miércoles, 8 de febrero de 2012

DESENCUENTROS EN EL ATLÁNTICO SUR ► Argentina denunciará a Reino Unido ante la ONU por militarizar el Atlántico Sur | Internacional | EL PAÍS

Argentina denunciará a Reino Unido ante la ONU por militarizar el Atlántico Sur

Fernández reunió a la oposición para anunciar su respuesta al envío de un destructor británico a las islas y a la llegada del príncipe Guillermo para hacer ejercicios castrenses


La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, durante el acto del martes en la Casa Rosada. / LEO LA VALLE (EFE)

Argentina volvió a mover anoche sus piezas en la partida de ajedrez contra Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas, cuando faltan menos de dos meses para que se cumplan 30 años de la guerra que libraron entre sí por este archipiélago. En un acto al que convocó a toda la oposición política, y a los sindicalistas enfrentados a ella, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, anunció que denunciará a Reino Unido ante el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la ONU por la militarización del Atlántico Sur. La peronista Fernández respondió así formalmente a la reciente decisión británica de enviar a las Malvinas uno de los buques de guerra más modernos que tiene, el HMS Dauntless.

La jefa de Estado argentina criticó al Gobierno del conservador David Cameron porque “está militarizando una vez más el Atlántico Sur, como lo demuestra el envío de un destructor para acompañar la visita del príncipe William, que pone en riesgo la seguridad internacional”.

Londres no ha tardado en responder a la iniciativa argentina. "Sólo negociaremos la soberanía de las Malvinas si sus habitantes quieren negociarla y eso no ocurre", ha indicado a Efe un portavoz de la Misión británica.

El príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión de la Corona británica, arribó la semana pasada a Malvinas para cumplir seis semanas de entrenamiento militar, aunque Londres intentó aclarar que su misión es “humanitaria”, porque, como piloto de rescate, ayudará a los pesqueros que se encuentren en problemas en el alta mar. Sin embargo, Fernández recordó anoche que el hijo de Carlos y la fallecida Lady Di había llegado “no con ropas civiles, sino vestido de militar”.

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Argentina presentará primero su denuncia contra Reino Unido en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero no espera que allí prospere porque Londres cuenta con poder de veto. “El sillón que cada potencia tiene en el Consejo, en lugar de solucionar los problemas, tiende a profundizarlos. Por eso también vamos a hacer la protesta ante la Asamblea", explicó Fernández.

La asamblea general de la ONU reclama desde 1966 que las partes se sienten a negociar. Reino Unido nunca ha aceptado discutir la soberanía de las islas que ocupa desde 1833, mientras que Argentina violó aquel mandato de la ONU cuando la dictadura que la asolaba las invadió en 1982. Tras la derrota en una guerra que duró poco más de dos meses, Argentina ha emprendido otra vez la vía diplomática para su reclamación.

“Que nadie espere gestos que estén afuera de la política y la diplomacia”, dijo anoche Fernández. “Somos gente que hemos sufrido demasiado la violencia en nuestro país. No nos atraen los juegos de las armas ni las guerras. Quiero pedirle al primer ministro Cameron que le dé una oportunidad a la paz", parafraseó al británico John Lennon la jefa de Estado argentina, cuyo gobierno ha continuado la política de su marido, Néstor Kirchner, de enjuiciamiento de los criminales del último régimen militar (1976-1983).

Entre los asistentes al acto en la Casa Rosada (sede presidencial) figuraban el jefe de la peronista Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, recientemente distanciado del Gobierno; líderes de la patronal, jefes militares y altos dirigentes de las principales fuerzas políticas de la oposición, como el socialismo, el radicalismo, el peronismo disidente y la conservadora Propuesta Republicana (PRO). Solo faltó una minoría de opositores que dijeron que no iban a ir a una reunión sobre Malvinas en la que no sabían qué se iba a anunciar.

