Historias solidarias

Lunes 14 de enero de 2013 | Publicado en edición impresa

Comunidad / Historias solidarias

Dionisia, una alegre labradora de espíritus y conciencias

Con Proyecto Surcos, trabaja para empoderar a personas y comunidades vulnerables

Por Micaela Urdinez | LA NACION

A Dionisia Sequiera se le achinan los ojos cuando sonríe, y las arrugas afloran con más fuerza para acompañar ese feliz gesto que la acompaña durante casi todo el día. Es una fuente de vida y contagia alegría en cada cosa que hace.

A los 79 años, conserva la energía para ser una Legionaria de María, encargada del comedor del Centro Comunitario María y los Pobres, ubicado en el barrio Itatí, Escobar, y una de las principales promotoras de las iniciativas de salud de Proyecto Surcos desde hace 6 años.

"Tengo una alegría muy grande porque gracias a Surcos sé cuáles son mis derechos. Ahora sé que si estoy enferma y voy al hospital, no me pueden mandar a casa porque tengo derecho a que me atiendan y me curen", dice esta correntina llena de historias que tiene 12 hijos.

La concientización y la capacitación son sólo algunas de las herramientas que utilizan en Surcos. Su labor consiste en hacer un diagnóstico de los problemas y ver qué soluciones se pueden aplicar. "Le pusimos Surcos porque para que algo nazca tiene que haber tierra, agua, alguien que labre y un trabajo colectivo. Una vez que conseguimos cosechar, lo interesante es poder dejarles la capacidad instalada", sostiene Alejandra Sánchez Cabezas, fundadora de esta entidad que busca promover hábitos de vida saludables.

En 2006 empezaron a trabajar junto con la Fundación Pérez Companc en Santiago del Estero y luego pusieron pie en Corrientes, Misiones, Chaco y Santa Cruz. En todos estos lugares se instalan como mínimo 3 años, utilizan las instituciones que ya están funcionando y trabajan de forma articulada. A su vez, potencian el trabajo en equipo y estimulan los liderazgos positivos.

Implementan programas de capacitación, atención médica, hacen redes de promoción, prevención y atención. "En Itatí, en Escobar, realizamos un relevamiento en los centros comunitarios. Vimos muy frágiles a las mujeres y por eso organizamos talleres de primeros auxilios y de enfermedades prevalentes. Con el tiempo creamos la Red de Salud de Escobar y una Mesa Intersectorial de Prevención de la Violencia, que luego el municipio tomó como propia", explica Sánchez Cabezas. Dionisia se ocupa de detectar las inquietudes de la comunidad y de proponer caminos a seguir. Quienes quieran conocer más sobre la institución pueden ingresar en www.proyectosurcos.org o enviar un mail a info@proyectosurcos.org.