares horribles con cientos de galerías donde se meten miles de trabajadores cada día a hacerle cosquillas a las montañas. Muchos mueren allí mismo en condiciones de esclavitud y allí son enterrados sin que nadie sepa fuera qué ha sido de ellos. Es el precio del progreso, que aquí se paga con sangre.
De ahí a los grupos armados, que son los que controlan estas explotaciones, saqueando a los civiles y violando mujeres, a la corrupción, las carreteras imposibles hasta Goma y el paso de la frontera ruandesa con nocturnidad y alevosía.
Nos han traído un obsequio: pequeñas muestras de coltán, manganeso y oro. Les hacemos unas fotos con ellas en la mano. No saben para qué sirve, pero intuyen que se trata de algo valioso, algo por lo que, según parece, merece la pena matar o morir.
el dispreciau anota al margen:
El coltan o coltán (abreviatura de columbita-tantalita) es un mineral óxido. La columbita está compuesta por óxidos de niobio, hierro y manganeso [(Fe, Mn) Nb2O6], y la tantalita está compuesta por óxido de tantalio, hierro y manganeso [(Fe, Mn) Ta2O6] en cualquier proporción. Estos óxidos constituyen una solución sólida en ambos minerales. Son escasos en la naturaleza y dan un claro ejemplo de materiales que han pasado de ser considerados simples curiosidades mineralógicas a estratégicos para el avance tecnológico debido a sus nuevas aplicaciones.
El principal productor de coltán es la República Democrática del Congo con cerca del 80% de las reservas mundiales estimadas,1 si bien existen menores reservas probadas o en explotación en Brasil con el 10% de las reservas, Sierra Leona con el 5% de las reservas, y un 5% alrededor del resto del mundo. Según informes de agencias internacionales de prensa, la exportación de coltan ha ayudado a financiar a varios bandos de la Segunda Guerra del Congo,2 un conflicto que ha resultado con un balance aproximado de más de 6 millones de muertos,3 como también ha servido a algunas guerrillas colombianas donde existe el mismo problema.4 Ruanda y Uganda están actualmente exportando coltan robado del Congo a occidente (principalmente a los Estados Unidos), en donde se utiliza casi exclusivamente en la fabricación de condensadores electrolíticos de tantalio. Es utilizado en casi la totalidad de dispositivos electrónicos.
el dispreciau dice: entre medio de tanto desquicio occidental sobre las gentes del África y sobre sus suelos... la minería pirata es un aporte más al caos social... nada distinto al diamante... nada distinto a cualquier otra depredación... África está esclavizada por las miserias humanas de la Europa Medieval, vigentes más que nunca antes, o bien, tan vigentes como hace cuatro siglos atrás... Occidente deja huella por donde pasa, consumiendo todo lo que le conviene y despreciando todo aquello que le molesta o le resulta inconveniente a sus intereses apresurados... como sea, África está sumida en el caos... y curiosamente, Europa está más sumida aún, porque además del caos y las crisis, está dominada por la estupidez humana vigente en los pocos que usan y abusan de cualquier poder, haciendo culto a los oportunismos... por donde ellos pasan no vuelve a crecer el pasto... y por donde ellos pasan, sólo quedan retazos de un pasado nefasto... al mejor modo de los campos de concentración... no sólo nazis, ya que debe recordarse que también los hubo de japoneses en Estados Unidos de Norteamérica, durante la Segunda Guerra Mundial. Una vez más, los caos y las crisis inducidas por los pocos para dominar a los muchos, es una receta que ha caducado, pese a quien le pese. JULIO 23, 2013.-
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