La amplia convocatoria política implicó un hecho inusual en la trayectoria del Gobierno de Fernández. Pero sucede que la reclamación de la soberanía de Malvinas se ha convertido en una política de Estado para Argentina. Al acto también concurrieron dirigentes del peronismo kirchnerista, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, jóvenes seguidores de la presidenta y excombatientes de la Guerra de Malvinas.

Fernández firmó en la ceremonia el decreto por el que se desclasificará el llamado informe Rattenbach. Ese documento fue encargado a finales de 1982 por el entonces dictador argentino, Reynaldo Bignone, a una comisión liderada por el teniente general Benjamín Rattenbach para que analizara la guerra que meses antes había provocado su antecesor al frente del régimen, Leopoldo Galtieri. El informe se redactó, pero quedó archivado porque demostraba los errores de la dictadura al embarcarse en el conflicto bélico contra una potencia como Reino Unido.

La presidenta argentina también señaló que pronto se inaugurará un hospital de salud mental para el tratamiento de excombatientes. Unos 439 de ellos se han suicidado. Otros 649 habían caído en la guerra. Algunos excombatientes que se acercaron a la Casa Rosada y que no pudieron ingresar al edificio por falta de espacio en los salones se quejaron de que la noticia del hospital no era nueva y agredieron a puñetazos a un diputado kirchnerista, José María Díaz Bancalari.
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el dispreciau dice: los argentinos no nos preciamos por nuestra coherencia, la historia así lo demuestra y más allá de las interpretaciones de cada quién, el diseño de nuestra historia enseña una triste convergencia de desencuentros que han derivado en peores enfrentamientos, todos inútiles salvo aquellos conducentes a la "independencia", gesta de hombres distintos, visionarios y estadistas, capaces de ver los dobleces que propone y más tarde impone la historia de los pueblos. Gran Bretaña se precia por su habilidades imperiales en un occidente convulsionado, prestancia, educación, cintura, capacidad de maniobra diplomática, ciencia de inteligencias aunadas por siglos, y más allá, como todo imperio, sosteniendo un lado oscuro de extrañas conveniencias y peores empecinamientos. Curiosamente, los desencuentros históricos entre argentinos y británicos siempre ha demostrado que son muchas más las coincidencias que las opuestas por su vértice... y tanto de un lado como del otro, los apresuramientos nunca han llevado a buen puerto. En un mundo humano globalizado hasta el hartazgo de las negligencias y las impericias políticas y económicas, los antojos aparecen como faltos de sentido de oportunidad, y sus empecinamientos se muestran como aberraciones del espíritu, que luego avanzan hacia la incapacidad de razonar y medir, proponiendo siempre iniciativas rayanas con lo mediocre, con olor a trampa... los argentinos hemos sido atropellados históricamente por propios y ajenos. Vaya a saber qué artilugios de miserias humanas fueron rodeando a nuestra historia y sus exponentes, pero nadie podrá decir que la estirpe argentina se apropió indebidamente de algo... y por el contrario, más allá de las mediocridades que nos caracterizan, Argentina sigue siendo un pais con buena gente. Ello no ha impedido que un grupo de militares trasnochados por el alcohol, iniciaran una gesta de locuras y mesianismos demenciales que llevó a la batalla y a la muerte a un montón de inocentes y anónimos conciudadanos, los que hasta hoy han dado plenas muestras de argentinidad a través de sus silencios, asumiendo que la historia siempre reconoce tarde y premia mucho más tarde, nunca en vida donde las pasiones son otras y las reflexiones son menos. Gran Bretaña por su parte, guarda el orgullo del imperio y seguramente es justo que lo haga ya que esa ha sido su conducta en cualquier suelo que haya pisado, con o sin asistencia militar... siempre sembrando hacia la posteridad... pero las gentes del Reino Unido son tan buena gente como cualquiera otra en cualquier parte