Articular esfuerzos y movilizar recursos para atender a los que más lo necesitan

Es la tarea de Red de Comunidades, que cuenta con 600 voluntarios en todo el país

Por María Ayuso | Para LA NACION

"No hay ninguna organización que pueda ser lo suficientemente grande, sólida, exitosa y profesional, para abarcar por sí misma la multiplicidad de desafíos que tiene el ámbito rural. Formar parte de ésta red es un reto interesante, e implica tomar conciencia de la fuerza que tiene el trabajar juntos y articuladamente". Así define Matías Dumais, director de Fundación Cruzada Patagónica, el significado que tiene para él integrar la Red Comunidades Rurales.
No es casual que el símbolo que la identifica sea el dibujo de una muyuna , pequeñas piedras planas y circulares que, mil años atrás, utilizaban los habitantes de lo que hoy es Santiago del Estero, como contrapeso para hilar la lana virgen. Constituida formalmente en 2006, Red Comunidades tiene como fin articular esfuerzos y movilizar recursos para impulsar el desarrollo de los pobladores rurales en situación de riesgo o exclusión social. Allí donde, muchas veces, la ayuda tarda demasiado en llegar y reina el olvido, se propone acompañar a las comunidades a tejer la trama de su futuro; uniendo, como en un inmenso telar, a quienes estén dispuestos a cambiar la realidad del abandono. Motivar el trabajo interdisciplinario y crear puentes: ésa es su misión.
"Trabajamos en lugar asilados, donde las problemáticas a veces parece que fueras únicas; pero, a través de la Red, te encontrás con que hay otros que están ocupándose de tareas similares y tienen resultados superadores. Hace de puente entre lugares distintos, entre organizaciones y personas que intuye que pueden fortalecerse", opina Dumais, que tiene 34 años e integra la Red desde sus inicios.
Red Comunidades motivó el intercambio de experiencias entre el Centro de Educación Integral San Ignacio del Valle de Sancabao, en la provincia de Neuquén (una de las dos escuelas secundarias de gestión social que tiene Cruzada Patagónica, y que cuentan con residencias estudiantiles donde los chicos que provienen de parajes rurales aislados pasan gran parte del año), y la escuela de la Fundación Alfarcito, en Quebrada del Toro, Salta. "Gracias a la Red, dos organizaciones que eran primas hermanas sin conocerse, muy similares en todo (desde la forma de constituirse, hasta su trabajo en la educación secundaria con pueblos originarios), pudieron encontrarse", afirma Dumais. "Articular hace que saquemos lo mejor de cada organización, permitiéndonos llegar a más personas con los recursos necesarios y en menos tiempo. Al integrar una red, somos parte de algo mucho grande que de una institución en un lugar local."
Patricio Sutton, director ejecutivo de Red Comunidades Rurales, explica que su surgimiento se dio casi "naturalmente", ante una realidad que se imponía: "Cuando hablas con la gente de campo, con miembros de las comunidades aborígenes y criollas y con emprendedores sociales, te das cuenta del desbalance que hay respecto a la inversión social en el ámbito rural". Y agrega: "Uno ve que hay recursos, pero lo que falta es compartir información que nos ayude a tener más claro dónde están las urgencias y cómo articular entre el Estado, las organizaciones sociales, empresas y universidades. Desde el intercambio de ideas entre personas con talento y ganas de cambiar las cosas, desde las mismas comunidades, es que surge la Red. Ésa es la esencia".
Con cerca de 600 voluntarios a lo largo y ancho del país, la Red focaliza su trabajo en aquellas regiones donde hay mayor población rural en situación de extrema pobreza: el Impenetrable Chaqueño, parajes de Corrientes y Misiones, el Chaco Salteño y el departamento Ramón Lista en Formosa (donde el 65% de la población es Wichi), son algunos ejemplos. "Lo primero que hacemos es escuchar con atención a la gente, a los destinatarios: son ellos los protagonistas, quienes tienen capacidades previas y un potencial enorme. Lo que buscamos es poner en valor y en común esos conocimientos", dice Sutton.
Abarcando una multiplicad de ejes temáticos (las acciones emprendidas permitieron, entre otras cuestiones, la construcción de escuelas secundarias agrotécnicas, albergues para estudiantes, talleres de formación laboral, centros comunitarios y postas sanitarias), hay un lema que guía su accionar: educación para el desarrollo comunitario. "La educación es una palabra clave, y también lo es la necesidad de sacarla del aula, que abarque la familia, la comunidad.", apunta Sutton.
Y cuenta como, cuando la Red comenzó a trabajar, las "escuelas-ranchos" (precarias casitas de adobe con techo de paja), formaban parte del paisaje habitual del noroeste argentino, especialmente en comunidades aborígenes. "Después de mucho bregar, se erradicaron varias. Sin embargo, los desafíos siguen siendo la falta de acceso a la educación de nivel inicial y secundaria en el ámbito rural, la baja calidad educativa e insuficientes horas de clase, y la falta de capacitación y acompañamiento a los docentes", explica.
Con el fin de fortalecer lazos entre las escuelas y familias, fue que, desde la Red, surgió en 2008 la iniciativa del Encuentro Global de Fútbol Comunitario Rural. Durante el mismo, se invita a comunidades de todo el mundo a realizar una acción solidaria, para celebrarla luego con un partido de fútbol. En su última edición, movilizó 60 mil personas y 400 escuelas en 35 países.
Sin lugar a dudas, hacerle frente al aislamiento es una cuestión clave: "Si hay algo que las personas en el ámbito rural muchas veces sufren es el aislamiento y la falta de acompañamiento. Lo que hace la Red es facilitar la comunicación y motivar, porque ninguno de nosotros tiene la capacidad para cambiar la realidad por sí mismo: pero cuando nos juntamos, cambia y se instalan capacidades nuevas".
Aquellos que quieran sumarse como voluntarios a la Red o hacer una donación, pueden escribir a red@comunidadesrurales.org o llamar al (011) 4795-4455. Más información: www.comunidadesrurales.org.