del globo humano, y eso es indiscutiblemente así. Muchos argentinos expulsados de su tierra a lo largo de la historia han sabido recalar en el Reino Unido, porque más allá de los idiomas hay afinidades innegables que no pueden ser soslayadas... más allá, las diplomacias y las políticas suelen quebrar los vínculos y colocar escollos donde estos no existen, y lo que es una piedra se convierte en un cascote, luego en un montaña y más tarde en un alud... Malvinas es hoy un alud de estupideces que muestran empecinamientos que se ubican más sobre la irracionalidad que sobre la razón de los intereses. Los ciudadanos de Malvinas son británicos (de segunda, pero británicos al fin) y ello ni siquiera puede discutirse... de allí en más, suponer que la Argentina puede asumir otra aventura como la de 1982 es renovar la estupidez... Argentina no está en condiciones de sacrificar jóvenes en gestas inútiles al sólo efecto de ocultar males mayores propios de la anti-gestión política común a las dictaduras de uniforme tanto como a las otras, las de pensamiento... Ya nos hemos dado el triste "lujo" de sacrificar una generación entera a manos de un grupo de militares devenidos en dioses de barro, así como de conciudadanos devenidos en raros salvadores de la patria que enviaban al frente a las ideas para preservar el negocio de las ideologías... el resultado es por todos conocidos, el genocidio no le aportó nada a nadie, tampoco al país. De allí que pensar en conflictos armados no sea más que una muestra de incapacidades desconcertantes. Hoy, la actitud de Gran Bretaña muestra una inconsistencia que raya con lo ridículo... un ridículo que además de no agregar valor alguno, resta en el concierto de conveniencias. Indudablemente, el imperio tiene visiones que yo no tengo y de allí que el imperio sea tal mientras que mi persona no guarda trascendencia alguna. Sin embargo, ello no quita que no aprecie la circunstancia, y ésta aparece como una inconsistencia que no resiste análisis alguno... Gran Bretaña bien puede concertar... Argentina bien puede concertar... aquellos que dejaron sus cuerpos en praderas expuestas a fríos oceánicos no sólo lo merecen, también lo piden para justificar los destinos truncados por la inutilidad de los poderes, un poder mesiánico del tercer mundo y otro poder, vanidoso del primer mundo, cada uno con sus razones, cada uno con sus sinrazones (más que las anteriores: razones). Argentina y su clase política tienen por costumbre negar lo evidente... Gran Bretaña y su clase política  tienen por costumbre golpear la mesa de la historia imponiendo modelos que muchas veces han sido y son aberrantes... Sucede que la historia que cursa hoy en el planeta humano ya no deja lugar a falsas lecturas de la realidad, y ello es suficiente razón para construir puentes... ¿qué sucedería si un cataclismo oceánico asolara las islas?... ¿a quién recurriría el imperio británico por ayuda real y tangible en tiempo y forma?... peor aún, ¿a quién acudirían los propios ciudadanos británicos de Malvinas?... nada distinto a un acontecimiento semejante en la Antártida (potencialmente posible) o en cualquier lugar inesperado donde la naturaleza está enseñándole al hombre que aquí está más que de paso. Tal vez, lo antedicho no aparezca como razón suficiente como para concertar, pero no por ello puede ser quitada de la lista... y no es la única (apenas es una entre tantas). Lo que está sucediendo con el clima en el mundo humano, está colocando de rodillas a muchos inocentes y anónimos, todo ello mientras los estados políticos miran disimulando e imponiendo las típicas ausencias de los tilingos... no sea cosa que el destino le juegue una mala pasada a Gran Bretaña y la deje en peor ridículo ante al mundo... algo que ha sabido pasar y que en otros tiempos, la historia se encargaba de borrar o de borronear, cosa que esta vez no sucederá... enseñando que cuando el Rey está desnudo, simplemente lo está, porque ése es el peso de las inocencias. ¿Se entiende?... Febrero 08, 2012.-

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